SECTOR ELECTRICO CON PROBLEMAS
Quito. 14. 10. 90. El subsector eléctrico en los países
latinoamericanos y del caribe atraviesa una difícil situación
financiera que no presenta perspectivas de mejoría, dijo un
documento de la Organización latinoamericana de Energía
(OLADE).
Aseguró que por el contrario, las tendencias y proyecciones
indican, en términos generales, la persistencia de las
dificultades financieras actuales.
En gran medida, la mayoría de las empresas eléctricas de la
región se encuentran en problemas para cubrir el servicio de
sus deudas e incluso sus costos de operación, lo que trae como
resultado serias limitaciones para satisfacer las necesidades
de inversión, a efectos de atender el crecimiento de la
demanda.
OLADE advirtió que el papel estratégico del subsector, dada su
incidencia en el desarrollo económico y social, determina la
necesidad de buscar una solución para la crisis financiera por
la que atraviesa, ya que la misma amenaza seriamente al
suministro de electricidad en el futuro inmediato, tal como lo
demuestran los recientes problemas de abastecimiento de
energía eléctrica producidos en algunos países de la
región.
Según el documento, varios son los factores que en su conjunto
han afectado la eficiencia económica del sector y la
utilización racional de los recursos financieros.
Cita, en primer lugar, el descuidado, en menor o mayor grado,
de las posibilidades de gestión de la demanda y uso eficiente
de la energía eléctrica, así como el análisis de la relación
costo-beneficio de atender distintos tipos de demandas con
diferentes niveles de calidad de servicio.
Asimismo, se han manejado frecuentemente valores inadecuados
de ciertos parámetros críticos para determinar los planes de
inversión, como por ejemplo, el nivel de confiabilidad; no se
ha mantenido en muchos casos un adecuado equilibrio entre las
inversiones en generación, transmisión y distribución, así
como el balance entre la construcción de nuevas plantas y los
programas de mantenimiento y rehabilitación de la
infraestructura existente.
Señala que las tarifas han presentado, en términos generales,
rezagos importantes con respecto a los costos de operación y
expansión del servicio, debido fundamentalmente, a criterios
de política relacionados con la tasa de inflación interna y la
necesidad de subsidiar el acceso y suministro del servicio a
usuarios de bajos ingresos.
La Organización Latinoamericana de Energía plantea algunas
estrategias para el financiamiento del subsector eléctrico,
entre las que se destaca la política sectorial, económica
interna, de financiamiento externo y cooperación
regional.
Tarifas insuficientes
El estudio señala que en la mayoría de los países de la región
se habían mantenido hasta principios de la década de los 80,
niveles tarifarios promedio inferiores a los costos marginales
de largo plazo. "En parte, esta situación era el reflejo de la
necesidad de subsidiar el acceso y el suministro del servicio
a usuarios de bajos ingresos, pero en su mayor parte, era
simplemente el producto de estructuras tarifarias
inadecuadas".
En ocasiones ha habido una política gubernamental explícita de
apoyar mediante transferencias a las empresas y mantener
niveles tarifarios bajos por razones de índole política y
social.
Para OLADE, este ha sido el caso principalmente en los países
exportadores de petróleo, que en la década de los setenta
tuvieron recursos presupuestales y excedentes financieros en
las empresas estatales en cuantías que facilitaban una
transferencia abundante de recursos hacia el sector.
Esa situación también se dio en algunos países que no
disponían de ingresos extraordinarios derivados de las
exportaciones petroleras.
En adición, en muchos casos se presentaron problemas de
facturación o de cobro, como son las llamadas pérdidas negras
o de contrabando.
La investigación sostiene que el problema se debe, en su mayor
parte, a aspectos administrativos de las empresas, pero
también en ocasiones a problemas institucionales.
En efecto, una parte significativa de la cartera de "dudoso
recaudo" de las empresas corresponde a cuentas oficiales.
Asimismo, los problemas de facturación y cobro han tendido a
agravarse en épocas de recesión, por reducciones en la
capacidad de pago de los usuarios. (A-2).