Quito. 02.10.90. El objetivo del informe preliminar del
primero y segundo mes sobre las "quebradas del Pichincha" de
S. Krochin y J. Carcelén, es estudiar las posibles soluciones
del problema que representan para la ciudad de Quito las
quebradas que bajan por la vertiente oriental del Pichincha.
Existen más de 40 quebradas que drenan las aguas del Pichincha
en la zona norte de Quito. Originalmente estas quebradas
desaguaban hacia los rÃos Machángara y Guayllabamba, pero con
el crecimiento de la población, las quebradas fueron
gradualmente rellenadas.
Con relación al sistema de alcantarillado existente el estudio
observa que los colectores no tienen capacidad suficiente. Son
pequeños y pueden obstruirse con piedras, ramas y basura que
se echan en las quebradas desde los barrios cercanos.
Es por lo tanto urgente establecer un lÃmite estricto y
definitivo para el desarrollo urbano en las faldas del
Pichincha, señala el estudio.
La conclusión a que llega es que existe un peligro muy real de
que en un momento impredecible puedan producirse nuevos
aluviones con consecuencias catastróficas.
Recomendaciones del estudio
Entre las recomendaciones del informe de Krochin y Carcelén
para reducir el peligro de las quebradas están las
siguientes:
-Proteger el cauce de las quebradas con diferentes obras que
eviten la erosión del fondo y el desplome de sus
paredes.
-Establecer un servicio permanente de inspección y
mantenimiento de las obras, una de las cuales serÃa la
limpieza y remoción de los sedimentos. Para esto será
necesario rehabilitar o construir caminos de acceso a las
futuras obras.
-Reimplantar arbustos y otra vegetación de protección junto a
las orillas de las quebradas.
-Impedir que continue el desarrollo urbanÃstico legal o ilegal
en las laderas del Pichincha con su sequela de tala de bosques
y otros daños.
-Tratar de eliminar los cultivos o cambiar los sistemas de
labranza en los terrenos situados en los bordes de las
quebradas.
Las quebradas peligrosas
Según el informe de Krochin y Carcelén, un aluvión grande en
cualquiera de las quebradas causarÃa daños en los barrios
situados hacia aguas abajo. El criterio básico para definir
la peligrosidad es el caudal de máxima creciente que puede
producirse. De acuerdo con éste las medidas correctivas deben
ser realizadas en el orden siguiente: Rumiurcu, Singuna,
Rumipamba, Habas Corral, San Carlos, Atucucho, Caicedo,
Yacupugru, el Tejado.
Aunque los derrumbes se han producido en todas las quebradas,
las que registran el mayor número son: Rumiurcu (82),
Rumipamba (81), Yacupugru (28) y Habas Corral (17).
Las quebradas más peligrosas son, entonces, las que tienen
mayores caudales y registran mayor número de accidentes
geológicos. En consecuencia, las tres más peligrosas son:
Rumiurcu, Rumipamba y Habas Corral.
El informe de los dos expertos no descarta la peligrosidad de
la quebrada Singuna, que ha sido encauzada hacia la quebrada
Parcayacu mediante un colector insuficiente.
Esta quebrada -menciona el estudio- puede en el futuro causar
molestias a la nueva urbanización el Condado y al Quito Tenis
Club.
Soluciones propuestas
El estudio de Krochin y Carcelén utilizó como base de
información el informe de Coyne y Bellier, considerado como el
único que propone una solución total al problema. Este estudio
sugiere como solución la construcción de dos sistemas
separados, norte y sur, de recolección y evacuación de las
aguas de las quebradas. La longitud total de los túneles, en
esta propuesta, alcanza los 15.225 metros, con un costo total
de 84.46 millones de dólares a precios de 1987.
La solución propuesta por Krochin y Carcelén incluye la
construcción de 3.080 metros de túneles, siete reservorios de
regulación con una capacidad total de 294 mil metros cúbicos y
obras de adecuación en las quebradas Parcayacu, Singuna,
Rumiurcu, Habas Corral y Rumipamba. Esta solución permite la
realización del proyecto por etapas y el uso de recursos
técnicos nacionales, dada la simplicidad de las obras que se
proponen.
Sin embargo, las obras mencionadas representan soluciones muy
caras. Por lo tanto deberán ser divididas y construidas en
etapas. Esta es la recomendación final del informe. (C-8).