Persiste Desacuerdo Sobre Cochas Azules

Quito. 18.01.91. Persiste el desacuerdo entre las autoridades
municipales, que pretenden construir la estación de
transferencia de basura de Cochas Azules en la ciudadela la
Inmaculada, en la parroquia Eloy Alfaro, al sur de la ciudad.

Los moradores, organizados en el Frente de Lucha por la
Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de la Parroquia Eloy
Alfaro, se oponen al proyecto, por el supuesto peligro
ecológico que representaría para el sector, pero las
autoridades sostienen que no hay ningún riesgo y que la
oposición a la construcción de la estación responde a
motivaciones políticas.

Durante un año y medio el Banco Interamericano de Desarrollo,
BID; el Banco Mundial; la Agencia Interamericana de
Desarrollo, AID, y el Municipio de Quito estudiaron el
proyecto y concluyeron que la estación no produciría ningún
daño ambiental.

Quito dispone de tres vertederos: Chilibulo, que está
saturado, Cochas Azules, que tiene vida para seis meses y
Zámbiza por dos años más.

Los organismos internacionales recomendaron sacar los
vertederos de basura de la zona urbana y llevarlos a un sitio
ideal: a diez kilómetros de San Antonio de Pichincha. Esta
ería una zona óptima hasta por unos 50 años más. Y hasta que
esto suceda se necesitan dos campos de transferencia: Zámbiza
y Cochas Azules.

Manipulación política

Para el alcalde de Quito, Rodrigo Paz, esta resistencia está
motivada por grupos políticos que presionan y manipulan a los
moradores. "Estas plantas no afectan el medio ambiente, porque
los carros depositan la basura en condiciones herméticas. Los
automotores que reciben la basura, en un proceso que no dura
más de 15 minutos, llevan los residuos a su destino final"
reiteró el alcalde Paz ante la prensa.

"Pero aquí aparecieron ciertos grupos de politiqueros, los de
siempre, para propagar en la población que lo que se haría es
un vertedero más. Hace varios días estos individuos invadieron
y destruyeron los trabajos iniciales", dijo el alcalde. Si el
comité continúa con su oposición no se realizará esta obra en
Cochas Azules. "Buscaremos otros sitio pero que costará dos
veces más, y quien pagará la cuenta será el propio pueblo
quiteño", comentó Paz.

El plazo para que acepten o no la realización del proyecto
vencerá el 31 de enero. Un sector alternativo para construir
la estación será la avenida Simón Bolívar (la nueva vía
Oriental) a la altura del peaje. "Este cambio supondría una
pérdida para la ciudad, en estudios, en tiempo y en parte de
la obra que se comenzó a construir" precisó el Municipio.

En la construcción del proyecto, según el alcalde, solamente
se utilizarán 10 mil metros. Los 70 mil restantes servirán
para construir un gran parque y centros recreacionales. Pero
si la estación no se construye también estará en peligro la
ejecución del parque recreacional, pues es para todo el
proyecto que el Banco Ecuatoriano de Desarrollo, BEDE, aprobó
un préstamo por 438 millones de sucres.

La réplica de los moradores

Una moradora de la ciudadela la Inmaculada informó a HOY que
el comité cuenta con el respaldo de 27 ciudadelas y centros
educativos. "Nosotros aceptamos hace un año y medio que se
rellene el sector pero para construir un centro de
distracciones, y (con la basura) vinieron las enfermedades.
Ahora no queremos que en un barrio tan urbano vuelva el mal
olor". El miércoles anterior los miembros del frente
organizaron una manifestación frente al Municipio de Quito,
"con el permiso de la Intendencia General de Policía".
Vicente Sandoval, dirigente barrial, expresó en un comunicado
que en la última asamblea general "pese a la explicación
técnica que dieron los personeros del Departamento de Higiene
Municipal, los moradores ratificaron unánimemente el rechazo
al proyecto, respaldaron al Frente de Lucha".

Aclaró también que "este movimiento no tiene nada de político
que no sea el derecho a la defensa y la salud de todo un
pueblo".

Leonardo Velásquez, vicepresidente del frente opinó que "por
más que nos pinten bonito basura es basura y por más
herméticamente que se encuentre la planta de transferencia
provocará un daño en el medio ambiente. Además los
trabajadores que estén en el interior tendrán que protegerse
con un tipo de máscaras como las que utilizan en el Golfo
Pérsico". (C-8)