LOS ESCENARIOS MACROECONOMICOS. Por Oswaldo Dávila Andrade.

Quito. 24.09.91. La evolución económica del país parece
encontrarse en un callejón sin salida. Las sucesivas medidas
de política económica que se han tomado durante los últimos
tres años, si bien han logrado restablecer en parte el
equilibrio de algunas variables monetarias y financieras, lo
han hecho a costa de un deterioro evidente del nivel de vida
de la población, especialmente de la de ingresos más bajos.

Las medidas últimamente tomada, más de corte cortoplacista que
estructurales, han confundido aún más la ya brumosa
perspectiva que tiene el Ecuador hacia finales de siglo. Ante
la falta de un proyecto nacional de largo plazo claro y
convincente, los ejércicios de previsión económica tienen poco
valor como orientadores de política, pero pueden, al menos,
aportar elementos para que, ojalá en un futuro inmediato, se
pueden identificar los posibles cuellos de botella; si no
para el desarrollo, por lo menos para el crecimiento de la
economía ecuatoriana.

Con este propósito, la Secretaría de Planificación del CONADE
se encuentra realizando un esfuerzo para determinar las
posibles tendencias y ordenes de magnitud de ciertos sectores
y variables económicas del país. Con este propósito, el CONADE
ha puesto en circulación un estudio entre escenarios
macroeconómicos que, en su primer número, presenta un
interesante juego de proyecciones que, considerando como
determinantes cruciales del crecimiento las exportaciones y la
deuda externa, establece los probables resultados que las
distintas alternativas de comportamiento de estas dos
variables podrían tener sobre el incremento del producto
Interno Bruto por habitante, ese indicador agregado que
intenta reflejar el nivel de vida de la población de un país.

La justificación del esfuerzo

Uno de los impactos más fuertes de la crisis de los años 80
fue la disminución de divisas destinadas a las importaciones.
De un nivel de más de 3.000 millones de dólares de que el país
dispuso en 1980, el país paso a uno inferior de 1.800
millones. De este modo, la disponibilidad de divisas ha venido
a convertirse en una de las restricciones más importantes -si
no la mayor- para lograr la reactivación del aparato
productivo.

En consecuencia, resulta imprescindible tomar medidas de
políticas destinadas a eliminar, o por lo menos a disminuir en
magnitud apreciable, esta restricción. Las políticas deberán
estar orientadas a incrementar el volumen y valor de las
exportaciones, especialmente las no petroleras, y buscar
mecanismos que den lugar a la disminución de la deuda y de
servicio para de esta manera liberar recursos provenientes de
las exportaciones. El ejercicio realizado por la Secretaría
General de Planificación proyecta, bajo ciertas hipótesis, las
exportaciones de bienes y servicios y la corriente de divisas
por concepto de la deuda, dos variables que determinan la
disponibilidad de divisas para importar bienes y servicios no
financieros. Los resultados, relacionados con el nivel del
Producto Interno Bruto, sirven para establecer los niveles que
alcanzaría este último en presencia de distintas magnitudes de
restricción externa.

Una característica destacable del ejercicio es que,
explícitamente, ha tomado en cuenta el proceso de apertura de
la economía ecuatoriana, la cual tendrá impactos, entre otros
aspectos, sobre la eficiencia en el uso de divisas, medidos a
través de la relación porcentual entre las importaciones y el
PIB.

El mercado de referencia

En los últimos 20 años, el crecimiento económico del Ecuador
ha estado condicionado, de manera importante, por su capacidad
para importar bienes y servicios no financieros.

Esta capacidad para importar está dada por el valor de las
exportaciones totales del país, menos la salida neta de
divisas por concepto de pago de la deuda externa. Este salida
neta o egreso neto de divisas establece deduciendo de los
desembolsos que el país recibe por préstamos el valor de las
amortizaciones y los intereses que debe pagar anualmente.

Históricamente, el país tuvo una "entrada neta" de divisas,
medida como se indica. Pero, a partir de 1983, el movimiento
neto de divisas -desembolsos menos servicio-, se hizo
negativo, convirtiendo al país en un exportador neto de
capitales por concepto de créditos. Las causas principales de
esta situación habrían sido el incremento de las tasas
internacionales de interés, actuando sobre un elevado nivel de
deuda, resultante de la política de endeudamiento agresivo de
la década del 70 y, por otra parte, la fuerte contracción de
créditos comerciales a partir de 1982. Además, la caida de los
precios internacionales de los principales productos de
exportación no han podido, hasta el presente ser compensados
con un incremento equivalente de los volúmenes exportados, a
lo que se añade la fuga de parte de las divisas provenientes
de las exportaciones, mediante prácticas ilegales sobre y
subfacturación.

La persistencia de estas condiciones durante prácticamente
toda la década de los años 80, fue causando un drenaje
progresivo de las reservas internacionales acumuladas gracias
al auge petrolero. Sin embargo, hacia finales de dicho lapso
la corriente de divisas provenientes del endeudamiento llegó a
un nivel que hizo indispensable tomar una medida drástica:
incurrir en atrasos en el pago del servicio de la deuda, para
así poder contar con un mínimo de recursos externos en divisas
para mantener una tasa de crecimiento, muy modesta, de la
economía. Para diciembre de 1990, los atrasos acumulados
-según
datos del estudio del CONADE- habrían ascendido a 2.655
millones de dólares, incluidos los intereses devengados por
los mismos atrasos.

Esta menor disponibilidad de divisas provocó crecientes
problemas de financiamiento de la balanza de pagos y también
de
financiamiento del sector público, ya que este, como se sabe,
depende en una gran proporción de los ingresos petroleros y
del crédito externo.

Frente a esta situación, los gobiernos, a partir de 1983,
adoptaron una política de "ajuste" económico que básicamente
ha estado dirigida a intentar corregir los desequilibrios
mediante un cambio en la composición del gasto, reduciendo los
egresos en divisas por un lado; por otro se buscó también
reducir la demanda global de la economía mediante sucesivas
devaluaciones, reajustes de salarios a tasas siempre menores
que la inflación, reducción del gasto público, el aumento de
tarifas de servicios públicos y precios de los combustibles,
así como mediante una fuerte restricción de los medios de
pago, para lo cual se aumentaron los encajes de los bancos y
se liberalizó las tasas de interés, aumentándose así el costo
del dinero.

Los efectos de estas medidas incidieron más cobre los costos
de
producción y aunque se intentó reducir la demanda interna vía
contracción monetaria, el incremento anual de los precios
siguió su tendencia ascendente. La inflación anual promedio
para década 1982-1989 fue de 35 por ciento, frente al 10 por
ciento que se observó en la década de los años setenta.

La persistencia del fenómeno inflacionario, en condiciones de
mercados altamente concentrados, ha exacerbado el
comportamiento especulativo de los agentes económicos. Con
esto, según el estudio, se habrían provocado una situación de
inercia tan fuerte, que ha resistido todos los esfuerzos para
continuar reduciendo la demanda, especialmente por parte del
sector público. Como consecuencia , se ha acentuado el
fenómeno de distribución regresiva del ingreso, lo que ha
afectado particularmente a los asalariados, cuya participación
en la distribución del PIB ha disminuido de un 32 por ciento
en 1980, a menos del 15 por ciento en 1990.

Aún más. la reducción de las importaciones, unida a la
desaceleración de la demanda interna, redujo el potencial de
crecimiento de la economía, en especial en aquellas ramas
destinadas a satisfacer la demanda interna. Como resultado, el
crecimiento del PIB ha sido inferior al crecimiento
vegetativo de la población, lo que se traduce en el progresivo
deterioro de las condiciones de vida de los habitantes del
país y en el aumento de los niveles absolutos y relativos de
pobreza.

Los posibles "escenarios macroeconómicos

En el marco de referencia brevemente descrito, la Secretaría
de Planificación ha construido 9 "escenarios posibles"
resultantes de combinar tres hipótesis sobre exportaciones con
tres hipótesis sobre el endeudamiento. Las exportaciones
presentan 3 posibles niveles de valor de esta variable hacia
el año 2.000: Un nivel alto, que equivaldría a pasar de 3.256
millones de dólares de exportaciones en 1990, a 5.300 millones
en el año 2.000, esto es, un 3.8 por ciento de crecimiento
anual. Un nivel "medio" de crecimiento de las exportaciones,
que llevaría su valor a 4.746 millones en el 2.000; y,
finalmente, una hipótesis "baja" daría por resultado que el
valor de las exportaciones de bienes y servicios al año 2.000
se sitúe en 4.377 millones de dólares al 2.000.

En lo que se refiere a las hipótesis sobre la deuda, estas
constituyen más bien lo que podríamos llamar "calificaciones
cuantificadas". Esto, porque consideran, primero endeudamiento
nulo sin compra de deuda; segundo, endeudamiento positivo sin
compra de deuda; y, finalmente, endeudamiento positivo con
compra de deuda.

De hecho, las hipótesis baja y alta de las exportaciones
vienen a constituir una especie de "piso" la primera y de
"techo" la segunda, límites dentro de los cuales pueden,
razonablemente moverse los verdaderos valores. Por esta razón,
los resultados que se analizan a continuación se refieren a la
hipótesis "media" para las exportaciones, combinada con la
tercera hipótesis sobre la deuda, esto es, endeudamiento
positivo con compra posible de la deuda.

Los supuestos sobre exportaciones y deuda

El escenario "medio" del ejercicio contempla los siguientes
supuestos:

- El valor de las exportaciones petroleras se basa en
exportaciones de crudo en un volumen de 300 mil barriles
diarios y un comportamiento relativamente estable de los
precios internacionales, por lo menos durante cinco años. Los
ingresos de divisas por estas exportaciones disminuirían en
1991, por efectos de una baja en el precio internacional del
petróleo. Con el incremento normal del consumo interno, el
saldo exportable se contraería gradualmente, de tal modo que,
hacia el año 2000, la participación del petróleo en el total
de las exportaciones disminuiría a un 52 por ciento que es
actualmente, a menos del 33 por ciento.

- Las exportaciones tradicionales no petroleras pasarían a
constituir el 60,2 por ciento del valor de las exportaciones
totales hacia el año 2000, lo que equivaldría a esperar que
ellas crezcan, en volumen, a una tasa del 4.5 por ciento
anual, en promedio.

- En cuanto a las exportaciones no tradicionales, aunque el
ejercicio supone un crecimiento de estas a un apreciable 10
por ciento por año, su aporte final a los ingresos de divisas
sería apenas de 52 millones de dólares, hacia 1995. Aunque en
5 años se habría duplicado su valor de 1990 (27 millones), se
efecto en cinco años, sería equivalente a conseguir un
incremento de la producción de petróleo de 3.500 barriles
diarios. CAbe aclarar que esto no significa que se niegue o
menosprecie la importancia estratégica de este rubro, cobre
todo para lograr la diversificación de la producción
exportable. Pero lo útil del supuesto está en que,
prudentemente, no genera las expectativas excepcionales que, a
veces, se quiere crear con este rubro de producción nacional.

en cuanto a los supuestos sobre la deuda, la hipótesis
relevante está dada por la posibilidad de que el país mejore
su credibilidad crediticia, de tal modo que le sea posible
seguir endeudándose racionalmente, al mismo tiempo que,
mediante el mecanismo de compra de su propia deuda, pueda
reducir su monto. Con este criterio se esperaría que, de un
saldo de deuda de 9.911 millones de dólares a 1990 (valor que
no incluye atrasos), el país pueda pasar, hacia el año 2000 a
un saldo menor, de 7.475 millones de dólares.

Si esto se lograra, la carga de intereses en relación con las
exportaciones de bienes y servicios disminuiría de un actual
29.5 por ciento, a un razonable 11.5 por ciento al año 2.000.

Los resultados

En los cuadros que se presentan se ha tratado de sintetizar
los resultados de este interesante ejercicio. Su análisis nos
permite, además, establecer ciertas conclusiones que bien
valdría la pena tomen en cuenta quienes hacen las decisiones
de política, con el fin de que puedan balancear las
posibilidades y limitaciones que pueden tener las ofertas
desmesuradas, típicas de un período como el que el país,
resignadamente, se apresta a vivir nuevamente.

El ejercicio permite apreciar claramente que la única manera
de lograr resultados económicos y financieros razonablemente
aceptados es actuando, simultáneamente, sobre el
comportamiento de las exportaciones y sobre la deuda externa.,

Si los esfuerzos para crecer se basara solamente en las
exportaciones, aún en la hipótesis optimista, el crecimiento
económico sería insignificante y la condición financiera del
país, sumamente frágil. Esta situación se da principalmente,
por las limitadas perspectivas - por lo menos hasta ahora- de
la producción de petróleo; si no se descubren nuevas reservas,
habría una clara tendencia a la reducción de los volúmenes
exportables. en cuanto a precios, las tendencias actuales del
mercado no permiten prever, por lo menos durante cinco años,
una mejora digna de tomarse en cuenta. Aún después de 1995, la
recuperación del mercado internacional sería muy lenta.

Los mayores volúmenes de exportación que podrían , con una
política de fomento decidida, lograrse, en el mejor de los
casos solo estarían compensando la caída -o cuando más el
estancamiento- de los ingresos petroleros.

En estas condiciones, recurrir al endeudamiento para compensar
los ingresos en divisas (aunque el país estuviera en condición
de conseguir crédito), solo significaría que gran parte de los
nuevos recursos se estabilizarían en el pago de mayores
intereses. Por lo mismo, el estudio plantea con realismo que
es imprescindible continuar la búsqueda ya iniciada de
mecanismos para reducir el nivel absoluto de la deuda, como la
única manera de asegurar mayores recursos aplicables al
crecimiento económico.

En cuanto a las importaciones, es probable que la nueva
estructura que exigirá al país la apertura total al exterior y
el consiguiente proceso de reestructuración de su sistema
productivo, aunque la relación entre las importaciones y el
PIB. Posteriormente es probable que esta relación se
estabilice, mediante un aumento en la eficiencia del uso de
las divisas, una vez que el país se ajuste al nuevo modelo de
intercambio que producirá la apertura.

Sin embargo, aunque se cumplieran los supuestos explícitos en
esta hipótesis media, las condiciones de la población
ecuatoriana no tendría ninguna mejora en términos reales.

El ingreso por habitante se mantendrá sin cambios el fin del
siglo. Por tanto, hacia el año 2.000 si no ocurre un
cuasimilagro, los ecuatorianos seguiremos en las mismas
precarias condiciones que hoy.

Ojalá que las predicciones se equivoquen...!

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ESCENARIO: ENDEUDAMIENTO POSITIVO SIN COMPRA DE DEUDA
Principales Indicadores
--------------------------------------------------------------

CONCEPTO 1990 1991 1995 2000
--------------------------------------------------------------
1. MOVIM. NETO DE -1.405 -1.333.5 -393.3 -112.0
DEUDA (MILL US$)
--------------------------------------------------------------
2. DISPONIBILIDAD PARA 1.851 1.899 3.414 4.633

IMPORTAR (MILL US$)
--------------------------------------------------------------
3. IMPORTACIONES 2.542 2.803 3.607 4.836

(MILL US$)
-------------------------------------------------------------
4. ENDEUD. NETO. DESDE 1.668 6.113
1991 AL AÑO QUE SE
INDICA (MILL US$)
--------------------------------------------------------------
5. PIB TOTAL (TASA %) 2.3 2.2 2.2 2.2
--------------------------------------------------------------
6. PIB PER CAPITA
(SUCRES DE 1975) 18.000 18.816 18.816 18.816
--------------------------------------------------------------
7. SALDO DEUDA EXTERNA
(MILL DE US$) 1/ 9.911 9.435 11.103 15.548

--------------------------------------------------------------
8. RELACION PORCENTUAL
(INTERESES/EXPORT
Bs Y Ss.) 29.5 26.5 24.8 26.5
--------------------------------------------------------------

NOTA 1/ Excluye atrasos acumulados a 1991
FUENTE: Escenarios macroeconómicos - Secretaría General
de Planificación - CONADE. Agosto de 1991.



CUADRO No 2

--------------------------------------------------------------
ESCENARIO: ENDEUDAMIENTO POSITIVO CON COMPRA DE DEUDA
Principales indicadores
--------------------------------------------------------------
CONCEPTOS 1990 1991 1995 2000
--------------------------------------------------------------
1. MOV NETO DE
DEUDA (MILL US$) -1.405 -1.333.5 -393.3 -112.0
--------------------------------------------------------------
2. DISPONIB PARA
IMPORTAR
(MILL US$) 1.851 1.899 3.414 4.633
--------------------------------------------------------------
3. IMPORTACIONES
(MILL US$_ 2.542 2.803 3.607 4.836
--------------------------------------------------------------
4. ENDEUDAM NETO DESDE 1991 AL AÑO
QUE SE INDICA (MILL US$) 1.962 3.329
--------------------------------------------------------------
5. PIB TOTAL
(TASA %) 2.3 2.2 2.2 2.2
--------------------------------------------------------------
6. PIB PER CAPITA
(SUCRES DE 1975) 18.816 18.816 18.816 18.916
--------------------------------------------------------------
7. SALDO DEUDA
EXTERNA
(MILL DE US$) 1/ 9.911 9.435 6.108 7.475
--------------------------------------------------------------
8. RELACION PORCENTUAL
(INTERESES/ EXPORTA
Bs Y Ss) 29.5 26.5 12.0 11.5
--------------------------------------------------------------
NOTA: 1/ Excluye atrasos acumulados a 1991
FUENTE; ESCENARIOS MACROECONOMICOS -SECRETARIA GENERAL DE
PLANIFICACION DE PLANIFICACION - CONADE. Agosto de 1991.


MARTES ECONOMICO No 148. (24.09.91) ( Páginas 3,4,5,8).

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