APRENDER A ADELGAZAR, Por Clasina Kraan

QUITO. 30.09.91. Debe evaluar su problema de forma individual.
Abandone mitos y promesas de lograr resultados increíbles y
rápidos. Es indudable que los cánones de belleza han estado
regidos desde siempre por factores socioculturales: así, en
épocas de Rubens a ninguna mujer se le hubiera ocurrido
someterse a una dieta de adelgazamiento para curar la
celulitis de su piel, mientras que en tiempos de penuria
económica se imponen las formas redondeadas, cuando impera la
opulencia la mujer suele llegar a extremos de delgadez
verdaderamente alarmantes. La cirugía estética tampoco es
ajena al fenómeno: en la actualidad es posible lograr un
cuerpo a la medida del gusto del consumidor; así, opulentos
pechos se combinan con cuerpos por lo demás delgados.

A través de las modelos del cine y la televisión -¿quién no
recuerda a la esquelética Twiggy de los años 60?- se imponen
las medidas exactas que cada mujer "debe" tener para no
sentirse al margen de la moda. Como si fuera poco, la
propaganda de productos dietéticos que prometen curas de
adelgazamiento casi mágicas, no hace más que reforzar los
actuales imperativos estéticos. Antes del verano, todas las
revistas y periódicos atiborran sus páginas femeninas con
regímenes que prometen alcanzar el peso ideal con poco
sacrificio y en tiempo record.

Los resultados saltan a la vista: la mayoría de las veces la
pérdida de peso se logra a costa de la anemia por falta de
hierro o de un alarmante aumento del colesterol o del ácido
úrico. En este contexto, no debe sorprendernos que las
patologías carenciales sean una consecuencia de la abundancia.
Tras los denodados esfuerzos por lograr una silueta
estilizada, no es raro que luego de las vacaciones volvamos a
casa con unos kilos de más. Comidas fuera de hora, abundantes
bocadillos y alcohol disfrazado de bebidas referescantes hacen
su trabajo de zapa y disparan el fiel de la balanza.Causas y
consecuenciasdel aumento de pesoSi bien existen familias de
obesos, una detallada observación de sus hábitos alimenticios
nos lleva a la conclusión de que todos sus miembros suelen ser
amantes de la buena mesa y de los placeres del vino.

Por otra parte, también influyen en la obesidad ciertos
factores socioculturales: profesiones como las del carnicero,
el cocinero o el hombre de negocios se asocian con un buen
pasar económico y con grandes comilonas. Los especialistas en
nutrición han observado que, debido a que constituyen una
fuente de desequilibrio en los horarios de comida, también los
trabajos nocturnos predisponen a la obesidad.Los trastornos
emocionales tampoco son ajenos a los aumentos de peso
desmedidos: más de una persona comienza a comer sin poder
parar tras el duelo por la pérdida de na persona querida o
como consecuencia de una separación afectiva.

En tanto, la inveterada costumbre de picar , patrimonio de
muchas mujeres, hunde sus oscuras raíces en el tedio. Muchas
se pasan el día en el frigorífico buscando algo con qué
combatir el hastío, el aburrimiento y la depresión. Por otra
parte, todos sabemos que las tensiones emocionales engordan al
gordo y adelgazan al flaco.Tanto el alcohol, como el tabaco,
conspiran en silencio para agravar las consecuencias del
exceso de peso. Así, entre los bávaros es muy conocida una
patología especial que deriva del consumo desmedido de
cerveza. Además de empeorar las enfermedades cardiovasculares
y la hipertensión arterial, la obesidad puede complicarse con
trastornos tales como la diabetes, la gota y la
arteriosclerosis.

Medidas inteligentes

El control de la obesidad exige el abandono de los mitos y las
promesas de lograr resultados increíbles y rápidos; ésta es la
única forma de poder enfocar el problema con criterio
realista. Toda persona que decide adelgazar debe ponerse en
manos de un especialista serio y responsable que evalúe su
problema de forma individual.

Tanto las tisanas, como los anorexígenos y los extractos de
tiroides constituyen un arma de doble filo. Mientras las
primeras producen diarrea e impiden la absorción de nutrientes
esenciales para el organismo, los anorexígenos pueden afectar
el sistema nervioso y los extractos de tiroides mal indicados
rompen el delicado equilibrio hormonal.

Ciertas dietas basadas en el consumo exclusivo de frutas o de
grasas son totalmente irracionales. La obesidad se debe a un
exceso de consumo de calorías y a una desproporción entre los
hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas. Por eso,
para adelgazar, es necesario volver a una dieta armónica
ayudada por ejercicios que contribuyen a quemar el exceso de
grasas. Un cambio radical en los hábitos alimenticios le
demostrará al obeso que todo lo demás es fantasía. (REPORTAJES
EFE)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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