Quito. 13.03.95. "Soy un shuar ecuatoriano, vicepresidente de la
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, y traigo
la voz de toda la sociedad, como una prueba de la vocación
democrática de mi país. Los ecuatorianos -los niños y los
obreros, las mujeres, los indígenas, los campesinos, todos los
ciudadanos- se presentan hoy por la lucha de mi pueblo; en las
fronteras por el territorio, en la democracia por su
reconocimiento. Sus esperanzas de desarrollo social se afincan en
la fortaleza con la que todos podamos afrontar la construcción
armónica del Ecuador, como un país plural y moderno... Represento
a los ecuatorianos porque entendemos el progreso como el
reconocimiento de la diversidad".

Así inició Rafael Pandam su discurso ante los cientos de
representantes de 113 naciones que permanecen reunidos hasta hoy
en Copenhague, escenario de la Cumbre de Desarrollo Social. En su
intervención, la lucha contra la pobreza, la búsqueda de un mundo
en el que prime la equidad, la defensa del medio ambiente y el
respeto a la diversidad como un factor inherente a la democracia,
se mostraron como necesidades agrupadas en torno a un objetivo
gigante: la paz.

"La armonía de la selva, en la cual he nacido y cuyo idioma
hablo, ha sido rota por la lucha y el combate -dijo-; nuestro
territorio, nuestro habitat es escenario de derramamiento de
sangre de hermanos y de destrucción de la naturaleza".

Un medio convertido en fin

Internándose en la realidad de pobreza que vive la mayor parte de
la población en Ecuador y en el mundo, Rafael Pandam afirmó en su
discurso que la sociedad civil ha cuestionado las formas del
desarrollo del pasado y del presente. "Ayer y hoy -señaló-, se ha
priorizado el crecimiento económico; se lo ha convertido en un
fin y no se lo ha tratado como lo que es, un medio para el
desarrollo. Los actuales modelos se derrumban por ineficaces".

Para Pandam "se debe definir los nuevos rumbos hacia la equidad;
hay que determinar las nuevas responsabilidades y atribuciones
del Estado y de la sociedad, como esfuerzos nacionales para el
logro del desarrollo social sustentable y solidario".

"La política social debe ser soberana, estable, concertada y
basada en el respeto a los derechos humanos -agregó-. Exigimos
eficiencia al Estado y a la sociedad civil. La única forma de
lograr un rumbo claro de progreso es un acuerdo de política
social, que conduzca al desarrollo nacional en base a la
superación de la pobreza y al avance del conjunto del país".

­Queremos la paz!

"Queremos la paz para retomar nuestra relación equilibrada con la
naturaleza -dijo Pandam en otra parte de su discurso-. Ella nos
exige que la paz sea digna. Que los ecuatorianos logremos los
objetivos de desarrollo que la historia nos ha deparado".

"Pertenecemos a una comunidad que tiene derecho a una salida
soberana al río Amazonas. Nuestros territorios no pueden jamás
volver a ser escenario de guerra. Ni nuestra gente puede volver a
ser objeto de sufrimiento y muerte. Las fronteras deben permitir
el intercambio equitativo y libre. No pueden ser instrumento de
división de los pueblos, deben ayudar a cumplir objetivos
históricos de solución de la agenda política y social inmediata",
señaló enfáticamente, y agregó la vocación del Ecuador "no es la
expansión sino la dignidad".

"La lealtad con nuestro futuro es lograr la solución definitiva
del conflicto territorial. Nadie lo dude", agregó.

DIVERGENCIA Y TOLERANCIA

La situación de los pueblos indios y la necesidad de un respeto a
la diversidad fueron temas trascendentales en la disertación que
Rafael Pandam hiciera en la Cumbre de Desarrollo. "Los pueblos
indígenas del Ecuador y del mundo demandamos a ustedes y sus
conciudadanos que reconozcan nuestro derecho a la existencia como
pueblos", dijo.

"¿Qué queremos decir? Que nuestro territorio ancestral sea
nuestra base cultural y económica; que nuestro ecosistema no es
una variable de los administradores de la riqueza, sino que es
nuestra vida; que queremos paz para poder vivir en nuestra
cultura; que nuestra cultura es parte fundamental de la cultura
de las naciones; que podemos dotarnos del sistema de
participación de nuestros antepasados en los territorios, como
perfeccionamiento de la democracia actual", explicó.

Y agregó: "...hemos aceptado que la comunidad internacional, en
respuesta a nuestra demanda, abra un Decenio de los Pueblos
Indígenas. En diez años, la conciencia de la humanidad sabrá
reconocer los avances o los retrocesos. Sabremos decir si ustedes
nos aceptan como parte de la diversidad tolerante y si nosotros
hemos sabido tolerarlos, pese a la exclusión a la que se nos ha
sometido".

EN BUSCA DE UNA CIUDADANIA SOCIAL

A través del gran foro de la Cumbre de Desarrollo, Rafael Pandam
expresó al mundo el deseo del pueblo ecuatoriano de que los
resultados de la cumbre representen un compromiso mundial para
erradicar la pobreza, crear empleo productivo y fomentar la
integración social. "Aspiramos a que la política social sea la
base de las relaciones sociales de nuestros países. La paz y el
desarrollo social son el fundamento de la relación entre
ecuatorianos y con las sociedades civiles del mundo", señaló.

CIUDADANþA Y DIVERSIDAD

Para Pandam, el ajuste combinado con la ineficacia estructural
han llevado a la desintegración social, proceso que se debe
detener con el esfuerzo de todos, con la corresponsabilidad de
quienes más tienen en este mundo interdependiente. "Confiamos
que, en el futuro, la presencia de los organismos internacionales
sea eficiente", dijo.

Según señaló en su intervención, hoy los actores del país podemos
vernos a la cara sin temores, para unir y transformar al
Ecuador... y es el momento histórico para hacerlo, pues "nadie
puede negar a ninguno de los actores, ser artífice cotidiano del
país, ni tampoco imponernos el modo de hacerlo".

Pandam afirmó también que en nuestro país hasta ahora es
insuficiente el desarrollo de la ciudadanía y es inexistente la
ciudadanía social para las nacionalidades indígenas, para los
jóvenes, las mujeres y los niños.

"Estas ciudadanías están asociadas a la diversidad, como un
derecho social -dijo-. Se trata de construir un proyecto social
desde orígenes diversos. El injusto presente y nuestra concepción
de futuro también nos hace diferentes, en el marco de los
derechos humanos. Tal vez, es preferible hablar de coexistencia
social antes que de integración impuesta".

EL COMPROMISO DE ECUADOR

Finalmente, Rafael Pandam afirmó antes los representantes del
mundo que "las ecuatorianas y los ecuatorianos nos comprometemos
a ejecutar las resoluciones a la cumbre y de los acuerdos
internacionales anteriores".

"Nos comprometemos ante la opinión pública del mundo a crear las
condiciones de una paz verdadera entre vecinos que estiman y
valoran la dignidad del otro; a asumir un compromiso serio de
mantenimiento del medio ambiente, que llame la atención y
condicione a la revolución tecnológica en curso", dijo, y agregó
que los ecuatorianos y ecuatorianas hemos asumido la obligación
de multiplicar nuestras iniciativas de integración frente al
mundo para contribuir a la solución de los más importantes temas
de la agenda del desarrollo social internacional.

"Una frase de mi pueblo dice: los pueblos del Ecuador somos la
tierra que piensa, tierra que ama la vida, tierra que defiende
los verdaderos derechos humanos: la paz, la justicia y la
libertad para el mundo. Somos hijos de Arutam, que tiene poder de
vida sobre la tierra. El es la palabra, la sabiduría, los
conocimientos y la llave del universo", concluyó. (7B)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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