Quito. 27.03.95. El sistema financiero moderno cumple un doble
rol: canalizar fondos hacia las actividades más productivas y
disminuir el riesgo global de la economía al lograr una mayor
dispersión de captaciones y colocaciones. Esta función
esencial se basa en la capacidad del sistema para establecer
un precio justo (tasa de interés) que sea lo suficientemente
atractivo para que el oferente deje de consumir esos recursos,
y garantice que el beneficio futuro de esos fondos va a ser
superior al beneficio actual motivándole a posponer su
consumo, pero que al mismo tiempo asegure el interés del
demandante en recibirlos.

Además, debe ser capaz de mantener una relación adecuada entre


CARACTERISTICAS DE LA BANCA ECUATORIANA PRIVADA

- Bajo nivel de capitalización.

- Gran concentración de poder y de capitales.

- El sistema bancario privado está ligado a unos pocos
grupos económicos y depende de ellos.

- Existe cruce de capitales y de crédito con instituciones
no financieras pertenecientes al grupo económico que
controla el banco respectivo.

- No existe una verdadera especialización en las funciones
que le competen a la banca privada.

- Tiene una elevada tecnología de servicios.

-Muestra una tendencia a un exceso de activos improductivos

los plazos de las captaciones y colocaciones que normalmente
son muy disímiles, realizando estas diversas labores de la
forma más eficiente, con el menor costo posible para que la
mayor parte de ganancias en la operación de intercambio queden
realmente en manos del oferente y del demandante de recursos.

CARACTERISTICAS DE LA BANCA PRIVADA ECUATORIANA

Si se compara con los del Area Andina, los bancos ecuatorianos
resultan excesivamente pequeños. Por ejemplo, el componente
capital-reservas de uno de los bancos colombianos, el Banco de
Bogotá, supera la suma de todo el capital y reservas del
sistema bancario ecuatoriano y sus utilidades superan todas
las utilidades combinadas del sistema bancario y financiero
nacional. Por este motivo, el problema no radicaría en la
creación y apertura de nuevas instituciones, sino en la
concentración de sus capitales y en el fomento de un proceso
que conduzca al establecimiento de instituciones más grandes y
más poderosas.

La banca ecuatoriana sufrió hasta inicios de los 90 un agudo
proceso de descapitalización en términos del capital expresado
en dólares, debido al bajo nivel de rentabilidad, provocado
por factores como políticas de encaje del Banco Central, y
otros inherentes a la estructura del control accionario, a la
función que los bancos cumplen dentro de los conglomerados
económicos a los que pertenecen y a las políticas de inversión
y reinversión de las utilidades.

Sin embargo, se nota en los últimos años un crecimiento de la
participación de los accionistas en las instituciones, con un
importante aumento en sus cuentas patrimoniales. Así, en 1980,
el capital y reservas del sistema bancario privado equivalía a
207 millones de dólares, en diciembre de 1990 a 123 millones y
para septiembre de 1994 a 400 millones, aproximadamente. En
cuanto a la rentabilidad "sobre la mesa" (sin contar
utilidades colaterales del grupo) en 1990 fue, después de
impuestos, de un 19% (frente a una inflación muy superior),
mientras que en 1994 llegó al 42%.

Queda clara la limitación que impone una baja capitalización.
El Banco de Bogotá, con un capital de 200 millones de dólares
puede financiar a un solo cliente un proyecto de 30 millones;
en cambio, los mayores bancos ecuatorianos con capitales que
no superan los 50 millones, no pueden financiar a un solo
cliente un proyecto mayor a 5 millones. Así, la limitación
para financiar proyectos grandes queda establecida por la aún
baja capitalización del sistema bancario ecuatoriano.

La rentabilidad sobre el patrimonio -relación que establece el
grado de retorno de la inversión de los accionistas y los
resultados obtenidos por la gestión operativa de la
intermediación financiera- a septiembre de 1994, de los 5
mayores bancos ecuatorianos es de un 25% en promedio, mientras
que para el caso Colombia este promedio bordea el 14% y para
los bancos peruanos el 10%.

En lo que se refiere al respaldo que ofrece el banco a sus
clientes a través de su patrimonio, para el caso ecuatoriano
bordea el 9%; para los bancos colombianos, es del 13%; y para
los peruanos, también el 9%.

El problema de la concentración. Se presenta en el control de
capitales, no sólo de bancos sino de sistemas financieros
globalizados. Todo el sistema bancario privado está controlado
por no más de 200 personas. Hasta hace pocos años, la banca
privada ecuatoriana podía incluso ser denominada como banca
familiar porque prácticamente cada banco estaba asociado al
control de una o más familias determinadas. Según Alfredo
Arízaga, la concentración en el sistema no debe ser muy alta,
entre un 40% o 45% de los depósitos o activos productivos
debería estar repartida entre un número suficiente de
participantes.

Fuera de este proceso de concentración, existe otro elemento
asociado a las empresas vinculadas a un banco determinado. La
mayor parte de los créditos de la institución bancaria fluye
hacia las empresas del grupo respectivo. De esta manera,
además del control monopólico del crédito implícito en esta
estructura, surge el problema de la vulnerabilidad de los
bancos frente al desempeño del grupo. De acuerdo a la
legislación vigente, un banco no puede ser accionista de otro
banco, pero sí de una entidad financiera de desarrollo o
viceversa. Esto plantea el problema de la transparencia de la
estructura de los capitales del sistema financiero nacional
pero también la propuesta de creación de un banco múltiple,
cuyo capital refleje efectivamente su estructura de
participación en otras entidades financieras.

Sin embargo, no todos los bancos están en las mismas
condiciones. Por lo menos los bancos más grandes sí realizan
un análisis de las posibilidades de repago implícitas en los
proyectos para cuya ejecución se solicita el crédito. En
ciertos bancos, el nivel de conocimiento técnico es
significativo, incluso si se lo compara con el nivel de otros
países latinoamericanos.

El problema de la supervisión del sistema bancario está
íntimamente relacionado con la calidad de la administración de
los bancos: precisamente los problemas encontrados por la
Superintendencia en el funcionamiento de los bancos se refiere
a este aspecto. Por eso, en la nueva legislación se contempla
la posibilidad de intervención directa de la Superintendencia
en el manejo administrativo de los bancos.

Otra característica operacional de los bancos es el desnivel
que existe entre los gastos de operación y los activos fijos
frente a los créditos. Se afirma que la rentabilidad de la
banca ecuatoriana es la más baja de América Latina, aunque,
como se desprende de varios elementos descritos, la
explicación no siempre coincide. Por un lado, se le atribuye a
la permanente intervención de las autoridades de supervisión,
a las limitaciones impuestas a su expansión o, en general, al
conjunto de reglamentaciones existentes para el control del
sistema bancario. Por otro, la baja rentabilidad aparece como
reflejo del propio funcionamiento de los bancos privados que,
si bien no producen grandes ganancias, sí permiten su
generación en el grupo económico que los controla.

En lo que respecta al crédito, es lógico que éste se concentre
entre quienes son verdaderamente "sujetos de crédito", pero en
la práctica existe una gran concentración, agudizada
últimamente con la apertura a la inversión y los contratistas
extranjeros. Se ha manifestado, en diferentes oportunidades,
que actualmente un 25% del crédito ecuatoriano en sucres se
concede a las empresas extranjeras, dada la alta garantía que
poseen.

INDICADORES DE LOS BANCOS
-a septiembre de 1994-


Pasivos/ Rentabilidad Patrimonio/
patrimonio sobre activos
patrimonio (%)

ECUADOR

FILANBANCO 10.9 8.7 8.3
PACIFICO 6.4 5.5 13.4
PICHINCHA 8.6 45.7 10
PROGRESO 13.0 46.6 7
CONTINENTAL 10.4 20.0 8.8

COLOMBIA

COLOMBIA 16.3 23.0 5.8
BOGOTA 3.6 8.0 21.4
BIC 4.8 12.0 17
GANADERO 11.7 9.5 7.9
OCCIDENTE 6.6 12.6 13

PERU

CREDITO 10.2 11.6 9
WIESE 10.1 14.5 8.3
MERCANTIL 9.8 2.9 9.2


Durante 1994, la cartera de todo el sistema financiero creció
nominalmente en alrededor del 42%, lo que indicaría que hay
disponibilidad de recursos crediticios. Sin embargo, es obvio
que los recursos financieros pueden crecer sin que ello
implique una mayor disponibilidad de ahorros en el conjunto de
la economía nacional. En efecto, el crecimiento de los
recursos canalizados por el sistema financiero formal puede
solo reflejar una modificación de las prácticas de los
inversionistas. En la economía ecuatoriana, el ahorro es
insuficiente, aunque una parte cada vez mayor sea canalizada a
través del sistema financiero.

A pesar de contar con un sistema financiero bastante
sofisticado, no se han desarrollado instrumentos adecuados
para la captación y generación de ahorros. Frente a las
múltiples ofertas de ahorro de corto plazo, fuertemente
publicitadas, no ha habido preocupación de los bancos por
superar el carácter abiertamente especulativo de los depósitos
conrespondientes que adquiere su expresión máxima en las
compras de repos y en las colocaciones de fin de semana.

También se debe reflexionar acerca de los efectos de la
política cambiaria sobre la disponibilidad crediticia y sus
efectos inflacionarios. Se puede destacar el hecho de que si
bien la política cambiaria ha seguido un paso devaluatorio del
sucre aproximadamente al ritmo inflacionario, la base desde la
cual se comenzó esta política de devaluación gradual fue
inapropiada. El sucre ha estado, por ello, permanentemente
sobrevaluado.

Sin embargo, una flotación atentaría contra el mantenimiento
de paridades cambiarias relativamente estables dentro del Area
Andina. Se aborda aquí un tema poco analizado en el proceso de
integración: mientras existan políticas divergentes y,
fundamentalmente, tasas de inflación diferentes entre los
países del área, será muy difícil mantener paridades
cambiarias que reflejen un nivel relativamente estable de
precios reales para el conjunto de la región.

EXCESIVA COMPETENCIA UN RIESGO

Para Alfredo Arízaga, la competitividad en el sistema
financiero se mide con la presencia de un número cada vez
mayor de instituciones financieras que cuenten con mayor
libertad para realizar sus operaciones.

Frente a esta situación surge una interrogante: ¿Por qué debe
preocupar la estabilidad del sistema financiero? Porque a
diferencia de otras actividades en que la deuda con relación
al patrimonio que aporta un empresario debe estar en una
relación de 1, en las instituciones financieras se manejan
relaciones que van entre 10 y 15 veces. Se maneja así un gran
monto de recursos del público con un patrimonio relativamente
reducido lo cual obliga a que las autoridades tengan una gran
responsabilidad con el público puesto que si un banco quiebra,
el público pierde entre 10 y 15 veces más que los propios
empresarios.

Por otra parte, Arízaga considera que cuando hay más
competencia se reducen los márgenes de intermediación y las
ganancias y como las instituciones compiten por colocar
créditos, se ven obligadas a adoptar posiciones de mayor
riesgo que cuando la competencia es menor. Este mayor riesgo
se refleja en una mayor incobrabilidad de la cartera, pero
como las utilidades para cubrir esta mala cartera son menores
por la competencia, puede llegar un momento en que la calidad
de los activos de riesgo sea tan mala y las utilidades tan
bajas que la institución caiga en problemas.

Lo que vuelve eficiente a un país frente a otro es la
competencia. Sobre este punto, Arízaga señala que no se debe
exagerar en la búsqueda de esa eficiencia, porque la
depuración natural que se da en otros sectores económicos (el
ciclo natural implica que una actividad empieza a florecer con
buenas utilidades, la libre competencia permite que una serie
de agentes económicos ingresen a esta actividad productiva
hasta que la rentabilidad cae tanto que algunos de ellos
llegan a la quiebra), es perniciosa en el sistema financiero
puesto que con una quiebra, los clientes son los más
perjudicados.

DOS OBJETIVOS DIFICILES DE CUMPLIR

Con la liberalización de la economía; tratar de conseguir
estos dos objetivos simultáneamente es muy difícil. Así, para
Arízaga, al haberse liberalizado las importaciones, éstas han
crecido significativamente, frente a lo cual una buena
alternativa sería la entrada de capitales y la única forma de
lograrlo es manteniendo las tasas de interés en niveles altos,
lo que de hecho sucederá. Con las tasas en niveles elevados,
la tasa real complicará la calidad de los activos de riesgo.

Si se dividen las utilidades en relación al patrimonio, la
utilidad es inferior a otras actividades productivas. Los
bancos tienen una mayor facilidad de recuperar, mediante
cobros por servicios, una disminución del margen de
intermediación, de modo que como las financieras toman
recursos y los canalizan a otros sectores, ellas son las
primeras en sufrir los efectos en la reducción de los márgenes
de intermediación.

El nuevo marco regulatorio, que resulta mucho más flexible, ha
ayudado y ha obligado a que las instituciones sean más
competitivas; así, la fórmula de la banca universal o
multibanca permite ser más eficiente al aprovechar las
economías de escala y evitar que se repitan funciones que
pueden agruparse en una sola.

Por otro lado el marco regulatorio pone mucho énfasis en el
control preventivo de las instituciones financieras,
especialmente en el patrimonio real de la instituciones, en la
calidad real de los activos de riesgo y la relación entre
ambos indicadores.

El patrimonio técnico viene a estar constituido por el capital
aportado por accionistas, utilidades retenidas, y
revalorización de los activos, pueden considerarse, además,
las obligaciones convertibles en acciones. De este modo,
analizando el riesgo de los activos, se señala el patrimonio
requerido para cada institución que se lo compara con el
patrimonio real, y si existe una deficiencia se le prohibe
seguir operando hasta que se corrija dicha deficiencia. Esta
calificación toma en cuenta un factor de riesgo muy alto para
las operaciones que se realizan con partes relacionadas,
empresas que pertenecen a los propios accionistas o tienen
alguna vinculación con los administradores del banco. Para
este tipo de operaciones se exige un patrimonio muy alto, lo
cual busca que cuando un grupo empresarial crea su financiera
y quiere dar crédito a sus empresas vinculadas, éste sea con
el capital del banco y no con los recursos captados del
público.

EL FACTOR HUMANO

Aplanar la pirámide, delegar poder y encontrar que el personal
toma como bandera la cultura de la institución es, a criterio
de Pedro Gómez-Centurión, gerente general de Filanbanco, la
base para el éxito de una organización

Las organizaciones modernas dependen de una estructura. Sin
embargo, es la plasticidad, la habilidad para adaptarse según
cómo se presentan las circunstancias, el elemento que vuelve
competitiva a una institución.

Para Gómez-Centurión, el elemento humano es la mayor ventaja
que cualquier institución puede tener frente a sus
competidores. "Se puede contar con el mejor apoyo tecnológico
con tecnología de vanguardia, pero si no se tiene la gente
apropiada para manejar esos sistemas y volverlos eficientes,
no se tiene nada", subraya el funcionario.

Así, la base de Filanbanco es un programa de reclutamiento
interno, a fin de que los trabajadores se inserten en la
cultura interna del banco y comprendan la versatilidad de
funciones: que todo el mundo se debe encargar de cumplir una
función en el momento que se necesite y que los problemas no
son de un área específica del banco sino de toda la
institución. Gómez-Centurión, concluye que el sistema
Financiero ecuatoriano es competitivo y que cuenta con
personal, tecnología y respaldo.

*Texto tomado de: revista EKOS #13 (pag.62-69)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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