Quito (Ecuador). 11 feb 96. En estos dÃas se ha puesto de moda
el tema de los out siders, por lo que valdrÃa la pena hablar
sobre el tema.
El asunto de los "out siders" y los "in siders" se puso de
moda entre los consultores polÃticos hace unos siete años y ha
sido motivo de debates en diversas reuniones organizadas por
el CAPEL, la American Asociation of Political Consultants
(AAPC), la revista "Campaings and Elections" y el Instituto
Latinoamericano de PolÃtica Aplicada (ILPA).
Más del 90% de los consultores polÃticos profesionales que hay
en el mundo son norteamericanos, casi toda la bibliografÃa
sobre el tema está en inglés, es en Estados Unidos en donde se
han desarrollado casi todas las técnicas de esta profesión y
por todo esto los acontecimientos polÃticos de este paÃs son
los que determinan en gran parte la agenda de discusión de los
consultores.
El sistema electoral norteamericano ha funcionado durante
muchos años con enorme estabilidad. Durante muchas décadas ha
sido imposible hacer nada serio en polÃtica fuera de los dos
partidos tradicionales, el Demócrata y el Republicano. Las
estadÃsticas dicen que hay una enorme estabilidad en las
costumbres de los electores norteamericanos: normalmente 80%
de los electores tiende a votar por el mismo partido por el
que votó en el anterior comicio.
En ese paÃs, la mayorÃa de los dirigentes son polÃticos
profesionales.
Muchos de los Senadores, Representantes y Gobernadores
permanecen en sus funciones por décadas por las pocas
limitaciones que existen para la reelección. Cuando revisamos
encuestas aplicadas por informe Confidencial en Estados
Unidos, nos encontramos con que la gente también habla mal de
los partidos y de los polÃticos, pero finalmente termina
escogiendo sus gobernantes entre los candidatos demócratas y
republicanos.
El esquema pareció entrar en crisis hace pocos años. Ross
Perot, empresario multimillonario, decidió buscar la
presidencia de la República desde fuera de los partidos
tradicionales, convirtiéndose en un "out sider" que retaba a
todos los polÃticos que estaban dentro del sistema.
La novedad de Perot en Estados Unidos, coincidió con el éxito
de otras personas que usaron un discurso semejante en América
Latina.
Alberto Fujimori habÃa logrado la presidencia del Perú
destruyendo a todos los partidos y polÃticos tradicionales de
su paÃs. Poco importaron los argumentos de algunos
trasnochados que le acusaron de "chino" y "no peruano" por su
condición racial. Su novedad y originalidad se impuso sobre
una clase polÃtica gastada y sobre la prepotencia de otro "out
sider" que competÃa con posibilidades.
Pero la ola "out sider" continuó. Ramón "Palito" Ortega ganó
la Gobernación de un estado argentino. Un periodista
pintoresco, el "Colorao" Belmont pasó a presidir el Cabildo de
Lima. Carlos Palenque apareció con fuerza en Bolivia, con una
mezcla pintoresca de telenovelas y polÃtica. Todos los
estudios parecÃan asegurar la presidencia de Panamá para Rubén
Blades, mientras crecÃa la popularidad del coronel Chávez en
Venezuela.
El entusiasmo se aplacó después del fracaso de Perot y la
derrota de Blades. La mirada se volvió sobre los falsos
outsiders: polÃticos de vieja data que utilizaban con éxito
el discurso anti polÃtico y algunas de la excentricidades
propias de los outsiders: Menem, Collor de Melo, Caldera,
Durán Ballén, etc.
Las últimas elecciones municipales colombianas, las
elecciones, peruanas y otra serie de eventos semejantes, dicen
que los out siders obtienen buenos éxitos en el ámbito
municipal. A nivel presidencial, parecerÃa que el asunto es
un poco más difÃcil. Además de Fujimori, ningún out sider
real ha tenido éxito en estos años.
Esto no significa que no tienen ninguna posibilidad de
triunfo, sino que no se debe suponer que son invencibles. Los
outsiders tienen éxito cuando se dan condiciones objetivas de
vacÃo polÃtico y en el caso ecuatoriano, parecerÃa que existe
un gran vacÃo en el centro izquierda. Aunque es un sector muy
importante del electorado, no ha encontrado todavÃa una figura
que lo aglutine.
Los electores se fijan en las superficialidades
El outsider es un candidato que sabe llenar las expectativas
de los electores, en una coyuntura en que otros candidatos no
saben hacerlo. En cada circunstancia, la gente busca
distintas caracterÃsticas para su candidato a presidente.
Encontrarlas y saber
cuáles son las importantes y cuáles no, es uno de los trabajos
más importantes de los consultores polÃticos.
En nuestra encuesta nacional del 20 de enero averiguamos
algunas cosas en esa dirección. Hoy entregamos algunas de las
caracterÃsticas externas del candidato ideal.
Le preguntamos al encuestado si cuando escoge su candidato a
la presidencia en 1996 toma en cuenta o no algunos elementos:
juventud, preparación, vestimenta, etc.
De los elementos mencionados, lo que más pareció importarles
es que el candidato tenga tÃtulo universitario. Esto no debe
tomarse al pie de la letra. Significa que les preocupa que
sea realmente preparado. En una época en que hay titulados
universitarios trabajando de taxistas, los electores creen que
el presidente debe haber ido a la universidad como algo
mÃnimo.
El siguiente punto de importancia fue la juventud: asà como
hace cuatro años buscaban alguien "con experiencia", hoy
buscan a alguien con figura juvenil. En algunas
caracterÃsticas de este tipo sà se da una especie de ley del
péndulo. Cuando la popularidad de un presidente es baja, los
electores buscan como reemplazo a alguien que tenga las
caracterÃsticas opuestas.
El vestirse bien y ser guapo tuvo poco peso en la encuesta.
Uno de cada cuatro encuestadores dice que se fija en la
vestimenta del candidato para darle o no su voto y uno de cada
diez dice que se fija en que sea guapo. En algunas de estas
respuestas, hay algo de falso.
La verdad es que estos factores pesan más de lo que parece,
pero muchos encuestados se niegan a confesar que son tan
"superficiales". (PolÃtica) (Diario HOY) (8A)
en
Explored
Publicado el 11/Febrero/1996 | 00:00