Quito. 26 feb 96. Algunos candidatos creen que pueden ofrecer
cualquier cosa para conseguir los votos de electores incautos.
Sin embargo, este juego tiene sus límites.

No cabe ofrecer cosas inverosímiles. Si un candidato lo hace
pierde credibilidad, parece "demagogo" y pierde votos. De no
ser así, estaríamos ante un concurso de dementes en el que
ganaría el que tenga la imaginación más desbordada.

Tampoco cabe que un candidato no ofrezca nada. Si alguien
quiere ser Alcalde y no ofrece hacer nada por la ciudad, por
mi barrio por mí, no tengo razón de votar por él.

Cada vez existe más "voto utilitario" en el mundo y en América
Latina. Muchos de los electores usan su voto como una pequeña
fuente de poder que les permite intentar satisfacer
necesidades inmediatas. Votan por un candidato si creen que
les ayudará en su problema.

Es difícil saber cuáles ofertas mueven votos y cuáles no.
Buena parte de la crisis actual de la democracia nace cuando
la mayoría de los políticos tiene un discurso que no interesa
a los electores. Son demasiado anticuados, teorizantes y no
llegan la realidad de la gente y a sus aspiraciones reales. La
mejor forma de conocer si los electores se interesan o no por
determinados temas y se mueven o no por determinadas ofertas
es aplicar encuestas, que para esto son una buena herramienta.

Hay, sin embargo, algunos problemas. No se trata de preguntar
cualquier cosa y leer unos números. Aunque los electores
tienen una gran dosis de sentido común, carecen en muchos
casos de información. Las respuestas no reflejan
necesariamente actitudes profundas. Muchas veces la gente dice
que podría votar por alguien que ofrezca algo, aunque en
realidad no lo hará nunca. Saber las ofertas que mueven votos
y las que no es un asunto técnico sofisticado sobre el que
hablaremos en otro artículo. Por ahora, veamos lo que dijeron
los electores de Quito y Guayaquil cuando se les propuso
algunas ofertas estrafalarias para sus ciudades.

Las preguntas pertenecen a una encuesta aplicada el día 27 de
Enero dentro del programa Informe Confidencial, a muestras
integradas por 400 ciudadanos en cada una de las dos ciudades
más grandes del país.



Delfines en la alameda y truchas en el Guayas



Una forma de investigar estos temas que se usa mucho en los
Estados Unidos, consiste en preguntar si los electores
estarían más o menos dispuestos a votar por un candidato que
ofrezca más o menos determinada cosa. En las encuestas que
aplica Informe Confidencial en ese país, empleamos esta
formulación y conseguimos información útil. En nuestros
trabajos en países latinos tenemos más dificultades como lo
veremos con estos resultados.

En la ciudad de Quito preguntamos si los lectores estarían más
dispuestos a votar por un candidato a alcalde que ofrezca
poner delfines en la Alameda para que los niños se diviertan.
Un 26 por ciento de los encuestados dijo que si y un 58 por
ciento que no. La aceptación fue mayor entre los menores de 29
años (30 por ciento), y entre quienes nunca han ido a la
escuela (34 por ciento). El grupo menos entusiasta con la
propuesta fue el de los egresados de la universidad (12 por
ciento).

Medimos la aceptación de otra oferta: hacer un túnel a través
del Panecillo. Un 23 por ciento de los quiteños dijo que
estaría más dispuesto a votar por alguien que lo proponga y un
58 por ciento que estaría menos dispuesto. En este caso, los
más entusiastas fueron los encuestados mayores de 53 años (32
por ciento), los de estrato popular (30 por ciento) y los que
no han ido nunca a la escuela (30 por ciento).

Los números dirían que en Quito, uno de cada cuatro ciudadanos
está más dispuesto a votar por alguien que ofrezca cualquier
cosa para ser Alcalde.

En Guayaquil preguntamos si estarían más dispuestos a votar
por un candidato a alcalde que ofrezca poner criaderos de
truchas en el río Guayas para que pesquen los pobres. Un 55
por ciento de los encuestados dijo que sí y un 36 por ciento
que no. Entre quienes no han ido a la primaria la aceptación
llegó al 69 por ciento y entre los jóvenes un 61 por ciento.
Hacemos notar que en el texto de esta pregunta hay un elemento
"social" que explica estas cifras. Se habla de "los pobres" y
mucha gente suele decir que está dispuesta a votar por quien
diga que va a hacer cualquier cosa para ayudarlos.

Otra propuesta medida fue la de construir una piscina olímpica
es la Isla Santay, cosa absurda para cualquier persona que
sabe que esta isla no tiene conexión con la ciudad. Sin
embargo, hubo un 41 por ciento que dijo que estaría dispuesto
a votar para alcalde por quien esto ofrezca, frente a un 51
por ciento que dijo que estaría menos dispuesto.



La limpieza de las casas y el municipio



En ambas ciudades medimos otra oferta peculiar: que los
servicios de recolección de basura de los municipios ayuden
limpiar sus casas. La propuesta tuvo buena aceptación: un 48
por ciento de los quiteños y un 76 de los guayaquileños
dijeron que estarían más dispuestos a votar por candidatos a
alcalde que ofrezcan esto. Dijeron que estarían menos
dispuestos un 36 por ciento de los capitalinos y un 22 por
ciento de los porteños.

¿Significa esto que encontramos la información mágica para
ganar la próxima alcaldía? No. de ninguna manera. Las técnicas
para saber qué mueve a los votantes para decidirse por uno u
otro candidato son bastante más sofisticadas que hacer
preguntas simples y leer números. Los números muchas veces
engañan con sus guarismos y sólo un buen nivel de experiencia
y preparación permite que se obtengan conclusiones válidas de
tanto número y de tanta encuesta.

Por otra parte, felizmente, siempre hay un nivel de
complejidad del ser humano que escapa a la lógica de las
investigaciones. De lo contrario viviríamos en un mundo
aburrido y totalmente predecible. (DIARIO HOY) (P. 9-A)
EXPLORED
en

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