Quito. 23. feb 96. Por impuestos ilegales a los vendedores ambulantes mama Lucha y los suyos recaudaban alrededor de 75 millones de sucres mensualestransformados en bienes a su nombre, de su familia y socios, dicen los
informes policiales y judiciales preliminares. Sólo en un mercado la
cantidad bordeaba los 12 millones mensuales.
No actuaba sola. TenÃa una cadena de fieles servidores en todos los
mercados. Según declaración de Lucila MarÃa Unapucha Morales, hermana de
Augusto Unapucha, asesinado en vendetta por el ataque con arma blanca que
hicieron a Luz MarÃa Endara, más conocida como mama Lucha, fue designada
vocal de la Asociación de Comerciantes del Mercado Iñaquito. Endara era
coordinadora. Unapucha se encargaba de cobrar 500 sucres -como tasa de
recolección de basura- por puesto de venta, dos veces por semana. El dinero
era entregado a Mercedes Caizaguano quien a su vez lo pasaba a mama Lucha.
Además, "Endara, cada quince dÃas exigÃa el pago de 10, 20 y 30 mil sucres
por un puesto en Iñaquito".
Lucila Unapucha también se encargaba de cobrar, cada lunes, 3 mil sucres
por puesto en el mercado América. El dinero recogido pasaba a manos de
Piedad Rea RodrÃguez quien posteriormente lo entregaba a mama Lucha. Rea
también era la encargada de hacer los cobros en los mercados de Cotocollao
y la Vicentina.
En el mercado de La Ofelia le ayudaban Gloria y Manuel Acosta e Inés
Rivera. En un dÃa de feria recaudaban 2.800.000 sucres. El dinero era
entregado a Geovany Alvear, presidente de la Asociación de Comerciantes de
la Feria Libre.
Denuncias de vendedores de San Roque aseguran que mama Lucha cobraba en las
afueras del mercado tarifas de 10 a 80 mil sucres por feria, dependiendo
del puesto y del automotor. Alicia Miño de Armas hacÃa de presidenta de la
Asociación. Le ayudaban Blanca Puruncajas y Blanca Panchi.
EVIDENCIAS
Por orden del juez decimotercero de lo Penal de Pichincha, el 31 de enero y
primero de febrero fueron allanados diez domicilios de Luz MarÃa Endara y
su banda amiga, Los chicos malos. La policÃa encontró evidencias que se
supone son producto de la extorsión y de otras actividades ilÃcitas, como
el robo.
En su casa del barrio San Roque recogieron cartas de condolencia del
Municipio de Quito, copias de comunicaciones de funcionarios del Cabildo y
la Dirección de Mercados del Municipio, solicitudes personales de ayuda,
credenciales de la Asociación de Vendedores de El Camal, documentos de un
reservista colombiano y copias de documentos de algunos representantes de
los mercados de Quito. Además se encontraron 15 letras de cambio por
5.500.000 sucres; 9 libretas de ahorro a nombre de familiares, amigos y
asociaciones de vendedores; 4 cheques por 5.400.000 sucres, dos de ellos
protestados; 7 contratos de compraventa: 5 por camionetas compradas por
Ãngela Sánchez Endara, sobrina de mama Lucha, y otro por 130 millones de
sucres a favor de la misma.
En la quinta San Luis, sector El Panecillo, se localizó un túnel donde
supuestamente encerraban y torturaban a sus enemigos. En San Luis se
encontró una bodega con 182 artÃculos: televisores, equipos de música,
maletines, pacas de ropa, juguetes, cámaras fotográficas, equipos médicos,
etc, por un monto que supera los 25 millones de sucres.
Se localizaron dos cajas fuertes con secretos que serán descubiertos cuando
el juez lo decida.
Vacunada contra juicios
Pese a las múltiples denuncias que incluso llegaron a los tribunales, Luz
MarÃa Endara siempre fue inmune a la ley.
Vistazo fue el primer medio de comunicación que en octubre de 1992
detalló este problema social. Las autoridades no hicieron nada y la
revista fue enjuiciada y felizmente absuelta de la acusación de calumnia.
El 14 de diciembre de 1994, en la Comisión de Mercados del Municipio de
Quito se hicieron denuncias verbales sobre las extorsiones de esta mujer.
Una comisión especial realizó una investigación pero no sucedió nada.
El 7 de febrero de 1995 el Consejo Metropolitano no pudo sesionar por
incidentes protagonizados, entre otros, por mama Lucha.
El 10 de febrero de 1995 el concejal Ãscar Ayerve de la Izquierda
Democrática que hacÃa denuncias contra la actual administración
municipal, fue golpeado en una radio por seguidores de Endara.
En diciembre de 1995 falleció en un accidente de tránsito Luis Endara,
hermano de Luz MarÃa, y ella ordenó cobrar un impuesto para su funeral.
El 22 de enero de 1996, mama Lucha fue apuñalada luego de una discusión
en el Mercado América.
El 23 de enero de 1996 Los Chicos Malos dirigidos por los sobrinos de
esta mujer, vengaron el ataque asesinando a César Augusto Unapucha.
El 25 de enero de 1996 el ministro de gobierno Xavier Ledesma ordenó
desmantelar la banda e iniciar una investigación de las actividades de
mama Lucha y fue a la cárcel casi toda su familia y varios amigos. La
orden de captura se extendió a ella que se cumplirÃa cuando termine de
tratarla el sicólogo.
El monólogo de "mama Lucha"
Dice que ella no ha extorsionado, sino que por el contrario, ha sido
vÃctima del abuso de la PolicÃa
¡Yo soy la señora Luz MarÃa Endara y a mÃ, mis hijos me dicen de cariño
mama Lucha, mamita Luci, y no me puede venir a decir asà cualquier ¡cojudo
como sacan en todo lado!
Mi papá fue policÃa retirado. Mi viejita que hasta hoy vive, tiene 95 años.
Mis padres trabajaban con el doctor Enrique EcheverrÃa y con el doctor
Telmo Andrade que juntos tenÃan un consultorio jurÃdico. Yo trabajaba junto
con mis padres y también estudiaba. Mis padres se retiraron y empecé a
trabajar yo con el doctor VÃctor Toro Espinosa, por el lapso de 20 años. El
doctor me pagaba 300 mil sucres mensuales. Me mandaba a dejar y traer los
escritos como mensajera. En ese entonces, cuando iba a dejar los escritos a
la ahora OID, me conoció el que ahora está de comandante general (Marco
Hinojosa). En ese entonces estaba de subjefe de la OID.
La policÃa una vez me hizo daño. Es bastante vergonzoso porque soy una
señora que merezco respeto y consideración, pero cuando yo fui una
señorita, los señores agentes querÃan que sea carne de ellos. VenÃan los
agentes:
-Su marido ha comprado un radio robado.
-No señor, no ha comprado.
TraÃan a un ladrón y le ordenaban que diga: SÃ. Eso hace la policÃa. Yo
como era bien puesta, bien parada, le cogà a uno:
-¡Ve h.d.p.! -(cachetadas)-. ¿Qué te está pasando? A nosotros no nos digas
esto.
Después me agarraban y me llevaban presa. Igual a mi marido.
Los señores policÃas dicen que tengo una ficha asÃ. Preferible que tenga
una ficha como la que me han puesto antes que la ficha de ir a dormir con
estos sinvergüenzas.
¿Los nombres de los que me molestaban? El suboficial Mera, el señor
Palacios, el señor Baldeón, el suboficial Zapatier. Todos me llevaban
¿presa y querÃan llevarme a la medianoche a investigar. Yo les decÃa:
-Un ratito señores, ¿qué les pasa? Investigación es en horas laborables no
a la medianoche.
Lograba la libertad y venÃan a buscarme expresamente y tuve que estar
corrida seis meses solo porque el señor suboficial Zapatier, el señor Mera
y el señor Grijalva me andaban buscando para conseguir lo que ellos
querÃan.
NEGOCIOS
Tengo mi negocio de comerciante con mis hijas. Vendo mercaderÃa: compro
suéteres a los chinos en el Ipiales a 180 mil sucres cada uno y llevo una o
dos docenas a los mercados y les vendo a plazos, a 300 mil. Compro un par
de aretes en unos 200 mil ó 250 mil sucres y doy a plazos en unos 300 mil.
También vendo cobijas, cubrecamas, choclos. Me voy a Guayaquil y traigo
parasoles, alfombras, planchas, cassettes, de todo un poco. Me voy a
Ipiales y traigo juguetes.
Compro un quintal de almeja en 20 mil sucres, lo cocino en una olla grande
y saco 100 mil.
En mi casa tengo la peña Doña Lucita y un depósito de colas y cervezas.
Es la única casa que tengo. Esta mediagüita en San Roque compré en 4
millones y medio. Ahà hice unas bodegas. Arriendo tres en un millón cada
una.
Las casas que tengo en El Panecillo son mediaguas. Ese terreno me donó mi
mamá y yo les repartà a mis hijos que han hecho sus departamentitos.
El túnel que dicen que yo he hecho construir hace 15 años no es en mi
propiedad. Es en la quinta San Luis. Que le pregunten al dueño por qué ha
hecho ese túnel. El dueño es el ingeniero Luis A. Miño Terán y ya está
muerto el viejito. Tampoco es de mi hermana, mi hermana vivÃa con el
ingeniero Luis A. Miño Terán.
Dicen que soy millonaria, que tengo el edificio "México". Ni la calle
conozco peor ese edificio.
Si trabajo, tengo que vivir bien. Tuve un Trooper que vendà y con ese
dinero compré un carro Topic. Cada mes pago 2 millones 7 mil sucres. No era
para pasearme sino que querÃa ponerlo en un recorrido para turistas. Como
no lo terminaba de pagar, lo tenÃa en un garaje y cuando quise matricularlo
salió "No negociable". Dicen que es robado.
POLICÃAS
¿Y los señores (policÃas) que ganan su mensual? Ellos tienen 3 y 4 casas;
5, 6 y 7 edificios; 4, 6 y 8 mujeres, y eso no ven, no dicen nada. Lo que
¿uno tiene hacen bomba y lo que están haciendo ahora conmigo es una patraña
luego de que por varias ocasiones la policÃa ha llegado a mi casa ¿para
decir:
-Vea mama Lucha, vea doña Lucha; ayúdenos de alguna manera porque ha
ocurrido ésto, ha habido lo otro...
Y yo les he ayudado hasta poniendo gasolina en mis carros, malanochando con
los señores policÃas. Han visto cómo he vivido, han visto cómo he salido
adelante y esa es la pura envidia que hoy me tiene la policÃa.
La caja fuerte talvez sea de mi hijo Ricardo Gustavo Palacios Endara,
militar retirado por invalidez, ahora dedicado al comercio de limones.
Desde Huaquillas trae 2, 3, 4 carros de limones que cuestan 60, 70 millones
de sucres.
Han ido los policÃas, han roto puertas, ventanas de las casas de mis hijos
y no han encontrado ningunos billetes falsos. Lo que están haciendo ellos
es, trayendo cosas de tantas partes para involucrarnos.
La polÃtica es sucia pero a mà me ha gustado mucho la polÃtica. Han sacado
la foto con Fabián Alarcón y Gustavo HerdoÃza, bailando. No es que yo he
querido bailar con el señor Gustavo HerdoÃza ni con el señor Fabián
Alarcón, el problema es que fui una dirigente del barrio El Panecillo.
Yo no sé quién pagará la cuenta del hospital. Me robaron la cartera con mis
joyas y 5 millones y medio. Yo tengo mi dinero por cobrar por mercaderÃa y
joyas que he dejado a plazos. Aquà me tienen entre cuatro paredes y quién
va a cobrar.
No tengo por qué fugarme, yo tengo que estar hasta el último. Tengo que
salir a reclamar las cosas que conseguà con mi trabajo. (REVISTA VISTAZO,
N. 684, pp. 104-107)
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Publicado el 23/Febrero/1996 | 00:00