Quito (Ecuador). 25 feb 96. Al finalizar 1995 se produjo una
escalada súbita del tipo de cambio y los obvios rumores de que
habÃa una acción especulativa de ciertos agentes ligados a los
sectores financiero y exportador, para quienes la depreciación
del sucre mejoraba notablemente su posición en dólares.
Tras el anuncio del Presidente de la República de mantener
firmeza en la polÃtica cambiaria y abrir una lÃnea de crédito
para la reactivación y la adhesión a tales tesis por
importantes lÃderes de la oposición, el mercado ha recobrado
confianza, surgiendo dudas sobre la transitoriedad o no de tal
situación.
Los mitos del tipo de cambio
El análisis frÃo y objetivo del fenómeno inflacionario y
cambiario frente al crecimiento de las exportaciones no
petroleras nos lleva a la conclusión de que no se ha dado en
el paÃs ninguna relación directa entre la inflación, el tipo
de cambio y el crecimiento o no de las exportaciones, lo cual
técnica y teóricamente no serÃa aceptable, porque un rezago
cambiario desestimula a los productores y crea situaciones de
menor competitividad en el mercado internacional.
Los casos más contradictorios en el paÃs se han dado, en
aquellos años en que al mayor rezago cambiario ha
correspondido el crecimiento más espectacular de las
exportaciones como ocurriera en 1994 o cuando pese a la
devaluación del sucre las exportaciones decrecieron como
ocurriera en 1987 y 1991.
El modelo económico y el ancla del tipo de cambio
Numerosos analistas económicos en el paÃs sostienen que es
imposible por mucho tiempo controlar directa y simultáneamente
el tipo de cambio y la tasa de interés.
Creen que si bien fue acertada la decisión polÃtica del actual
gobierno de utilizar el tipo de cambio como una ancla para
romper las expectativas inflacionarias, dicha polÃtica se
agota en todas partes por lo que en el Ecuador se deberÃa
revisar el modelo. Sin embargo, los hechos ocurridos en los
últimos meses están demostrando todo lo contrario, porque en
los dos primeros años en que hubo rezago cambiario el Gobierno
logró que bajen la tasas de interés hasta alcanzar un 42%,
apenas siete puntos porcentuales por encima de la inflación,
mientras en 1995, cuando el tipo de cambio es realineado en 4
ocasiones para pasar de una proyección del 12,5% anual a una
situación del 28,8%, las tasas de interés virtualmente
triplican la inflación. Es indiscutible que en el Ecuador
deben analizarse a profundidad los efectos de otras polÃticas
para alcanzar una real baja de las tasas de interés.
Desde 1979: polÃticas de estabilización
Las polÃticas adoptadas por los diferentes gobiernos
democráticos a partir de 1979 han tenido como objetivo
estabilizar el tipo de cambio no solo para evitar la
inflación, sino porque en el pasado toda devaluación fue
considerada un signo de debilidad de las finanzas públicas.
Bajo ese esquema el proceso de apertura económica y libertad
de comercio que domina el mundo obliga a propiciar tasas de
cambio reales, asignadas por el mercado de acuerdo con las
condiciones económicas de cada paÃs.
La estabilidad cambiaria que ha prevalecido en el paÃs en los
últimos años indiscutiblemente ha contribuido a bajar la
inflación. El inversionista extranjero busca mercados con
estabilidad cambiaria y ello ha contribuido a mejorar el nivel
de inversiones en paÃses como Argentina, Chile, Colombia y
últimamente el Perú; inclusive el Ecuador recibió un alto
aporte de capitales en los años 1993 y 1994 y fue precisamente
aquello lo que contribuyó a la baja de las tasas de interés.
Frente a la transición polÃtica que se avecina es importante
que los aspirantes al próximo Gobierno realicen
pronunciamientos coherentes y verosÃmiles en torno a la
polÃtica cambiaria, pues ello contribuirá a evitar la
especulación que cuando se produce, como ocurriera en los años
1988 y 1992, provoca problemas al Gobierno que termina y más
aún al que comienza, porque se ve obligado a adoptar
correctivos que le desgastan prematuramente.
El restablecimiento de la normalidad en el tipo de cambio en
los últimos dÃas es un buen augurio de que el pueblo
ecuatoriano va madurando cada vez más en torno a las
limitantes que puedan tener los especuladores polÃticos y
financieros.
El paÃs tiene una alta tasa de endeudamiento privado en
dólares y una importante deuda externa por lo que cualquier
desatino en materia cambiaria a más de los efectos
inflacionarios puede generar desconfianza de los
inversionistas extranjeros a quienes la devaluación golpea
directamente porque disminuyen en forma drástica sus posibles
montos de repatriación de utilidades.
Mejoró el tipo de cambio
El tipo de cambio real del sucre mejoró notablemente en el
último año, pues el rezago es de apenas ocho puntos
porcentuales, siendo importante destacar que frente a
Colombia, paÃs con el que competimos abierta y directamente,
la posición del tipo de cambio real es ventajosa en 23 puntos
porcentuales, y lo propio está ocurriendo frente a Chile y
Japón en menor escala; todo lo cual estarÃa demostrando que
paÃses económicamente fuertes tienen una polÃtica cambiaria
conservadora.
Algo de historia
Durante la dictadura militar (1972-1979), el tipo de cambio
oficial y del mercado libre estuvieron prácticamente
paralelos e inamovibles. El dólar se cotizaba en 25 sucres a
pesar de que la inflación promedio de la década del setenta
fue de un 12 por ciento anual.
La estabilidad cambiaria se alteró a raÃz de la crisis
financiera de 1982, causada por el brusco cierre de las
fuentes de financiamiento internacional y la drástica
elevación de las tasas de interés internacionales lo que
convirtió en impagable el "endeudamiento agresivo" que todos
los paÃses de América Latina tuvieron en la década de los
setenta.
Durante los 4 gobiernos democráticos que han regido el paÃs a
partir de 1979 se puede observar que hay una total asimetrÃa
entre el tipo de cambio, la inflación y las exportaciones no
petroleras. (EconomÃa) (Diario HOY) (8A)
en
Explored
Publicado el 25/Febrero/1996 | 00:00