Quito. 23 may 2001. La desaparición del primer presidente que marcó el
retorno a la democracia determinó un antes y después en la historia del
país.

Ecuador sufría por vencer al seleccionado chileno de fútbol. Miles de
personas llenaban el estadio Modelo de Guayaquil.

Eran las 17h00 del 24 de mayo de 1981. El país vivía un domingo más de
fútbol y fiesta.

En eso, los gritos: ¡Ecuador! ¡Ecuador!, animados por el patriótico
discurso pronunciado en otro estadio, el olímpico Atahualpa de Quito, por
el presidente en la ceremonia de aniversario de la Batalla del Pichincha,
se convirtieron en un lúgubre silencio.

La fiesta se interrumpió. Muchas lágrimas brotaron y las gargantas
reprimieron el llanto.

Las radios y canales de televisión transmitían la funesta noticia: el
avión presidencial que viajaba hacia Macará había desaparecido.

Nadie dijo nada. Los ecuatorianos guardaban la esperanza. Eso habían
aprendido de su presidente.

El más joven, el que logró un millón de votos, el primero del retorno a
la democracia: Jaime Roldós Aguilera.

Minutos después los noticieros modificaban el anuncio. Y la esperanza
desapareció.

Era un hecho. Todos los ocupantes del avión presidencial habían muerto
durante el accidente.

Jaime Roldós Aguilera, la primera dama, Martha Bucaram; el ministro de
Defensa, Marco Aurelio Subía; su esposa, Irlanda de Subía; los coroneles
de Estado Mayor, Armando Navarrate y Héctor Torres; el piloto, teniente
coronel de Estado Mayor Marco Andrade; el copiloto, teniente de Aviación
Galo Romo; y Soledad Rosero, azafata, murieron cuando la nave se impactó
contra el cerro Huairapungo.

A las 14h00 el avión Beechcraft 001 de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE)
despegó de Quito con destino a Macará (Loja).

Se esperaba que arribe a esa ciudad a las 15h30, para que el presidente y
su comitiva se trasladaran de inmediato hasta Zapotillo, donde sería
condecorado por su liderazgo en el conflicto bélico con Perú en 1981.

Los cadáveres fueron trasladados primero a Quito y luego a Guayaquil,
ciudad de la que el mandatario y su esposa eran oriundos.

La gente llenó las calles que conducían al cementerio general, a pesar
del malestar que existía en ese momento contra el Gobierno debido a las
crisis económica en que se encontraba el Ecuador.

Cinco presidentes latinoamericanos asistieron a los cortejos fúnebres. La
imagen de los hijos del mandatario llorando ante los féretros de sus
padres dio la vuelta al mundo.

Desde ese fatal 24 de mayo surgieron varias hipótesis. Se habló de un
atentado y de un accidente. Veinte años después aún sus familiares más
cercanos y el país desconocen la causa del siniestro.

EVENTOS

Actos que se realizan en conmemoración de la muerte del ex presidente
Jaime Roldós Aguilera y Martha Bucaram:

Exposición de documentos: Jaime Roldós, más allá de su época. Casona
Universitaria (Chile y Chiriboga). Hasta el 31 de mayo.

Panel sobre Un proyecto trunco, una perspectiva vigente: Jaime Roldós
Aguilera, a los 20 años de su muerte. Teatro de la facultad de
Arquitectura. Hoy, a las 19h00. Intervendrán ex colaboradores del extinto
presidente Jaime Roldós Aguilera, quienes disertarán acerca de las
diferentes aspectos del pensamiento político de Roldós.

Misa Mausoleo Roldós-Bucaram del cementerio general de Guayaquil. Mañana,
a las 09h00.

Sesión solemne Casona universitaria. Mañana, 12h00.

Misa Iglesia de La Merced. 12h00. Organizada por el Partido Roldosista
Ecuatoriano.

ANÁLISIS
Sin cambios en lo político

GIL BARRAGÁN ROMERO *

Jaime Roldós Aguilera fue como Presidente de la República en 1979 un
símbolo del ideal democrático que maduró en los prolongados años de la
dictadura y tuvo su mejor expresión en la pléyade de dirigentes políticos
que integraron el Congreso de entonces. Fulguró como un relámpago y dejó
el recuerdo de un hombre sincero que deseó lo mejor para el país pero
poco pudo realizar: es difícil olvidar las vibrantes palabras de su
último discurso, lleno de patriotismo, antes de que su vida se
extinguiera por un accidente infortunado.

A la sazón, había comenzado ya el estéril enfrentamiento entre las
funciones del Estado que habría de llegar a lo que es ahora intolerable,
así como la práctica corrupta de integrarlas prescindiendo de valores que
deben tenerse presentes para ello.

Roldós ya se refirió a los "recaderos de la oligarquía", quizá
presintiendo que en los años venideros ellos dejarían de ser solo eso y
se apoderarían del poder político total, pero tal vez no pudo ni imaginar
que las funciones Ejecutiva y Legislativa estarían permanentemente
enzarzadas en discordias y atacándose entre ellas como los brazos de las
tijeras, aunque saliera recortada la nación; tampoco que como en
verdadero festín se distribuirían arbitrariamente las otras funciones y
las integrarían sin el menor criterio de selección de calidades,
supeditando su ejercicio a la obediencia a los jefes de los partidos y no
a una honrada decisión de servicio a la sociedad.

Una democracia como la que ha vivido el país en los últimos años es mera
ficción, aunque lo mismo pueda decirse de la que han exhibido otros
países del continente, pues el mal ha sido generalizado.

No puede haber democracia auténtica si no hay sombra de soberanía
popular, si no gobiernan los mejores, si los partidos políticos
desnaturalizan su elevada función y se convierten en círculos de disfrute
inmoral y de dominio, si se legisla para beneficio de unos pocos y se
administra prescindiendo del principio de servicio al bien común. Esto
ocurre en el Ecuador y sin duda es una de las causas de la tremenda
crisis y desaliento en que el país se desenvuelve, al punto que una gran
parte de su población ha decidido emigrar.

En consecuencia de lo expuesto no podría afirmar que hemos mejorado desde
la restauración "democrática"; el país requiere cambios fundamentales en
su convivir político y mientras ellos no se den seguirá el declive social
que ahora se observa.

Santiago: Utopía e integración, los mayores legados
Se niega a hablar del "gobierno de Roldós". Prefiere decir "el gobierno
de Jaime y Martha". Habla de un período inconcluso, del que tiene la
firme certeza que a sus padres le hubiese gustado concluir.

Santiago Roldós, a sus 30 años y después de los veinte que han pasado
desde la muerte de sus padres, es quizás uno de los testigos más cercanos
de lo que fue el gobierno Roldós-Bucaram y los hechos alrededor de su
muerte.

Lamenta que no se hayan profundizado las investigaciones. Le gustaría
pensar que fue un accidente, pero recuerda que al oír el grito de su
hermana y su niñera de inmediato pensó que habían asesinado a su padre.

Jaime Roldós era un hombre cristiano, su utopía y convocatoria de
integración regional fue su mayor legado, asegura su hijo.

Roldós fue el primer presidente que tuvo el Ecuador después de siete años
de dictadura, y Martha, su esposa, una de las mujeres que incursionó con
más fuerza en la política.

"La fuerza del cambio" fue su lema de campaña y, según su hijo, creía en
lograr un cambio en la sociedad ecuatoriana.

"A mi papá le habría gustado retirarse en algún momento. No creo que mis
padres hubiesen querido morir en el poder. Eso de que murió en el
cumplimiento del deber es solo un consuelo que se da al país, pero él
tenía muchos objetivos", explicó.

Entre ellos, eliminar los indicios de corrupción que Roldós, según su
hijo, descubrió poco antes de su muerte.

Seguidor de la teología de la liberación, Jaime Roldós admiraba a
monseñor Leonidas Proaño y su labor.

"Si revisan las hojas de vida de los dirigentes indígenas, la mayoría de
ellos comenzó a estudiar en 1979 y 1980 en las escuelas del gobierno de
Jaime Roldós. Mi padre era un convencido de la integración indígena. No
creo que hubiese aprobado todas las movilizaciones de la Conaie, pero
hubiera seguido muy de cerca el proceso", indica.

Pero es precisamente su hijo uno de sus mayores críticos. Asegura que el
gobierno de su padre fue un gobierno fallido, pero recalca que también
fue un gobierno inconcluso.

"Esa es para mí la mayor tragedia. Nunca sabremos hasta dónde habría
podido llegar ese cambio si Roldós hubiera cumplido los cuatro años de
mandato", señala.

PRINCIPALES HECHOS DURANTE EL GOBIERNO DE JAIME ROLDÓS AGUILERA

10 de Agosto 1979
Asume el mando y comienza una pugna Ejecutivo-Legislativo, luego de que
en su campaña electoral se evidenciara la frase "Roldós a la Presidencia,
-Assad- Bucaram al poder", en alusión al presidente del Congreso y líder
del CFP.

11 de Octubre de 1979
Roldós pone el ejecútese al decreto que reduce a 40 horas la jornada del
trabajo en la semana.

1 de Noviembre1979
Se aprueba el decreto que fija el salario mínimo vital, de 2.000 a 4.000
sucres mensuales.

1 de Enero 1980
Protestas populares, ante el alto costo de la vida y una anunciada subida
del precio de la leche, los estudiantes salen a las calles. Dos jóvenes:
Patricio Hermann Granja (Colegio Mejía de Quito) el 11 de enero y
Gilberto Sánchez de la Cueva (Colegio Benito Suárez) el 23 de enero,
pierden la vida en escaramuzas con la Policía. Poco des-pués renuncia el
ministro de Gobierno de ese entonces, Roberto Dunn.

8 de Marzo 1980
El gobierno pone en vigencia el Plan Nacional de Desarrollo.

15 de Abril de 1980
Se formó una junta de notables del país para buscar la solución de la
pugna de poderes.

1 de Enero 1981
Enfrentamientos bélicos en la frontera Ecuador-Perú en la zona de la
Cordillera del Cóndor, sitio denominado Paquisha.

4 de Febrero 1981
En Washington se acuerda un alto a las hostilidades entre Ecuador y Perú.

7 de Mayo 1981
En Washington se acuerda un alto a las hostilidades entre Ecuador y Perú.

24 de Mayo de 1981
En un accidente aéreo en la provincia de Loja, muere con su esposa,
Martha. (Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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