CRISIS FINANCIERA QUE AFECTA A TODOS, por Jan Keane
Washington. 01.11.90. (Opinión). Veinte bancos de la lista de
las principales 200 instituciones financieras de Estados
Unidos están en tan mala situación, que pueden quebrar o
demandar un rescate por parte del gobierno federal, en los
próximos meses (otros 15 que estaban en la lista crÃtica ya
han quebrado en lo que va del año). La mayorÃa de los bancos
en dificultades están emplazados en el Noreste y el Sudoeste
del paÃs, y manejan activos por valor de US$ 45.100 millones.
El sistema de reaseguro oficial bancario apenas tiene fondos
por US$ 13.200 millones, 28 % menos que hace 24 meses. La
asistencia financiera a los 20 bancos en problemas, puede
costar al contribuyente una suma situada entre US$ 4 y 6 mil
millones. La crisis es de similar proporción y riesgo a la
que atravesó el sistema bancario estadounidense durante la
gran depresión de los años 30.
El ente supervisor advierte que el mecanismo informativo es
tan deficiente que el fondo de garantÃa puede estar ya
exhausto por pérdidas producidas y aún no declaradas por los
bancos. Con el paÃs entrando en una recesión, y con mayor
inflación, se teme una catástrofe financiera. Estas
comprobaciones se refieren a la banca comercial, y no tienen
en cuenta el rescate del sistema de "saving loans" o de ahorro
y préstamo para la vivienda, que ya insumió US$ 150 mil
millones, y cuyo rescate total puede ascender a US$ 500 mil
millones a lo largo de la década.
De no ser por la situación del Golfo Pérsico, el tema ocuparÃa
las primeras páginas de los diarios. El Federal Deposit
Insurance Corporation tiene solamente US$ 700 para respaldar
cada US$ 100.000 de depósitos asegurados. Desde 1980 hasta
hoy, 1.100 bancos han quebrado o cesado de operar. La demora
en cumplir los requisitos internacionales sobre incremento de
capitales se debe a la imposibilidad de los bancos de reunir
los fondos suficientes.
Los "mergers" y "take-overs" de la década pasada, la
proliferación de los bonos basura (junk bonds) y la caÃda en
el precio de la propiedad inmobiliaria -la garantÃa habitual
de los préstamos concedidos- son todos elementos que se suman
para tornar menos manejable la situación. Comienza a
percibirse una retracción del crédito, especialmente a las
pequeñas empresas, que incidirá más sobre el desarrollo de la
recesión que ha comenzado.
La construcción de viviendas ha descendido en 20 % con
respecto al año pasado, el peor indicador desde 1981-82.En
Japón, los seis bancos más grandes del mundo, declaran
pérdidas en porcentajes de dos dÃgitos, con relación al
ejercicio anterior. Toda la banca japonesa está restringiendo
el crédito -han subido las tasas de interés -lo que incide
notoriamente en la economÃa estadounidense.
La caÃda de la Bolsa en Tokio -40 % del valor total de las
acciones en lo que va del año-, debilitó la capacidad
operativa bancaria que se enfrenta al riesgo de préstamos
incobrables en gran escala. Como consecuencia, los bancos
nipones están vendiendo tÃtulos y bonos estadounidenses,
convirtiendo los valores en yen, y trasladando esos fondos a
Tokio para apuntalar sus balances.
Las consecuencias pueden ser terribles para la economÃa de
EEUU. Por lo menos 20 % de la deuda de US$ 3 billones
(millones de millones) del gobierno federal, está en manos de
extranjeros. Una corrida de los inversionistas foráneos, hará
imposible reducir las tasas de interés en el momento que más
se requiere para combatir la recesión.
En los primeros seis meses de este año, los japoneses
realizaron ventas netas de tÃtulos de EEUU por valor de US$
8.900 millones. La cifra es aún pequeña, pero marca el
comienzo de una inversión de la tendencia.
Tras la seductora retórica de los años de Ronald Reagan en la
Casa Blanca, los resultados desastrosos en diferentes áreas
ha encendido la reacción. (ALA) (A-4).