GENESIS DE UNA LIQUIDACION
Quito. 20.11.90. Con un volumen de activos superior a los 14
mil millones de sucres, un capital social de alrededor de
1.800 millones de sucres y más de 180.000 afiliados, la
Cooperativa San Francisco de AsÃs, la más grande de América
Latina, acaba de entrar en proceso de liquidación, luego de
una serie de irregularidades en el manejo de sus recursos por
parte de anteriores administraciones.
Las razones aludidas por el superintendente de Bancos
encargado, Luis Larrea, para tal liquidación, se asocian con
el hecho de que ya se han agotado todos los esfuerzos posibles
por sanear la situación financiera de la entidad.
Al hacer el anuncio de la liquidación el pasado viernes, el
superintendente señaló que la cartera vencida de la San
Francisco de AsÃs asciende en la actualidad a las tres quintas
partes del crédito total, unos 7.000 mil millones de
sucres.
Larrea responsabilizó al ex gerente general de la Cooperativa
San Francisco de AsÃs, Jorge Espinosa Flor, de haber utilizado
los ahorros del público para financiar operaciones
ilegales.
Como se conoce, esta cooperativa se encontraba intervenida por
la Superintendencia de Bancos desde marzo de 1989,
precisamente a raÃz de los malos manejos detectados en la
administración de ese entonces.
El inicio de la debacle
De acuerdo al informe final presentado a comienzos de 1990 por
el interventor de la Superintendencia de Bancos a los
representantes de los socios, en abril y mayo de 1988 la
mencionada cooperativa emitió certificados de depósito por un
valor de mil millones de sucres, en favor de las compañÃas
inmobiliarias Pedralbes, Canigo, Gesincol y Bonanova, a razón
de 250 millones de sucres por cada una.
Estas inmobiliarias estaban vinculadas entre sà y con la
administración de ese entonces de la Cooperativa, para la
construcción de un conjunto habitacional denominado "San
Francisco del Norte", ubicado al norte de Quito.
Según información de la Superintendencia de Bancos, ninguna de
estas compañÃas inmobiliarias estaba en capacidad de recibir
tal volumen de recursos, puesto que el monto de sus capitales
no sobrepasaba el millón de sucres; estas empresas tampoco
registraban utilidades, sino todo lo contrario, reflejaban un
alto volumen de endeudamiento.
Como se dijo, el Consejo de Administración de la Cooperativa
San Francisco de AsÃs de aquel entonces aprobó entregar los
certificados de depósito a plazo fijo a las mencionadas
empresas inmobiliarias, las que, a su vez, entregaron dichos
documentos al Banco Internacional y al Banco Caja de Crédito,
para conseguir luego del Banco Central redescuentos con
aplicación a la lÃnea de crédito preferencial para la
construcción de viviendas.
Forjaron documentos
En su informe final a los delegados de los socios de la
Cooperativa San Francisco de AsÃs, el interventor encargado
-desde el 31 de marzo de 1989 al 15 de marzo de 1990- por la
Superintendencia de Bancos, Patricio EcheverrÃa GarcÃa,
denunció que en la obtención de los recursos del Banco Central
se forjaron documentos relacionados con certificados de
depósito, por cuanto nunca se efectuó el depósito real de
dinero como textualmente rezan los certificados.
Los certificados de depósito emitidos por esta cooperativa
tuvieron un plazo de 540 dÃas, con un interés del 26 por
ciento anual desde su vencimiento. La emisión de estos
certificados, a parte de haber sido efectuada en forma ilegal
-según los informes de la Superintendencia de Bancos y que en
1989 denunció ante el respectivo juez de lo penal las
anomalÃas detectadas-, constituyó el punto de partida para la
catástrofe financiera de esta entidad, que, como se indicó,
mantiene en la actualidad más del 6O% del total de sus
créditos en la condición de cartera vencida.
De igual forma, el Ãndice de morosidad se ha ido incrementando
paulatinamente, al punto que se pasó de del 13% -en 1988- al
49,3% a fines de 1989. (A-2).