Guayaquil. 12.11.94. En seis meses de funcionamiento la Comisaría
registró más de 3.900 denuncias, de esa cifra el 94% de las
víctimas corresponden al sexo femenino y el 6% al masculino.
Las denuncias que diariamente reciben los amanuences van desde
aquellas mujeres que son maltratadas sicológicamente hasta
quienes sufren graves heridas perpetradas por su esposo.
Rostros desfigurados, cuerpos golpeados por el puño, la patada y
el látigo, es lo que se observa en las fotografías que reposan en
los archivos de esta comisaría, como prueba fehaciente de que ese
ser humano ha sido atacado por su cónyuge.
La Ab. Carmen Troncoso Ferrín, comisaria, afirma que al día por
lo menos receptan 30 denuncias, en las que generalmente es la
mujer la que acusa al hombre de su imposición, ya sea utilizando
la fuerza o el chantaje.
De ahí que los entendidos en la materia y quienes han decidido
afrontar el problema coinciden en asegurar que el hogar es el
lugar más peligroso, esto se fundamenta en las tabulaciones
efectuadas por el Banco de Datos, en las cuales se fija un 72.21%
para señalar que la casa es el sitio donde mayormente se agrede,
y en segundo lugar se encuentra la calle con un 10.13%.
Este mismo estudio indica que el grupo con mayor porcentaje de
agresión, es aquel comprendido entre los 21 hasta los 35 años de
edad, con el 41.88%. y que el 52.30 % de las víctimas que
denuncian tienen educación primaria, secundaria y universitaria.
Las amas de casa, las que realizan actividades en el sector
informal y las empleadas pertenecen al conglomerado más agredido
por parte del hombre, asignándosele el 87.72% del total de las
denuncias.
REHABILITAR LA FAMILIA
Los porcentajes señalados muestran claramente una lamentable
realidad. Esta situación se vive en todos los niveles sociales,
en unos más que en otros, pero que en definitiva obliga
rehabilitar a la familia.
Precisamente en la Comisaría de la Mujer y de la Familia tiene
como objetivo primordial rescatar las buenas relaciones que debe
existir entre los miembros del núcleo de la sociedad.
Si bien es cierto, esta dependencia tiene similar competencia que
las otras comisarías de policía, allí además se da atención
médica y psicológica, con el propósito de proporcionar primeros
auxilios y orientar a quienes acuden.
A decir de la comisaria, la mayoría de las denuncias que
presentan las mujeres son contravenciones, cuyo trámite empieza y
termina en su despacho. Se califica contraversión, a aquellos
golpes y heridas que no requieren más de tres días para su
curación, cuando son más graves se tipifican como delitos
penales, y esos casos se remiten a la Corte Suprema de
Justicia para que sean procesados en los juzgados penales. Hasta
el momento se han enviado 139 sumarios y el 80% con orden de
prisión preventiva contra los agresores, "y es más que seguro que
casi todos los expedientes permanecen archivados en los polvosos
estantes de las diferentes judicaturas."
Como generalmente las víctimas no cuentan con los recursos para
pagar a un abogado, se ha solicitado a la Universidad Laica que
apoye un proyecto de seguimiento de esos juicios, para que se
aplique la ley y se haga justicia.
ACTA DE MUTUO RESPETO
Antes de que exista la comisaría de la Mujer y de la Familia, en
las comisarías comunes de policía, cuando se presentaba una
denuncia de este tipo sólo se otorgaba a la mujer una boleta de
auxilio, y a lo sumo, cuando el caso era muy grave se ordenaba un
reconocimiento médico, pero nunca se abría un expediente, ni
quedaba una constancia del maltrato.
Hoy es diferente, toda denuncia presentada se realiza una
indagación. Las trabajadoras sociales de la Fundación María
Guare, que apoyan técnicamente a la comisaría, investigan los
hechos. Luego entregan la información a la Comisaría, y ella
juzga el caso.
Previamente cita al agresor, con quien dialoga y llega a un
acuerdo, el cual se sella con la firma del acta de "mutuo
respeto". Hasta ahora se han suscrito cerca de 200.
Con la suscripción de este documento, el hombre adquiere el
compromiso moral de no agredir nuevamente a la mujer, porque si
reincide va preso.
SEGUIMIENTOS
Generalmente la mujer que acude a la comisaría aspira solucionar
su problema: que el marido la respete y no la vuelva a golpear,
la trabajadora social es la encargada de realizar el seguimiento
para comprobar que realmente ese hombre ha cumplido con lo que se
comprometió.
En la mayoría de los casos se ha tenido éxito con esa forma de
trabajar el problema muchos hombres han maltratado porque nunca
han sentido el castigo, los delitos quedaban en la impunidad.
La intervención de la sicóloga también es importante. Con sus
terapias individuales y en grupo, se trata de concienciar al
sujeto que los golpes y maltratos están prohibidos.
Obviamente que el tratamiento sicológico no puede ser obligado,
manifiesta la Dra. María del Carmen Domínguez de Falconí,
sicóloga de la Fundación María Guare que labora en la comisaría.
"Su predisposición debe ser espontánea para que el sujeto se haga
un análisis de conciencia y acepte de que ha cometido un error".
En las terapias se refuerzan las conductas positivas, y los
resultados se muestran alentadores; de las 98 parejas, 30 ó 35
han mejorado su relación, el resto se encuentra en proceso de
rehabilitación, y "van por buen camino".
Estas expresiones indican que la creación de la comisaría de la
Mujer y de la Familia era necesaria para iniciar una lucha
"abierta" contra la violencia doméstica.
RELACION DISPAR
Para la Ab. Anunziata Valdéz de Ferrin presidenta de la Fundación
María Guare, el criterio machista no es propio de los varones,
sino también de mujeres que así lo creen. Una dama que considera
que los hombres son superiores sólo por el hecho de pertenecer al
sexo masculino, es machista. Eso determina que en la vida
práctica el marido asume el rol de mando y la esposa el de la
obediencia.
"El maltrato siempre es la resultante de una relación "dispar".
El varón recurre a la agresión para mantener dominada a su
compañera, debido a que en él predomina una personalidad
insegura".
Es así, que mientras en esta sociedad existan personas que
consideren que un sexo es superior a otro habrá violencia. La
existencia de la comisaría es una forma de concienciar, pero la
solución no está allí, sino en las personas.
Piénselo: En todos los niveles sociales existe el maltrato físico
y verbal. En el nivel alto los esposos pelean por los bienes; en
los niveles bajo y medio la causa de la discusión y agresión son:
celos, alimentos y menores.
LO QUE SE HA LOGRADO
De las 98 parejas tratadas, 35 han mejorado su relación y 63 se
encuentran en proceso de rehabilitación.
-Que el sujeto agresor acepte su error de manera espontánea y
siga la terapia sicológica individual y grupal.
- Concienciar al sujeto que los golpes y maltratos sicológicos y
verbales están prohibidos.
- Que los delitos no queden en la impunidad.
- Realizar el seguimiento para corroborar el cumplimiento del
acta "de mutuo respeto".
SE PIDE:
Al Ministerio de Salud, que se incremente un centro de salud
emergente, con la finalidad de brindar atención médica inmediata
a las personas que acuden en graves condiciones. "Hay mujeres que
llegan con heridas muy serias, que antes de presentar una
denuncia lo que necesitan es atención del galeno, explica la Ab.
de Ferrín.
- Crear la Comisaría de la Mujer en otras jurisdicciones del
país, porque no pueden ser atendidas las mujeres maltratadas que
vienen de otras regiones, a Guayaquil.
- Que se de agilidad a los expedientes que han sido remitidos a
la Corte Superior de Justicia.
- Que los consultorios jurídicos de las facultades de
jurisprudencia brinden ayuda a las mujeres de escasos recursos.
* Texto tomado de EL UNIVERSO (VIDA Y ESTILO) (P1)
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Ciudad N/D
Publicado el 12/Noviembre/1994 | 00:00