Quito. 29.11.94. La ofensiva serbia del fin de semana, que logró
ocupar parcialmente la "zona de seguridad" de la ONU en Bihac,
podrÃa representar la peor crisis que la comunidad internacional
ha enfrentado en la guerra en Bosnia Hezergovina, estiman
analistas y funcionarios del Foro Mundial.
Pero el hecho de que lo peor no hubiera llegado antes se debe en
parte a la labor de contención que ha desarrollado el jede de las
fuerzas de la ONU en la ex Yugoslavia (UNPROFOR), el general
Michael Rose.
En los últimos meses,el militar, como sÃmbolo se convirtió en el
blanco de los numerosos crÃticos de esa polÃtica.
Al principio las cosas parecÃan muy prometedoras para Rose, un ex
comandante del servicio aéreo especial, una fuerza británica de
élite.
El general estudió las pocas victorias y las muchas derrotas
infligidas a sus dos predecesores y vino a este paÃs azotado por
la guerra con una estrategia muy bien calculada, de la cual nunca
se ha desviado, según afirman él y sus asesores.
Lo primero fue tratar de cambiar la manera en que la ONU -y por
ende la comunidad internacional- veÃan la guerra.
Comenzó una mañana de Enero del año pasado caminando los 400
metros que lo separaban desde su cuartel general hasta el
edificio de la presidencia bosnia.
El alto oficial de la ONU nunca antes habÃa hecho ese trayecto en
anda que no fuera un vehÃculo blindado. "No quiero tener una
psicosis de sitio", declaró.
Un mes después, tras la masacre del mercado en la cual perdieron
la vida 68 personas a causa de un disparo de mortero, la OTAN
envió un ultimátum a los bosnios serbios que sitiaban esta
capital.
La amenaza sirvió durante algún tiempo, pero el incidente marco
el inicio de nuevas tensiones entre las posturas de la ONU y la
OTAN, básicamente opuestas entre sÃ.
Casi todos los observadores de la región coinciden en que Rose ha
demostrado ser el único con la experiencia y la confianza para
equilibrar las responsabilidades humanitarias de la ONU con el
enfoque militar de la OTAN.
El mayor problema para el generales que toda la operación depende
de los rebeldes bosnio serbios.
Los "cascos azules" están prácticamente sin protección y se
adentran mucho en territorio hostil lejos de la ayuda que podrÃan
brindarles sus comandantes en Sarajevo.
Si la ONU tiene la esperanza de seguir cumpliendo con su mandato
-llevar asistencia humanitaria a los civiles atrapados en el
conflicto- tendrá que seguir poniendo en peligro a sus tropas.
Pero el temor a las represalias contra los "cascos azules" le da
a los bosnios serbios el control de la situación, pese a las
evidencias que acumula la comunidad internacional en su contra y
a la disposición de la OTAN de bombardear a las fuerza rebeldes.
La frustración de la ONU ante esta situación, con una fuerza de
protección virtualmente incapaz siquiera de protegerse a sÃ
misma, es evidente.
"Solo seguimos la vÃa de la menor resistencia y lo parad"jico es
que son los serbios los que ponen obstáculos en nuestro camino",
manifestó un oficial de la ONU en Sarajevo.
"No se trata de una acuerdo étnico o ideológico con ellos, lo que
pasa es que ellos son los matones y nosotros los enfrentaremos"
añadió.
Rose hizo lo mejor que pudo. Aprovechó su reputación de "duro" y
luchador del ultimátum de la OTAN, y lanzó amenazas que sabÃa que
nunca iba a cumplir pero que sonaron reales a los oÃdos de los
combatientes, por algún tiempo.
La vida en Sarajevo es mucho más segura y más cómoda ahora de lo
que era antes de que Rose llegara hace 10 meses, según habitantes
del lugar, pero también es mucho pero de los que era hace cuatro
meses, antes de que los serbios descubrieran la estrategia de
Rose.
La asombrosa victoria obtenida por Rose en Sarajevo durante el
verano y la primavera pasada demostró ser, al final, superficial.
Las amenazas de la OTAN acallaron los fusiles alrededor de esta
ciudad, pero no lograron poner fin al asedio de los serbios.
La ONU, en el mejor de los casos, mantiene el "status quo", una
especie de limbo entre guerra y paz que los habitantes de esta
ciudad llaman el purgatorio.
El mismo Rose resumió mejor la situación en junio, al señalar que
"el problema es que en un conflicto como este el estancamiento
significa en realidad un retroceso".
Pero conforme los combatientes serbios van perdiendo el temor a
las amenazas de la OTAN, aumentan los disparos de francotiradores
y el fuego de morteros y misiles.
Entre los altos oficiales de la ONU que salen de la zona cunde el
pesimismo y Sarajevo se torna cada vez más violenta de nuevo.
Fue la aplicación de la filosofÃa de Rose en la ciudad de
Gorazde, la primavera pasada, lo que hizo que recrudecieran las
crÃticas en su contra por parte del gobierno de Bosnia -
Hezergovina.
En un intento por evitar una escalada militar, Rose desestimó la
gravedad de la ofensiva serbia en abril contra ese enclave
musulmán, hasta que fue demasiado tarde.
Cuando se vio forzado a solicitar ataques de la OTAN, ya la
autodenominada "zona de seguridad" de la ONU habÃa caÃdo en manos
de los rebeldes serbios.
Para aquellos que recuerdan la catástrofe de Gorazde, en Bihac
también se trata de una situación que se podrÃa prever.
No fue sino hasta que los serbios se apoderaron del 30% de la
"zona de seguridad" de Bihac y situaron sus tanques muy cerca de
los civiles que Rose dio la voz de alarma, demasiado tarde para
que la OTAN actuara con eficacia.
La ira del gobierno bosnio musulmán se reflejó en el rostro del
primer ministro, Haris Siladjic, el sábado, cuando señalando a
Rose ante las cámaras de televisión afirmó que "este es el
culpable", antes de celebrar una reunión sobre Bihac.
De manera indirecta, excusas para no actuar -o sea motivos para
no enviar a sus hombres a separar a las parte o unirse a la
guerra apoyando a los bosnio musulmanes - es lo que la mayorÃa de
paÃses occidentales - aparentemente querÃa.
Esto es lo que Rose les dio y en este sentido el general ha hecho
bien su trabajo para Occidente, quizá mejor de los cualquiera
hubiera podido hacerlo.
Que hasta ahora las únicas vÃctimas extranjeras de la tragedia
sean la credibilidad de la ONU, la OTAN y de los paÃses
occidentales parece ser el resultado de la forma en que Rose
llevó a cabo su misión, desde el principio destinada a fracasar.
(IPS) (12A)
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Publicado el 29/Noviembre/1994 | 00:00