Washington (Estados Unidos). 04 feb 96. Como podía esperarse
de parte del oficial más decorado del ejército de los Estados
Unidos, el general Barry McCaffrey, recientemente nombrado
"Zar Antidrogas", ya esta trazando planes para intensificar
la lucha contra el narcotráfico y la drogadicción, de modo que
sean más eficazes.

Aunque el nombramiento de McCaffrey por el presidente Clinton
aún debe ser confirmado por el Senado, ya que goza de gran
prestigio entre los líderes de ambos partidos políticos. Se
espera que el proceso de confirmación se iniciará
inmediatamente después del receso legislativo el 19 de
febrero, lo que será seguido por un voto del Senado en pleno
que probablemente será unánime.

Funcionarios destacaron al corresponsal de HOY que uno de los
motivos por los que Clinton nombró a McCaffrey fue
precisamente para lograr el apoyo bipartidista para su
política contra el narcotráfico, que forma parte del programa
hemisférico elaborado en la Cumbre de Las Américas realizada
en Miami en 1994.

Igual que en las campanas bélicas, el comandante del Comando
Sur basado en Panamá ha comenzado por reorganizar su nuevo
estado mayor, en este caso la Oficina Nacional para el Centro
de Drogas (Office of National Drug Control Policy) que
funciona desde la propia Casa Blanca. Según los funcionarios,
el personal de la ONDCP ya fue aumentado en un cien por ciento
desde que Clinton anunció el nombramiento de McCaffrey en su
Informe Anual al Congreso el 23 de enero. Como director
ejecutivo de la nueva oficina figura Janet Crist, una
funcionaria de carrera del servicio exterior que fingió como
asesora política de McCaffrey en Panamá y también fue agregada
en la embajada de EUA en Bogotá.

McCaffrey ha pedido al presidente Clinton un plantel de casi
150 funcionarios, además de unos 50 especialistas de las
fuerzas armadas, dijeron las fuentes. Su predecesor, el Dr.
Lee Brown, contaba con solo 24 y un presupuesto demasiado
limitado para abordar la enorme labor de planificación y
coordinación que corresponde al ONDCP. En Panamá, el general
tenía a su disposición un cuarto del total del presupuesto
asignado a la lucha contra el narcotráfico en todo el
continente por el Departamento de Defensa, y se cree que podrá
seguir contando con por lo menos una parte de ese dinero.

"Es notable lo rápido que se mueven las cosas cuando se hace
sentir el interés del propio presidente," comentó un experto
que en el pasado había criticado a Clinton por falta de
iniciativas en el combate al tráfico de estupefacientes.

No cabe duda que el nombramiento de McCaffrey responde en gran
medida al deseo de la Casa Blanca de atajar las crecientes
críticas a la falta de cohesión entre las múltiples
dependencias del gobierno federal que padece la lucha
antidroga. El general, como comandante de las fuerzas
militares desde Panamá se ha ganado una excelente reputación
por sus esfuerzos por lograr una mayor coordinación y
cooperación con las autoridades civiles y las fuerzas armadas
de los países productores de drogas. Esos esfuerzos no solo
ayudaron a la captura de líderes de los carteles en países
como Colombia, México, Perú y Bolivia, sino que también
sobresalen como un ejemplo para lograr una mayor cohesión
entre las dependencias del propio gobierno de Estados Unidos.

Lo sorprendente del nombramiento es que McCaffrey, ya famoso
por su lenguaje directo, ha manifestado repetidas veces que
mientras que no se imponía una mayor cohesión en los esfuerzos
de Washington, estos nunca efectuarán "triunfos tácticos" que
reconoce se han logrado mediante la captura de los caciques de
los carteles en varios países latinoamericanos.

A solo pocos días del nombramiento presidencial, el general
pronunció un discurso ante la Heritage Foundation, una
prestigiosa fundación de corte conservadora que por lo general
encabeza la oposición intelectual al gobierno de Clinton. El
discurso fue considerado como una abierta crítica a la falta
de agresividad de la lucha contra la droga en el campo
doméstico e internacional.

Por un lado, anoto que "aún no hemos logrado aunar una
coalición internacional" comprometida a llevar la lucha contra
el narcotráfico con mayor decisión. Por otro lado, aseveró
que tampoco existía "una cooperación efectiva" entre las
diversas agencias federales que tratan distintos aspectos de
la prevención de la drogadicción y la erradicación del
narcotráfico, como la DEA, la CIA, el FBI y los departamentos
del Tesoro, Estado y Salud Pública, entre otros.

La llegada de McCaffrey al puesto cumbre de la guerra contra
el narcotráfico se produce en un momento en que han salido a
relucir importantes diferencias dentro del gobierno con
respecto al informe que el departamento de Estado debe
presentar al Congreso antes del 1 de marzo con respecto a la
colaboración de algunos países en la lucha contra el
narcotráfico. En el caso de que un gobierno es considerado
haber vacilado en esa lucha, el departamento debe, por ley,
recomendar la suspensión de toda ayuda exterior...

Se entiende que mientras algunos de los especialistas en la
materia exigen que se sancione de ese modo a los gobiernos de
Colombia y México, los más altos funcionarios políticos del
departamento se oponen a esa medida por considerarla demasiado
draconiana.

"No tenemos ninguna querella con las conclusiones de que
elementos del narcotráfico han infiltrado a los dos
gobiernos," aseveró un funcionario que pidió no ser
identificado. "El problema está en que si aplicamos las
sanciones de rigor, se agudizarían los serios problemas que
enfrentan Colombia y México y no creo que nosotros quisiéramos
contribuir a su desestabilización con consecuencias
imprevisibles."

Otros consideran que continuar otorgando la certificación a
Colombia invocando la "seguridad nacional" o sea, que aunque
las autoridades de ese país no lo merezcan, se certifica
simplemente por razones políticas, corre el peligro de
convencer a los líderes del narcotráfico que ellos gozan de
impunidad.

Funcionarios que han colaborado con McCaffrey en Panamá y en
Washington, sostienen de que aunque el comandante del Comando
Sur está identificado con la línea dura en la lucha contra la
producción y el tráfico de drogas, su experiencia en
Latinoamerica lo ha sensibilizado a las vicisitudes locales,
de manera que no caerá en la trampa de adoptar una actitud
rígida y que pudiera ser contraproducente en algunos casos
específicos.

Se espera de que McCaffrey hará la primera exposición de una
nueva estrategia para la lucha contra los estupefacientes ante
una "cumbre técnica" convocada en San Juan el 20 y 21 de marzo
por el gobernador Pedro Rossello de Puerto Rico sobre como
lograr una estrategia más eficaz a nivel de las comunidades.
Las conclusiones de esa reunión, serán sometidas a la reunión
anual de los Gobernadores de los Estados Unidos en julio.
(Actualidad) (Diario HOY) (10A)
EXPLORED
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