Quito. 17.10.90. En Africa y el Caribe, el SIDA representa un
desastre dual para la infancia: muchos niños contraen la
enfermedad fatal en el seno materno o durante el nacimiento,
por el contagio de sus madres infectadas. Además, los recién
nacidos sobrevivientes se convertirán pronto en huérfanos
porque sus padres infectados están condenados a morir.
En los paÃses industrializados, contrae el SIDA un número
mucho menor de niños porque allà es mucho más común entre los
varones solteros. En Africa y el Caribe el SIDA ataca tanto a
las mujeres como a los hombres. Un niño nacido de una madre
infectada con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que
transmite el SIDA, tiene una posibilidad sobre tres de
contraer la enfermedad.
En el mundo en desarrollo, el niño infectado nace con una
sentencia de muerte. La mayorÃa muere antes de alcanzar el
segundo año de vida, y casi todos ellos fallecen en los
primeros cinco años.
Según estimaciones del UNICEF, hacia el año 2000 podrÃan
producirse unos 2,5 millones de muertes infantiles causadas
por el SIDA en los diez paÃses de Africa central y oriental
más gravemente afectados por la enfermedad.
Esto supondrá que aproximadamente uno de cada diez niños
menores de quince años serán huérfanos en el citado grupo de
paÃses africanos. Estos niños se verán desfavorecidos por la
pérdida de atención materna y por la pobreza y privaciones de
sus a menudo envejecidos custodios.
Aunque el problema es mucho más grave para los niños africanos
y caribeños, el SIDA está teniendo un gran impacto en los
jóvenes de algunos paÃses industrializados y de algunas
regiones de Asia, principalmente mediante el consumo de drogas
por vÃa intravenosa y, en menor medida, a través de la prostitución.
En la ciudad de Nueva York, una de cada 61 mujeres embarazadas
es portadora del viruts VIH, y en algunos barrios la tasa de
infección es de casi el 2,5 %. En Tailandia, más del 50 % de
los drogadictos por vÃa intravenosa han sido infectados con el
virus VIH en los últimos tres años y pueden ser potenciales
transmisores a sus parejas o a sus futuros hijos.
La clave de la salud de los niños frente a la amenaza del
SIDA, como en tantos otros casos, depende de sus madres. En
Africa y el Caribe, las regiones del mundo en desarrollo más
gravemente afectadas por la enfermedad, los recién nacidos
están sometidos a riesgos muchos mayores que en otros
lugares.
Según estimaciones de la Organización mundial de la Salud
(OMS), en estas dos regiones cerca de 1,5 millones de mujeres
son portadoras del VIH, lo que representa el 75% del total
mundial de dos millones de vÃctimas femeninas.
Las mujeres son las más vulnerables
En los paÃses en desarrollo la tasa de infección del VIH es
más alta en las mujeres que en los hombres en algunos grupos
de edad. Según datos de diversos hospitales urbanos de Africa
central y oriental, una de cada tres o cuatro mujeres que
reciben atención prenatal ambulatoria, son portadoras del VIH,
y esta tasa casi se ha doblado en los últimos años de la
década de 1980.
En las áreas urbanas africanas no es infrecuente que un 10% a
un 20 % de las mujeres embarazadas estén infectadas. Quizá una
de las proyecciones de la OMS sirve para ilustrar mejor la
magnitud del problema.
En los paÃses en desarrollo, donde alrededor del 10 % de las
mujeres embarazadas son portadoras del virus VIH, la
mortalidad infantil por SIDA equivale a la mortalidad
infanti por todas las causas en los paÃses industrializados.
El 90% de los niños infectados con el VIH del mundo en
desarrollo contrajeron el virus en el seno materno o durante
el parto. No obstante, la posibilidad de dar a luz a un bebé
con SIDA apenas está teniendo ningún efecto sobre el número de
concepciones.
Niños invisibles
El número preciso de niños infectados con el VIH es imposible
de estimar. Como señala el doctor Wilson Carswell, consejero
técnico sobre el SIDA de la institución de investigación
norteamericana, Family Health International: "Tenemos tan
pocas noticias sobre la prevalencia del SIDA entre la
población infantil porque los niños son invisibles en términos
sociales y económicos.
Los primeros efectos del VIH no son nada espectaculares. El
recién nacido parece que padezca alguna de las tÃpicas
enfermedades de la infancia". Asà pues, numerosos casos de
SIDA infantil no son diagnosticados. Mientras tanto, la
diarrea, la tos y la fiebre, que muchos niños logran superar
incluso en los medios más pobres, siguen un curso mucho más
agudo en los niños infectados de VIH. Muchos de ellos dejan de
ganar peso, enferman gravemente y poco después mueren.
Lucha contra la ignorancia
En ausencia de un remedio conocido para el SIDA, deben
acelerarse los programas de información en las escuelas, las
iglesias y grupos comunitarios con el fin de cambiar la
conducta sexual. Asimismo deben tomarse medidas para prevenir
la transmisión del virus a través de la transfusión de sangre,
y las agujas y jeringas contaminadas. La atención debe
centrarse en las condiciones de salud y las necesidades
sociales y económicas de las mujeres y los niños ya
infectados.
Además, serán necesarios más recursos para mejorar el
diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad y para la
investigación de un remedio potencial. (A-3)