Rusia. 14.03.95. Con un pie en Grozny, la capital chechena,
los rusos quieren demostrar al mundo que no tolerarán una
nueva escisión de su territorio. Sin embargo, este empleo de
la fuerza bruta puede revertir en prolongadas guerras con los
demás pueblos del Caúcaso, que como los chechenos, desean
independencia cultural y económica de Moscú.

En una región montañosa de menos de 13 mil kilómetros
cuadrados, los feroces chechenos han combatido a sus amos
rusos desde el siglo pasado. Invadidos por el ejército ruso,
esta vez los chechenios podrían ser la chispa que incendie las
volátiles montañosas del Caúcaso.

Expertos académicos y diplomáticos han dicho que el ejército
ruso casi seguramente saldrá triunfante sobre los insurgentes,
quienes "podrían ser considerados de la misma clase de pueblos
nativos agobiados que los indios americanos".

"Los chechenos tienen lenguaje, cultura y religión
diferentes", dice el doctor Firuz Kazemzadech de la
universidad de Yale. "Sienten un odio feroz contra los rusos a
quienes consideran como forasteros y dominadores".

Pero muchos de los expertos dijeron que el levantamiento en la
región de Chechenia, en el sur de Rusia, podría prolongarse
durante años si los feroces tribeños recurren a la guerra de
guerrillas en terreno montañoso.

Kazemzadech, un emérito profesor de historia, señala que en
1860 las fuerzas zaristas masacraron a 400.000 chechenos y que
Stalin deportó a más de un millón a Siberia con el pretexto de
que habían colaborado con los nazis.

"Los chechenos están agudamente conscientes de que son un
pueblo conquistado a través de la historia y lucharán como
corresponde en el presente" sostiene Kezemzadech. "Fue un
período de semigenocidio, y anteriormente en este siglo la
República chechena fue borrada del mapa y los chechenos se
volvieron casi un pueblo inexistente", añade.

No obstante, la República chechena fue restaurada por Kruschev
y en los últimos 35 años la gente de allí ha evolucionado
desde una vida pastoral centrada en la cría de ovejas y cabras
hasta una era de agricultura, industria ligera y trabajo en
los campos petroleros.

Los chechenos hablan una lengua caucásica y son musulmanes
sunitas que fueron subyugados por los zares después de una
lucha encarnizada que se libró durante 50 años en el siglo 19.

Según el punto de vista del doctor Peter Potichnyj de la
universidad Mac Master en Hamilton, Ontario. "Los combates de
la actualidad tienen por causa principal la historia, el
petróleo -mucho petróleo- y oleoductos para transportarlo a
Occidente donde está convertido en divisas duras".

Potichnyj, un profesor de ciencias políticas, manifiesta que
las hostilidades en Chechenia eran "una situación sumamente
peligrosa. Los rusos han perdido un gran imperio llamado la
Unión Soviética y están tratando de mantener unido un imperio
más pequeño, para lograrlo van a esgrimir un gran garrote
primero contra los chechenos, luego quizá contra otras
minorías revoltosas".

El doctor Richard Staar de la universidad de Stanford, comentó
que el presidente Boris Yeltsin de Rusia "siente que tiene que
atacar duramente porque si permite que los chechenos se
separen, por lo menos otra media docena de otras regiones de
Rusia podrían seguir su ejemplo".

Staar, miembro del Instituto Hoover, sostiene que los
chechenos subrayaron su odio por los rusos al proclamar su
independencia en noviembre de 191, un mes antes del colapso de
la Unión Soviética.

"Lo único que los rusos y los chechenos tienen en común es un
odio recíproco", agregó.

Staar previó además la posibilidad de una prolongada guerra de
guerrillas en la cual los chechenos podrían ser auxiliadas por
voluntarios musulmanes de países vecinos.

Un diplomático ruso en las Naciones Unidas dijo que el
petróleo de Chechenia y el transporte a través de Chechenia
del hidrocarburo extraído en otras partes, son factores
importantes que han contribuido a la lucha que tiene lugar
actualmente. Sostuvo que solamente en los últimos años
compañías petroleras extranjeras han firmado contratos para
invertir 800 millones de dólares en la exploración y
explotación de petróleo en el Cáucaso. Observó que para que
Moscú pueda comercializar el petróleo de otras partes del sur
de Rusia y los nuevos países que colindan con ella, los
oleoductos tienen que pasar forzosamente a través de
Chechenia. "Mi gobierno considera que la estabilidad política
en la región es esencial para el desarrollo económico",
confesó.

Para los chechenos y rusos que perdieron familiares en éste
conflicto o que quedaron sin hogar, todavía resuenan en los
oídos las promesas de Boris Yeltsin en agosto pasado cuando
aseguró que nunca utilizaría la fuerza para derrocar a
Dzhokhar Dudayev. "La intervención armada no es permisible".
declaró entonces. "Si utilizáramos la fuerza en Chechenia eso
desencadenaría un levantamiento en el Caúcaso y causaría
tantos disturbios y derramamiento de sangre, que nadie nos lo
perdonaría. sería imposible".

RAZONES DE UNA INVASION

¿Cuál es la disputa entre el gobierno ruso y Chechenia?. En
1991, antes de la desaparición de la Unión Soviética, Dzhokhar
Dudayev, ex general de la Fuerza Aérea Soviética, fue elegido
presidente de Chechenia, de mayoría musulmana, y poco tiempo
después declaró la independencia del país, Moscú, al igual que
el resto del mundo, nunca ha reconocido la independencia de
Chechenia.

¿Por qué Chechenia, que está rodeada de territorio ruso,
quiere ser independiente?

Los chechenos se destacaron como implacables rebeldes desde la
década de 1820, cuando se enfrentaron a las tropas zaristas.
Finalmente, en 1859, Chechenia quedó sometida al dominio ruso;
sin embargo, siempre siguió anhelando su independencia. El
ansia chechena por alcanzar la libertad se incrementó cuando
el líder soviético José stalin envió al exilio a casi todos
los chechenos, junto con su vecinos, los inguches, a los que
deportó al Asia Central. Esto ocurrió en 1944. En este éxodo
de medio millón de personas, la tercera parte murió de
agotamiento y enfermedades. Ellos se habían opuesto a la
colectivización y a las restricciones impuestas a la práctica
de la religión: Stalin, por su parte, los acusó de colaborar
con los nazis.

En 1957, Nikita Kruschev restableció la República de Chechenia
y rehabilitó a su pueblo, lo que significó que los chechenios
pudieron regresar a las ciudades que, para entonces, ya
estaban habitadas por una mayoría rusa. Cuando se derrumbó el
régimen soviético, los chechenios se empeñaron en alcanzar la
independencia de su territorio, en el que se descubrieron
importantes reservas petroleras.

En un principio, la declaración de independencia de Chechenia
tuvo muy poco impacto, en una época en la que la propia Rusia
se debatía en un remolino político y económico. Pero
recientemente los actos ilícitos producidos por los chechenios
se han incrementado, incluso han llegado a perpetrar
secuestros fuera de su territorio y dan albergue a los
criminales que han difundido la cultura del crimen en toda
Rusia.

¿Cuál es el aspecto negativo para Rusia?

Las fuerzas de Dudayev cientan con unas 50 mil armas
automáticas, 75 tanques y artillería, y se dice que incluso
tienen proyectiles antiaéreos Stinguer. Conocen las
traicioneras montañas mejor que los rusos y podrían llevar a
cabo una prolongada y desgastante guerra de guerrillas, muy
parecida a la que la Unión Soviética sufrió en Afganistán.

Los propios simpatizantes de Boris Yeltsin o criticaron por la
invasión y es probable que el parlamento ruso responda con una
oposición mucho más enconada. Si bien los rusos por lo general
abrigan sentimientos negativos contra los chechenios, lo
último que quisieran es un derramamiento de sangre rusa
causado por ellos.

Igual de importantes serán las consecuencias en otras partes
de la región del Cáucaso, donde las complejidades étnicas
rivalizan con las de los Balcanes. En la vecina república del
Daguestán se hablan 30 lenguas y las disputas territoriales
surgidas por los caldeados conflictos han provocado pequeñas
guerras que fácilmente podrían volver a estallar.

Los chechenios que viven en Daguestán, al Este, podrían tratar
de oponerse desde allí, por ejemplo; los cosacos rusos de
Stavropol, al noroeste, también viven con una minoría
chechenia, así que tienen reticencias para permitir que su
territorio sea utilizado como ruta de invasión. Los residentes
de Ingushetia, que simpatizan con los chechenios, de inmediato
trataron de detener las columnas de tanques rusos que se
desplazaban hacia el Este, en dirección a Chechenia, lo cual
causó la muerte de varios civiles.

LOS DEMONIOS RUSOS

Al enfrentar el desafió checheno a la soberanía y revivir un
conflicto en el Caúcaso, latente desde hace 150 años, los
rusos también vuelven a abrir la caja de Pandora que encierra
sentimientos hacia las inquietas minorías que viven entre
ellos, desde los musulmanes tatarstanos hasta los yakutia en
Siberia.

Indudablemente, toda la nación imperial tiene sus propias
generalizaciones étnicas y raciales, sin excluir a los
estadounidenses, pero la demonología rusa basa su naturaleza
especial en la profunda inseguridad de los rusos acerca de su
lugar en el mundo, cultural, religiosa y tecnológicamente.

¿Son un pueblo europeo o son un híbrido asiático? ¿Su cultura
es una superior, destinada a dominar, o una asediada y
destinada a asestar eternamente golpes en todas direcciones,
contra incansables enemigos que se ocultan rápidamente?

Y lo más doloroso, los rusos se preguntan si son "civilizados"
como los occidentales, o primitivos y en alguna forma
inferiores, condenados siempre a permanecer a la zaga de
países como Alemania y Estados Unidos.

Tales inquietudes se ven agudizadas en un período de
humillación y dislocación como el que vive Rusia. Luego de
perder un gran imperio y una serie de creencias (sin entender
plenamente por qué), ahora teme perder también el imperio
menor, la misma Federación Rusa, que nunca antes fue un país
con sus fronteras actuales.

Así, los demonios tradicionales rusos -los habitantes de
Chechenia y el Caúcaso, los judíos y asiáticos, y los
extranjeros en general- evocan especiales motivos de inquietud
en la actualidad. Mientras los rusos gozan de una nueva forma
de libertad, hay también un clima de incertidumbre y sienten
que son asediados por influencias y culturas extranjeras.

Aún la nueva y bien recibida corriente de modernos productos
de consumo, en gran parte asiáticos y europeos, subraya un
fuerte y vergonzoso sentido de la mala calidad de los
productos rusos.

Se trata de una forma de confusión moral que hace más fácil
adoptar viejos mitos sobre ellos mismos -los eslavos
espirituales sencillos y honestos-, y los estereotipos étnicos
que delatan la inseguridad del pasado y el presente, puesto
que muchas de las minorías en el ámbito ruso fueron alguna vez
conquistadoras como los tártaros, o formidables adversarios
militares, como los chechenos.

De esta forma, los chinos y pueblos de Asia central
constituyen la horda de bárbaros amarillos y sin rostro que
podrían dominar nuevamente a los nobles eslavos; los estonios
son los fríos rubios que deberían afiliarse en su desdén, los
azerbaiyanos, primos de los turcos, son astutos y algunos se
caracterizan por tomar lo ajeno como propio, y los judíos son
ambiciosos, calculadores y tan taimados que arruinaron a los
rusos al llevar a cabo la revolución bolchevique.

En forma similiar, el predominio de los chechenos musulmanes
en las pandillas criminales que asedian a Rusia -y el
predominio de los caucásicos y judíos en el nuevo mundo de los
negocios semicapitalistas - no hizo más que sumarse a la
convicción de los rusos de que, congénitamente, no están
adaptados al mundo moderno.

Aunque los rusos pueden tener valores morales más elevados y
espirituales que otros pueblos, en su propia opinión son presa
de un pueblo más astuto y de piel oscura en el sur. E incluso
sus valores espirituales se ven amenazados, mientras sus hijos
se alejan de los asuntos intelectuales para hacer negocios y
dinero, o abandonan la ortodoxia rusa en favor de los
evangelistas occidentales.

Este sentido de ser distintos se encuentra muy arraigado. se
cree que el calificativo étnico de "eslavo" proviene de
"slovo" o "palabra", para referirse a personas con el don del
habla.

La palabra "mentsi", que significa "los sordos" fue asignada
al resto de los occidentales, y más tarde, específicamente, a
los alemanes. Incluso bajo Pedro el Grande, quien invitaba a
extranjeros a enseñar a los rusos su cultura comercial
burocrática y militar, los "mentsi" permanecían en
asentamientos apartados, y los rusos ordinarios los temían.

* TEXTO TOMADO DE REVISTA LATINOAMERICA N§26 (Enero 95) (Págs.
60.61.62.63)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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