Los padres de los Restrepo han llegado a la conclusión de que la PolicÃa los detuvo, los torturó y los desapareció.
Su aseveración se sustenta en que aquel dÃa, en horas de la mañana, se realizó un operativo policial en el sitio denominado "El Partidero" a Tumbaco. Que hay indicios de que los menores estuvieron detenidos en el Centro de Detención Provisional de la PolicÃa y que la posibilidad de que perecieron en un accidente de tránsito, en la quebrada Pacha, un descosido de 160 metros de profundidad junto a la vÃa que une Miravalle con Quito, ha sido totalmente descartada.
Los padres de los Restrepo no están locos, pero debieran estarlo.
Desde ese 8 de enero su vida es un drama interminable. Fueron alentados por Luis Argoti, un singular "jefe scout" carchense, con sombrÃas conexiones en el Servicio de Investigación Criminal de Pichincha, quien logró que la familia le autorizara investigar en su nombre el destino de los chicos. Sus gestiones fueron infructuosas, claro. La angustia y la esperanza de esos padres también fueron manipuladas por la subteniente Doris Morán. Y por otras gentes. "Ella (la Morán) estuvo a punto de enloquecernos -dice Pedro Restrepo- ofreciéndonos cada dÃa que los niños iban a asomar".
Los padres de los Restrepo no están en la miseria, pero debieran estarlo.
Tanto el jefe scout como la subteniente pidieron gruesas sumas de dinero para solventar sus inútiles investigaciones. Moraleja: cuando la desesperación enceguece, la codicia mira en los bolsillos.
Defensa institucional
Por su parte, la PolicÃa Nacional, que finalmente tomó el caso como un asunto de "defensa institucional", concluyó con dos años de tardanza que los Restrepo murieron en un accidente de tránsito y que sus jóvenes cuerpos fueron almorzados por la "fauna acuática de la fase fluviomarina".
Apoyando esa conclusión, la Dirección Nacional de Investigaciones, Estupefacientes e INTERPOL rechazó un informe del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, del 22 de mayo de 1990. Según el organismo nacional, el DAS "ha llegado a conclusiones ligeras y como tales ofensivas al aspecto ético y profesional de la PolicÃa Nacional del Ecuador".
Por fin, el gobierno borjista resolvió conformar una comisión internacional "de alto nivel" para trabajar sobre el caso, integrada por el procurador general del Estado (Gustavo Medina), el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (Juan de Dios Parra), un delegado de la Conferencia Episcopal (Isabel Robalino Bolle), un experto en desapariciones designado por la ONU (Toine Van Dongen), un ex ministro de Colombia (Apolinar DÃaz Callejas) y un tÃo de los desaparecidos (Guillermo Arismendi).
A pesar de pedidos públicos, en la comisión no se integró a Elsie Monge, de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, ni a Julio Prado Vallejo, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Y el comandante general de la PolicÃa ha ofrecido que si desde sus alturas esa comisión concluye que en la PolicÃa han habido errores por negligencia, inobservancia u omisión, en este caso, "y hay que sancionar, se sancionará".
Piero dirÃa que el tiempo pasa, y los jóvenes, o sus fantasmas, se van poniendo viejos. Como dos sombras atrapadas por el más podrido de los silencios.
LAS CONTROVERTIDAS CONCLUSIONES DEL DAS
La conclusión más grave a la que llegaron investigadores del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, es que los Restrepo fueron detenidos por la PolicÃa Nacional.
Según ellos, el móvil "fue la necesidad que tenÃan ciertos miembros de la PolicÃa de apropiarse de un vehÃculo de las mismas caracterÃsticas del que conducÃan estos menores".
Otra, igualmente grave y más penosa, dice que "en la actualidad los menores se encuentran sin vida, ya que han transcurrido más de dos años sin haberse obtenido ninguna evidencia clara sobre su existencia". Y citan a un informante "que tenÃa conocimiento de que el menor habÃa fallecido al no resistir la tortura de la bolsa y el gas, ya que se habÃa enterado que sufrÃa de asma, siendo eliminado el mayor para evitar ser delatados".
En otra parte de su documento se anota que "no se descarta la posibilidad de que los menores hubieran sido trasladados al sector de Santo Domingo de los Colorados junto con el vehÃculo Trooper, puesto que en esta localidad se pudo haber llevado a cabo la entrega de un automotor similar que habÃa sido decomisado a un señor de allà dada que deberÃa ser devuelto por miembros de la PolicÃa, en buen estado de funcionamiento y seguramente se utilizaron algunas partes del Trooper que conducÃan los hermanos Restrepo para poder realizar la devolución".
Otras posibilidades desechadas
Según el DAS, las versiones de que la desaparición de los menores tuvo relación con el narcotráfico, subversión "o motivos personales de estos", son descartadas "puesto que las diligencias realizadas en Colombia" permiten determinarlo asÃ.
Las conclusiones del DAS han sido desmerecidas por la PolicÃa Nacional, que considera que ellas han sido elaboradas basándose en simples especulaciones, que no son producto de una investigación metódica, que no se respaldan en pruebas contundentes y ciertas.
AL FONDO DE PACHA
- El 28 de junio de 1990, la PolicÃa informó que la única posibilidad para la desaparición de los Restrepo es la precipitación del Trooper al fondo de la quebrada Pacha.
- La causa del accidente es la presunción de impericia del conductor (Santiago Restrepo), quien "soportaba cierto agotamiento".
- Los fierros retorcidos del Trooper fueron encontrados 41 dÃas después de su desaparición.
- Pero 48 horas después de ese 8 de enero de 1988, grupos de la Cruz Roja, Boy Scouts y Defensa Civil no encontraron nada en esa quebrada, pese a las óptimas condiciones ambientales para conseguirlo.
- Después que apareció el vehÃculo, la zona fue rastreada por bomberos, fuerzas especiales de la PolicÃa, hombres rana del Ejército, hombres araña del Ejército, personal del SIC-P, expertos contratados por la familia. Nadie encontró ningún indicio de restos humanos.
- Después de 201 dÃas se encontraron tres zapatos. Eran una evidencia fÃsica de que los Restrepo estuvieron en el coche en el momento del accidente.
- Pero mucho antes, el 1o. de marzo de 1988, luego de ubicado el vehÃculo, el jefe de la Brigada de Homicidios descartó que los menores hubieren estado en el vehÃculo al momento de producirse el accidente.
- Según los familiares, un zapato se encuentra a los siete meses, pero, curiosamente, en perfecto estado y con signos de uso. "Era la segunda vez que Carlos Santiago se ponÃa aquellos zapatos, después de haberlos usado sobre un tapete. La zona ha sido rastreada a fondo. Rastrillada, peinada, etc. El sitio permanece húmedo por el agua de una cascada".
- En enero de 1989, el jefe del SIC dijo que durante una revisión visual de los restos del vehÃculo, el switch de encendido estaba cerrado. Pero, ¿cómo circula por la carretera un vehÃculo con el switch apagado, antes de accidentarse?
- Según la PolicÃa, el accidente debió producirse entre las O9h30 y 10h00 de ese 8 de enero. Nadie lo vio desde Guápulo, desde donde la visibilidad es perfecta. Cosa similar pasó en Monjas. Lo mismo en la avenida González Suárez y en el Hotel Quito. Tampoco se percató persona alguna desde ningún otro vehÃculo.
- Los padres de los Restrepo añaden que según los expertos, las latas de un carro que se accidenta, por grave que sea la colisión, no queda como las del Trooper sacado de Pacha, "como si un rodillo le hubiera pasado por encima". Con todos estos argumentos, ellos están convencidos que el vehÃculo fue arrojado a la quebrada.
COSAS DE LA INTELIGENCIA MILITAR (*)
"El 12 de enero de 1988, en el Ministerio de Defensa, me entrevisté con el general del Ejército Ecuatoriano, Miguel Arellano", dice Pedro Restrepo. "Inmediatamente me puso en contacto con el coronel Apolo de Inteligencia Militar, para que éste se hiciera cargo del caso. Al coronel Apolo le di detalles de lo acontecido, tomó nota, e indicó que esa tarde enviarÃa dos personas a la casa para ampliar la información. Estas dos personas nunca llegaron a la casa".
"El jueves 14 Francisco Aristizábal y su señora (amigos de Restrepo) me comunicaron que habÃan hablado con el general Arellano y que éste les habÃa comunicado que los niños habÃan sido localizados y que estaban siendo investigados por la PolicÃa por un problemita, sin especificar de qué se trataba, que los buscáramos en las cárceles de menores y en el CDP (Centro de Detención provisional)".
"La búsqueda resultó infructuosa y asà lo comuniqué al general Miguel Arellano. Este respondió que insistiera porque la PolicÃa tenÃa a mis hijos, y que en última instancia hablara con el general Milton Andrade, en esa época comandante general de la PolicÃa", añade el padre de los desaparecidos.
"El ingeniero Hernando Henao, amigo de la familia y dada su gran amistad con el general Milton Andrade, se ofreció para hacer esta gestión. Nuestro amigo y el general Andrade hablaron ese mismo dÃa a las 4 p.m. y el general Andrade le informó que no tenÃa ningún dato sobre los niños, y que él como comandante general de la PolicÃa deberÃa saber al respecto".
"Al dÃa siguiente, viernes 15, me volvà a comunicar telefónicamente con el general Arellano, contándole sobre el particular de la reunión con el general Andrade. Me contestó que me pusiera en comunicación con el coronel Mario Apolo, para que él me informara directamente sobre el caso. Apolo me comunicó que reconfirmarÃa la información dada al general Arellano, para que explicara qué pasaba".
"A éstas, el general Arellano dijo que se trataba de una falsa información, que él lo sentÃa mucho, pero que no podÃa hacer nada más".
"Supuestamente el jefe del SIC-P, coronel Federico Mera, habÃa conversado con el general Arellano, a principios del año 1989, sobre todo lo narrado".
El general Arellano, actualmente en servicio pasivo, ha dicho posteriormente que hizo esas afirmaciones que alentaron esperanzas en los esposos Restrepo, "porque asà fue informado por el teniente coronel Mario Apolo", quien comandaba una agencia de Inteligencia Militar.
"Yo fui quien dijo a la familia Restrepo que los chicos estuvieron detenidos en el SIC-IO, y que fue el oficial encargado de esa agencia, que es el más alto nivel en el Ejército, quien me dio esta información. Ahora el señor teniente coronel Apolo está diluyendo el asunto y quedando mal yo", ha añadido Arellano. (C-5)
(*) Este texto no se publicó en la edición impresa. Se publicó únicamente en Internet