¿POR QUE DEBATIR LA EDUCACION?

Quito. 06.02.92. Este fue el tema del panel realizado el
pasado 23 de este mes, en el local de UNESCO, con ocasión del
lanzamiento de los tres primeros números de la Colección
Educación del Instituto Fronesis.

Participaron en el panel Raúl Vallejo (ministro de Educación),
Carlos Quiroz (decano de la Facultad de Ciencias de la
Educación de la Universidad Católica de Quito), Magaly
Robalino (directora del CENAISE), Francisco Febres Cordero
(periodista de HOY) y Rosa María Torres (directora de
Investigaciones del Instituto Fronesis), con la moderación de
Arvelio García (funcionario de Unesco). A continuación, los
puntos principales tratados en el panel.

La democratización

Uno de los efectos positivos de la "crisis de la educación"
-señaló Rosa María Torres- ha sido la democratización del tema
educativo, tradicionalmente monopolio de maestros y
especialistas, y hoy asunto y preocupación de todos, en tanto
crece la conciencia y el consenso acerca de la imperiosa
necesidad de cambiar el sistema educativo. Cambiarlo requiere
superar el provincianismo que impera en este terreno: abrirse
a otros campos y otras disciplinas, a otras realidades, a fin
de aprovechar las experiencias y búsquedas que se realizan en
otros países de América Latina y del mundo. Este es el
sentido de la Colección Educación del Instituto Fronesis,
cuyos tres primeros temas -privatización, innovación y calidad
de la educación- han sido seleccionados en virtud de su
importancia y actualidad para el debate. Un debate que hoy
adquiere particular importancia en el contexto y en el momento
de la actual consulta nacional "Educación siglo XXI"

El papel de los maestros

¿Quiénes deben participar en el debate sobre la transformación
del sistema educativo?, preguntó Magaly Robalino. Afirmó que
no se trata de propiciar una reunión de expertos del
ministerio de Educación, sino que es toda la sociedad la que
debe participar, facilitando de esta manera la posibilidad de
descentralizar el sistema educativo y de comprometer a los
diversos estamentos sociales en la solución de los problemas.

Informó que en el seno de la UNE el llamado a la Consulta
Educativa ha tenido ya efectos importantes, pues los maestros
han reconocido que, a pesar de sus bajos salarios y de su
situación actual de insatisfacción, es fundamental su
participación activa en la discusión, aprovechando este
espacio y esta coyuntura para lograr una revalorización social
del magisterio y una revisión profunda de sus propias
prácticas.

Ha perdido su "esencia"

Carlos Quiroz afirmó que la educación ha perdido su "esencia".
Se ha pasado de una educación tradicional, verticalista, a un
caos del "sálvese quién pueda", donde lo coyuntural se ha
impuesto. La politización, entendida como reparto de puestos,
ha afectado fuertemente a la educación. No solo ha pasado ésta
a ser vista como cuestión de gobierno sino incluso como
cuestión de partido político. Nuevos actores sociales -como
por ejemplo el movimiento indígena- han aparecido en el
escenario nacional planteando sus demandas a la educación y
exigiendo una participación más activa en la misma, lo que
plantea nuevos términos al diálogo y al debate. La búsqueda de
alternativas debe pasar por una revisión crítica desde lo que
ocurre en el aula hasta las estructuras del ministerio de
Educación, así como del papel de los medios de comunicación,
que generan valores consumistas y contrarios a una verdadera
educación.

No ha cambiado

Para Francisco Febres Cordero, su confesado odio a la
educación es resultante de haber sido víctima de un sistema
que llegó a encerrarlo en sótanos y calabozos. Comparó su
situación con la del niño que, contestando a una encuesta
infantil distribuida dentro de la actual consulta, lo que pide
de la educación y del ministro es"que no me peguen". A su
juicio, pretender encarar los males del sistema educativo con
reformas racionales, es inútil. La única alternativa sería
comenzar de cero. Los maestros mismos son producto de este
sistema y contribuyen a reproducirlo. Los estudios poco
pueden aportar pues las estadísticas ocultan la realidad
educativa, particularmente precaria y dramática en las zonas
rurales, donde apenas si se aprende a leer y escribir. En
definitiva: es mucho lo que se ha debatido sobre el problema,
y nada lo que se ha cambiado durante los últimos 50 años.

Discontinuidad de las políticas

Raúl Vallejo, ministro de Educación, comenzó diciendo que no
compartía las visiones apocalípticas y que consideraba que se
podían cambiar las cosas. Atribuyó una gran responsabilidad
en el estado actual de la educación al burocratismo del
ministerio de Educación y del Estado en general. En esas
condiciones, el ministro se convierte en un apagafuegos,
debiendo hacerse cargo de problemas ajenos a la tarea
específica que le corresponde, como los de hacer que se paguen
los salarios, o el de hacer de mediador en la maraña del
organigrama ministerial para que se completen las obras de
infraestructura escolar. A esto se suma la falta de
continuidad de las políticas, lo que ejemplificó con el dato
de que en los últimos 12 años han habido siete ministros de
Educación. ¿Qué puede hacerse en dos años o menos de gestión?

La coyuntura se impone y así se hipotecan las posibilidades de
cambio real. Afirmó tener la esperanza de que el diálogo que
abre la Consulta Educativa permita llegar a acuerdos
nacionales que sean la base para una política de largo plazo,
respaldada no por un grupo o un partido sino por toda la
sociedad. (1C)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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