Quito. 30.04.93. De continuar en esta década las mismas
condiciones económico-financieras que caracterizaron
anteriormente al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
(IESS), la institución se enfrentará a un déficit financiero
general y a la crisis más grave de su historia.

En efecto, un análisis de la firma consultora Carmelo Mesa-Lago,
revela que el gasto administrativo del IESS durante la última
década creció en el 96 por ciento, situación que se agrava frente
a la disminución de los beneficios en el 62 por ciento.

Pero, ¿cómo está distribuido este enorme gasto que no permite
aumentar los servicios? . El estudio del IESS, realizado por la
consultora Carmelo Mesa-Lago indica que los ingresos del IESS se
componen en el 20.5 por ciento del aporte salarial, lo que
convierte al Ecuador en el décimo país con el más alto índice
entre 30 naciones de América Latina y el Caribe durante el
período 1989-1990.

La otra fuente de recursos constituye los aportes del Estado, que
legalmente deberían cubrir el 40 por ciento de las pensiones en
el sistema general, incluyendo el de las Fuerzas Armadas, de las
pensiones adicionales para varios grupos de empleados públicos, y
el del seguro campesino.

Es aquí donde surge el problema actual entre el Estado y el IESS
ya que desde 1960 hasta fines de la década del 80, el Estado
incumplió dichas obligaciones acumulando una deuda de 328
millones de dólares. Si bien el Estado ha pagado todas sus
obligaciones desde 1989, no ha arreglado el pago de la deuda
acumulada entre 1986 y 1989. Esto ha generado que sigan
aumentando los gastos del Instituto en proporción a los bajos
ingresos que han descapitalizado las reservas de la entidad.

Los gastos del IESS

Según el estudio, el gasto real del IESS descendió en 34 por
ciento entre 1980 y 1990, pero si se desglosa, los gastos de
beneficios disminuyeron en 62 por ciento y los administrativos
aumentaron en 93 por ciento.

Un incremento real de esa magnitud en el área administrativa se
puede interpretar como una expansión burocrática, la cual a su
vez genera una reducción en los otros componentes del gasto,
como son la cobertura y beneficios a sus afiliados.

El análisis indica que en 1987 el gasto administrativo acaparó
más de la mitad de los gastos corrientes. Aunque en 1990
disminuyó al 41 por ciento, este nivel sigue figurando entre las
tres más altos de América latina.

Los sindicatos

Un obstáculo para las relaciones laborales constituye los
sindicatos, pues el IESS tiene 108 sindicatos con una gran
capacidad para obtener concesiones priviligiadas de la
administración central, a expensas de los asegurados, señala el
informe de la consultora.

A esto se suma una política de salud que no está adaptada a las
necesidades del país, y que además es muy costosa. En el
documento se indica que para la universalización de la cobertura
y con el sistema actual, costaría de 23 a 34 por ciento del
Productor Interno Bruto (PIB).

El balance general

Según la fuente, los programas del IESS generaron superávit hasta
1979. Esta situación se revirtió durante toda la década del
ochenta y el Instituto registró déficits significativos todos los
años, generados básicamente en los programas de
policías-militares y pensiones. Por otra parte, los superávits
que se lograron en los programas de indemnizaciones por despido y
otros se destinaron a cubrir los déficit acumulados, que a lo
largo de la década sumaron 70.000 millones.

Si bien el saldo global del IESS, fue positivo durante la década
del ochenta, a valores constantes, el superávit financiero
descendió en 77 por ciento, y entre 1974 y 1990 la reserva total
de capital descendió en 46 por ciento.

De lo anterior, el informe de la consultora concluye que el
programa de pensiones sufre un enorme déficit y que el aporte
al programa de enfermedad- maternidad debe aumentarse en por lo
menos en 31 por ciento para cubrir los gastos.

¿Qué hacer?

La consultora plantea tres posibles soluciones ante la situación
en la que se encuentra la institución: se podría mantener el
IESS pero instituyendo reformas drásticas como reducir sus
gastos, aumentar sus ingresos y restaurar equilibrios
financieros.

La segunda posible solución sería crear un sistema mixto que
combine un IESS reformado que proporcione beneficios básicos, con
la participación del sector privado. Y la tercer opción, la
privatización completa, la cual solo ha sido aplicada en Chile,
limitándose a las pensiones.

El estudio concluye que para el caso ecuatoriano la opción de
crear un sistema mixto con la participación pública y privada, es
la más apropiada, y sugiere que para pensiones se adopte un plan
complementario obligatorio, basado en la capitalización, la que
sería administrada por corporaciones privadas o por el propio
IESS y otras instituciones.

En cuanto a la atención de salud se permitiría a los asegurados
en el sector público afiliarse a organizaciones de mantenimientos
de la salud como ocurre en Chile, Perú y República Dominicana
donde la entidades de mantenimiento de la salud proporcionan
cobertura a los no asegurados. Esto podría convertirse en un algo
similar a lo que ocurre en Costa Rica donde el seguro público
contrata los servicios de médicos al sector privado para mejorar
la calidad del servicio médico y reducir los costos.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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