Quito. 30.04.93. A Ecuador no le quedará otra alternativa que
pagar los intereses de la deuda externa en las condiciones que le
imponga la banca acreedora, lo que podría traer graves
consecuencias para el país, opinó el ex-presidente de la Junta
Monetaria, Abelardo Pachano, al comentar el bloqueo de varias
cuentas del país en Nueva York.
Pachano dijo que la demanda judicial planteada por Weston
demuestra que el proceso de renegociación de la deuda externa no
estaba bien encaminado y que no tenía mucho futuro, porque se
cometieron una serie de errores de fondo. La posición del país de
no pagar intereses era peligrosa, enfatizó.
Ojalá el problema no prospere, pero parece ser necesario un
cambio inmediato de la estrategia, anotó.
A juicio del ex-presidente de la Junta Monetaria, el episodio
tiene implicaciones económicas, internacionales, políticas y
diplomáticas para el país.
Calificó al embargo de activos como un hecho lamentable, que le
coloca al Ecuador con la imagen de un deudor de mala fe, que
requiere de medidas precautelatorias para responder por sus
obligaciones.
La consecuencia más inmediata es que están en peligro los
principales activos comerciales internacionales del Ecuador,
advirtió.
Añadió que el proceso de renegociacion de la deuda va a
experimentar cambios importantes, porque esta medida fortalece
inmediatamente el poder de negociación del comité de gestión de
los acreedores y le coloca al país en desventaja frente a éstos y
a los organismos multilaterales.
Estimó que sufrirá algunas modificaciones el programa económico
con el FMI, especialmente en el cumplmiento de metas de balanza
de pagos y déficit fiscal.
Al respecto explicó que la demanda judicial servirá como un
justificativo para que el Comité de Gestión exiga al país un
mayor pago de intereses y quizá abonos iniciales de capital,
antes de llegar a cualquier convenio de largo plazo.
En ese sentido va a tener que disponer de más sucres y más
dólares para cancelar estas obligaciones, enfatizó.
Desde el punto de vista diplomático la demanda de Weston le
coloca al Ecuador en una posición menos favorable para recibir un
tratamiento político adecuado en las negociaciones de estado a
estado con los principales países industrializados. Los programas
de cooperación económica, el apoyo político que recibe el Ecuador
en esos organismos, se verán afectados de alguna manera, añadió.
Enfatizó que el Ecuador no podrá ingresar al Plan Brady, mientras
no resuelva el problema con sus acreedores.
Al referirse a las alternativas de solución del problema dijo que
la acción judicial de Weston coloca en situación de
inseguridad a los activos del Estado ecuatoriano en el exterior,
lo cual crea una situación totalmente nueva para la renegociación
de la deuda.
Ahora, cualquier acreedor puede sumarse a este tipo de demandas
para presionar el cumplimiento de alguna obligación del Estado
ecuatoriano, y ello debilita la posición del país, lo que podría
obligarle a ceder a las exigencias de la banca, añadió.
Sugirió que el Ecuador debería hablar ante el comité de gestión
para replantear sus puntos de vista para evitar la generalización
del problema y encontrar alguna forma de bloquear la acción
judicial de Weston, lo cual no va a ser fácil.
Agregó que deberá presentarse ante los jueces para argumentar que
no puede pagar la deuda y buscar un tipo de acuerdo, el mismo
que, por las normas que están vigentes en el compromiso de pago
de la deuda, involucran no solo a Weston sino a la totalidad de
los acreedores.
(CORTOS)
*Un importante matiz diferencia el caso del Citibank del de
Weston . En 1989, ese banco no acudió a ningún recurso judicial
como ha ocurrido en el presente con Weston.
* Además, no estuvieron en peligro, como ahora, los activos del
país en el exterior.
* Los pagares comerciales (anticipos petroleros) no era parte de
la deuda. En consecuencia, la acción de Citibank no involucraba
en cadena al resto de deudores.
* Los tenedores de papeles de la deuda serían los principales y
mayores beneficiarios del establecimiento de condiciones mas
onerosas en la renegociación de la deuda, pues subiría la
cotización de los papeles.
Bajo la ley norteamericana, los activos localizados dentro de
Estados Unidos y que pertenezcan a un gobierno o entidad
gubernamental, no están cubiertos por inmunidad de soberanía, que
evite su embargo mediante medidas judiciales, si dichos activos
son usados para actividades comerciales en Estados Unidos, o si
estas propiedades, a criterio del juez, son susceptibles de
embargarse por razones de seguridad para la recuperación de la
deuda.
Bajo este criterio, es posible que, por ejemplo, aviones de
Ecuatoriana de Aviación, barcos de TRANSNAVE, tanqueros de
FLOPEC, e inclusive valores que corresponda a la explotación
petrolera de Petroecuador, cuentas del Banco Central del Ecuador,
incluidos depósitos comerciales en el Banco de la Reserva Federal
de Estados Unidos, puedan ser embargados para obligar a cancelar
la deuda.
De acuerdo con las leyes nortamericanas, normalmente, los jueces
de Nueva York no toman medidas precautelatorias contra los
gobiernos, porque se presupone que los estados no desaparecen.
Sin embargo, acceden a acudir a ese tipo de recursos cuando
advierten que el Estado deudor, deliberadamente no quiere honrar
sus obligaciones, a pesar de que tiene recursos.
Esta podría ser la interpretación aplicable al caso ecuatoriano.
En efecto, la reserva monetaria internacional se sitúa en
alrededor de 900 millones de dólares, conforme reiteradamente lo
han manifestado las autoridades económicas.
La confrontación, estrategia de renegociación de la deuda externa
que tiene perfiles muy acentuados en el gobierno actual, es una
modalidad a la que ha sido afecto el ministro de Finanzas Mario
Ribadeneira.
En efecto, en una carta que dirige en octubre de 1987, a los
entonces altos colaboradores de Febres Cordero, los economistas
Alberto Dahik y Carlos Julio Emanuel, reprocha al Gobierno por
no haber adoptado su idea de "una posición mas confrontacional
con la banca comercial".
En aquel entonces, Ribadeneira era embajador del Ecuador en
Washington. Ahora, como integrante del equipo renegociador de la
deuda parece haber seguido esa estrategia.
En efecto, en primer lugar se suspendieron los pagos parciales de
intereses que el regimen anterior venía realizando.
En segundo lugar, el ministro Ribadeneira, reiteradamente había
afirmado que no reiniciaría ningún pago de intereses, mientras no
se llegara a una fórmula de solución global de la deuda.
La respuesta de los acreedores, que ahora podría entenderse como
advertencia, no se hizo esperar: hace pocas semanas, algunos
acreedores emitieron un duro comunicado respecto a la posición
ecuatoriana en torno al problema de la deuda, manifiesto que casi
coindicidió con la presencia de las autoridades económicas en
Hamburgo, con ocasión de una reunión del BID.
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