Quito. 27.04.93. "La central hidroeléctrica de Paute fue
asegurada con cables de acero y tanques metálicos para evitar que
árboles taponen el flujo de agua y afecte la planta generadora",
reveló el técnico delegado del Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas ante el INECEL, José Lederguerber.

En diálogo con HOY, explicó que se han taponado los muros de la
corona, formando una gran barrera flotante para proteger los
vertederos contra eventuales atascamientos. La disminución del
actual flujo, dijo, acarrearía problemas en los mecanismos de las
compuertas.

"Una crecida desproporcionada en la central podría filtrar agua
hasta los equipos generadores, a través del túnel de desagüe. Se
ha desplegado una labor titánica a fin de impermeabilizar la
central en lo posible, ya que pueden quedar taponados una serie
de ductos que comunican la zona de las turbinas con el canal
hacia los ductos de ventilación", dijo Lederguerber.

El especialista agregó que se usaron pernos y tapas especiales en
más de 500 orificios, a lo que se agregan grandes estructuras de
acero que liberen los tres túneles adicionales que hay de ingreso
en la central: el de ventilación, el de la fase A y B y el de la
fase C.

José Lederguerber destacó la tarea del Instituto Ecuatoriano de
Electrificación, INECEL, para proteger la central de una
inundación, y aunque no se puede garantizar en un 100 por ciento
que nada pasará, dejó en claro que se ha hecho todo lo que es
humana y técnicamente posible.

CORTES INEVITABLES

El técnico reconoció que "los cortes de energía serán
inevitables, una vez que el caudal registrado en la estación de
Chalacay, que queda en la cola del embalse, llegue a
aproximadamente 250 metros por segundo, debiendo iniciarse el
proceso de parado de la central por un lapso de ocho horas".

Esto implicaría, dijo, una disminución de aproximadamente 800
megavatios en la producción de energía, lo que obligaría a INECEL
a racionamientos.

Lederguerber ponderó asimismo la labor del personal de esta
institución presente en el lugar -70 personas, incluyendo 4
mujeres-, de quienes dijo está física y mentalmente preparado
para cualquier eventualidad, ya que existe el peligro de que una
crecida superior a los 2.000 metros cúbicos por segundo aisle la
zona, ante lo cual se han tomado precauciones como la acumulación
de víveres.

"Los trabajos principales se han terminado hace 8 días, pero se
han ido refinando ciertos aspectos en procura de mayor seguridad,
haciendo soldaduras adicionales y programando la operación de
desembalse gracias a una serie de cálculos y programas con las
cuatro computadoras que existen", agregó.

Resaltó que "no hay que olvidar que esta obra es la más grande y
compleja que tiene el país, y siendo patrimonio de todos los
ecuatorianos, a un costo aproximado de 2.000 millones de dólares
-el presupuesto del Estado en todo un año-, es vital protegerla".

"EN LAS MANOS DE DIOS..."

Al comentar sobre el probable desenvolvimiento del desfogue de
las aguas al lecho seco del río Paute, Lederguerber anticipó que
si no se producen grandes derrumbes en el canal por el proceso
erosivo, la cascada va a comenzar a bajar en las próximas 48
horas, arrastrando el nivel del embalse.

"Está saliendo más de 60 metros cúbicos por el canal hacia el
lecho seco, superando el caudal de ingreso que es de alrededor de
60 metros cúbicos por segundo, y ahí recién comienza a bajar el
nivel. Antes no. Por eso es fundamental que no tengamos más
derrumbes en ese canal, porque si se producen se frena el flujo y
eventualmente puede subir más el agua. Eso se encuentra en manos
de Dios y nadie lo puede controlar", puntualizó.

Indicó que en todos los modelos que se han hecho,
matemáticamente, se estima la erosión habida en el dique grande
que queda entre el embalse de Paute y el Jadán. Sin embargo, la
rápida elevación de las aguas del Jadán trajo una nivelación
inesperada. Ahora que baje el nivel a la cota 2.350, ambos
diques tienen que erosionarse para que pase el gran volumen del
lago del río Paute, de modo que ese caudal llegue al Jadán y
corra a través del dique que lo separe el lecho seco. Una vez
que se erosione el canal del río, el Jadán recibirá las aguas y
provocará, a su vez, la erosión del segundo canal.

"Este proceso durará más de lo previsto porque han cambiado las
circunstancias. La naturaleza ha hecho que las lluvias
incrementen el caudal del Jadán más de lo que se pensaba, por lo
que su vaso es ahora muy estrecho haciendo subir el nivel de las
aguas muy rápido. De ahí que el primer dique no se ha
erosionado", señaló.

Lederguerber consideró que existen buenas posibilidades de que
todo salga bien y de que las consecuencias no sean tan
catastróficas como se esperaba. Sin embargo reconoció el peligro
que corren las poblaciones de Challuabamba y Zhullín, pues el
agua necesita subir para desfogar en gran cantidad.

"El caudal está en relación con la altura. A mayor altura, mayor
área, mayor velocidad y mayor desfogue. Las aguas tienen que
subir más, a por lo menos dos metros para que haya un desagüe
significativo, y vemos que esos dos metros se han cumplido porque
el canal no se ha erosionado lo suficiente", dijo finalmente.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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