Guayaquil. 04 abr 2000. Las bombonas de gas peruanas cuestan casi
diez veces más y las colombianas cuatro. Gasolina y diesel tienen
el mismo problema.

En la zona del canal de Huaquillas los sonidos de escapes de aire
hacen pensar que se están inflando llantas. Pero en realidad son
pequeños comerciantes que envasan el gas de los tanques amarillos
de 15 kilos, de Ecuador, en los azules de Perú, cuya capacidad es
de 10 kilos cada uno.

En el lugar, a diferencia del puente de 20 metros que une
Huaquillas (Ecuador) y Aguas Verdes (Perú), tablas de tres metros
de largo permiten cruzar a los cargadores de las sacas de limones
y otros productos. Pero más se ven hileras de cilindros de gas.

La salida de combustibles de Ecuador por sus fronteras norte y sur
es masiva por razones de precio. En Huaquillas se venden a 25 mil
sucres los 15 kilos. En Perú, en el departamento de Tumbes, en su
capital Tumbes o en Zarumilla, los 10 kilos cuestan 25 soles (180
mil sucres). Es decir, por 15 kilos se paga alrededor de 270 mil
sucres. El comercio informal, según Alfredo Tamayo, concejal de
Huaquillas, creció el último cuatrimestre tras la firma del
acuerdo con Perú y se retiraron los estrictos controles militares.

La única forma de control es por medio de la venta, cada 24 días,
a través de las dirigencias de los 42 barrios de Huaquillas,
cuando cada familia puede recibir un cilindro de 15 kilos. De
06:00 a 10:00, los dirigentes reciben cada cilindro vacío y 26 mil
sucres. El cobro de mil sucres adicionales, se justifica por un
trabajo control de la repartición. "A partir de las 12 se entrega
a las familias los cilindros llenos por medio de un tiquete".

Hay familias poco numerosas, que tienen excedente de gas y lo
venden en el canal, ganando 15 ó 20 mil sucres que pagan los
comerciantes por sobreprecio. "Es una manera de vivir". No faltan
familias de escasos recursos que prefieren cocinar a leña o carbón
para revender bien su cuota veintenal de gas.

Y esto es una pequeña muestra. Las grandes fugas del producto se
dan en camiones que se abastecen de la envasadora Bellavista en
Santa Rosa, a 40 minutos de Huaquillas.

De otros combustibles, decenas de pequeños comerciantes
transportan bidones de 12 y 20 galones en bicicletas y
carretillas, lo que se conoce como contrabando hormiga.

Mientras el galón de diesel está a 5,5 soles en Perú (40 mil
sucres), en Ecuador cuesta 9 mil sucres. En cambio, la relación en
la gasolina es 5 a 1, su precio es 7,9 soles en Perú (56 mil
sucres) y 12 mil sucres en Huaquillas. De otro lado están los
grandes contrabandistas de tanques de 40 a 50 galones. Frente a
ellos los controles militares se han fortalecido.

Para Ángel Jumbo, presidente de la Cámara de Comercio de
Huaquillas, la Dirección de Hidrocarburos debe evitar la fuga
limitando el abasto en frontera. Por ahora se formó una comisión
integrada por el Gobernador de la provincia, el Director de
Hidrocarburos, y un delegado por los militares.

El VI Distrito Aduanero calcula que desde enero fugaron 1 070 000
galones de diesel y 50 mil cilindros de gas por Macará y
Huaquillas. En los últimos días se sospecha que empezó el
contrabando de gasolina extra.

En Macará el principal mecanismo es en canecas plásticas atadas
entre sí que son lanzadas a las correntosas aguas del río del
mismo nombre. Niños y jóvenes, arriesgan sus vidas y dirigen su
cauce hasta la otra orilla, 500 metros aguas abajo. El jueves
último, a las 16:30, dos jóvenes luchaban con las aguas en su
intento de cruzar a nado ocho canecas con diesel. Sintiéndose
impotentes de controlar esa situación, los policías aduaneros de
Ecuador solo se limitaron a observar.

Estos jóvenes, que pidieron el anonimato, dijeron que es su única
forma de obtener ingresos para subsistir. Un galón de diesel y un
cilindro de gas de 15 kg, que en Macará cuestan 8 250 y 30 mil
sucres al otro lado se venden a 56 mil y 200 mil sucres (28
soles).

Este distrito reportó que de enero al 20 de marzo se decomisaron
16 755 galones de diesel, 379 cilindros de gas licuado
(almacenados en la bodega de Aduanas), 342 tanques metálicos, 159
canecas y 8 vehículos.

La sospecha de que aumentó el contrabando de gasolina se basó en
que el viernes anterior intentaba pasar de Macará a Zapotillo un
tanquero cargado de 6 mil galones. Dos días antes pasó otro con 2
mil galones y 4 mil de diesel, cuando la población de apenas 5 mil
habitantes no tiene tal demanda.

Aunque el desabastecimiento de combustibles es un rumor en Carchi
e Imbabura, no se descarta que la fuga hacia Colombia es
constante. Mientras que la Estación de Servicio de Rumichaca,
Ecuador permanece abarrotada de compradores de los dos países, a
12 km al norte las gasolineras de Ipiales, Colombia, permanecen
vacías.

En ese país un galón de gasolina cuesta 2 280 pesos (30 780
sucres) mientras que en Ecuador el galón de extra bordea los 12
mil sucres (888 pesos). El cilindro de 15 kilos de gas que en
Tulcán vale 25 mil sucres, en Ipiales cuesta 8 mil pesos (108 mil
sucres).

La fuga de gas es el mayor problema para las autoridades. Según
Marcial Guamialema, intendente (e) de Carchi, se han establecido
varios sistemas de control. Como en Huaquillas, los militares y la
Federación de Barrios venden cada 15 días, un cilindro de gas, a
cada familia por lista. La provincia recibe un cupo diario de 1
400 cilindros.

Las autoridades creen que una buena parte de estos cilindros
procede del centro de Ecuador. Para Bayardo Martínez,
vicepresidente de la Cámara de Comercio de Tulcán, el contrabando
de familias de ambos lados es de hormiga. Según Luis Castro,
comandante del Batallón Galo Molina, las condiciones geográficas
dificultan el control. Solamente en el Carchi existe una frontera
abierta de 176 km, con 32 pasos. Según las autoridades, se han
establecido códigos de comunicación que permiten advertir la
presencia de patrullas de control. Un hombre vestido de negro
significa líos. El mismo cubierto con una sábana blanca da luz
verde.

En el lado colombiano el gas de Ecuador se encuentra a cada paso.
El control está en manos del Servicio de Vigilancia Aduanera, por
horas, en el puente de Rumichaca. Según Orlando Morejón, capitán
de la Aduana, existe limitado personal y equipos. Con todo entre
junio y diciembre se capturaron 180 cilindros y hace dos meses,
otros 80. Esta acción fue respondida con balas. Se utilizaba la
vía Tulcán-Río Carchi-San Francisco. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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