Guayaquil. 22 abr 2000. Los representantes de medios de
comunicación demandan una rectificación
La historia de la relación entre la prensa y el Congreso parece
haber sido creada en un siniestro mundo ideado por Edgar Allan
Poe, el escritor estadounidense considerado el genio del terror y
el suspenso literario.
Y es que la clara violación al derecho de libertad de expresión,
orquestada por los diputados el martes, solo es un eslabón más de
una cadena de agresiones, acusaciones, presiones e intentos por
acallar a la prensa ecuatoriana, especialmente, fraguada en el
Congreso.
Claro que, a los ojos de los diputados, estas solo han sido
auténticas defensas de su integridad y buen nombre mancillados por
los periodistas.
En los últimos tres años, por ejemplo, algunos episodios de
agresiones directas y colectivas han merecido espacios de
información y debate en los distintos medios impresos, radiales y
televisivos.
Desde 1997, en más de siete ocasiones los cronistas parlamentarios
han sido conminados ha abandonar la sala, pues su actitud ha
molestado a algún honorable.
La más reciente data de este mismo periodo legislativo, cuando por
moción del diputado conservador, Sixto Durán Ballén, el presidente
Juan José Pons ordenó a la prensa que abandone la sala.
El ex primer mandatario se molestó con los periodistas,
camarógrafos y fotógrafos que hacían su trabajo en medio de las
curules de los honorables. Desde entonces, los periodistas ya no
pueden entrevistar a los diputados en sus puestos, sino a un lado
de la sala de sesiones.
En el mismo lapso se han producido otras tres agresiones
individualizadas. Los reporteros Saudia Levoyer (El Comercio),
Félix Narváez (Ecuavisa) y Ana Angulo (Hoy) fueron impedidos de
desempeñar su labor.
En mayo de 1997, el legislador Tito Nilton Mendoza solicitó ante
el pleno, la votación de una propuesta para que se prohiba el
ingreso de la periodista Levoyer, porque "protagonizaba una
persecución política en su contra". La moción no prosperó.
En noviembre del mismo año, Ana Angulo fue acusada por el
presidente del Congreso de ese entonces, Heinz Moeller, de
desprestigiar al Parlamento y a su partido.
En diciembre de 1997, el reportero Félix Narváez fue amenazado y
agredido por el hijo del diputado Fernando Rodríguez, quien lo
acusó de haber manchado el honor de su padre. Días después, el
comunicador fue brutalmente agredido por desconocido.
Entre 1998 y 1999, la relación entre el Congreso y la prensa se
volvió más tranquila. No había amenazas ni mociones en contra de
la prensa. Sin embargo, a inicios de este año, el congresista
Oswaldo Rossi calificó a los periodistas de "mafiosos y
plumíferos". (DM)
Secretaria obstaculiza labor
La prensa volvió a ser mancillada en los pasillos del palacio de
Justicia. La secretaria de la Sexta Sala de la Corte de Guayaquil,
Delia Cárdenas, reincidió en agresiones contra los comunicadores
sociales que cubren las informaciones que se generan en la
entidad.
"Chantajistas, calumniadores, basura", son los términos que
utiliza en contra de la prensa, sin prueba alguna, que demuestre
la veracidad de sus epítetos. Asevera también que a los
periodista, sin excepción, les "falta de cerebro y hacen preguntas
estúpidas".
Este "absurdo" comportamiento ratifica la denuncia de EXPRESO, en
la columna de CASILLERO, sobre el maltrato que la judicial da a
los comunicadores.
La situación mantiene consternada a los reporteros que tienen que
acudir diariamente al piso ocho del palacio, en donde se tramitan
importantes juicios aduaneros y los del ex banquero Fernando
Aspiazu.
Los comunicadores, Karina Flores, EXPRESO; Allen Panchana, Hoy,
Rubén Vicuña, Meridiano; Jefferson Macías, Sucre; Yuri Baque,
Carrusel; David Sánchez, Ecuavisa, han levantado su voz de
protesta, pues una vez más se intenta colocar una mordaza a la
prensa. (KFR)
Envian carta al Parlamento
AER protesta y pide al Congreso que se retracte
La Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER), presidida por
Antonio Guerrero Gómez, envió una comunicación al presidente del
Congreso, Juan José Pons, mediante la cual protesta por la
decisión parlamentaria y demanda una pronta rectificación.
En el escrito, el titular de AER dice que el pueblo tiene el
derecho irrenunciable de ser informado y que la resolución del
Congreso es "insólita y violatoria de los preceptos
constitucionales".
Añade que al impedir a los comunicadores ejercer tal derecho
también "se niega al pueblo la posibilidad de una información
veraz y oportuna, obtenida en la fuente".
Guerrero añade que la actitud de los legisladores no se compadece
con la práctica de un periodismo libre y sin trabas, consagrada en
la Constitución, que entró en vigencia el 10 de agosto de 1998.
Agrega que este atropello a la prensa está siendo comunicado a la
Asociación Internacional de Radio y Televisión, y se espera un
pronunciamiento al respecto.
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Pons niega restricción
El presidente del Congreso, Juan José Pons, insiste en que "no hay
ninguna restricción a los comunicadores sociales en el
Parlamento", a pesar de que se impide que estos ingresen a las
sesiones.
El titular de la Legislatura precisó que los periodistas no pueden
trabajar en el pleno, ya que eso no se lo hace en ningún Congreso
del mundo. No obstante, dijo que se analizará la situación, pero
respetando el rol de cada función del Estado.
En cuanto a la amnistía solicitada por el presidente Gustavo
Noboa, Pons dijo que la Función Legislativa tomará una decisión de
acuerdo al ámbito que le compete actuar respetando la iniciativa
del ejecutivo. (HA)
Tamariz se pronuncia
El vocal principal del Consejo Nacional de la Judicatura, Enrique
Tamariz, ratificó ayer que el trabajo de los periodistas está
totalmente garantizado en los diferentes juzgados y dependencias
de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil.
Sobre el incidente entre varios periodistas y una secretaria de la
Corte, Tamariz dijo que se trata de un hecho aislado que no
representa el sentir ni la imagen de la institución. Añadió que
los afectados pueden presentar su queja ante el organismo.
Precisó que para evitar problemas, se entregarán credenciales a
los periodistas que cubren esa fuente, con la finalidad de
facilitarse su trabajo. (Texto tomado de El Expreso)
comunicación demandan una rectificación
La historia de la relación entre la prensa y el Congreso parece
haber sido creada en un siniestro mundo ideado por Edgar Allan
Poe, el escritor estadounidense considerado el genio del terror y
el suspenso literario.
Y es que la clara violación al derecho de libertad de expresión,
orquestada por los diputados el martes, solo es un eslabón más de
una cadena de agresiones, acusaciones, presiones e intentos por
acallar a la prensa ecuatoriana, especialmente, fraguada en el
Congreso.
Claro que, a los ojos de los diputados, estas solo han sido
auténticas defensas de su integridad y buen nombre mancillados por
los periodistas.
En los últimos tres años, por ejemplo, algunos episodios de
agresiones directas y colectivas han merecido espacios de
información y debate en los distintos medios impresos, radiales y
televisivos.
Desde 1997, en más de siete ocasiones los cronistas parlamentarios
han sido conminados ha abandonar la sala, pues su actitud ha
molestado a algún honorable.
La más reciente data de este mismo periodo legislativo, cuando por
moción del diputado conservador, Sixto Durán Ballén, el presidente
Juan José Pons ordenó a la prensa que abandone la sala.
El ex primer mandatario se molestó con los periodistas,
camarógrafos y fotógrafos que hacían su trabajo en medio de las
curules de los honorables. Desde entonces, los periodistas ya no
pueden entrevistar a los diputados en sus puestos, sino a un lado
de la sala de sesiones.
En el mismo lapso se han producido otras tres agresiones
individualizadas. Los reporteros Saudia Levoyer (El Comercio),
Félix Narváez (Ecuavisa) y Ana Angulo (Hoy) fueron impedidos de
desempeñar su labor.
En mayo de 1997, el legislador Tito Nilton Mendoza solicitó ante
el pleno, la votación de una propuesta para que se prohiba el
ingreso de la periodista Levoyer, porque "protagonizaba una
persecución política en su contra". La moción no prosperó.
En noviembre del mismo año, Ana Angulo fue acusada por el
presidente del Congreso de ese entonces, Heinz Moeller, de
desprestigiar al Parlamento y a su partido.
En diciembre de 1997, el reportero Félix Narváez fue amenazado y
agredido por el hijo del diputado Fernando Rodríguez, quien lo
acusó de haber manchado el honor de su padre. Días después, el
comunicador fue brutalmente agredido por desconocido.
Entre 1998 y 1999, la relación entre el Congreso y la prensa se
volvió más tranquila. No había amenazas ni mociones en contra de
la prensa. Sin embargo, a inicios de este año, el congresista
Oswaldo Rossi calificó a los periodistas de "mafiosos y
plumíferos". (DM)
Secretaria obstaculiza labor
La prensa volvió a ser mancillada en los pasillos del palacio de
Justicia. La secretaria de la Sexta Sala de la Corte de Guayaquil,
Delia Cárdenas, reincidió en agresiones contra los comunicadores
sociales que cubren las informaciones que se generan en la
entidad.
"Chantajistas, calumniadores, basura", son los términos que
utiliza en contra de la prensa, sin prueba alguna, que demuestre
la veracidad de sus epítetos. Asevera también que a los
periodista, sin excepción, les "falta de cerebro y hacen preguntas
estúpidas".
Este "absurdo" comportamiento ratifica la denuncia de EXPRESO, en
la columna de CASILLERO, sobre el maltrato que la judicial da a
los comunicadores.
La situación mantiene consternada a los reporteros que tienen que
acudir diariamente al piso ocho del palacio, en donde se tramitan
importantes juicios aduaneros y los del ex banquero Fernando
Aspiazu.
Los comunicadores, Karina Flores, EXPRESO; Allen Panchana, Hoy,
Rubén Vicuña, Meridiano; Jefferson Macías, Sucre; Yuri Baque,
Carrusel; David Sánchez, Ecuavisa, han levantado su voz de
protesta, pues una vez más se intenta colocar una mordaza a la
prensa. (KFR)
Envian carta al Parlamento
AER protesta y pide al Congreso que se retracte
La Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión (AER), presidida por
Antonio Guerrero Gómez, envió una comunicación al presidente del
Congreso, Juan José Pons, mediante la cual protesta por la
decisión parlamentaria y demanda una pronta rectificación.
En el escrito, el titular de AER dice que el pueblo tiene el
derecho irrenunciable de ser informado y que la resolución del
Congreso es "insólita y violatoria de los preceptos
constitucionales".
Añade que al impedir a los comunicadores ejercer tal derecho
también "se niega al pueblo la posibilidad de una información
veraz y oportuna, obtenida en la fuente".
Guerrero añade que la actitud de los legisladores no se compadece
con la práctica de un periodismo libre y sin trabas, consagrada en
la Constitución, que entró en vigencia el 10 de agosto de 1998.
Agrega que este atropello a la prensa está siendo comunicado a la
Asociación Internacional de Radio y Televisión, y se espera un
pronunciamiento al respecto.
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Pons niega restricción
El presidente del Congreso, Juan José Pons, insiste en que "no hay
ninguna restricción a los comunicadores sociales en el
Parlamento", a pesar de que se impide que estos ingresen a las
sesiones.
El titular de la Legislatura precisó que los periodistas no pueden
trabajar en el pleno, ya que eso no se lo hace en ningún Congreso
del mundo. No obstante, dijo que se analizará la situación, pero
respetando el rol de cada función del Estado.
En cuanto a la amnistía solicitada por el presidente Gustavo
Noboa, Pons dijo que la Función Legislativa tomará una decisión de
acuerdo al ámbito que le compete actuar respetando la iniciativa
del ejecutivo. (HA)
Tamariz se pronuncia
El vocal principal del Consejo Nacional de la Judicatura, Enrique
Tamariz, ratificó ayer que el trabajo de los periodistas está
totalmente garantizado en los diferentes juzgados y dependencias
de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil.
Sobre el incidente entre varios periodistas y una secretaria de la
Corte, Tamariz dijo que se trata de un hecho aislado que no
representa el sentir ni la imagen de la institución. Añadió que
los afectados pueden presentar su queja ante el organismo.
Precisó que para evitar problemas, se entregarán credenciales a
los periodistas que cubren esa fuente, con la finalidad de
facilitarse su trabajo. (Texto tomado de El Expreso)
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