Quito. 03.04.94. Hace 35 años llegó Juan Botasso desde su pueblo
natal Peveragno en el norte de Italia. Al Ecuador lo conocía solo
en los libros de geografía. Se internó en la Amazonia y su
fuerza, fe y tenacidad lo condujeron a realizar una hermosa
jornada de evangelización. Un cura a todo dar. Un sacerdote
sólidamente formado. Un misionero comprometido. Un salesiano de
la teología de la liberación. Ahora hablamos con el padre Juan de
todo, incluso de los amores, los pecados y su trabajo con los
indios.

Cómo es su Dios?

Ha existido una evolución en mi modo de apreciar a mi Dios. La
visión que tiene de niño de un ser muy fuerte, grande, un poco
amenazador, ha ido cambiando. Ahora tengo una visión más cercana
y metida en la vida. Tengo la idea de un viejo muy bueno,
bonachón.

¿Cómo es su diálogo con Dios?

Hay momentos muy formales, en razón a mi vida religiosa. En esto
quiero ser muy fiel porque son ritmos que marcan el día y la
semana. Después tengo un diálogo intermitente, pequeño. Se
produce en cualquier momento, en un regocijo, en algo que sale
bien, en fin.

Pero en una relación siempre hay broncas ¿Usted ha tenido alguna
con su Dios?

Creo que no. Es que con Dios no hay una relación como con las
personas. Con Dios no he experimentado tormentos y angustias.

¿Cuando sale a la calle y ve pobreza, mendigos, no le entra rabia
con...?

Si, pero no con Dios. Tengo iras conmigo, con la gente, con
nosotros que somos tan palabreros.

¿Pero somos producto de Dios?

Es producto del mal uso de nuestra libertad. Esas cosas van así
porque nosotros somos unos pobrediablos, somos egoístas, hablamos
mucho. No es porque Dios lo haya dispuesto así.

¿La Biblia, padre, ya no es el libro perfecto?

Es un libro que tiene una gran parte humana y la obra del hombre
no es perfecta. Cada uno debe captar de acuerdo a lo suyo. Cada
uno lo decodifica a su manera. Son muchos libros escritos en
tiempos y lugares distintos y en condiciones diversas. No es
fácil leer con ojos actuales algo de hace miles de años.

¿Usted cree en todo lo que dice la Biblia?

Es bastante veraz...

Pero padre... lo de la manzana...

Son imágenes, hay que tomarlo como un género poético, parábolas.
Hay que ubicarse en la época, es un libro muy complejo de leer.

Hay versiones que dicen que Cristo no existió, incluso la
fisonomía que hoy tenemos dicen que no es exacta.

No la tenemos. Tenemos una imagen que es muy discutible en la
Santa Sábana, pero ese no es un argumento. Pero más que decir que
no existe, debemos reflexionar en torno a sus palabras, al
evangelio que fue elaborado mucho después de su presencia aquí.
Eso pasó de boca en boca y en eso también depende de la lectura
que hicieron los griegos, los egipcios, los judíos.

¿La Iglesia Católica está en descenso, fracasó, así lo testimonia
el surgimiento de tanta secta?

Puede ser también un síntoma de que la Iglesia Católica no está
dando respuesta a todas las inquietudes de nuestra generación.
Acostumbrada a su monopolio, a su seguridad. Acostumbrada a sus
estructuras un tanto rígidas. Pero también es una expresión del
pluralismo del mundo moderno, no se puede pensar que un país
tenga una sola línea. El mercado es complicado, todo el que llega
tiene un producto que ofrecer. Puede haber influencias políticas.

¿En una sociedad materialista y de consumo ya no hay espacio para
el espíritu?

Si hay. Me parece que nos encontramos con una juventud que tiene
mucha demanda de valores religiosos. Bastante indefinidos, poco
convencionales. La juventud está pidiendo, ahora el problema es
de que no podamos responder, pero es otra cosa. Yo veo esta
generación más religiosa que la anterior. La anterior era más
política, más comprometida, más revolucionaria.

¿El Che Guevara, los hippies?

Claro, los que querían cambiar el mundo. Hoy la juventud es más
individualista, parece más epidérmica. Pero sin lugar a dudas
tiene inquietudes religiosas.

¿Usted es crítico de la dirección de la Iglesia?

Todos tenemos que ser críticos. No me siento, sería mucha
presunción, en capacidad de haber un juicio. Evidentemente que
todos los cuadros directivos son sujetos a condicionamientos, eso
es humano.

¿Por qué se hizo misionero?

Eso tengo desde muchacho. Mi familia es campesina en el norte de
Italia. Yo veía a los vecinos y amigos que iban a las misiones...

¿Su familia era muy creyente, conservadora?

No. Tenía el conservadorismo del campesino, aquello de no
aventurarse. El ritmo de la siembra y de la cosecha, el que sabe
que el mundo tiene su ritmo. El campesino no es el obrero. Es
mucho más prudente. Sabe que repitiendo lo que hizo siempre se
consiguen los productos.

¿Ellos nunca le empujaron hacia el sacerdocio?

No.

Bueno, ¿y lo de misionero?

Cerca de mi pueblo había un centro misionero. Yo veía a esos
muchachos mayores que yo que se preparaban para ir al Africa u
otras partes. Eran muy austeros, muy metidos en el trabajo. Yo no
pedí expresamente venir al Ecuador. Cuando me dijeron Ecuador yo
no sabía a dónde venía, sabía de su existencia por los libros de
geografía.

Padre ¿qué es ser misionero?

Eso también ha cambiado. Yo vine con la idea de que el misionero
es un hombre sacrificado, que viene a civilizar, a sembrar la fe.
Eso no ha dejado de ser así, pero aparece como de un
paternalismo, de un etnocentrismo espeluznante.

¿Es injusto imponer otro Dios?

Teóricamente injusto, pero en la práctica tiene otro perfil. Es
muy teórico pensar que los huaorani o los shuar están allá con su
Dios y sus valores. De hecho ellos, hoy, son pueblos enormemente
ofuscados, desorientados. La agresión no la hemos llevado
nosotros. Los petroleros, los militares, el colono, el buscador
de oro habían estado ya por esa zona. Son pueblos agredidos,
sitiados.

¿Muchas veces el misionero sale "misionado"?

Por supuesto.

¿En la tierra debemos ser felices o sufrir para ganar el cielo?

Debemos buscar ser felices. Debemos evitar sufrir. Yo no comparto
eso que se infiltró en el cristianismo de que estamos aquí para
sufrir, que eso le agrada a Dios.

Es que si sufrimos aquí, luego en el cielo, el paraíso nos
espera.

No es porque sufrimos que nos enseñan, nos ofrecen el paraíso.

Es que eso nos han dicho ustedes. El reino del cielo es de los
pobres...

De los desprendidos, de los pacíficos, de los hombres que pasan
por la vida con actitud positiva, sin aferrarse a las cosas.

¿Usted alguna vez se ha enamorado?

Digamos... enamorado es un proceso muy complicado, entiendo yo.
No es como en las telenovelas. Uno siente simpatía, salvo que sea
de plástico, es normal evidentemente. Ahora, cuando uno se ha
trazado un camino, lo administra con mucha serenidad.

¿De modo que eso no está en su libreto?

No, es como un casado. El marido no puede evitar ver a su
secretaria que es muy bonita, o una chica atractiva que pase. Si
lo niega no le creería, sería un anormal. Pero que haga planes
para jugar, creo que eso ya implica otras cosas.

¿Su tarea con los indígenas?

Hay que rescatar la vivencia de los pueblos indígenas. No para el
museo o la estantería sino para aprender de ellos los valores y
su forma de ver la vida. Una respuesta a eso que hablábamos
antes, de la sociedad de consumo. Losa indios son mucho más
libres, son indefensos frente a la invasión, en ese sentido yo
quisiera ser más indígena. Tienen otra visión frente a la
naturaleza, son más desprendidos, son más puros. Han aguantado de
una forma increíble, gozan con muy poco.

En el levantamiento indígena se dijo que la Iglesia estaba
atrás...

En cierto sentido creo que sí. Uno no puede estar 15 años
haciendo este discurso y después suponer que no ha ocurrido algo.
Además creo que es una esperanza que eso se haya producido.
Ahora, si hay algo alejado a mi sicología es eso de alentarles a
invasiones, cortes de carreteras, tomas de haciendas, etc.

¿Usted no ha sido un incitador a la insurrección?

En lo absoluto. Eso es una coartada que me parece que corta el
camino, que más bien lo complica. Eso da pretexto para la
represión y para que la opinión pública se vuelque en contra.
Creo en la educación y en el proceso lento.

En esto de ganar adeptos ¿hay rivalidad entre las organizaciones
religiosas que trabajan con indios?

Lamentablemente sí. En eso los indígenas son astutos, le sacan
provecho al uno y al otro. Igual que hacen ahora con las ONGs y
las distintas instancias estatales. Es muy mezquino que
discutamos un versículo de la biblia a piedrazos. Eso es
ridículo.

¿La mayoría somos católicos?

La historia del cristianismo y del mundo bíblico son inseparables
a la sicología e historia del pueblo ecuatoriano.

¿Usted se siente realizado?

Totalmente creo que nadie puede sentirse realizado. Más que nada,
me siento contento.

¿Usted podría morir tranquilo?

Yo podría morir tranquilo, pero no tan pronto, por favor...

¿Valió la pena el viaje?

Sí, el boleto está más que pagado.

¿Usted se confiesa?

Si.

¿Hay algunos pecados que no le cuenta al sacerdote?

Todos...

Ping pong

¿Un indio?

Caupolicán.

¿Una india?

Dolores Cacuango.

¿Una bebida?

Vino Santa Bárbara.

¿Una comida?

No tengo preferencia.

¿Un pecado?

Hipocresía.

¿Su pecado?

Cobardía frente a la muerte.

¿Un amor?

Lectura.

¿Un odio?

A los politiqueros.

¿Un sacerdote?

Abbe Pierre (Francia).

¿La cualidad suprema del hombre?

Esperanza.

¿El defecto que más aborrece?

Doblez.

¿Un templo?

San Francisco (de Asís).

¿Una fruta?

Durazno.

¿Un río?

El Upano.

¿Una pasión?

La historia.

¿Una playa?

Prefiero el campo.

¿Un libro?

Pabellón del Cáncer.

¿Un músico?

Agustín Lara.

¿Un pasillo o una cumbia?

(No responde)

¿Amazonia o Los Andes?

La Amazonia.

¿Un ron o una cerveza?

Una cerveza.

¿Un lunes o un domingo?

Un lunes. (6C)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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