Quito. 21 nov 2001. (Editorial) El próximo domingo los ecuatorianos han
sido convocados al primer Censo del milenio. La operación técnica es
fundamental para el presente y el futuro del país: nos permitirá conocer
el estado de la población, su condición étnica, el nivel de instrucción y
las condiciones sociales en las que se vive.

La importancia de manejar cifras reales hace de este Censo una ocasión
especial y ante él los ecuatorianos deben mantener una conducta
transparente a la hora de entregar las respuestas que los estudiantes y
maestros secundarios harán en los domicilios.

Del lado del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) la tarea
es también fundamental y de una responsabilidad extrema, sobre todo
porque los resultados que entregue la población consultada deberán ser
manejados con pulcritud, para que sean lo más exactos posibles, y, en
especial, para evitar que los intereses políticos, siempre proclives a
cualquier manipulación, intenten utilizar esos resultados de forma
sesgada.

No hay que olvidar que, de las cifras que se obtengan el domingo,
dependerá el nuevo padrón electoral y, por tanto, el número de
representaciones en cada región o provincia.

Cuando faltan apenas cuatro días para el 25 de noviembre, al parecer, hay
dudas de que si la población está lo suficientemente informada para
responder a las preguntas que, aunque sean simples de contestar, implican
una actitud de confianza y cierta destreza de quienes contestarán la
encuesta.

Y es aquí donde los medios de comunicación debemos, otra vez, reflexionar
si hemos cumplido con nuestro papel de informadores y orientadores.

Da la impresión de que los espacios, tanto en la prensa escrita como en
la televisión, han sido más bien escasos, puesto, que, asimismo otra
vez, los medios se han dejado llevar por la noticia de coyuntura, a la
que han privilegiado sobre la información del VI Censo de Población y V
de Vivienda, aunque en ningún caso hayan desestimado su importancia.

En los días que restan antes de esta jornada vital para diseñar el futuro
del país, la prensa, la radio y la televisión deben abundar en
información, a fin de fomentar una actitud positiva de la población, y,
en especial, para pedir que la información que se proporcione como
respuesta sea la verdadera.

En no pocas comunidades en las que la migración es importante, existen
temores de que esa información pueda ser utilizada para conocer el número
de ilegales que han salido del país, y, supuestamente, tomar por parte de
las autoridades alguna acción represiva.

Nada más alejado de la verdad, el INEC ha reiterado que toda la
información que recoja es confidencial y que, ninguna autoridad, por más
alta que fuere, puede tener acceso a esta. Por eso, la población debe
confiar y tener una actitud positiva frente a la encuesta.

Asimismo, la participación de los indígenas es trascendental, ya que, al
ser uno de los grupos sociales más importantes del Ecuador, es necesario
que se conozca su número y sus condiciones de vida y que el país cuente
con la información suficiente para trabajar por su futuro.

El domingo, entonces, es un día para decir la verdad, puesto que
solamente así se podrán planificar los cambios que se necesitan en
educación, salud e infraestructura.

No es dable que a inicios del nuevo milenio los proyectos y programas
gubernamentales se hagan sin conocer las verdaderas necesidades de las
comunidades más deprimidas.

La información del VI Censo de Población y V de Vivienda nos dará luces,
justamente, para saber en dónde están las fortalezas y en dónde las
debilidades de este país. Por eso, no se puede dejar de remarcar su
importancia.

E-mail: [email protected] (Diario Hoy)
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en Ciudad Quito

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