Guayaquil. 22 NOV 2001. Quién dijo que las matemáticas son aburridas? En
el Centro Educativo Matriz (CEM) G3, ubicado en el Guasmo norte, se
rompió con este mito. Allí 120 alumnos de educación básica de primero a
tercero, aprenden jugando con palitos, cubos de madera, cartulina,
rompecabezas y todo elemento que puede ser reutilizado.

Las sumas y restas no se realizan en el pizarrón. El profesor, a manera
de juego, da instrucciones con los materiales y les enseña sin que el
niño lo note.

Roberto Coral, profesor de tercer año de básica, es uno de los tres
maestros que le apostó al cambio. Inicia su clase de matemáticas, por
ejemplo, lanzando un dado grande, hecho de cartulina, de 20 por 20 cm.
Allí hace que los niños se acerquen al dado y verifiquen el número que
sale.

Luego los pequeños van a sus pupitres, conformados en grupos de cinco, y
cuentan con pequeños dados de un centímetro, el número resultante. El
juego se repite por varias ocasiones, incluso los niños se prestan como
voluntarios para lanzar el cubo.

Una vez que ya han reunido un total de 25 dados, el profesor los invita a
remplazar por una columna de 10 centímetros, que simbolizan las 10
unidades o a quitar (restar) los resultantes de lanzar nuevamente el
dado.

La clase se desarrolla entre gritos y entusiasmo por dar la respuesta
correcta, ante la inquietud del maestro de cuántos dados quedan.

Pero la clase llega a su apogeo cuando el profesor los motiva a sacar, de
otro pequeño cajón, unos palitos de colores, similar a las tizas, para
completar la instrucción con las unidades, decenas y centenas. Los
alumnos arman trenes, casas o lo que dicte su imaginación. "En esta
ocasión estamos aprendiendo matemáticas, medidas, formas y a la vez
refuerzan los conocimientos de colores", dice Coral.

Precisamente la propuesta educativa del CEM G3, aunque no es nueva, les
ha permitido reforzar los procedimientos de aprendizaje y adaptarlos a
una población infantil marcada por factores como desnutrición, maltrato
infantil y bajo rendimiento escolar.

Según Juan Sanchón, director del CEM, el programa nació de la necesidad
de adoptar un modelo pedagógico flexible que se adapte a la realidad del
Guasmo. De allí que se determinó que era necesario fortalecer la
planificación, mejorarla con nuevas técnicas y capacitar a los
profesores.

"Adoptamos el método de la enseñanza problémica, es decir que presentamos
un problema y los alumnos mediante el trabajo en conjunto lo solucionan".

Clemencia Moncayo, profesora de segundo año de básica, explica que
resolver problemas sencillos como el juntar los centavos con otro
compañero para comprar un refresco ya es un avance para un menor. Es
decir, los alumnos aprenden con casos reales.

"Utilizamos todo tipo de material desde piedras pequeñas hasta lentejas y
tapillas. Lo importante es que el niño construya y aprenda su
aprendizaje".

La base de la metodología es buscar soluciones sencillas con la activa
participación del alumnado y su objetivo no es solo el resultado sino su
capacitación para la resolución independiente del problema. Se centran en
cuatro ejes: la enseñanza concreta, gráfica, simbólica y complementaria.

La concreta es motivar al niño y niña a construir, la gráfica a poner en
práctica el problema y la simbólica es manejar los resultados por medio
de símbolos, por ejemplo con los números. La complementaria es reforzar
con otros ejercicios similares. Este método se utiliza en las diferentes
asignaturas porque es posible la participación de los niños.

Jennifer Aguilar, de ocho años, y alumna de tercero de básica (antiguo
segundo grado) disfruta cada clase, especialmente las de matemáticas
porque no tiene que ir al pizarrón para aplicar sus conocimientos. "Me
gusta trabajar con los dados y con los palitos de colores", dice
Jennifer, una niña de tez morena y ojos saltarines.

80 maestros se preparan en el modelo

La propuesta del Centro Educativo Matriz (CEM) G3, que se inició hace un
año, tuvo el apoyo de organizaciones como Plan Internacional. Esta
institución impulsa el proyecto "Construyendo escuelas de calidad", que
busca facilitar el aprendizaje y mejorar las condiciones educativas en
los planteles urbano marginales y rurales del Ecuador.

Ruth Calle, profesora del CEM, explicó que si bien utilizaban en
principio material reciclable como tapillas o piedras pequeñas, fue Plan
Internacional quien donó los recursos didácticos.

Según María del Carmen Farfán, asesora de Educación de Plan
Internacional, los tres profesores del CEM G3 reciben capacitación dentro
del proyecto "Construyendo escuelas de calidad" que busca desmitificar
los procesos aburridos y fortalecer la metodología en el aula de clases.

"El objetivo de la propuesta es que los niños y niñas tengan
conocimientos útiles y desarrollen procesos de pensamiento adecuados y
autocríticos".

En el Guasmo existen 30 escuelas que se enmarcan dentro del programa, sin
embargo solo 80 maestros reciben capacitación.

"Estamos sembrando semillas de cambios", explicó Farfán. Para inicios del
próximo año está programado actualizar a 100 profesores del cantón Daule.
(Diario Hoy)
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en Ciudad Guayaquil

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