Quito. 16 jun 2001. Los segmentos más vulnerables a las enfermedades de
la pobreza son los niños y las mujeres embarazadas.

Alejandro Morales, de ocho años de edad, vive en la calle con sus
hermanos y su madre. Lleva en sus manos un vacío y sucio plato plástico.

En sus bolsillos tiene $0,10 que recibió como limosna de un transeúnte.

Camina a diario con parientes y varios amigos que lo acompañan a
mendigar comida en algún restaurante del sur de Guayaquil. Y está claro
en que el dinero que consiga es para su madre, quien no atina qué hacer
para mitigar el hambre que sufren sus pequeños.

Ella, menuda, mal vestida y cruzada de brazos, en ciertas ocasiones
vende loterías o pide caridad en las aceras. "No me queda de otra",
dice. "A veces me toca dormir sin nada en el estómago".

Alejandro, como el mayor de los hijos, expresa su decisión de velar por
sus hermanos. Si tienen ganas de ir al baño él los lleva a un poste de
luz o una esquina, donde en tan solo unos minutos realizan sus
necesidades. "Es que no hay servicios públicos en los parques", comenta
con una madurez lograda en las calles.

Hace tres años, Alejandro enfermó de tifoidea por ingerir un encebollado
de pescado en el mercado guayquileño de Pedro Pablo Gómez. Sus hermanos
y su madre tuvieron que trabajar duro para comprarle las medicinas.

Aquel sacrificio les costó a todos "días sin comer", pero al final
lograron curar la salud del principal guía.

Todo sigue en espiral

El año anterior también fue víctima del cólera, enfermedad que casi lo
lleva a la muerte. Y con curaciones logradas a remiendos, nuevamente
está en la calle, expuesto, dadas las bajas defensas que apenas logra
por su mal nutrición. Y ahora ruega al cielo que no se le "pegue" otro
mal que impida que siga siendo el principal sustento de su familia.

Sale todos los días de la cooperativa Carlos Castro, en el Guasmo
Central, con la esperanza de recibir algo de dinero para tan solo
alimentarse. De vez en cuando, canta en los buses o hace malabares con
botellas de colores, mientras sus hermanos venden caramelos o cuidan
vehículos en los parques de Guayaquil.

"Me gano el pan, con trabajo. Mi familia tiene hambre y debo ayudar para
que ellos no sufran", responde con voz entrecortada cuando le preguntan
sobre su futuro y sus anhelos.

El es uno de tantos niños ecuatorianos que padecen los males de la
pobreza: enfermedades supuestamente erradicadas en el resto de América,
tanto infantiles como infectocontagiosas.

Estas han evidenciado desde hace más de 20 años repuntes alarmantes y
han provocado epidemias marcadas con altos índices de mortalidad.

Impedimentos

No obstante, la crisis económica que enfrenta el país impide que cerca
de cuatro millones de ecuatorianos tengan algún tipo de acceso a una
atención médica emergente o primaria.

En este aspecto, los más afectados por las enfermedades consideradas de
la pobreza, son quienes habitan en las poblaciones aisladas de la Sierra
y de la Amazonia; en las poblaciones rurales de la Costa y en los
barrios marginales de las grandes ciudades.

Incluso, en los mismos estratos medios, alrededor de un millón y medio
de personas no pueden acceder a atención médica especializada ni
hospitalaria. (CHM)

Niños

-El director de nutrición del Ministerio de Salud, Julio Alvear, dijo
que los casos de desnutrición deben estar rondando el 60% de los niños,
mientras que la desnutrición aguda alcanzaría 6%.

-En la maternidad Isidro Ayora, de Quito, "al menos seis de cada diez
mujeres embarazadas atendidas en consulta externa presentan anemia",
según datos del Centro de Estudios y Asesoría en Salud.

-En condiciones higiénicas y alimenticias negativas, afecciones de
fácil curación, como sarampión, infecciones intestinales o
respiratorias, adquieren dimensiones mortales.

-La deficiencia de hierro en 47% de los niños menores de dos años es
una de las causas que podría explicar los 800 000 casos de niños
disléxicos -incapaces de distinguir ciertas letras- que registró en un
sondeo realizado por el Ministerio de Educación.

-Lo mínimo que necesita una familia para su sustento es $218,17. El
sueldo básico es $85,65. (AAS)

ENTREVISTA

"Todos tenemos algún grado de culpa"

Rodrigo Fierro, medico endocrinólogo premiado por la OPS y el Instituto
Benjamín Franklin de EEUU por su labor a favor de la salud pública,
critica la falta de políticas estatales en el sector.

Fierro insiste en la ceguera de una visión económica que no comprende
que apoyar al mejoramiento de las condiciones en educación y salud del
país es una inversión beneficiosa a largo plazo.

¿Por qué la caída de las condiciones de salud de la población?

A finales de los setenta el presupuesto dedicado a salud llegaba casi al
10%. Ahora, no llega al 2,5%. En 20 años, ¿quiénes hicieron posible que
se consiguiera semejante barbaridad? Todos, todos a una: El poder
Ejecutivo, el poder Legislativo. Los presupuestos que fueron puestos a
consideración del Congreso se aceptaron sin comentarios. Por último
ellos, los representantes del pueblo, debieron haber objetado la
temeridad que era reducir fondos para la salud pública. No lo hicieron,
aquellos presupuestos fueron aprobados.

¿Por qué el Estado ha dejado de preocuparse por la salud?

Un misterio, un misterio dificilísimo de explicar: porque la salud
pública no da réditos políticos. Los efectos de las acciones de salud o
de las políticas de Estado, son efectos a largo plazo, resultados que se
ven a largo plazo. Como consecuencia, al político de pensamiento
enanizado e inmediatista, el asunto salud publica le tiene sin cuidado,
porque está pensando en su próxima elección, que llegará en pocos meses
o años. La salud pública no da réditos políticos inmediatos, y el
político ecuatoriano es, eminentemente, un ser inmediatista.

¿Tal vez la salud ha dejado de tener importancia, desde una perspectiva
capitalista?

No creo, sería una temeridad, porque sería la miopía más estúpida. Un
obrero saludable produce más, un campesino con fuerzas, que no esté
parasitado, que no esté anémico, ha de producir más, ha de aguantar más
el mal clima. No me cabe que esto sea difícil de comprender. Cómo creer
que un gamonal de la costa no comprenda que sus trabajadores anémicos le
significan un costo beneficio negativo. De ahí la baja productividad en
el territorio ecuatoriano, aparte de las condiciones tecnológicas, etc,
etc: porque los campesinos están enfermos, porque no aguantan, porque no
resisten, porque están anémicos, porque defecan sangre.

Es el símil de la gallina de huevos de oro. ¿Cómo no darle de comer a la
gallina de los huevos de oro, cómo no mantenerle vacunada a la gallina
de los huevos de oro...?

Con las tasas tan grandes de desempleo, ¿no habrá una lógica de que
siempre habrá alguien quien trabaje?

No tanto. Como la gente no puede darse por muerta, surge el fenómeno de
la migración. Los más hábiles, los menos desnutridos, los que todavía
tienen energía, fugan del país. Estos son los migrantes, los que no se
resignan a dejarse morir, los que huyen de la antropofagia del
capitalismo salvaje ecuatoriano, ellos son los que huyen. Los menos
dotados se quedan, ya sin fuerzas. Desde esta perspectiva, la fuerza
laboral ecuatoriana, con la migración de por medio, ha sufrido un golpe
que es de esperarse que no sea de gracia, porque son los mejores los que
migran. (AAS)

¿Quién es?

Rodrigo Fierro, médico ambateño de 70 años especializado en
endocrinología y medicina nuclear, ha diriguido el comité nacional de
control de deficiencias en micronutrientes. El profesor universitario
también ha presidido la Asociación Latinoamericana de Academias de
Medicina.

Epidemias y pandemias nos acosan desde 1988

Desde 1988, el Ecuador vive acosado de enfermedades que, debido a su
fuerza y permanencia, se han tornado endémicas, como son el dengue,
cólera, paludismo, tifoidea, leishmaniasis, leptospirosis, las mismas
que han provocado en los 10 últimos años epidemias severas y hasta
pandemias.

Otro de los difíciles problemas de los gobiernos ha sido erradicar la
desnutrición, que año tras año mata a miles de niños, en varias regiones
del país. La población, de una u otra forma, está amenazada de brotes
continuos de enfermedades, debido a la presencia de focos infecciosos
permanentes y de las deprimentes condiciones sanitarias que se vivió con
el fenómeno de El Niño y que, hasta la fecha, se mantienen.

El riesgo epidemiológico de cólera, dengue, paludismo e infecciones
gastrointestinales y respiratorias agudas, oscila entre 64% y 93%, según
las organizaciones de la salud.

Las provincias de Guayas, Manabí, El Oro, Los Ríos y Esmeraldas, en la
Costa; Loja, parte de Pichincha, Cañar y Azuay, en la Sierra; y la gran
mayoría de la región Oriental, constituyen, sin embargo, las zonas de
mayor riesgo y vulnerabilidad.

Desde todo punto de vista, el bajo presupuesto del Estado para el sector
de salud, unido al colapso de los hospitales y unidades operativas,
imposibilita la erradicación de estas enfermedades, que al momento
únicamente se trata de combatirlas. Especialistas de la ONU y de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirman que el principal
desafío en los países latinoamericanos es superar la inequidad en el
acceso a los sistemas de salud pública: "Los indicadores de salud están
ligados a los altos niveles de pobreza".

Señalan que la pobreza es la gran enfermedad, y la causa de muchos males
son el aumento de niños abandonados en las calles, prostitución
infantil, promiscuidad, mala alimentación y alcoholismo. (CHM)

El 70% con males respiratorios

Una ONG noruega realizó un censo, con el apoyo del INEC, en los barrios
Trinitaria y Paraíso de Flor

Un censo socieconómico desarrollado el año anterior por una ONG noruega
en la Isla Trinitaria y en el Paraíso de la Flor, dos de los sectores
marginales más grandes de Guayaquil, presenta una "radiografía" de la
difícil situación que afrontan sus habitantes en materia de Salud.

Los registros de Misión Alianza de Noruega (MAN), fundación que opera en
siete países y que trabaja en los sectores marginales de Guayaquil desde
1994, indican que 70% de los moradores de la Trinitaria y el Paraíso de
la Flor presentan complicaciones respiratorias, que se convierten en
casos crónicos en la edad adulta, por la falta de un tratamiento
adecuado.

Según el censo, en el que participó personal del Instituto Ecuatoriano
de Estadísticas y Censos (Inec), en cada 200 viviendas hay un miembro de
la familia que padece tuberculosis. El estudio de MAN recoge datos de 12
164 personas, que habitan en estas dos cooperativas, una ubicada en el
noreste y la otra en el sur de la urbe.

Otro aspecto que se destaca: 88,2% de la población encuestada no sigue
un tratamiento médico. Atribuyen a la falta de recursos económicos el
primer obstáculo para seguir los tratamientos. El ingreso familiar en
estos sectores es de $80 a $100 mensuales.

Otro porcentaje se refiere al reducido número de centros de salud
públicos en estas cooperativas, donde habitan más de 400 mil personas,
la mayoría migrantes de otras provincias. Una población donde solo el
42,8% tiene un empleo seguro.

En el censo de la ONG, las enfermedades infecciosas ocupan el
segundopuesto en el escalafón. El 20,5% de los moradores presenta un
cuadro infeccioso, 17,2% tiene algún tipo de enfermedad parasitaria y
14,4%, diarreas frecuentes.

La falta de un adecuado suministro de agua potable, servicio que en
ambas zonas representa la principal necesidad, es uno de los factores
que agrava la situación.

En el Paraíso de la Flor y gran parte de la Isla Trinitaria, los
habitantes aún se abastecen del líquido a través de los vetustos
tanqueros que recorren estos sectores ofertando el agua a 50 y 60
centavos el tanque. Otros, en cambio, adoptan erróneas formas para
proveerse de este líquido.

La desnutrición es otro de los males que se presentan en estos sectores.
Los registros del Hospital del Niño indican que 90% de los casos de
desnutrición provienen de estos y otros sectores periféricos de la urbe.

Prueba de que la desnutrición es un problema que aún se presenta con
frecuencia en nuestro medio, son los dos centros de nutrición que se
construyen en Guayaquil . Allí se atenderán casos de niños que presenten
desnutrición de tercer grado. (JVR)

-Más Salud llega a 219 mil personas

El director del Programa Más Salud, del Municipio de Guayaquil, Ernesto
Romero Toro, asegura que el aporte del Gobierno Nacional en el campo de
Salud, en estos sectores, es mínimo."Todos reconocemos las deficiencias
del Ministerio: bajos presupuestos, falta de infraestructura adecuada,
pero el Municipio hace un gran esfuerzo para aliviar estas
deficiencias".

En este sentido, Romero indica que el Programa Más Salud ha permitido
brindar atención médica primaria a 219 mil personas en las clínicas
móviles. No obstante, el funcionario reconoce que aún falta mucho para
cubrir completamente la demanda en los sectores más necesitados de la
urbe. En la Trinitaria, el Municipio se ha visto obligado a instalar una
clínica móvil, por la gran demanda de pacientes y otra unidad en las
cercanías de este sector.

Ernesto Romero Toro añade que "hay personas que, pese a las campañas
educativas emprendidas, aún siguen tomando aguas estancadas y otras
"olvidan" hervir el agua. Es un problema que debe irse eliminando".
(JVR)

El 1,8% tiene problemas de lenguaje

Un dato revelador es la existencia de 5 762 personas que sufren alguna
discapacidad

El censo de la ONG Misión Alianza de Noruega también registra la
discapacidad como otro tipo de inconvenientes que sufre un número
determinado de la población de la Isla Trinitaria y el Paraíso de la
Flor. El estudio sostiene que hay 5 762 personas en estos dos sectores
que tienen discapacidad.

De esta cifra, 1,8% tiene problemas de lenguaje, que pudieron ser
tratados a tiempo para evitar avances progresivos. "El inconveniente
radica en que los padres no tienen el suficiente conocimiento que sirva
de soporte a la realidad que afrontan sus hijos. Esto hace que muchos de
estas personas, niños en su gran mayoría, no puedan reintegrarse a la
sociedad", dice Leticia Palma, promotora de MAN.

Esta ONG ha instalado dos centros de rehabilitación
psicopedagógica-terapéutica, uno está ubicado en la Trinitaria y el otro
en el Paraíso de la Flor. (JVR)

Leishmaniasis ataca a la pobreza rural

La primera alarma surgió en octubre de 2000, cuando se descubrieron 416
casos en distintas zonas del país

La leishmaniasis es un mal cutáneo y de las membranas mucosas que
transmite un protozoario intracelular conocido como "la manta blanca",
que habita en las ramas de árboles y maleza. A quienes ataca es a la
gente de las zonas rurales, donde la pobreza cubre 99% de la población.

En octubre de 2000, el Ministerio de Salud descubrió a 416 habitantes de
los cantones Chone, Pichincha y Calceta, en Manabí, y Mocache en Los
Ríos afectados por este mal. Todos provenientes de zonas rurales.

Las autoridades sanitarias le aplicaron 1 500 dosis de Glucantime para
combatir el mal cutáneo. "Los procesos de recuperación siguen", dijo
Victoria Zambrano, miembro del hospital de Chone, Manabí.

Los centros de salud de esas poblaciones fueron visitados por los
habitantes de las zonas rurales que mostraban sendas llagas en pies,
piernas y cara.

La primera alarma

Al principio, el mal ocasionó alarma, porque en los hospitales no se
contaba con medicinas. Fue el Gobierno de Colombia el que apoyó con los
medicamentos.

La leishmaniasis es una enfermedad polimorfa de la piel y de las
membranas mucosas. Comienza con una pápula que se agranda y se
transforma en úlcera indolora. Las lesiones pueden ser únicas o
múltiples, y rara vez no ulceradas y difusas.

Su característica es que puede cicatrizar espontáneamente en el término
de semanas o meses, o persistir durante uno o más. Se diagnostica
mediante identificación microscópica, por eso se tarda en identificarla
a simple vista.

Se transmite a través del hombre, roedores silvestres desdentados
(perezosos), marsupiales y carnívoros, a menudo inclusive perros
domésticos y en focos urbanos, equinos; en muchas zonas se desconocen
los huéspedes.

El modo de transmisión es por la picadura de un flebótomo hembra
infectante. Después de alimentarse de un huésped mamífero infectado, en
plazo de 8 a 20 días riegan parásitos infectados que son introducidos
por la picadura. La incubación es de una semana. La susceptibilidad y
resistencia es de moderada inmunidad después de que se curan las
lesiones.

Como medida preventiva, se pide la eliminación de basureros y otros
sitios que sirvan de criaderos del flebótomo, la identificación de los
animales transmisores y exterminio de los mismos.

El tratamiento para combatir este mal contempla la aplicación de 20
ampollas de Glucantine, cuyo costo es de $3,40 cada dosis.

Un mal montañoso

Es un mal propio de la zona montañosa. No causa la muerte, pero deforma
la piel.

Hay que dormir con mosquiteros de tela fina, usar repelentes y fumigar
las habitaciones. Los casos han sido descubiertos, preferentemente, en
los sectores rurales, aunque también han aparecido en las regiones
suburbanas.

Se distinguen dos grandes grupos de leishmaniasis: la visceral,
identificada como kala-azar y la leishmaniasis cutánea conocida como
furúnculo de Delhi o botón de Oriente. Algunas formas de leishmaniasis
son endémicas en las regiones tropicales y subtropicales.

Las campañas sanitarias empezadas por el Ministerio de Salud Pública
evitaron el aumento de este mal.

La pronta atención al paciente y la entrega de los medicamentos, fueron
vitales para reducir los casos, dijeron voceros de la Subsecretaría de
Salud del Litoral, ente que intervino en el tratamiento. (AM)

La humedad invita al paludismo

Julio Donoso Cevallos, director del departamento técnico del Hospital de
Infectología de Guayaquil, afirma que las provincias del Litoral
atraviesan una preocupante epidemia del dengue y que posteriormente será
la del paludismo, debido a que la temporada lluviosa terminó y las aguas
estancadas se convertirán en pútridas, dando lugar a la proliferación de
mosquitos. Explica que diariamente se atienden cuadros de pacientes
provenientes de Esmeraldas, Los Ríos, El Oro y de otros puntos del país.

"Este es el hospital de las epidemias y las emergencias", subraya.
Según Donoso, el centro hospitalario de infectología, José Rodríguez,
esta considerado como de "alta especialidad", debido a los diversos
laboratorios, donde se elaboran los exámenes de sangre y diagnósticos de
las enfermedades tropicales e infectocontagiosas.

El dengue y el paludismo presentan síntomas similares de dolor de
cabeza, fiebre y escalofríos, pero lo que caracteriza al primero del
segundo es la coloración amarillenta en la piel de los enfermos. Sin
embargo, reducen o aumentan su incidencia en la población, de acuerdo
con los niveles de humedad en el ambiente.

Las medidas idóneas deben ser tomadas junto con la comunidad, así como
el trabajo de campañas y programas de prevención, según advierte Donoso.

"Curiosamente, existen pacientes que tienen más de 40 años de
ingresados. Algunos de ellos son rechazados por la sociedad, la familia,
instituciones de labor social o por sus condiciones de invalidez",
afirma.

"La población debe educarse sobre las enfermedades de malaria y dengue,
para evitar la expansión de los vectores". (CHM)

Alcoholismo, una enfermedad que produce pobreza y afecta a 20 000
cuencanos

Hace 10 años, las pérdidas por causa del alcohol ascendían al 7,3% del
PIB. No existen cifras actualizadas

Cediendo a los ruegos de la familia, Pedro decidió apiadarse de Carlos,
un alcohólico conocido en su grupo de amigos, y llevarlo al Centro de
Rehabilitación de Alcohólicos (CRA). Conocía el lugar, porque hace años
había internado allí a un hermano y en otra ocasión a un compadre. Esas
dos veces, le cobraron 50 000 y 100 000 sucres en el momento de la
internación y luego la trabajadora social comprobó el estado de pobreza
de la familia de los afectados y decidió que no pagarían mucho más por
la estadía de un mes.

Con Carlos fue diferente. A la entrada le pidieron $224 y le
pronosticaron que el tratamiento mensual, con medicinas y sueros, no
costaría menos de $450. Ante la cara estupefacta de Pedro, el médico
residente comprobó en las fichas que Carlos ya había estado allí en
ocasiones anteriores y había sido sacado por su mujer a las pocas horas.

Pedro desistió. "Así se acelera la destrucción de las personas, tienen
que seguir botadas en la calle, ya no hay nada que hacer", comentó.

Mientras todavía se discute si el origen del alcoholismo está, entre
otras causas, en la pobreza, no hay lugar a dudas de que el alcoholismo
más bien produce pobreza. "Todo alcohólico, después de haber bebido, de
haber dejado de trabajar, después de abandonar sus responsabilidades,
entra en una fase de pobreza y su familia también", dice Saúl Pacurucu,
director del CRA.

No existen cifras nuevas, pero ya hace diez años se calculó que en el
Ecuador, el 7,3% del Producto Interno Bruto se perdía a causa del
alcoholismo.

Se estipula que un 8% de la población mayor de 15 años, es decir,
alrededor de un 4% de la población total en este país es alcohólica.

Esta cifra, determinada por una investigación nacional hace diez años,
no ha variado en cuanto a la tasa general, según Pacurucu. Sin embargo,
han aumentado notablemente los problemas relacionados con el
incrementado consumo de alcohol, tales como accidentes, violencia,
desempleo etc. "Mientras en los años setenta la gente empezaba a
consumirlo a los 15 años, en el año 2000 lo hace cuando tiene once o
doce años. Asimismo, en esa época las mujeres casi no consumían
alcohol, hoy un 30% lo hace", dice el investigador cuencano, autor de
numerosas monografías publicadas en el país y en el exterior sobre el
tema.

En Cuenca, esta tasa es un poco más elevada. Se cree que de los
aproximadamente 400 000 habitantes rurales y urbanos de la ciudad, casi
20 000 son alcohólicos. Sin embargo, en el CRA no se registran más de 2
000 ingresos al internado por año, de los cuales 900 lo hacen por
primera vez y el resto son reingresos. Estas cifras corresponden a
personas que vienen no solo del Azuay, sino también de Loja, El Oro,
Zamora, Morona Santiago, Cañar y parte de Chimborazo. La organización de
ayuda mutua Alcohólicos Anónimos, que no interna a los pacientes, tenía
hace 20 años cuatro grupos en el Azuay, ahora tiene 40, pero a escala
nacional solo cuenta, según Pacurucu, con 2 000 miembros activos. La
pregunta que se plantea es ¿dónde están los demás?

El Ministerio de Salud, que en el Austro no dispone de ninguna
instalación especializada en adicción y siquiatría, colaboró el año
pasado con una asignación que no cubrió más del 1% del presupuesto anual
del CRA, el Ministerio de Bienestar Social aumentó su aporte de $800
anuales a poco más de $1 000 este año, pero al mismo tiempo exigió el
tratamiento gratuito de cuatro pacientes el año pasado y de seis este
año. Cada paciente le cuesta al CRA un mínimo de $300 por mes.

De acuerdo con el director regional de Salud, Galo Ochoa, los pacientes
alcohólicos y siquiátricos que ingresan al Hospital Regional deben ir a
la sesión de medicina interna, debido a que no existe un área
especializada. (SK)

-Enfermo mental no es atendido

La reducción drástica de ingresos en los últimos años y la migración
serían factores decisivos para que haya aumentado en los últimos años el
nivel de ansiedad en la población ecuatoriana, según informaciones
coincidentes de representantes del sector de la Salud. El director
regional de Salud en Cuenca, Galo Ochoa, anunció que el ministerio está
elaborando un programa especial de atención a afectados por problemas
sicológicos, ya que han aumentado la depresión, la ansiedad, los
intentos de suicidio, la violencia y las autoagresiones.

Marlene Farfán, directora de la Fundación Ayuda en Acción, mientras
tanto, dijo que los enfermos siquiátricos incurables no tienen ningún
lugar a donde ir en el Austro. La Fundación, una vez comprobado el
diagnóstico, los envía al "Corazón de Jesús" en Quito o al "Lorenzo
Ponce" en Guayaquil.

Según Ochoa, quien habló de "un cambio en el perfil epidemiológico" a
causa de las enfermedades sicológicas, el Ministerio de Salud ha
emprendido una campaña para incentivar a los estudiantes de medicina a
que se especialicen en salud mental. Sin embargo, todavía no existen
para ellos plazas de trabajo en el sector público, aunque está previsto
crearlas. (SK)

ANALISIS

Los olvidados del Estado

Si alguna tarea resulta irrenunciable para un Estado es la atención de
salud de su población; pero es en este rubro, justamente, en el que
Ecuador aparece como moroso. Las cifras sobre la inversión en el área
revelan que en los últimos 20 años, el presupuesto se ha reducido del
10% al 2,5%.

Pero si los números resultan inaceptables, la realidad evidenciada al
recorrer las áreas marginales, sobre todo de la Costa, muestran el
verdadero rostro del drama: la carencia de alimentos y nutrientes ha
hecho de sus habitantes, y sobre todo de los niños, seres vulnerables a
cualquier enfermedad, y cuyo riesgo de muerte es elevadísimo.

Enfermedades como el cólera, la leishmaniasis, el paludismo, etc. se han
vuelto compañeros inseparables de los marginados del país, convirtiendo
sus vidas en una suerte de círculo vicioso que va de la miseria a la
enfermedad.

Un solo hecho nos revela el nivel de marginalidad e insalubridad de
nuestra población: en la zona de la isla Trinitaria y el Paraíso de la
Flor se ha detectado a unas 5 762 personas afectadas de dispacidades, y
de esta cifra, el 1,8% que tiene problemas de lenguaje, podía haber sido
curado si hubiese recibido atención temprana.

Todo este drama nos lleva a la conclusión de que el país, en materia de
salud, carece de políticas de prevención.

Del lado de los habitantes, en cambio, da la impresión de que han
perdido la capacidad de reacción. Envueltos en su propia problemática,
desconociendo sus derechos, no atinan siquiera a reclamar atención de
las autoridades. (TFF)

"La enfermedad que más golpea es la tuberculosis"

El Gobierno destina el 40% del presupuesto a la defensa y el 45% a la
deuda externa. El resto tiene que repartirse entre todos los
ministerios. En ese contexto, el director general de Salud, Francisco
Carrasco, sostiene que pelean sus recursos. "Si no tuviéramos una deuda
como la que tenemos, Salud tendría un 18% del presupuesto", dice.

Existen políticas estatales de Salud de largo alcance. ¿Hay continuidad?
No, no creo que pueda ser mirado de esa manera. Las políticas de Salud
están trazadas. Un nuevo ministro, que empieza a ver el panorama global
de Salud en el país, no significa cambio en las políticas, sino un
enrrumbarlas a la situación que esta viviendo el país. Para el ministro
Jamriska los problemas vienen después y no antes, y tiene que
acondicionar su políticas en el momento, pero con la proyección de lo
que se debe hacer después.

¿Y los programas de largo alcance actuales?

Existen programas de largo alcance, políticas trazadas desde hace mucho
tiempo, y el ministro da énfasis a lo que cree conveniente. Actualmente,
estamos trabajando en medicamentos genéricos, nutrición, inmunizaciones
y atención primaria de salud.

Pero se desarrollan enfermedades de la pobreza, como la tuberculosis...
Una enfermedad de las que más golpea a la gente pobre es la
tuberculosis. El Ministerio de Salud tiene un programa muy específico
para esto. En este momento existe la suficiente cantidad de medicamentos
antituberculosos, y se ha localizado a los pacientes. Se está aplicando
control, vigilancia y seguimiento. Los tratamientos de tuberculosis
multirresistentes por ejemplo son muy caros, $3 000 por paciente, y el
Ministerio de Salud está cubriendo gratuitamente eso.

¿No es responsabilidad del Estado acabar con las causas de la pobreza
que permiten esas patologías?

El Ministerio de Salud tiene programas para el niño desde que nace hasta
los 6 años. Igual para madres embarazadas o en edad de lactancia. Ahí
estamos entregando todas las fuerzas y el capital. Estamos tratando de
cuidar para que se desarrollen en las mejores condiciones.

Más allá del Ministerio de Salud, ¿hay una macropolítica que rompe el
derecho a la salud?

Más allá de lo que el gobierno y Ministerio de Salud puedan hacer, hay
pobreza, hay desnutrición, hay muertes, hay situaciones que se nos
escapan de las manos.

¿Existe un espacio, dentro de la política estatal general, para la
salud?

Si hablamos desde la situación económica, es cierto. No deberían
discriminar salud y educación, que deberían ser los soportes básicos. En
este año, el compromiso del gobierno es incrementar en cuatro o cinco
puntos más el presupuesto de Salud. Entonces se podrá trabajar en
mejores condiciones. (AAS)

¿Quién es?

Francisco Carrasco, gineco-obstetra de 49 años, ha ocupado cargos
directivos en el Colegio Médico de Pichincha, la Federación Médica y la
Sociedad Ecuatoriana de Anticoncepción. Actual secretario de la Sociedad
de Mastología. Carrasco fue director nacional del servicio de salud del
MSP.

El delito busca los barrios

Los controles sacaron los atracos del centro. Estos parecen
multiplicarse en las ciudadelas

La muerte de David Josué Mejía Parco, de tres años de edad, el sábado 2
de junio por la tarde, en la cooperativa 27 de Enero, en Mapasingue
Oeste en Guayaquil, tras recibir dos impactos de bala en el cuello y en
el cráneo, puso nuevamente en discusión el aumento de los niveles de
violencia en los barrios y ciudadelas de la urbe, pese a los controles
multinstitucionales que se ejecutan.

Ocurrió por una posible venganza de Marcelo Paredes (a) "El Negro",
supuesto integrante de una banda autodenominada "Los Guerreros", quienes
habrían mantenido un resentimiento con el padre del menor, Luis Mejía,
de 28 años de edad, y uno de sus hermanos por rencillas personales.

Una segunda hipótesis sobre el crimen, no menos violenta y preocupante,
es la de vecinos del sector quienes afirman que ocurrió durante el
forcejeo entre un vendedor de frutas asaltado y un maleante. Este último
disparó, pero el proyectil le impactó indirectamente al menor.

Si las acciones policiales como el Plan Más Seguridad, han significado
tranquilidad en las zonas céntricas, donde han decrecido los grandes
atracos a bancos y entidades comerciales, los delitos se han
diversificado y multiplicado en los barrios urbano-marginales del norte,
sur y oeste. Así piensa Billy Navarrete, coordinador del Comité
Permanente de los Derechos Humanos en Guayaquil.

De hecho, las estadísticas que muestra una orgullosa Policía, en
relación con los mismos meses del año anterior, si bien reflejan un
notorio decrecimiento en estruches a casas, robo de carros y asaltos a
comercios, presentan casi equidad en homicidios y alzas significativas
en casos de violaciones y llamados de auxilio surgidas de diferentes
sectores de la ciudad.

Cifras que, no obstante, la Policía considera normales por la confianza
para denunciar que, asegura, han ganado los ciudadanos con el plan de
Seguridad y el uso del 911.

"La ciudadanía ahora colabora. De ser actora pasiva pasó a ser activa y
de enorme ayuda para los funcionarios inmersos en los trabajos de
seguridad", afirma Marco Cuvero, jefe del regimiento Guayas.

Mario Casco, jefe del Cuarto Distrito de la Policía Nacional, mira ahora
hacia los colegios con el propósito de que aquellos que en otras épocas
los enfrentaban con piedras, ahora les ayuden a controlar.

Para cumplir este objetivo, firmó un convenio con el Ministerio de
Educación, mediante el cual invita a estudiantes de los quintos cursos
fiscales y particulares a integrar brigadas de seguridad.

"Queremos concienciar a nuestros estudiantes sobre la seguridad que
significa la paz y tranquilidad ciudadanas", afirma Casco. (AM)

Las clases


-Las clases de capacitación serán dictadas los sábados, para no
interferir en el estudio de los participantes.

-Los estudiantes participantes podrán graduarse presentando su tesis de
grado sobre el tema de la seguridad interna, sin que esta sea una
condición obligatoria.

-Quienes no deseen participar en este programa de brigadistas,
realizarán su servicio militar los sábados.

-Casco declaró que hay dos colegios de Guayaquil que han solicitado que
sus estudiantes participen en brigadas de seguridad.

-Esta será una tarea paralela que se cumple junto con el plan "Más
Seguridad".(AM)

Resguardar a los vecinos

La capacitación de los policías que se encargarán de adiestrar a los
alumnos, a cargo de los miembros del Grupo de Intervención y Rescate,
empezará el martes 19 de junio de 2001 en Guayaquil y tendrá una
duración de tres semanas.

Durante las tareas de capacitación los estudiantes harán prácticas en la
calle.

Como prueba piloto, este proyecto ya se aplicó en 2000 por parte del
Comando de Policía Guayas. En 2001 se ampliará a otras provincias de la
Costa, y en el futuro pretendemos que integre a todo el país, declaró el
coronel Mario Casco.

Su participación será comunicar lo que ocurre en el barrio y avisar a la
Policía sobre los hechos cometidos en su zona. Por ejemplo, cuando
alguien del barrio sale de vacaciones, los brigadistas se encargan de
cuidar la vivienda. "Queremos que los brigadistas no sean indolentes
ante un problema que aqueje a un vecino".

Casco aclaró que los brigadistas no portarán armas, y no detendrán a las
personas, a no ser que se trate del cometimiento de un delito flagrante,
en cuyo caso es obligación no solo del policía sino del ciudadano
apresarlas.

Los brigadistas deberán evitar los linchamientos, la toma de la justicia
por su propia mano y, más bien, avisar a la Policía para que sea la ley
quien se encargue de juzgarlos.

Portarán un distintivo para ser identificados como brigadistas de los
barrios. "Nosotros como policías no vamos, en ningún momento, a dejar
que los brigadistas se involucren o comprometan con los actos delictivos
que se cometan en los barrios. Eso sería una irresponsabilidad".

Casco manifestó que es básica la actuación de los padres de familia de
los estudiantes participantes, sobre todo porque con esta clase de
programas se inculcan los valores éticos y morales que fortalecen la
personalidad de sus hijos.(AM)(Texto tomado de Blanco y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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