Quito. 20 jun 2001. En los talleres se crean nuevos negocios y a veces
hasta se asocian. La CFN tiene dos líneas de crédito y el Banco Mundial
aportó dos millones.

Sentados sobre bancos de madera que se tambalean sobre el piso de tierra,
diez potenciales microempresarios escuchan atentamente a Carlos Fuentes
para aprender a cultivar champiñones.

Con las manos removiendo el humus húmedo, en una litera hecha con madera,
Fuentes explica que la desinfección se hace con agua hirviendo y la
producción promedio es de seis a ocho kilos por metro cuadrado.

La charla del representante de Fundación Avanzar va más allá del curso
teórico-práctico. En la Granja Integral de Chillogallo, al Sur de Quito,
se ofrecen pautas y herramientas para que los asistentes instalen sus
negocios con pequeños capitales.

En el caso de los champiñones se recomienda un sistema de irrigación a
bajo costo: los 10 metros de manguera necesarios cuestan 1,6 dólares y el
pico de nebulización, 32 centavos de dólar.

Este método también se utiliza en la crianza de caracoles, donde se usan
jaulas de madera revestidas con mallas negras. Los asistentes al curso se
enteran que la producción en la Costa tarda hasta cuatro meses, pero en
Tulcán puede demorar nueve.

En medio de la charla, los participantes aprovechan para hacer nuevos
negocios. "Yo no le cobro la visita a la champiñonera y usted no me cobra
la instalada de las mangueras. ¿Trato?", le propuso el instructor al
término del taller a Germán Moya, funcionario de Ecuamangueras.

En este tipo de talleres nace la semilla de las pequeñas microempresas y
esta tendencia se ha agudizado los últimos años (ver gráfico). El
desempleo bajó del 14,4 por ciento en 1999 al 9,0 por ciento en el 2000.
Esto, debido a que las nuevas plazas de trabajose generan en el sector
informal. De ahí que el índice de subempleo subió del 56,9 al 65,9 por
ciento en el último año.

"Esto se explica porque la mano de obra del país, por efecto de la
crisis, se ha ocupado en empleos autogenerados y de baja productividad e
ingresos por la necesidad de aportar al presupuesto familiar" , dice la
Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo del Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INEC).

La situación en el sector rural es aún más marcada. Allí el 65,9 por
ciento de los empleados trabaja en microempresas.

De ellos, el 57,7 por ciento labora por cuenta propia o para familiares
dueños de las tierras.

Ahora, el apoyo para estas iniciativas llega de un abanico de fuentes.
Una viene del Banco Mundial con el Fondo para la Precompetitividad
Microempresarial (PME), administrada por el Ministerio de Comercio
Exterior (Micip) y la Corpei.

Desde octubre de 1999 se han atendido a 11 319 microempresarios de 17
provincias del país. El volumen de crédito entregado asciende a 2,27
millones de dólares y fueron canalizados al sector agrícola y al
desarrollo de productos orgánicos.

Un 12 por ciento de esos recursos se prestó a los artesanos que trabajan
con cuero, madera, joyas y tejidos, mientras un 11,2 por ciento lo
recibieron los artesanos de paja toquilla.

Otra institución estatal que brinda financiamiento, asesoría y
capacitación es la Corporación Financiera Nacional (CFN).

Credimicro y Fopinar son los dos líneas de financiamiento que ofrece esta
banca de segundo piso a través de las instituciones financieras locales.

Al primer tipo de crédito pueden aplicar las personas naturales o
jurídicas con no más de diez empleados permanentes, incluyendo al
propietario. Los activos totales excluido terrenos y edificios, no deben
superar los 20 000 dólares y en caso de actividades agropecuarias no se
debe exceder las 10 hectáreas cultivables.

La segunda línea de préstamos está dirigida para aquellas personas cuyos
activos fijos -excluyendo terrenos y edificios- no superen los 350 000
dólares. En ambos casos, los créditos financian la compra de activos
fijos, capital de trabajo y asistencia técnica.

Otra ayuda que ofrece la CFN es la capacitación a través de sus cupones
de descuento: diez dólares por cada curso o taller.

Todos los propietarios y empleados de las microempresas pueden solicitar
ese cupón con la copia de su cédula y la del dueño, además del número del
RUC o de la patente municipal.

La CFN prevé capacitar 100 oficiales de crédito para atender las
necesidades de la microempresa.

En el plan estratégico que va hasta el 2004, esta institución prevé
desembolsar el 30 por ciento de los créditos a los pequeños negocios y
también capacitar a 100 000 empresarios.

LA CONSTITUCION

El RUC * El Registro Único de Contribuyentes (RUC) se debe obtener en el
Servicio de Rentas Internas (SRI) después de máximo 30 días contados a
partir de la iniciación de las actividades económicas. El RUC no tiene
ningún costo. Para obtenerlo se requiere la copia de la cédula de
identidad y el formulario lleno que se lo adquiere en el SRI. Es
necesario realizar una actualización de los datos de inscripción cuando
se cambia de actividad económica, domicilio, cese de la actividad o
aumento o disminución del capital de trabajo.

La patente municipal * La inscripción de la patente municipal se la
realiza en la Jefatura de Rentas del Municipio y se debe cancelar el
impuesto de patente anual y un pago mensual para el ejercicio del
negocio. Los requisitos son: una copia de la cédula de identidad e
informar el domicilio de la microempresa. Los costos a cancelar están
determinados por la naturaleza, volumen y ubicación del negocio. Los
únicos exonerados del pago son los artesanos calificados.(Texto tomado de
El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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