Guayaquil. 14 feb 99. Después de 27 años del golpe de Estado
que puso como Jefe Supremo del país al Gral. Guillermo
Rodríguez Lara, el ex mandatario vive alejado de la política.
Hoy piensa que la paz con el Perú confirmó que la víctima
tenía que ser el país más pobre.

Mañana se cumplen 27 años del golpe de estado que llevó al
poder al General Guillermo Rodríguez Lara, quien recuerda
pormenores y analiza aspectos del Ecuador actual.


LATACUNGA.- El 15 de febrero de 1972 las Fuerzas Armadas del
Ecuador dieron un golpe de Estado al entonces presidente José
María Velasco Ibarra que, 20 meses antes, se había proclamado
dictador.

Después de 27 años de ese episodio, uno de los principales
protagonistas, el general Guillermo Rodríguez Lara, hace una
retrospectiva histórica en diálogo con EL UNIVERSO.
``Yo no decidí llegar al poder, la decisión fue de las Fuerzas
Armadas', reveló el general, al tiempo de asegurar que ``en
realidad no fue decisión, fue presión'.

Las afirmaciones del general son respaldadas con recuerdos que
le aseguraron que ``hombres de empresa, organizaciones
obreras, medios de comunicación, intelectuales y el pueblo
clamaban públicamente por un cambio de gobierno'.

``La situación era grave porque en materia económica se
devaluó la moneda; en materia de infraestructura, se
improvisaban obras; en materia política, se jugaba
maquiavélicamente porque se buscaba dejar a un lado a Assad
Bucaram Elmhalim, líder del CFP, que tenía la hegemonía
partidaria en el país', dice Rodríguez Lara.

Velasco contra Bucaram

Las elecciones generales previstas para junio de 1972 que no
habrían hecho otra cosa que ratificar el favoritismo de
Bucaram, habrían motivado a Velasco a proponer a las Fuerzas
Armadas a cerrar el camino al líder cepefista.

``A nosotros se nos propuso sacar a Bucaram de la política',
recuerda el ex mandatario.
La crisis a la que hace relación impulsó a las Fuerzas Armadas
a preparar con anterioridad el golpe de Estado. ``Preparamos
un plan de acción de gobierno que garantice un cambio de rumbo
del país'.

Lo cierto es que la noche del 15 de febrero el Dr. Velasco
viajó sorpresivamente a Guayaquil ``a incendiar el ambiente
político, pretendiendo hacer creer que nosotros estábamos
contra el CFP', dijo.

Eso precipitó las acciones pese a que Rodríguez Lara se
resistía ``a tomar una actitud de esa naturaleza porque no
creía que esto iba a ser un simple cuartelazo, sin
trascendencia, sin importancia, solo como un medio para
conseguir un fin. Si nosotros debíamos tomar una actitud,
debía ser para señalar metas y caminos hacia una adecuada
acción del gobierno'.

Para el general existía peligro de enfrentamiento entre
``pueblo y pueblo y pueblo y pueblo armado, por lo que las
Fuerzas Armadas decidieron tomar la dirección del país'.


Pero, ¿por qué el elegido entre los comandantes de las Fuerzas
Armadas fue el Gral. Guillermo Rodríguez Lara?

``Fue una elección sui géneris porque siendo yo el general
menos antiguo -era General de Brigada- me designaron a mí',
respondió.

Así las cosas, mientras un grupo de militares impedía que
Velasco diera un mensaje al país por un canal guayaquileño y
lo embarcaban con destino a Panamá, Rodríguez Lara llegaba al
palacio de Carondelet donde se quedó cuatro años.

El ejercicio del Poder

Al momento de hablar de su gobierno, el ex dictador da mayor
fuerza a sus expresiones, recuerda cifras, se remite a textos
como: Filosofía y plan de acción de gobierno revolucionario y
nacionalista del Ecuador; Plan integral de transformación y
desarrollo; Lineamientos fundamentales del plan de desarrollo,
y el libro Frente a nuestra realidad petrolera, de Luis Aráuz.

El general Rodríguez resalta que durante el ejercicio de su
mandato ``no hubo ni un solo impuesto, el pueblo disfrutó de
buenos salarios, tuvo poder adquisitivo, ahorro, construyó y
vivió en paz. Elevamos cuatro veces los sueldos'.

Mostró su complacencia al señalar que fue el gobierno que
menos se endeudó y el dinero de los créditos y presupuesto
general del estado fue invertido en un 80% para obras de
inversión y el 20% restante para gastos corrientes.

El general añadió que se impulsaron varias leyes de
importancia entre las que resalta la ley de aguas, la Loafyc
(Ley orgánica de la administración financiera y control) y la
Ley de Defensa profesional de unos 20 gremios.

Con documentos en mano destacó que durante su período el
sector agropecuario creció en un 130%, el minero en un 130%,
la construcción en un 197%, electricidad, gas y agua, en un
120%, y el petrolero en un 112%.

``El dinero del petróleo (fue el gobierno que menos petróleo
produjo y en consecuencia el que menos dinero obtuvo) se gastó
honestamente', agregó.

Para demostrar el estado del país en esos cuatro años de
gobierno, Rodríguez Lara dio a conocer que las metas de su
plan fue alcanzar un 9,9% de crecimiento en el Producto
Interno Bruto (PIB) y logró rebasar esa meta porque entre 1972
y 1976 el PIB llegó al 11,5%.

Más allá de la paz

Durante su gobierno, ¿cuál fue la política que siguió en
materia limítrofe entre Ecuador y Perú?

Durante mi gobierno no hubo ningún episodio o suceso que
altere la buena relación entre los dos países, pese a que
mucha gente ha creído que por el hecho de estar gobernando dos
militares -Juan de Velasco en Perú y yo en Ecuador- se podría
haber propiciado un conflicto. Al contrario, nos abstuvimos de
propiciar enfrentamientos y mantuvimos las relaciones en un
plano muy alto, muy elevado, muy digno.

Por todo ello me cabe la satisfacción de expresar que en
nuestro gobierno no cedimos un metro cuadrado de territorio.

¿Qué sentimientos florecieron en el ex jefe de Estado, en el
militar de servicio pasivo, en Guillermo Rodríguez Lara, el
momento que Ecuador y Perú firmaron la paz?

Dije ¡bienvenida la paz!, pero es necesario señalar que esa
paz tiene un precio alto y doloroso. Una vez más se confirmó
que la víctima tenía que ser el país más pobre, el país donde
no había mayores expectativas de inversión de los países
garantes por lo que el fallo tuvimos que acatarlo con
resignación ciudadana.

En más de una vez declaré que no era menester la guerra porque
hay otro tipo de guerras que librar en el interior de nuestros
países en favor de nuestros pueblos, de su educación, salud,
alimentación, saneamiento ambiental, progreso social y
económico.

La guerra es el negocio de la muerte, la paz es el negocio de
la vida? En principio así resulta, pero hay filósofos que
aseguran que para que exista paz se debe estar preparado para
la guerra. Me imagino que en Perú, en este momento, estarán
muy insatisfechos, también frustrados por lo que el acuerdo
que se firmó no establece el incremento de su territorio,
¡bastante grande con relación al nuestro! No hay que olvidar
que el Perú también es un buen heredero del Tahuantinsuyo.

Pero la paz es la mayor extensión territorial que tenemos los
ecuatorianos.

Yo también creo eso, pero una paz bien aprovechada, por
principio bien concebida, bien ejecutada. La paz no quiere
decir que hay que estar ausente de las otras realidades y que
hay que taparse los ojos para no ver la realidad nacional,
porque hay que tener en cuenta la paz externa y la paz
interna.

Con esto quiero decir que no podemos vivir en paz mientras
hayan hombres hambrientos, insatisfechos y con ansiedad.

El Presidente de la República, Jamil Mahuad, acaba de anunciar
que durante su Gobierno no se entregarán recursos para armas,
se dedicarán ocho mil efectivos a la seguridad interna, se
reducirá la conscripción y se dará a los militares un trato
salarial igual que al resto del sector público.

No es novedad que no compremos armamento para la guerra porque
nunca hemos estado en el plano de preparar operaciones
ofensivas. Ahora, hay que adecuar el sistema de conscripción a
las situaciones actuales del Ecuador sin eximir la noble
disposición del pueblo de servir a las Fuerzas Armadas.

En relación a los salarios me parece magnífico el criterio que
los sueldos sean equiparables a instituciones que tienen igual
responsabilidad, funciones, régimen de trabajo, entrega,
esfuerzo, ejercicio de su profesión. Si ese criterio se aplica
tengo la seguridad que tendrán que elevarse los bajos sueldos
de las Fuerzas Armadas.

Su entorno familiar y recuerdos

El Jefe Supremo del Gobierno Nacionalista y Revolucionario que
gobernó el país, entre 1972 y 1977, Gral. Guillermo Rodríguez
Lara, vive totalmente retirado de la política y en compañía de
su esposa distribuye su tiempo entre sus propiedades de
Cumbayá, Pujilí y Santo Domingo de los Colorados. Actualmente
prepara su autobiografía.

Su tono de voz baja gradualmente cuando empieza a hablar de su
esposa, hijos y nietos.
Reveló, con dolor, que su esposa Aída León, fue intervenida
quirúrgicamente porque tuvo un problema en tres discos de la
columna vertebral.

Tres de sus cinco hijos viven en los EE.UU.: Guillermo,
Geoconda y Miriam, mientras que su hija Nancy vive en Quito, y
su otro hijo Antonio, es arquitecto, y administra las
propiedades de Pujilí (quinta ganadera que produce 300 litros
de leche diarios); Tigua (hacienda ganadera que produce 800
litros de leche diarios); y otra hacienda en Santo Domingo de
los Colorados, que produce abacá y palma africana.

Las 265 condecoraciones del Gral. Rodríguez y varios presentes
le dan orgullo. Entre ellos siente especial afecto por un
fusil de caza obsequiado por un premier de Rusia, una caja
azteca regalada por el ex presidente mexicano Luis Echeverría
y una réplica de la espada de Bolívar, presente del ex
presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. (Texto tomado de
El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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