Quito. 18 feb 99. La independencia del Banco Central del Ecuador
(BCE) no es una experiencia aislada. Forma parte de una gran
reforma estructural que, en América Latina, está dirigida a
fortalecer las políticas monetarias y cuyo contenido se concentra
en tres aspectos: su tecnicidad, el tiempo de duración de sus
miembros (un mínimo de seis años) y su capacidad de actuar sin
necesidad del aval de los gobiernos.

El presidente del instituto emisor ecuatoriano, Luis Jácome,
considera que las reformas, en sus primeros seis meses y medio de
aplicación, han fortalecido la política monetaria del país. A
pesar, advierte el funcionario, de que las condiciones de partida
de la institución se caracterizaron por una crisis financiera
internacional, un alto desequilibrio fiscal y problemas económicos
en varias instituciones financieras.

Según Jácome, estos tres factores limitaron la capacidad de ejercer
política monetaria y dificultaron la consecución de objetivos de la
actual administración conformada por cinco directores (que
permanecerán en el cargo por seis años) y dos vocales (la ministra
de Finanzas y el Superintendente de Bancos que tienen voz pero no
voto).

"Al establecer un período de duración de seis años se apunta a la
estabilidad institucional; se buscan resultados a largo plazo
siempre encaminados a bajar la inflación, que es el ojetivo final
de un banco central moderno", sostiene.

Las declaraciones del presidente Mahuad, quien aseguró (en su
última intervención televisada) que la independencia del emisor
"está dificultando la gobernabilidad del país", son, para Jácome
"opiniones muy respetables".

No es fácil adecuarse a una nueva circunstancia, percibe el
funcionario, "y en general ningún otro país se ha adaptado sin
obstáculos a un Banco Central independiente y autónomo.

Por ejemplo, en el caso brasileño, la medida de libre flotación del
dólar, del 15 de enero pasado, recibió críticas escépticas de
funcionarios del Gobierno. La cabeza de Francisco Lopes fue
sustituida, luego de la devaluación, por la de Arminio Fraga,
también en entredicho por su vinculación con el inversionista
George Soros.

Para Jácome, si bien la reducción del índice inflacionario en la
región no es un resultado directo de la independencia de los Bancos
Centrales, existe una vinculación entre los dos hechos.

El objetivo del instituto emisor del Ecuador, aseguró, es llegar a
una inflación de un dígito a largo plazo (actualmente se ubica en
2,3% mensual). Liberado el dólar, el viernes pasado, el organismo
abandonó su antigua política monetaria, centrada en el control del
tipo de cambio.

"Creemos que dentro del régimen de flotación y control monetario (
racionalización de recursos que circulan en la economía), el emisor
logrará resultados positivos contra la inflación", aseguró.

Para el actual Directorio del Banco Central, la prioridad está
clara: cualquier economía debe tener como pilar fundamental un
Banco Central estable y totalmente ajeno a los intereses políticos
y del sector privado.

La independencia del Banco Central del Ecuador (BCE) no es una
experiencia aislada. Forma parte de una gran reforma estructural
que, en América Latina, está dirigida a fortalecer las políticas
monetarias y cuyo contenido se concentra en tres aspectos: su
tecnicidad, el tiempo de duración de sus miembros (un mínimo de
seis años) y su capacidad de actuar sin necesidad del aval de los
gobiernos.

El presidente del instituto emisor ecuatoriano, Luis Jácome,
considera que las reformas, en sus primeros seis meses y medio de
aplicación, han fortalecido la política monetaria del país. A
pesar, advierte el funcionario, de que las condiciones de partida
de la institución se caracterizaron por una crisis financiera
internacional, un alto desequilibrio fiscal y problemas económicos
en varias instituciones financieras.

Según Jácome, estos tres factores limitaron la capacidad de ejercer
política monetaria y dificultaron la consecución de objetivos de la
actual administración conformada por cinco directores (que
permanecerán en el cargo por seis años) y dos vocales (la ministra
de Finanzas y el Superintendente de Bancos que tienen voz pero no
voto).

"Al establecer un período de duración de seis años se apunta a la
estabilidad institucional; se buscan resultados a largo plazo
siempre encaminados a bajar la inflación, que es el ojetivo final
de un banco central moderno", sostiene.

Las declaraciones del presidente Mahuad, quien aseguró (en su
última intervención televisada) que la independencia del emisor
"está dificultando la gobernabilidad del país", son, para Jácome
"opiniones muy respetables".

No es fácil adecuarse a una nueva circunstancia, percibe el
funcionario, "y en general ningún otro país se ha adaptado sin
obstáculos a un Banco Central independiente y autónomo.

Por ejemplo, en el caso brasileño, la medida de libre flotación del
dólar, del 15 de enero pasado, recibió críticas escépticas de
funcionarios del Gobierno. La cabeza de Francisco Lopes fue
sustituida, luego de la devaluación, por la de Arminio Fraga,
también en entredicho por su vinculación con el inversionista
George Soros.

Para Jácome, si bien la reducción del índice inflacionario en la
región no es un resultado directo de la independencia de los Bancos
Centrales, existe una vinculación entre los dos hechos.

El objetivo del instituto emisor del Ecuador, aseguró, es llegar a
una inflación de un dígito a largo plazo (actualmente se ubica en
2,3% mensual). Liberado el dólar, el viernes pasado, el organismo
abandonó su antigua política monetaria, centrada en el control del
tipo de cambio.

"Creemos que dentro del régimen de flotación y control monetario (
racionalización de recursos que circulan en la economía), el emisor
logrará resultados positivos contra la inflación", aseguró.

Para el actual Directorio del Banco Central, la prioridad está
clara: cualquier economía debe tener como pilar fundamental un
Banco Central estable y totalmente ajeno a los intereses políticos
y del sector privado.

Funciones

- Los miembros del Directorio son desginados para un período de
seis años, y renovados parcialmente cada tres años, similar a
Argentina.

- El presidente del Directorio cumple sus funciones por tres años,
con la posibilidad de renovarción.

- Para la remoción del Directorio se requiere los votos de la 2/3
partes del Congreso (43 votos) si existe una causa establecida en
la Ley, sin contemplar motivaciones políticas.

- Esta forma de designación de los miembros del Directorio y la
remoción, es muy similar a las políticas vigentes en América
Latina.

- En Bolivia y Perú, el período de duración del Directorio es de
cinco años; en Chile de 10; Colombia de cuatro y México de ocho
años.

El directorio está conformado por cinco miembros nombrados por el
Congreso Nacional. Su director es designado por el propio
directorio.

Son parte del Directorio la ministra de Finanzas Ana Lucía Armijos
y el Superintendente de Bancos, Jorge Egas Peña. Tienen voz pero no
voto.

El período de duración del Directorio del Central es de
6 años y renovados parcialmente (dos miembros) cada tres años.

En caso de remoción del Directorio, el único autorizado es el
Congreso Nacional, para lo cual deberá contar con las 2/3 partes de
votos.



CHILE PRIMERO EN CAMBIO

Quito. 18 feb 99. En abril de 1998, la Asamblea Nacional
Constituyente aprobó una reforma constitucional para fortalecer la
independencia del BCE, la composición de su directorio y la forma
de nombramiento de sus miembros. Además la vinculación con el
sector público y el sistema financiero mediante el crédito y la
rendición de cuentas ante la sociedad.
El objetivo fue desvincular al BCE de la influencia del sector
público y privado, y dar continuidad a las políticas monetaria y
cambiaria a largo plazo.

Esta reforma, es para Jácome, la más importante desde la creación
del BCE en 1927 y que permite que el Ecuador se incerte en un
contexto similar a la mayoría de países de América Latina.

Chile fue el primer país de la región que declaró a su Banco
Central totalmente autónomo, seguido después por Colombia en 1991,
Venezuela en 1992 y México en 1993.

Roberto Zahler, ex presidente del Banco Central de Chile, explica
que la ley en ese país, le otorgó a la institución un inusual grado
de autonomía que, en algunos aspectos como la política cambiaria,
excede al Bundesbank alemán o al Federal Reserve Bank de Estados
Unidos.

En el Ecuador, la reforma supone la prohibición de otorgar crédito
al sector público y comprar papeles emitidos por el Estado, a
excepción de casos de emergencia nacional, conflicto bélico o
catástrofe natural.

Establece que el emisor deberá recomendar el límite de
endeudamiento público del Ejecutivo. (DIARIO HOY) (P. 1-C)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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