Quito. 04.03.92. La dificultad para encontrar una salida al
problema limítrofe que tienen Ecuador y Perú sin que exista un
sacrificio político y territorial ha demorado o hasta
imposibilitado el anuncio de la buena nueva.

Ante ello, ha surgido una propuesta ecológica para crear una
parque transfronterizo que actúe como amortiguador en una
frontera unida por factores ecológicos y culturales comunes
pero separados por los límites de un Estado nacional. Esta
propuesta, presentada a los presidentes de los dos países por
Fundación Natura de Ecuador y su similar peruana Proterra se
ha constituido en el primer aporte de la sociedad civil para
solucionar un problema cuya solución está en manos de
políticos. En esta propuesta cambian los tradicionales valores
territoriales para dar paso al concepto "frontera blanda" o
"semipermeable" que permita el flujo de beneficios a partir de
las áreas protegidas sin permitir el ingreso de impactos
negativos.

Sin embargo, el presidente peruano, Alberto Fujimori, al
recoger la propuesta y enviarla a su colega ecuatoriano, la
adaptó a conceptos históricos-territoriales.

Ante esta propuesta de Fujimori salieron al paso funcionarios
de Natura que precisaron que la propuesta ecológica no puede
definirse en función de hitos fronterizos.

Pero, ¿la iniciativa de Natura y Proterra es realizable? Un
documento de Natura afirma que existen más de 70 parques
nacionales localizados en fronteras internacionales. Muchos
de estos parques, según la Unión Mundial para la Naturaleza,
UICN, actúan como zonas de amortiguamiento de conflictos
fronterizos y como escenarios de cooperación para fines
pacíficos y de interés común. Por ello, y anteriormente a
cualquier consideración del caso ecuatoriano-peruano, la UICN
había empezado a elaborar una publicación que se llamará
"Parques internaciones de la paz: principios, procedimientos y
casos de estudio".

La idea no es nueva. Según la UICN en 1925 Polonia y
Checoslovaquia firmaron el Protocolo de Cracovia, según el
cual los dos países crearon tres parques transfronterizos que
terminaron con los divergencias territoriales entre los dos
países.

Asimismo, existe el caso de Turquía y Grecia que crearon un
parque internacional para la paz a los dos lados del río Evros
y de los humedales del lago Gala. Los presidentes de los dos
países afirmaron que la conservación de la naturaleza en esa
área constituía un objetivo trascendente, y que podría crear
condiciones favorables para el establecimiento de contactos
más constructivos.

Más cerca, en la propia América Latina existe el caso del
Parque Internacional La Amistad, creado en 1982 entre Costa
Rica y Panamá. Los presidentes Arias, de Costa Rica y Royo,
de Panamá, dijeron entonces que el parque constituía una
muestra del deseo de sus pueblos de mantener lazos de amistad
y cooperación, y evitar el surgimiento de conflictos
potenciales por el uso de la tierra y los recursos entre los
pueblos fronterizos de los dos países. Años más tarde, la
UNESCO, declaró a ese parque Reserva de la Biósfera y
Patrimonio Natural de la Humanidad.

Las dificultades de las fronteras blandas

Según la UICN "las áreas protegidas con frecuencia sirven de
zonas de amortiguamiento, reduciendo de ese modo el potencial
de confictos a lo largo de las fronteras. Cuando las áreas
protegidas se establecen a ambos lados una frontera
internacional surgen posibilidades de manejo conjunto. Por
otra parte, ha habido problemas -como la caza ilegal- que han
impactado directamente sobre las fronteras de áreas
protegidas". A estas dificultades habría que añadir
interrogantes relacionadas sobre la extracción de riquezas
minerales y control de los parques. Sin embargo, la UICN
afirma que "los beneficios conservacionistas y ventajas
políticas de los parques transfronterizos (incluyendo la
preservación de la paz) bien vale el esfuerzo adicional
requerido para manejarlos en forma cooperativa".

APUNTES

Luego de que el presidente Rodrigo Borja recibió la propuesta
de Alberto Fujimori, según la cual el parque transfronterizo
se lo crearía en la zona no delimitado, según el Protocolo de
Río de Janeiro, la Fundación Natura le envió un comunicado en
el que se incluyen puntos que deben ser tomados en cuenta.
Natura dice:

- El área a protegerse de manera binacional no puede definirse
en función de un arbitrio fronterizo (los hitos que menciona
la propuesta peruana) sino en términos de una unidad
biogeográfica basada en los límites ecológicos del refugio del
Pleistoceno, que implica un área más grande y que debe
manejarse íntegramente.

- En este concepto de unidad biogeográfica hay que añadir una
consideración étnico-social, de manera que se logre un
concepto global de manejo de una zona relativamente homogénea.

Esta región está habitada, a lado y lado, por la población
indígena Shuar-Achuar, que podría por considerada como un
factor de manejo que participe en el proceso de planificar y
gestionar el área.

- Podría ser aceptable la conformación de una comisión
binacional que se encargue de inmediato de iniciar estudios
globales del área y formular un propuesta que incluya:

a) Los límites posibles de las áreas a conservarse.

b) Las alternativas ecológicas de manejo.

c) Las formas de participación de las poblaciones locales.

d) Las estrategias de cooperación internacional.

e) Los mecanismos para la desmilitarización del área objeto de
manejo. (3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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