EL PRIMER CONGLOMERADO DE QUITO. Por Consuelo Albornoz
Tinajero

QUITO. 20.03.92. El primer conglomerado de Quito estuvo
arremolinado entre la quebrada del Suspiro y la avenida 24 de
Mayo y entre el Tejar y la actual calle Flores aseguró a HOY
Fernando Jurado, investigador y estudioso de Quito.
"Por documentos estamos seguros que la zona de San Francisco
correspondió al granero del Inca y que a la plaza de San
Francisco dio el palacio de Huayna Capac y una de las esquinas
del palacio de Atahualpa. Fue una zona de élite incásica que
corresponde a lo que hoy es el palacio de Gobierno, la antigua
universidad y la Compañía. Tan es así que el hijo de Atahualpa
fue a vivir a la calle de la Cantera, en San Roque, pero el
resto de la población indígena se apelotonó en San Blas, San
Roque y San Marcos. Por eso al final del siglo el obispo de
Quito creó dos parroquias exclusivamente para indígenas: San
Sebastián y San Blas".
El lugar preferido por los españoles, en un primer momento,
fue la plazoleta en el sector de las actuales calles
Benalcázar y Olmedo, pero solo por defensa, porque les
permitía acurrucarse -precisó Jurado-. Enseguida los
españoles más importantes escogieron sus solares en la plaza
Mayor porque ahí estuvo el palacio de Atahualpa y había agua.
La importancia de los españoles era establecida por méritos o
antecedentes familiares -comentó Jurado-. "Entre los que
alcanzaron prestigio por méritos estuvo Sebastián de
Benalcázar, un hombre humilde cuyos hijos formaban ya parte
del estrato mas alto de la ciudad. Una nieta de Benalcázar se
casó con uno de los conquistadores emparentados con los
condestables de Castilla y en pocas generaciones sus
descendientes empataron con la familia real española, pues era
gente con mucho dinero".
Otros conquistadores, los hidalgos, descendientes de godos,
también tuvieron ciertas prerrogativas. El resto de
conquistadores consiguió solares en el sector de la Merced y
el Tejar.

Un lugar muy especial

Desde otro punto de vista, Andrés Peñaherrera -también
investigador de Quito- afirmó que la ciudad fue un "lugar
especial desde la perspectiva cosmogónica. "Esta región del
mundo está en la línea ecuatorial, bajo este paisaje
extraordinario y a las faldas del volcán Pichincha. Todo esto
hizo un ambiente telúrico muy especial, en cuanto a lo
ceremonial, religioso, desde antes de los incas".
Relatos míticos recogidos por Ricardo Descalzi cuentan que el
cacique de Cochasquí trasladó su asentamiento principal a
Quito, igual el cacique Pacho Sala, de Cotopaxi, que optó por
venir a Quito.
Son mitos, pero "también indicios de que esas poblaciones
detectaron este ambiente especial propicio para fundar una
ciudad, por su clima, salubridad y agua pura, un elemento
básico para el asentamiento humano" dijo Peñaherrera.
Según este arquitecto también el cielo quiteño contribuyó a
hacer de Quito un centro ceremonial. "Es fácil observar por
la calidad de atmósfera a esta altura donde la nubosidad es
relativamente baja. El ser humano podía mirar las noches
despejadas, el firmamento e indagar el porqué de la presencia
de las estrellas, y a través de la diafanidad de la atmósfera
empezar a teorizar". -
Hacia el último bajón

Inmediatamente después de la conquista la situación de no
todos los indígenas fue tan grave como se cree expuso Fernando
Jurado Noboa, experto en estudios sociales y genealógicos
sobre Quito.
En el siglo 16 se dio una convivencia y una explotación
económica al indígena, basado en las antiguas leyes de
hidalguía que menospreciaban el trabajo manual. Y los
españoles se encontraron con un grupo humano que no tenía
problemas en trabajar con las manos. Pero aún hubo un grupo
que mantuvo un relativo buen estatus.
Antes de la conquista española, explicó Jurado, ya había
indios con bajos niveles de vida. Especialmente los mitimaes y
los indios propios que se veían humillados por el inca. Pero
"por supuesto hubo mejores niveles nutritivos, pues la
distribución de alimentos era mejor en el imperio incásico".
El siglo 17 vio una gran crisis económica en Quito pues se
ordenó la clausura de los obrajes. "Hoy se ha demostrado que
casi toda la población de Quito incluso las mujeres de clase
media, trabajaron en obrajes a finales del siglo 17" dijo
Jurado. Y había una gran prosperidad económica. Al clausurarse
los obrajes mucha gente que quedó en la desocupación. Entonces
los indígenas se convirtieron en los habitantes de los
primeros pisos de las casas españolas. "Y en las clases medias
apareció una picaresca, propia de los desocupados, que yo creo
fue el primer germen del chulla quiteño".
En el catastro del siglo 18 todavía un 10 por ciento de las
casas de Quito eran de indios.
"La catástrofe llegó con la independencia porque a los
indígenas les confiscaron sus propiedades, les llevaron como
cargadores del armamento y se vieron obligados a vender sus
pocas propiedades.
"Cuando leemos los primeros catastros de la república
-advirtió- vemos que los indios mantenían poquísimas
propiedades en el Itchimbía, la avenida Colombia. Pero nada
comparable con lo que tenían en la zona de San Sebastián y San
Marcos. Desde 1825 para abajo fue el último bajón". -

DETALLES

Iñaquito, que es Añaquito, en quiché significa agua hedionda
en el hondón y Quito seguramente es hondón- anotó Fernando
Jurado. Yavirac significa collado del sol y esto verifica la
hipótesis del padre Velasco de que allí estuvo el templo del
sol.

El barrio preferido por los caciques era San Marcos. Los
indios del común vivían en San Roque, San Blas y San Marcos.
La Catedral y Santa Bárbara fueron barrios residenciales
españoles, aseguró Jurado.
Desde la época preinca parece que las lomas estuvieron
habitadas por indígenas: Santo Domingo, la Tola, San Blas, el
Itchimbía, San Juan.

"Las viviendas, según el arquitecto Carlos Maldonado, fueron
levantadas con trozos de cangahua, pero muy bien recortados
que parecían adobes. Cuando restauré el museo Camilo Egas, en
la Esmeraldas y Venezuela, encontré que era una casita
indígena muy antigua, a lo mejor hasta inca" destacó Andrés
Peñaherrera

"No se encuentra una sola casa indígena en el centro. Esa casa
en la Junín y Flores que la están restaurando, con ese ángulo
exterior, es la única casa con sabor indígena. Seguramente es
una casa inca disfrazada de española" comentó Peñaherrera,
cuya profesión es la arquitectura.

Las casas incas casi no tenían ventanas, la ventana fue traída
por los españoles. El techo era de paja, muy inclinado. Los
incas tenían ventanas muy pequeñitas en sus templos y
palacios, apuntó Peñaherrera.

"En Quito se da lo utópico, el revés, lo absurdo. Cuando uno
va y excava encuentra que abajo están las culturas más
antiguas. Pero en Quito sucede lo contrario: lo inca, lo
antiguo, está arriba y lo nuevo, lo español, abajo" dijo este
arquitecto..

¿Por que? "Porque las calles han sido bajadas, desbancadas. En
la casa de la Peña, la casita indígena está arriba y todo lo
de abajo es la peña que fue desbancada para darle acceso
vehicular a la calle García Moreno. Igual el museo Camilo
Egas".

"En la calle Los Ríos, también las casitas humildes están
arriba, las bien hechas están a la calle. Por eso cuando
viene un experto que llega con la mentalidad de que arriba
está lo moderno, llega a Quito y dice que aquí no hay nada
inca, sino solo español".

Esa tierra que salió de los grandes desbanques, como el de la
calle Maldonado, para poder bajarle a la loma y darle una
subida adecuada para los autos, por la gran pendiente, fue
para rellenar las quebradas.

"Quito en cayapa es lugar apropiado para poblar. Otra acepción
tiene en aymara, según la cual significa centro, en el medio,
en la mitad, corazón. Todo esto puede ser Quito" dijo
Peñaherrera

Según el profesor Humberto Oña Villarreal, la palabra Quito es
cara de dios, que puede haber sido en referencia a la cara del
puma, la cara del tótem precisó este arquitecto.

Alfredo Lozada señala que Quito era un puma cuya figura
alcanzaba hasta la actual avenida Naciones Unidas. "Estamos
hablando tranquilamente de unos ocho kilómetros. Lo he
comprobado y la cola del puma corresponde a donde está la
HCJB, en Pambachupa", añadió.

Precisamente Pambachupa, que corresponde a la rabadilla del
puma, es pampa de las caderas. Y la cabeza del puma sería el
centro histórico.

Un centro ceremonial de esta magnitud, qué importante sería
-comentó Peñaherrera-. Seguramente por eso hasta en Panamá se
hablaba de Quito como un lugar importante. 6c
EXPLORED
en Autor: Consuelo Albornoz - [email protected] Ciudad N/D

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