Quito. 06.03.92. En los últimos meses los comentarios sobre la
inseguridad social en Quito y otras ciudades han sido
reiterados. Ya es un consenso en Quito que ir al centro es
peligroso, pues quienquiera corre el riesgo de ser asaltado o,
en el mejor de los casos, desvalijado de sus pertenencias.

¿Cómo perciben esta realidad los moradores del centro
histórico, del escenario de estos crímenes?

Sus respuestas, que siguen a continuación, son un indicio de
cómo miran ellos esta situación.

-"Mire los malhechores aprovechan cualquier oportunidad para
robar. El sábado es el día que más robos hay por el mayor
movimiento comercial. Me parece que todos estos problemas se
deben a la falta de trabajo, a la abundancia de gente, la
carestía de la vida, pero definitivamente no sabemos a qué se
debe la proliferación de la delincuencia", manifestó Gonzalo
Coello, propietario de un negocio de zapatos en la calle Sucre
y Benalcázar.

-"Aquí, en este sector de San Francisco todo es una
barbaridad, hombres, mujeres, pequeños, todos están listos
para meter la mano en donde pueden. Los robos se cometen a
toda hora, los más perjudicados son los turistas o los
ecuatorianos que llegan de otras provincias. Muchas veces acá
llegan a pedir posada porque les han robado los aretes, les
han asaltado, les han robado la cartera. Así estamos mal. En
horas de la noche no se puede estar tranquilo, en la madrugada
peor, en todo momento andamos con zozobra" dijo una ciudadana
que se negó a dar su nombre por temor a represalias.

-"Aquí, en San Francisco, sufrimos mucho por la abundancia de
rateros, pero no se saca nada con quejarse, se va a la
Comandancia, los policías cogen a los rateros y en media hora
están nuevamente libres, por la simple razón de que el policía
es el cómplice del ratero. Para controlar este tipo de
problemas lo primero que habría que hacer es solicitar a las
autoridades que no se vendan. Ha habido veces en que ni bien
les están enganchando del brazo, ya están por adebajo dándoles
la plata. O también se hacen los que les suben al patrullero,
pero después de un cuarto de hora ya están riéndose de nuevo.
Y ni siquiera disimulan el favor que les hacen los mismos
policías.

"Ahorita hay una manada de unos ocho a diez pillos en la plaza
de San Francisco. Creo que vienen de los mercados. Uno ya les
conoce porque pasan todos los días por aquí. Cuando roban no
se les puede decir nada porque luego vienen en contra de uno y
toman represalias. Ha habido veces en que a los que han
avisado le han pasado tajando la cara o hiriéndoles con los
cuchillos" comentó otro comerciante que tampoco quiso
identificarse.

-"Cuando ven que los turistas salen de la esquina de la
iglesia (de San Francisco), los choros ya les están esperando
y observando. Luego les comienzan a seguir y a seguir y ahí
sí les cortan la cartera o les roban la billetera. Hay veces
que los ladrones se entran hasta a la iglesia. Los ladrones no
respetan ni la iglesia" declaró un empleado de un negocio
situado en San Francisco, quien pidió no dar su nombre.

-"Para robar le arredondean a la víctima, entonces el uno le
corta, el otro le saca y así se pasan entre ellos y se van a
repartirse. Para robar los ladrones les cortan las cosas, ya
sean carteras, bolsos o los bolsillos.

Para repartirse el botín los ladrones saben irse por el pasaje
Amador.

Casi por lo general a los ladrones lo que es interesa son los
dólares, las billeteras, casi no suelen robar cámaras
fotográficas. A veces las personas que son robadas más sufren
por los documentos que por la plata", comentó la dependienta
de un bazar aledaño a la plaza de San Francisco.

-"No le puedo dar mi nombre porque después ahí me friego yo.
Una no puede ayudar a la gente pues vienen en contra de uno y
los rateros toman represalias y nos hacen daño. Por eso es
que muchas veces no podemos ser francas ni sinceras, ni hablar
con nadie y menos con los periodistas, porque no nos dan
ningún respaldo, sino que van en contra de nosotros los mismos
pillos". Así enfatizó una propietaria de un negocio en la
calle Chile y Cuenca.

-"Ahora la delincuencia existe en todo lado, a lo menos la
madrugada. Hay veces que hasta los mismos morenos (los
guardianes) se venden. Diga usted, como yo o cualquiera, si
hay de donde coger plata qué mejor. Antes eran los agentes, a
veces se les veía aquí mismo a los agentes que cogían plata.
Quizá la cuestión se deba a la falta de empleo, hay veces que
muchos patronos mandan sacando a los empleados, con las cosas
también caras, ahora ya los negocios están bajos, ya no se
vende nada. Yo tengo el negocio ya unos 18 años aquí en San
Francisco. Los ladrones mejor nos cuidan, no nos hacen nada,
solo a los gringos y a otra gente les roban" manifestó una
vendedora de objetos varios.

-"Al momento en donde se puede notar más delincuencia es en el
sector de la 24 de Mayo. En cambio aquí en San Francisco ya
se paga a unos morenos para que cuiden tanto en el día como en
la noche. Anteriormente esto era insoportable, todo era un
caos, ahora ya está controlado.

"En la 24 de Mayo es una cosa horrorosa y lo mismo sucede en
la Marín. Los ladrones están a la que cae para robar. Una
persona ni siquiera se imagina cuando, ni como le robaron la
billetera o le cortaron la cartera.

"Pero lo más penoso es cuando a alguna persona le asaltan
entre varias personas, en grupo le arredondean, le cogen de
los brazos, le colocan el chuzo (cuchillo) en la garganta y le
rebuscan por todas partes hasta dejarle chiro. Hemos llegado
a una época terrible" dijo Carlos Echeverría, estudiante que
reside en la Marín.

-"Antes todo era tranquilidad y las personas vivían en paz.
Pero después todo fue cambiando, en parte por la falta de
empleo y en parte también como un fenómeno hereditario porque
la mayor parte de gente que roba por la zona son de familias
que tienen fama de robar desde antes, desde sus padres. Son
gente que no tiene posibilidades.

"Ahora los ladrones ya no trabajan en la plaza de San
Francisco, ellos han bajado a robar a la plaza de Santo
Domingo, a la Marín y lo peor es que la policía no hace nada
por controlar esta situación. Y cuando roban los ladrones
pegan una carrera que Rolando Vera les queda cortos", opinó
Enrique Sánchez, quien recorre el centro pues es cobrador de
una empresa.

-"Ahorita no hay control policial en la zona, no contamos con
la debida protección. Los rateros piensan que la Policía ya no
actúa y por eso andan por las calles cometiendo sus fechorías.

Tampoco les podemos culpar de todos los problemas a la Policía
porque ellos no cuentan con el presupuesto suficiente. Los
ciudadanos nos preguntamos y ¿dónde está el ejército que no
sale a las calles en horas de las noche y colabora con la
Policía? Me parece que ellos (los militares) solo se pasan
jugando fútbol o vóley en los recintos militares", expresó
Maruja de Córdova, ama de casa de 56 años. (6C)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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