Fausto Cordovez, ministro de Energía, asegura que tiene fe en los técnicos nacionales

José Hernández

¿Va usted a respetar los contratos firmados por la anterior administración?

Los estoy revisando. Si están bien hechos y dentro de las normas legales y la ética, dentro de la equidad, la justicia y la soberanía del país, se respetarán. Si hay algo oscuro, se eliminarán. No puedo quedarme de cómplice de una inmoralidad. Nunca. Por ningún concepto y ante nadie. Mi conciencia se debe a Dios.

El país no ha tenido una política concertada y de largo plazo en el área petrolera. En ese contexto, ¿cuáles serán los lineamientos básicos de su manejo?

La tarea fundamental es establecer una política definida como política de Estado. A mí no me interesa el éxito ya. Me interesa defender los intereses fundamentales del país, revitalizar el proceso de industrialización del petróleo y modernizar el sistema en forma tal que, en lugar de ser exportadores de petróleo e importadores de gasolina y de productos limpios, el país también exporte productos limpios con valor agregado. Lo que tenemos que hacer es gerenciar el Ministerio de Energía.

¿Su primer punto -defender los intereses nacionales- implica robustecer Petroecuador?

Yo soy un nacionalista sin ser un nacionalista extremista. Tengo fe en los técnicos ecuatorianos y es injusto decir que todos han sido inmorales e incorrectos. Hay que robustecer Petroecuador y darle un sentido nacional a la producción. Pero esto no impide que se abra todo el espacio posible a la inversión extranjera siempre que esa inversión respete la soberanía de mi patria.

¿Cómo se robustece una empresa que ha perdido mercado y que, entre tantos problemas, no tiene el capital para invertir en su modernización?

A mí me da la impresión de que se ha querido desmantelar el sentido nacional de la producción para desprestigiar a Petroecuador, reorientarla y concluir que hemos fracasado y que tenemos que entregar el sector a compañías extranjeras. Yo no soy de esa opinión. No tengo por qué dudar de la técnica ecuatoriana. Ahora, si van a venir compañías extranjeras, que lo hagan en términos de una buena relación. No digo que no tengan derecho a ganar, pues nadie invierte en un negocio para perder, pero que también la patria gane lo que le corresponde.

¿Se puede deducir por lo que dice que está pensando en revisar los términos de algunos contratos?

Creo que la relación contrato-realidad ha sufrido muchas variaciones. Tenemos un petróleo de cincuenta dólares y, según los expertos, en cinco o diez años, el barril puede estar entre ochenta y cien dólares. Ante ese panorama, tengo la obligación, como ecuatoriano y hombre pragmático, de hacer todo lo posible para que mi país tenga el máximo de beneficio.

¿Revisará usted, entonces, algunos contratos?

Honestamente y sin crear pánicos, les voy a invitar a las compañías que tienen contratos con el Ecuador para que nos sentemos en una mesa a establecer costos y utilidades y concluir que si hicieron contratos cuando valía tanto el petróleo, ahora tiene otro precio. Es justo que se reconozca un valor de referencia que le permita a mi patria tener lo que le corresponde porque esta es su riqueza. Eso nadie me lo puede negar.

¿Los cuatro principales campos serán exclusivamente de Petroecuador o prevé usted contratos mixtos y otras formas de asociación?

Por mi experiencia le debo decir que los contratos joint-venture no me causan ningún malestar. Cualquier sistema que garantice que los campos de petróleo le van a rendir servicios a la patria, estoy listo a adoptarlo sin temor.

¿De dónde va a venir el capital para la inversión?

Hemos hecho una especie de alianza entre los Ministerios de Energía y Economía. Ese convenio va dirigido a que los proyectos financieros los hagamos de mutuo acuerdo, en forma tal que respondan a la necesidad y a la realidad del país. Yo doy el dinero y él (Rafael Correa) lo gasta en beneficio general. Pero me tiene que devolver una parte para invertir y aumentar la producción. Es una barbaridad que de trescientos diez mil barriles de producción nacional se haya rebajado a ciento noventa y cinco mil porque a Petroecuador no le han dado recursos. Si es por falta de recursos, mi obligación es buscarlos.

¿La asociación que han planteado con el IESS representa la parte medular de la inversión?

Fíjese que antes de conocer los términos del acuerdo, los profetas del mal están diciendo que ese dinero no se puede tocar.

¿Cuáles son esos términos y cómo se evitan los peligros que señalan los afiliados al IESS?

Consiste en que ellos ponen el dinero y nosotros el petróleo. No hay riesgo alguno porque queremos hacer una titularización de petróleo con una renta fija que les permita aumentar sus ingresos y cubrir sus programas de inversión y de atención a los desvalidos, enfermos y jubilados.

¿El mecanismo previsto implica cambio de leyes?

Si hay necesidad de cambiar la ley, tendremos que hacerlo. Si se puede hacer dentro de las normas actuales, nos acomodamos. Si tenemos que hacer la titularización a través de la Bolsa de Valores -a mí me parece lo más lógico- lo hacemos. No solo los fondos del IESS son sagrados; todos los fondos del país lo son.

¿Cuándo estará listo este proyecto?

En primer lugar lo tenemos que tratar seriamente y con toda serenidad con los que se han dado en llamar dueños de la plata, los vocales del IESS. Con ellos nos vamos a reunir este lunes para explicar los alcances y proyecciones. Quiero aclararle que si no tenemos un plan perfectamente establecido, un programa acordado y un cronograma perfectamente ordenado, no tocaré un solo centavo. Buscaré cómo solucionar el problema por otros caminos. Ni un centavo de esos será administrado si no está perfectamente resguardado.

¿Por qué quiere convertir a Petroecuador en el centro de la actividad petrolera?

Quiero hacerla eficiente, recuperarle el honor y que ellos (los trabajadores) demuestren que se pueden ganar el respeto del país sirviendo bien en el negocio petrolero.

Usted tendrá que contar con los polémicos sindicatos de Petroecuador. ¿Qué relación piensa tener con ellos?

En estas luchas he tenido conversaciones con los sindicalistas de Petroecuador, Petrocomercial y las refinerías. Ellos han oído lo que pienso y les he hecho una propuesta concreta: trabajar como ecuatorianos y sacar adelante las empresas del país. Les he dicho que respetaré sus derechos y que ellos respeten al pueblo ecuatoriano, dueño del petróleo.

¿Qué va a hacer frente a los privilegios exorbitantes que tienen esos trabajadores?

Les he dicho que deben tener sentido de equilibrio y que esa riqueza nacional no puede estar dirigida a que tengan grandes granjerías. Les he dicho que si ellos rinden más, ganan más y si no rinden, se van.

¿Les va a trazar objetivos?

Sí, objetivos reales. Voy a tener en cuenta la eficiencia, la honestidad y la capacidad. Los que reúnen esas cualidades están garantizados por el Gobierno y por Fausto Cordovez.

¿Quién va a auditar esos objetivos y esos resultados?

Le estoy pidiendo a la Contraloría que haga una auditoría total y completa del Ministerio, de Petroecuador, de Petroproducción y de todas sus organizaciones. Le he pedido a la Comisión Anticorrupción que haga un trabajo similar. Quiero que se expulgue todo. Y si hay necesidad no tengo temor alguno en contratar una auditoría extranjera.

¿Robustecer Petroecuador significa ampliar el número de empleados?

Todos los sectores tienen que responder por el trabajo que se les da. Si hay mucho personal, habrá que recortar. No me puedo adelantar pues tengo que analizar, con los funcionarios que nombre, lo que van a hacer. Ellos tendrán que presentarme planes, proyectos, tiempos y resultados. Aspiro que hasta fin de mes me den a conocer las metas que se fijan.

¿Qué va a hacer frente al alza de ocho por ciento que otorgó el presidente encargado de Petroecuador a 1.660 empleados del sector?

No lo voy a hacer, ya lo hice. Esto que ha hecho Petroecuador es una real falta de respeto y consideración. Se amparan en una resolución del Tribunal Constitucional de facto que es ilegal e inconstitucional. Esa resolución no tiene efecto.

¿La desconoce usted?

Ya la desconocí. Una resolución de una corte de facto no sirve de nada. Yo echo atrás eso porque no puedo regalar así dinero, en forma graciosa, a sujetos que estaban tratando de fortalecerse con dinero ajeno. Una cosa son los derechos de los trabajadores y otra granjerías absurdas que le significan al país más de 32 millones de dólares.

¿Cómo va a parar los negocios ilícitos y las corruptelas, conocidas y sospechadas, que hay en esas empresas del Estado?

A esos miles de negocios les vamos a parar con una disposición que ya dicté: nada se hace a dedo. Nada se compra sin concurso de precios. Y como dicen que tienen que comprar más caro a última hora porque no llegan a tiempo las transferencias del Ministerio, hemos convenido el jueves con el ministro (Correa) la creación de un fondo rotativo en el Ministerio. Una caja chica para atender urgentemente los problemas que se presentan.

Se dice que los dirigentes sindicales que salieron podrían volver...

No tengo mucho entusiasmo en volver a la gente. A mí me gusta dar oportunidad a la gente nueva.

¿Hasta dónde los sindicatos tendrán que ver en la política petrolera del país? ¿Concertará con ellos decisiones?

Cuando tenga que tratar eficiencia y relaciones laborales, conversaré con ellos y estoy seguro de que vamos a llegar a entendernos. Pero los ejes de la política no se discuten. Esos los pongo yo. A rajatabla. Porque en eso estoy respaldado por el Presidente de la República y eso tiene que hacerse. Nadie me impone nada. Es mi carácter.

¿De dónde saldrá su equipo de trabajo?

Yo tengo que recurrir a muchos asesores. Tengo que rodearme de técnicos y observarlos con lupa. Pero las últimas decisiones, por mi carácter, por mi temperamento, las tomo yo.

¿El Foro Petrolero estará cerca o lejos de su política?

En el Foro hay gente de mucha valía. Respeto muchos los criterios que tienen. Pero esos criterios los analizo y tomo mis decisiones.

En el tema de la Occidental...

De ese tema no puedo hablar. Cualquier cosa que le diga, puedo prevaricar y echar abajo todo porque soy juez de última instancia.

¿Pero se ha fijado un tiempo para pronunciarse sobre el tema?

No le puedo decir plazos. Nunca será muchos meses porque los ministros somos fusibles. No puedo diferir mucho. En primer lugar tengo que nombrar, este lunes o martes, al presidente de Petroecuador…

¿Robert Pinzón?

Él está de primero en la terna. Hemos convenido en ello con el Presidente. Él tiene que informarse y ver qué hace. De lo que él mande, con su resolución, yo tomaré mi propia decisión.

¿Cree usted que su nacionalismo riñe con la política a la que han sido acostumbradas las compañías extranjeras?

Si las multinacionales creen que un ministro nacionalista les va a perjudicar, tendrán que ellos tomar la decisión. A mí no me va a asustar la amenaza de que alguien se va. Si alguien se asusta y se va, seguiremos con los ecuatorianos exportando petróleo. Lo único que a mí me asusta es el diablo.

¿Hay motivos para que esas empresas estén nerviosas?

Si alguien está nervioso, yo le aconsejaría, con todo respeto y afecto, que se tome un tranquilizante; el más barato es una valeriana. Conmigo no les va a pasar nada que les vaya a traumatizar.

En su entorno dicen que usted está analizando el tema del diferencial petrolero...

Lo estoy analizando. Por los datos que tengo, ese diferencial me parece exagerado. Me parece que entre 6.50 dólares que dicen que es lo que debe ser y 17 dólares, hay una diferencia. Yo tengo que averiguar lo que ha pasado con esa diferencia, a dónde ha ido y por qué.

El anterior gobierno quiso buscar nuevos mercados para exportar petróleo. ¿Explorará usted esa vía?

Yo le quiero dar a Petroecuador un manejo gerencial. ¿Qué es lo que busca un gerente? El mejor mercado para su producto. Eso es elemental. China es un mercado potencial extraordinario. Si podemos vender a otros países obteniendo mejores beneficios, tenemos que hacerlo.

¿Qué va a pasar con el gas? ¿Se renovarán los contratos de los proveedores y se mantendrá el sistema de importación?

Hay que meter mano en el gas. Le voy a adelantar un proyecto en el que estoy pensando. Venezuela hizo en el pasado una oferta. Ese país tiene una planta de alta tecnología para procesar petróleo de mala calidad. Ellos estarían interesados en que Ecuador le entregue ese petróleo y, a cambio, nos entregarían gas. Si esto se hace significaría un ahorro para el país de 300 a 350 millones de dólares por año. Esto se paró porque algunas de las personas vinculadas al anterior gobierno plantearon una comisión que iba entre el 10 y el 20 por ciento.

¿Piensa revivir ese proyecto?

Voy a revivir ese proyecto. El embajador de Venezuela me ha dejado una nota diciendo que a su retorno, está listo para revivir este proyecto. Tenemos que abrirnos. Petrobras tiene una experiencia extraordinaria en la organización petrolera. Estoy pensando seriamente en pedirle al embajador de Brasil que nos den asistencia técnica con el objeto de modernizar las operaciones para llevar adelante una reestructuración de Petroecuador y Petrocomercial. Tenemos que ver los éxitos que han tenido otros países y tomar lo bueno. Lo podemos hacer con México, Argentina, Colombia... Esas experiencias las podemos adecuar a nuestra realidad.
EXPLORED
en Ciudad Quito

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