EL MITO DEL COMERCIO CON EUROPA
Quito. 17.02.91. La historia de las relaciones europeo
latinoamericanas durante el último cuarto de siglo, ha sido la
de permanentes esperanzas latinoamericanas de que los
acontecimientos que suceden en Europa redunden en beneficio de
la región.
Se han esperado nuevos y mejores beneficios en favor del
continente, que posibilitaran un despegue en materia de
desarrollo económico autosostenido, que hasta ahora no ha sido
conseguido por los paÃses latinoamericanos. Los intercambios
económicos entre ambas regiones han estado lejos de responder
a estas esperanzas, pese a los distintos viajes de los
diferentes mandatarios latinoamericanos tendientes a
fortalecer las relaciones comerciales con Europa.
Según un documento elaborado por la CEPAL acerca de las
perspectivas de las relaciones económicas entre América Latina
y la CEE en los años 90, desde la fundación de la Comunidad
Europea, América ha perdido muchas cuotas de mercado en el
continente europeo.En algunos casos, esta caÃda ha sido
dramática, por ejemplo, Argentina ocupó el séptimo lugar en el
mundo entre los paÃses de mayor comercio con esa región en la
década de los 60 y descendió al vigésimo cuarto lugar veinte
años después.
La participación de América Latina en el comercio mundial ha
bajado considerablemente en los últimos 30 años y en los 80;
mientras la CEE aumentó su participación en las exportaciones
mundiales, nuestro continente disminuyó.
El proteccionismo
Según el documento de la CEPAL, los múltiples mecanismos
elaborados por la Comunidad Europea (CE) para proteger a sus
productores de la competencia extracomunitaria han sido
identificados tradicionalmente como el principal obstáculo en
las relaciones comerciales. Las barreras a la entrada de
productos latinoamericanos a la CE cubre una mayor proporción
de las importaciones totales que en otros mercados como
Canadá, Estados Unidos y Japón.
El SGP
La aplicación del Sistema Generalizado de Preferencias
constituye el único mecanismo de acceso preferencial con que
cuentan los paÃses latinoamericanos a la CE. La forma en que
se ha aplicado, dice, ha resultado en una discriminación
sistemática en contra de los productos latinoamericanos.
Desde luego, no cubre bienes agropecuarios que componen el
50% de las exportaciones del continente a la CE y los ajustes
anuales a que se somete el sistema dificultan la planificación
de los productores latinoamericanos en el mediano plazo.
¿Qué ofrece Europa a América Latina?
El apoyo de la Comunidad Europea a América Latina se ha dado a
través de la ayuda para la consolidación de las democracias en
la región y una cierta diversificación en las relaciones
exteriores. La ayuda se ha hecho presente a través de
organismos comunitarios a partidos polÃticos, organismos no
gubernamentales de distinto tipo y a los medios de
comunicación en la década de los 70 y de los 80.
Ello se debe, a la afinidad que existe entre los lÃderes
polÃticos latinoamericanos y europeos que es mayor a la que
puede haber con los norteamericanos o japoneses. Sin embargo,
esa concertación polÃtica europeo-latinoamericana también se
ha prestado para expectativas infundadas. Una de ellas es que
los temas claves, tales como la deuda externa y el
proteccionismo europeo, habrÃan podido ser discutidos y
negociados seriamente en reuniones multilaterales con las
contraparte europeas, a través de organismos tales como el
SELA o el grupo de los ocho.
En la práctica esto ha resultado otra ilusión frustrada,
sostiene el documento. La CE no ha estado dispuesta a mantener
reuniones con esos organismos, basados en el principio de
igualdad de trato, argumentando que la región es demasiado
heterogénea como para que un solo organismo la pueda
representar.
América Latina hasta ahora no ha logrado forjar los medios
necesarios para ejercer influencia al interior de la CE y
lograr sus metas, manifiesta. Los foros que han surgido han
sido inadecuados para ello, ya qua la CE ha podido controlar
la agenda (centrándola en asuntos polÃticos antes que
económicos) y el carácter de los mismos. (2-A)
Quito. 17.02.91. La historia de las relaciones europeo
latinoamericanas durante el último cuarto de siglo, ha sido la
de permanentes esperanzas latinoamericanas de que los
acontecimientos que suceden en Europa redunden en beneficio de
la región.
Se han esperado nuevos y mejores beneficios en favor del
continente, que posibilitaran un despegue en materia de
desarrollo económico autosostenido, que hasta ahora no ha sido
conseguido por los paÃses latinoamericanos. Los intercambios
económicos entre ambas regiones han estado lejos de responder
a estas esperanzas, pese a los distintos viajes de los
diferentes mandatarios latinoamericanos tendientes a
fortalecer las relaciones comerciales con Europa.
Según un documento elaborado por la CEPAL acerca de las
perspectivas de las relaciones económicas entre América Latina
y la CEE en los años 90, desde la fundación de la Comunidad
Europea, América ha perdido muchas cuotas de mercado en el
continente europeo.En algunos casos, esta caÃda ha sido
dramática, por ejemplo, Argentina ocupó el séptimo lugar en el
mundo entre los paÃses de mayor comercio con esa región en la
década de los 60 y descendió al vigésimo cuarto lugar veinte
años después.
La participación de América Latina en el comercio mundial ha
bajado considerablemente en los últimos 30 años y en los 80;
mientras la CEE aumentó su participación en las exportaciones
mundiales, nuestro continente disminuyó.
El proteccionismo
Según el documento de la CEPAL, los múltiples mecanismos
elaborados por la Comunidad Europea (CE) para proteger a sus
productores de la competencia extracomunitaria han sido
identificados tradicionalmente como el principal obstáculo en
las relaciones comerciales. Las barreras a la entrada de
productos latinoamericanos a la CE cubre una mayor proporción
de las importaciones totales que en otros mercados como
Canadá, Estados Unidos y Japón.
El SGP
La aplicación del Sistema Generalizado de Preferencias
constituye el único mecanismo de acceso preferencial con que
cuentan los paÃses latinoamericanos a la CE. La forma en que
se ha aplicado, dice, ha resultado en una discriminación
sistemática en contra de los productos latinoamericanos.
Desde luego, no cubre bienes agropecuarios que componen el
50% de las exportaciones del continente a la CE y los ajustes
anuales a que se somete el sistema dificultan la planificación
de los productores latinoamericanos en el mediano plazo.
¿Qué ofrece Europa a América Latina?
El apoyo de la Comunidad Europea a América Latina se ha dado a
través de la ayuda para la consolidación de las democracias en
la región y una cierta diversificación en las relaciones
exteriores. La ayuda se ha hecho presente a través de
organismos comunitarios a partidos polÃticos, organismos no
gubernamentales de distinto tipo y a los medios de
comunicación en la década de los 70 y de los 80.
Ello se debe, a la afinidad que existe entre los lÃderes
polÃticos latinoamericanos y europeos que es mayor a la que
puede haber con los norteamericanos o japoneses. Sin embargo,
esa concertación polÃtica europeo-latinoamericana también se
ha prestado para expectativas infundadas. Una de ellas es que
los temas claves, tales como la deuda externa y el
proteccionismo europeo, habrÃan podido ser discutidos y
negociados seriamente en reuniones multilaterales con las
contraparte europeas, a través de organismos tales como el
SELA o el grupo de los ocho.
En la práctica esto ha resultado otra ilusión frustrada,
sostiene el documento. La CE no ha estado dispuesta a mantener
reuniones con esos organismos, basados en el principio de
igualdad de trato, argumentando que la región es demasiado
heterogénea como para que un solo organismo la pueda
representar.
América Latina hasta ahora no ha logrado forjar los medios
necesarios para ejercer influencia al interior de la CE y
lograr sus metas, manifiesta. Los foros que han surgido han
sido inadecuados para ello, ya qua la CE ha podido controlar
la agenda (centrándola en asuntos polÃticos antes que
económicos) y el carácter de los mismos. (2-A)
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