Quito. 19.08.93. Hace unos días se analizó la ventaja que un
ahorrista en sucres encontraba al invertir en pólizas de
acumulación antes que invertirlos en dólares ya que la
rentabilidad en dólares (tasa de interés en dólares más
expectativa de incremento en la cotización) era inferior en el
período comprendido entre septiembre y julio del presente año.

Retomando la lógica de ese análisis, se observa que al realizar
un estudio de la situación real de rentabilidad alcanzada en
dólares, asumiendo como alternativa que los recursos se inviertan
en dólares o que se realicen inversiones en sucres cada 90 días y
se conviertan a su vencimiento en dólares, efectivamente se
observa una mayor rentabilidad al invertir en sucres.

La rentabilidad en dólares se obtuvo de restar a la tasa de
interés en sucres (pólizas de acumulación a 90 días) el
porcentaje de variación de la cotización sucre - dólar cada 90
días.

Vale resaltar que en este análisis se sustituyó expectativa de
aumento de la cotización por el incremento efectivamente
alcanzado por la cotización cada 90 días.

De esta forma se aprecia que, desde inicios del programa de
estabilización de septiembre de 1992, ha sido más rentable para
un ahorrista en dólares cambiarlos a sucres e invertirlos en
moneda local.

LA DECISION CORRECTA

Un estudio de lo ocurrido ex post nos sugiere que si las
expectativas de los agentes económicos se hubiesen ajustado a lo
efectivamente ocurrido, la racional decisión de ellos hubiese
sido la siguiente:

- El ahorrista en dólares hubiese cambiado sus dólares a sucres y
hubiese invertido en sucres; de esta forma, la consecuencia
inmediata sería el incremento en la oferta de dólares en el
mercado y el incremento de la disponibilidad de sucres para el
sistema financiero.

- El ahorrista en sucres hubiese mantenido sus ahorros en sucres,
con lo cual no se hubiera alterado la disponibilidad de sucres y
no se afectaría la oferta de dólares. Este punto se refiere
exlusivamente a los ahorrista en sucres que no alteran la
cantidad de sucres que poseen ni intervienen en la compra o venta
de divisas.

- Todo agente que requería financiamiento adicional, es decir que
debía endeudarse, debía hacerlo en dólares. Al mismo tiempo todo
agente económico que mantenía deudas en sucres debía cambiarlas a
dólares. Como consecuencia de esta actitud asumida por las
personas que debían contraer deudas, disminuía la demanda de
crédito en sucres e incrementaba la demanda de crédito en
dólares.

- Los especuladores debían endeudarse en dólares e invertir en
sucres.

Este último caso corresponde específicamente a los denominados
capitales golondrinas que buscan mayor rentabilidad en términos
de dólar. Es decir, quienes manejan estos capitales analizan la
rentabilidad que obtienen al permanecer en la divisa, y la
comparan con lo que obtienen al invertir en otra moneda y una vez
recuperada la inversión comparan cuántos dólares se obtienen al
recomprar dólares. Los especuladores, al experimentar que se
obtiene una mayor rentabilidad en sucres que en dólares,
incrementan la oferta de dólares y aumenta la disponibilidad de
sucres.

De la combinación de las actitudes mencionadas, se desprenden dos
conclusiones:

1. El incremento en la disponibilidad de sucres y el
decrecimiento en la demanda de crédito en sucres lleva a una
reducción en la tasa de interés en sucres.

2. El incremento en la oferta de dólares conlleva a una
disminución o un freno para el incremento en el tipo de cambio.

Es importante resaltar que si bien los agentes económicos no
reaccionaron total e inmediatamente conforme se enunció
anteriormente, sí existió un importante cumplimiento de las
expectativas mencionadas.

Las conclusiones pretenden ilustrar las razones por las cuales el
tipo de cambio (relación sucre-dólar) experimentó un
decrecimiento como consecuencia inmediata de las medidas tomadas
en septiembre de 1992 y mantuvo un lento ritmo de crecimiento.

Por otro lado, el comportamiento experimentado en las tasas de
interés, caracterizado por una brusca caída presentada con
posterioridad a la medidas tomadas en septiembre de 1992, se
explica en gran parte por las razones mencionadas.

PERSPECTIVAS FUTURAS

Teóricamente el incremento de disponibilidad de sucres producto
de la afluencia de capitales golondrinas en dólares, debería
reducir la tasa de interés en sucres hasta un nivel que no
resulte atractivo invertir en moneda local. Si este fuera el
caso, se pararía el influjo de capitales.

Sin embargo, el tema es algo más complejo ya que el objetivo
primordial del Gobierno es reducir la inflación, resultado que
podría verse afectado si las tasas de interés se reducen
excesivamente estimulando o anticipando el consumo de bienes y
servicios. Esta situación podría obligar al Instituto emisor a
limitar la caída en las tasas de interés, coadyuvando a que se
mantenga un atractivo diferencial entre rentabilidad en sucres y
dólares y, por ende, a mantener un flujo rotativo de capitales de
corto plazo.

De presentarse esta situación, mantendrán su vigencia las
conlusiones expuestas anteriormente.

Finalmente, es importante anotar que con la misma velocidad que
ingresan estos capitales de corto plazo, pueden huir. Sin
embargo, el tema fundamental es que en esta oportunidad, el Banco
Central cuenta con un nivel de reservas que permitiría
administrar la fuga de capitales. En caso de revertirse la
tendencia, es decir de presentarse una fuga de capitales, las
conclusiones y el comportamiento esperado en los agentes
económicos sería opuesto al anteriormente mencionado; sin
embargo, como se manifestó anteriormente, el BCE podría controlar
y amortiguar la reacción de los agentes económicos.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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