Quito. 23.08.93. Un promedio diario de 115 delitos de toda
índole se cometen en el Ecuador. De esta cifra, las
infracciones relacionadas con el narcotráfico se destacan por
el significativo volumen de ganancias que reportan, debido a
los precios significativos que tienen las drogas en el mercado
internacional.
De acuerdo con cifras oficiales, sólo en 1992 se incautaron
diversos tipos de estupefacientes que están valorados en casi
1.200 millones de dólares.
Resultados alarmantes
Se menciona que en Guayaquil cada día se sustraen 5 vehículos
y 4 en Quito. A nivel nacional, al día se violentan casi 6
automotores, sea por robo parcial o total, lo que arroja un
total de 2.136 robos de automotores denunciados en 1992.
Esos resultados revelan el alarmante avance y especialización
de la actividad delictiva, fenómeno que particularmente se ha
agudizado en la última década.
Mientras en 1981 se registró una cifra de algo más de 16.000
delitos de diversa índole, los datos estadísticos
correspondientes a 1992 hablan de un abrupto ascenso a cerca
de 42.000 hechos delictivos, lo que representa un aumento del
163%.
En los últimos 20 años, el fenómeno de la delincuencia en el
país ha experimentado un incremento que se manifiesta en una
tasa anual del 5,7, marcadamente superior al crecimiento de la
población penitenciaria (3,4% anual), lo que implica que en
las calles de las ciudades ecuatorianas se encuentren un gran
número de potenciales delincuentes que han escapado del
control policial.
Crisis económica
La crisis económica que se acentúa, el aumento en extensión y
profundidad de las condiciones de pobreza de grandes sectores
de la población (que se expresan en las condiciones de
desempleo y subempleo, inflación reprimida, insatisfacción de
las necesidades básicas, desigual distribución de ingreso y la
riqueza), en criterio de especialistas del tema, han sido el
caldo de cultivo ideal para el aparecimiento de diversas
formas de violencia que han desembocado en el origen de una
delincuencia organizada que azota al país entero y que cada
día crece de manera incontenible, a pesar de los esfuerzos y
múltiples operativos policiales.
Se menciona la cifra de alrededor de 500 organizaciones
delictivas que operan en el Ecuador, entre las que se cuentan
las pandillas juveniles que proliferan (solo en la ciudad de
Guayaquil se habla de más de 120 pandillas conformadas por
jóvenes, muchos de ellos altamente peligrosos y que cargan con
algunas víctimas mortales encima).
Narcotráfico
Otro de los aspectos que ha incidido en el auge delicuencial
es la presencia cada vez mayor del narcotráfico. Durante los
dos últimos años, fueron detenidas 2.915 personas por
estupefacientes (30,9% por tráfico, 23,3% por tenencia y 45,9%
por consumo), lo que significa un aumento del 112% respecto
del número de reos por esta causa si se lo compara con las
cifras del año 1991. De esta clase de inculpados, 92,3% son
nacionales y 5,4% originarios de Colombia.
Las confiscaciones de droga, principalmente de los derivados
de la coca, en el último bienio, también demuestran el avance
de esta actividad. En 1991 se incautaron 8.307 kilogramos de
clorhidrato de cocaína, 857 kilos de pasta y 1.582 kilos de
base.
En 1992 las cifras correspondientes subieron a 36,191, 1.613 y
1.118, respectivamente. Mientras que por marihuana fueron
confiscados 610 kilos en 1991 y 1.323 kilos el año pasado,
tienen un precio de alrededor de 1.200 millones de dólares.
Adicionalmente, solo en los últimos 36 meses, se decomisaron 4
laboratorios de cocaína y se incautó una gran cantidad de
precursores químicos, armas, vehículos y dinero (nacional y
divisas), y se destruyeron vastas plantaciones de coca (78.199
plantas).
A todo esto se suma el "lavado" de dinero sucio proveniente de
la comercialización de estupefacientes, que muestra claramente
la dimensión de un serio problema, que aumenta sin poder ser
frenado debidamente.
Cárceles y presos
Desde el punto de vista de la seguridad ciudadana, un aspecto
preocupante es que a pesar del incremento de la delincuencia,
el crecimiento de la población carcelaria no haya
experimentado también una expansión, es decir existe una
distancia marcada entre delincuentes y presos. No obstante
este desfase, en la mayoría de los pomposamente llamados
centros de rehabilitación se produce una sobrepoblación, lo
que rebasa sus posibilidades de recepción adecuada.
Mientras en 1978 el promedio de presos en los diferentes
centros de rehabilitación social del país representaba el
32,9% de la población delicuencial (lo que significa que sólo
un tercio de los delincuentes permanecía detenido). El año
anterior los reos de todas las cárceles ecuatorianas sólo
representaban el 18,9% del total de la población delicuencial
estimada (menos de 2 por cada 10 potenciales antisociales).
En los últimos 20 años, hasta finales de 1992, la población
penitenciaria ha subido de 4.392 a 7.956 internos, lo que
significa un aumento del 81. En tanto que los recursos
humanos, materiales y financieros que se destinan al campo de
la rehabilitación social no han experimentado cambios
notables. No así la infraestructura física, que se ha ampliado
de manera considerable, pues en 1987 se disponía de una
capacidad carcelaria para 4.134 presos y el año anterior ésta
asciende a 7.702.
Aumenta delincuencia en la sierra
Un profundo y reciente estudio sobre la delincuencia y
población penitenciaria en el Ecuador que incluye datos
estadísticos de las dos últimas décadas sobre esta temática,
revela que a partir de 1991 se registra un traslado de los
grupos delictivos desde la Costa hacia la Región
Interandina, lo que evidencia un cambio radical de las
acciones delictivas.
En términos de promedios anuales, en los últimos 10 años en
Pichincha se cometieron 8.228 delitos y en Guayas 9.322. Sin
embargo, a partir de 1991 esta tendencia se invierte, pues
cuantitativamente la delincuencia es mayor en Pichincha que en
Guayas, con promedios anuales de 11.115 casos y 9.993,
respectivamente.
*FUENTE: Texto tomado de EL UNIVERSO (p.19)
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