Quito. 31.08.93. Desde cuando el proyecto "Altos de Guápulo"
surgió, apareció también entre los vecinos de la González Suárez
la preocupación porque éste afectara sus edificios.

Hoy algunos moradores viven esa situación, en especial por la
apertura de la vía de acceso a la urbanización, en las faldas de
la González Suárez, hacia Guápulo.

Esta inquietud de los moradores de ese sector se originó porque
percibieron la obra como "una herida que ha minado las bases del
macizo donde están asentados los edificios de la González
Suárez", en su costado oriental, hacia Guápulo.

La urbanización Altos de Guápulo es paralela a la González
Suárez. Se ingresa a élla por la vía que nace en el redondel
donde confluye la Coruña.

Una versión de los vecinos dio cuenta de que la construcción de
los edificios de departamentos planificados por los proyectistas
de esa urbanización habría sido suspendida pues "nadie hubiera
querido comprarlos por considerar su localización peligrosa".
Tal consideración, sin embargo, fue desmentida por los
propulsores del proyecto.

Personeros de la Corporación de Desarrollo e Investigación
Geológica, Minera, Metalúrgica, CODIGEM, señalaron que la
González Suárez está construida sobre un macizo rocoso de "buena
calidad".

HOY pudo observar, en un recorrido por el lugar, que el primer
tramo de esta calle demuestra ya los efectos de mini deslaves y
en sus taludes la existencia de obras de contención, tendientes a
retener posibles deslizamientos en la pendiente.

También advirtió, aparentemente, que el área que quedaría
disponible para la construcción es mínima, tanto a los costados
oriental y occidental de esa calle, pues ella corta una ladera
con una pendiente bastante pronunciada.

Al momento, la vía asfaltada no es la única infraestructura
conque cuenta la urbanización. Dispone de redes instaladas de
energía eléctrica, sistema de alcantarillado, agua potable e
incluso líneas telefónicas. -


Retraso por dificultades financieras

Fernando Sáenz, gerente de la Inmobiliaria Rumihuasi, la
propietaria de la urbanización Altos de Guápulo, dijo a HOY que
la construcción del proyecto no ha sido posible por dificultades
financieras y no porque existiera algún peligro para la
estabilidad del sector.

Coincidió con ello Rafael Vélez Calisto, arquitecto constructor
de la urbanización, quien aseguró que la construcción de este
proyecto no afectará a ningún edificio en la González Suárez, que
quedan a cien metros sobre el lugar donde se la levantaría.

"Tiene autorización municipal y los planos están a disposición de
cualquier persona" añadió Vélez.

Sáenz explicó que el proyecto prevé la construcción de edificios
de cuatro ó cinco pisos en diez lotes. Nueve de ellos se
levantarán en la ladera oriental de la calle de la urbanización y
solamente uno en la pendiente occidental.

El proyecto actual nació hace dos años -el original data de hace
seis u ocho años- y responde a las exigencias del mercado,
comentó. "Antes se quería departamentos grandes y lujosos. Ahora
se hacen más pequeños, destinados a jóvenes profesionales que
comienzan su carrera. Esperamos comenzar la construcción antes de
fin de año siempre y cuando las condiciones económicas lo
permitan", dijo Sáenz a HOY.

Respaldo de estudios

Sáenz sostuvo que los trabajos realizados hasta el momento y los
que se harán en el futuro cuentan con el respaldo de estudios
"serios y responsables a cargo de profesionales competentes", los
que fueron aprobados por el Municipio de Quito, en cumplimiento
de los requisitos legales".

Estas obras urbanísticas fueron "bien recibidas" por el
Municipio, aseguró Sáenz.

El empresario añadió que "Altos de Guápulo, en una de sus fases,
comprendía el mejoramiento del sistema de alcantarillado de la
González Suárez, para que los edificios con piscinas no botaran
el agua a nuestros terrenos. Este trabajo lo hicimos de manera
conjunta con el Cabildo. También contratamos a la Empresa
Municipal de Alcantarillado, EMA, para prevenir daños por lluvias
o deslizamientos de tierra, con lo que quedó descartado cualquier
peligro".

Sáenz comentó que "es más fácil construir en este lugar, pese a
que aparentemente no lo es, que hacerlo en zonas como el
Pichincha y Bellavista, donde hay edificaciones en terrenos con
mayor pendiente".

Finalmente aseguró que la inmobiliaria mantendrá un pequeño
bosque -que ya donó al Municipio- para que no ocurra lo que
sucede frente al Hotel Quito y la calle Piedra, donde ya no se ve
espacio verde alguno.

El quid será el tipo de construcción

La ordenanza 2291 del 4 de agosto de 1983, en la administración
de Alvaro Pérez, aprobó la urbanización Altos de Guápulo, al
noreste de Quito.

"Son diez lotes que fueron aprobados en ese año. En 1986 el
proyecto presentó una modificación por el cambio de una calle,
pero desde ahí no han hecho nada", manifestaron a HOY Gonzalo
Bustamante y Roberto Noboa, director encargado y subdirector de
Planificación del Municipio, respectivamente.

43 mil metros cuadrados constituyen la superficie aproximada del
terreno de esta lotización. De ellos 12.652 metros son para
lotes. El terreno tiene una pendiente superior a los 35 grados.
Un declive mayor, según el Reglamento Urbano de Quito, es ya un
área de riesgo para la construcción de cualquier vivienda.

"El terreno para área verde que nos dejaron -obligatorio en
cualquier urbanización y que es el 10 por ciento del terreno- fue
de 4.300 metros, pero además nos dieron 10 mil metros más, que
tienen una exagerada pendiente por lo que la tenemos como área de
protección. También nos cedieron otros 15 mil metros en la parte
baja del mismo", señalaron albos funcionarios.

Dependería...

Dependería de "muchas" cosas el riesgo o la seguridad que
pudieran tener los moradores de la González Suárez, con la
construcción de la urbanización, sostuvieron Bustamante y Noboa.

"Dependería del diseño de la edificación, de las estructuras que
se hicieran para abajo, de la calidad del suelo. Si alguien
levantara ahí una estructura de adobe, sí revertiría peligro,
pero si la hiciera técnicamente seguro que no".

Por ello, llegado el momento de la construcción, los dueños
tendrían que presentar diseños que pudieran asegurar esas
construcciones, caso contrario la Dirección de Planificación no
los aprobaría.

"La responsabilidad del diseño de la urbanización -que sería una
de las pocas en el lugar porque el resto de terrenos fueron
declarados zonas de protección con el RUQ- estaría en manos, en
última instancia, del proyectista de la obra", añadieron.

El pilar del problema

Según los funcionarios municipales el pilar del problema estaría
en el corte del lote uno -situado hacia el sur-, porque la
franja de separación entre este pedazo de terreno y la González
Suárez es de 40 metros.

"De llegarse a realizar la construcción, los edificios del lote
uno estarían prácticamente pegados con los de arriba -de la
González Suárez- y eso sería conflictivo y difícil. Los demás
edificios no tendrían mayor problema en términos constructivos",
agregaron.

También sostuvieron que esa edificación debería hacérsela con un
máximo de cuatro o cinco pisos por la "fuerte" pendiente y por la
contradicción en que entraría con los edificios circundantes por
la relación masa y volumen construido.

"La contradicción sería de presencia, en términos de morfología
urbana -forma de la ciudad-. Sería una masa muy fuerte en una
parte tan frágil: los edificios de 16 pisos de la González Suárez
y los de ocho que se harían, por lo que pensamos en bajarlos".

Los propietarios de Altos de Guápulo aceptaron esta reducción de
la altura, pues es la máximo permisible en ese tipo de laderas,
comentaron. (10B)
EXPLORED
en Autor: Consuelo Albornoz - [email protected] Ciudad N/D

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