Quito. 13 oct 97. Este ha sido un periodo legislativo que tuvo
momentos accidentados y problemas para aprobar la Asamblea. El
Congreso y su posición al cambiar de opinión respecto a la
fecha de la Asamblea fue muy criticado. ¿Qué es lo que pasa en
la labor legislativa?

Luego del acto histórico de cesar a un Presidente, vino el
proceso de autodepuración, descalificando a 17 legisladores,
la aprobación -antes de la Consulta- de reformas
constitucionales importantes, como aquella que prohíbe que un
magistrado cesado por actos de corrupción pueda volver a ser
candidato. También eso es histórico.

Después vino lo de la Consulta, que más allá de ser un
mecanismo válido de consulta democrática generó polémicas
alrededor de algunas de esas reformas aprobadas.

Sin embargo, el Congreso Nacional convirtió en normas
jurídicas en un plazo corto -aunque lo de la Asamblea tomó un
poco más de tiempo- todas la reformas aprobadas por el pueblo,
entre ellas la que tiene que ver con la reestructuración de la
Corte Suprema de Justicia.

¿Por qué se complicó el tema de la aprobación de la Asamblea?

Con el consenso multipartidista y plurideológico que se obtuvo
para el cese de Abdalá Bucaram, también se estableció en el
acta de compromiso que debía convocarse una Asamblea para
agosto de 1998.

Después de la Consulta sostuve que si el pueblo aprobó la
Asamblea, ésta debía realizarse lo más pronto posible. Lo dije
en junio y la propuse para octubre. Entonces salieron voces,
entre ellas versados sectores de la prensa contra esa posición
con argumentos de que no era conveniente otra votación el
mismo año, que afectaría la estabilidad económica.

Fui muy criticado pero creo que los dirigentes políticos y el
Presidente del Congreso, sobre todo, deben ser permeables a lo
que opina la comunidad a través de los medios de comunicación.


Entonces dije que esos argumentos pesan más que los míos,
hablé con diputados y dirigentes políticos y se planteó que
sea en agosto y así se aprobó la reforma.

Bastó eso para que nuevamente surjan voces, sobre todo de
sectores de izquierda, a los que se sumaron los frustrados de
siempre que decían que nuestra propuesta era una burla...

Pero entre esas voces estuvo la de Jaime Nebot que,
obviamente, no es de izquierda...

El abogado Nebot y otros dirigentes, en junio, me habían dicho
que más conveniente era hacerlo el próximo año. Vámonos
entendiendo en esto: él no estuvo de acuerdo con mi tesis
expuesta en junio de que sea en octubre de este año.

En cambio fue la intervención de Jaime Nebot la que movió el
tablero político y prácticamente definió el adelanto de la
fecha de la Asamblea...

El abogado Nebot, después de que en pleno conocimiento el
bloque socialcristiano y otros bloques votamos para que sea en
agosto, sintió la misma reacción que yo. Le dije a Jaime que
lo que yo sostenía en junio era lo que la mayor parte del
pueblo quería.

Ahí me dijo: "Yo pienso lo mismo". Entonces, simultáneamente,
él en Guayaquil y yo en Quito, anunciamos que habíamos
decidido corregir nuestra posición como corresponde a
dirigentes responsables.

¿No le significa eso quemarse políticamente dando la impresión
de que tuvo que cambiar de posición para complacer a su
partido y adoptar la posición de Jaime Nebot?

Así vino saliendo. Yo tengo que cuidar mi nombre que es de mis
padres y mis hijos. Pero quien terminó dándome la razón fue
Jaime Nebot.

Usted ha calificado a la Ley de descentralización como uno de
los mayores avances en los últimos años pero ni bien la
aprueban se habla de reformarla. ¿Por qué?

Las leyes, como las acciones políticas y las reformas
constitucionales, nunca podrán contentar a todo el mundo. En
este país hablamos mucho de los grandes objetivos nacionales.
Pero cuando se toman decisiones priman los pequeños intereses
de sectores, intereses regionales y particulares. El caso
específico de esta Ley demuestra lo complejo del país: con
municipios grandes como los de Quito y Guayaquil, otros doce o
quince medianos y el resto pequeños que no tienen capacidad ni
para presentar proyectos en esto de las obras para prevención
de El Niño.

No se olvide que hasta el 2000 el 15% del presupuesto será
distribuido en todas las entidades descentralizadas, pero no
se trata solo de recibir el dinero.

El asunto está también en el tema de transferencia de
responsabilidades y de prestación de servicios en los cuales
el Estado es deficitario como salud y educación por ejemplo.

Pero si se le pregunta al Alcalde de Guayaquil eso no le
interesa; en cambio en Quito hay experimentos con centros
educativos de excelente calidad.

Otro de los cuestionamientos que se hacen en el Congreso es
que se ha dedicado a aprobar leyes de salarios que benefician
a sectores profesionales sin financiamiento, como el caso del
Magisterio, que provocó una huelga de casi 30 días. ¿Por qué
se da paso a ese tipo de legislación?

Es una crítica válida y que el Congreso debe corregir, pero
hay que entender que cae en presiones de tipo político y
social.

Sin eludir mi responsabilidad diría que son manifestaciones de
buena fe. En su momento advertí lo de la falta de
financiamiento. Ahora hay un acuerdo.

Habría la apariencia de que el trabajo del Congreso no avanza,
que no legisla y que las comisiones no presentan informes de
leyes que sean de interés nacional. ¿Qué pasa en el Congreso?

Es evidente que de febrero a mayo el Congreso fue
predominantemente político. Tuvimos que iniciar una lucha
contra la corrupción institucionalizada. Avanzar en el proceso
de descalificación de diputados, reformas constitucionales. No
hubo tiempo para legislar lo suficiente.

Cuando al Congreso se le exige leyes para la felicidad popular
ese es un eufemismo. En el anterior Congreso que presidí
aprobamos importantes leyes como las de Modernización,
Telecomunicaciones, Sector Eléctrico, del Fondo de
Solidaridad.

Reconocemos que falta -y tal vez por eso he tenido problemas
con la prensa- una adecuada política de comunicación.

Reconozco que algunos miembros de las comisiones legislativas
no presentan sus informes, que ni siquiera van a las reuniones
y he dispuesto amonestaciones por eso.

¿Qué pasa con los informes de la Comisión de Fiscalización;
¿por qué hubo tanta demora en lo del caso de Franklin Verduga
que terminó aceptándose la renuncia cuando un informe previo
decía que no se la acepte?

En el caso del diputado Verduga se acogió el informe de la
Comisión de Fiscalización de Napoleón Saltos y el MPD. Ahora
que no vengan a lavarse las manos.

Allí se habla de arrogación de funciones pero no de actos
dolosos y se votó en ese sentido. Yo mismo, como presidente
del Congreso, me abstuve porque considero que el caso debe ir
a los tribunales.

En el otro caso de los pipones ¿por qué no se ha remitido el
resultado de las auditorías a la Contraloría?

Es un trabajo que toma tiempo, más aún cuando yo pedí que la
auditoría se amplíe al periodo en que dirigí el Congreso entre
1994 y 1995. Sin embargo, ya hay un borrador del informe que
se presentó el pasado lunes.

Hay que tomar en cuenta que son 82 diputados que cada uno pide
sus asesores, y administrativamente es difícil un control de
su asistencia.

Por ejemplo, si se determina que un asesor de un diputado no
ha asistido al Congreso, ¿qué le va a responder el diputado?
Que son representantes de provincias y que allí realizan su
labor. Para avanzar en ese tema con la valiosa ayuda del BID
vamos hacer un plan de modernización administrativa del
Congreso.

¿La prensa podrá tener acceso a la información sobre los
gastos de los diputados?

Sí, el informe se hará público.

Sobre el tema de la Asamblea. ¿Qué pasó con su candidatura?
¿Eso no tiene que ver con su posible baja de popularidad y
prefiere esperar al 98?

Las encuestas que he visto señalan una lista socialcristiana
en Guayas encabezada por Moeller con el 43% de las
preferencias.

Eso es un atractivo porque obtener más de 500 mil votos frente
a una hipotética candidatura el próximo año es excelente. Si
hubiera actuado por cálculo político, hubiera aceptado.

¿Por qué el Congreso desechó el comentario que realizó Alberto
Wray sobre la selección de los ministros de la Corte Suprema?
¿No cree que puede crear eso un problema futuro como él lo
anticipó?

Las opiniones del doctor Wray merecen todo respeto, pero tengo
que decir que en esta ocasión está equivocado y así lo he
confirmado en consultas con juristas, incluso algunos de los
cuales quedaron fuera de la Corte pese a estar en la lista de
candidatos.

¿Su relación con la DP no le cuesta demasiados problemas pues
por un lado actúa con el Frente Nacional y otras va por su
lado y evita que a veces el PSC y el Gobierno tenga mayoría?

Nosotros seguiremos tendiendo puentes para lograr consensos.
Ya demostramos que es posible al elegir los miembros de la
Corte Suprema con 72 votos.

Uno de los hechos negativos en este periodo tiene que ver con
los enfrentamientos a trompadas que no solo dan mala imagen
del Congreso sino que la actitudes de los diputados de su
bloque no le hace favor a su partido.¿Por qué lo permite?

Esas son excepciones de una regla general en que el Congreso
ha tenido un conducta excelente.

Se han registrado tres incidentes en este periodo que puedan
llamarse violentos en insultos verbales y físicos que
obviamente yo los rechazo, no los justifico ni los
justificaré.

Pero de por medio está la actitud del diputado Illingworth que
veja constantemente a los diputados y en su afán de notoriedad
quiere ser, como él mismo dice, "una tachuela en el zapato de
Moeller". (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
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