Quito. 27 oct 97. El crecimiento económico, la igualdad de
oportunidades, la movilización de recursos, los programas
sociales, la fijación de políticas multisectoriales, el
fortalecimiento de la educación y salud, son algunas de la
propuestas del Banco Mundial, el Gobierno y la Fundación
Esquel, para reducción la pobreza. Estos temas se tratarán hoy
en el foro "Cómo crecer y superar la pobreza".
Según estudios del Banco Mundial, el 52 por ciento de la
población ecuatoriana vive en condiciones de pobreza. En el
sector rural y el indigenado, los que menos tienen llegan al
67 y 80 por ciento. Un porcentaje similar carece de todo
beneficio de la seguridad social. Mujeres, jóvenes y niños son
los más afectados.
De ahí que, como solución, se plantea el crecimiento económico
intenso que dé oportunidades de trabajo y más altos salarios y
que proporcione recursos.
La movilización de recursos como componente esencial de
cualquier estrategia de la reducción de la pobreza.
Financiamiento de programas sociales e intervenciones
dirigidas y reasignaciones de subsidios. Estos podrían ser
financiados con ingresos tributarios.
La Fundación Esquel muestra que el Ecuador es uno de los
países de América Latina que tiene el mayor grado de inequidad
en la distribución del ingreso. En efecto, el 10 por ciento
más rico de la población recibe cerca del 55 por ciento,
mientras el 20 apenas alcanza al cinco por ciento. Como una
solución propone la reactivación económica, política sociales
en favor de los más desprotegidos.
La aplicación de política redistributiva, la participación
popular en las decisiones, mantenimiento y extensión de los
servicios básicos, redistribución de la tierra, políticas
agrarias, el establecimiento de precios para que sostengan la
rentabilidad de la producción agrícola.
En cambio, el Gobierno plantea la aplicación de políticas
multisectoriales, la modernización del sector social,
desconcentración y la descentralización.
En lo que se relaciona al empleo, la población económicamente
activa superó los 3 millones 800 mil para fines de 1996. En el
período 1990-1996, la tasa promedio de desempleo fue del ocho
por ciento, llegando a 1996 al 10.4 por ciento.
Para el BM, la salida sería dictar medidas para incrementar
los activos de los pobres: obra, la tierra y la vivienda. Así
como invertir en infraestructura, saneamiento básico y
vivienda. Para el Esquel, la racionalización del capital
humano, la modernización tecnológica y su aplicación en al
aparato productivo. Para el Gobierno, la generación,
transferencia de tecnologías, inversión en infraestructura
rural, conservación de los suelos y del medio ambiente.
Los estudios revelan que la fuerza laboral apenas cursó un
promedio de 5.3 años de educación formal. Al iniciar el siglo
XXI, el 10 por ciento es analfabeto. En el sector rural, llega
a un 18 por ciento; entre los indígenas a un 36 y en el caso
de sus mujeres llega al 44 por ciento.
Las estadísticas en el área de salud tampoco son alentadoras:
cerca de un millón 300 mil no tienen accesos a los servicios
de salud; un 80 por ciento no tiene seguro; un 60 por ciento
de las mujeres embarazadas sufre de anemia y un 45 por ciento
de los niños tiene desnutrición crónica.
LOS PANELISTAS
El evento: con el apoyo de la Asociación de Editores de
Periódicos (Aedep), EL COMERCIO y las fundaciones Esquel y
Eugenio Espejo. El tema: "Cómo crecer y superar la pobreza".
El lugar: Corporación Financiera Nacional (CFN), Juan León
Mera y Avda. Patria, a las 18h00. Entrada libre.
Los panelistas : Roberto Pizarro, ministro de Planificación de
Chile, el peruano Jurgen Schuldz, el ex presidente Osvaldo
Hurtado, monseñor Alberto Luna Tobar y Jorge Baquerizo.
Entrevista
Jurgen Schuldz , vicerrector de la Universidad del Pacífico de
Perú, sostiene que América Latina aún no resuelve los
problemas de fondo.
El siglo XXI comienza con un elevado índice de pobreza
¿Cuánto tiempo vivió en el Ecuador?
Bueno, más de cuatro años en Quito, desde septiembre de 1989 a
marzo de 1994. Organicé la maestría en economía de la Flacso.
Fui también director de Investigaciones Económicas y Sociales
del Centro Andino de Acción Popular y trabajé para la Agencia
de Desarrollo del Gobierno de Alemania.
Creo que fueron años maravillosos y cuando me jubile volveré a
Quito, una de las pocas ciudades humanas.
¿Hoy se dedica a la cátedra...?
Con dedicación exclusiva, es decir a tiempo completo. Soy
vicerrector y profesor en la Universidad del Pacífico. Mis
cátedras son Macroeconomía y Política Económica.
Viene a un foro sobre pobreza. ¿Qué piensa al respecto?
Es el problema número uno que enfrentan prácticamente todos
los países de América Latina. Para los científicos sociales es
la preocupación más importante de la actualidad.
En realidad soy economista. Pretendo ser un científico social.
El problema no es solo económico sino multidisciplinario. No
se lo puede entender desde la sola perspectiva del economista.
Es más amplio y requiere de la participación de antropólogos,
sociólogos, politólogos para tener una visión global del
problema. Sobre todo para avizorar las soluciones a ese
problema.
¿Cómo mira América Latina desde sus perspectivas?
Felizmente, ya nos hemos sobrepuesto a la década perdida. Hoy
se observa que hay avances importantes en los aspectos
económico y político. En el campo político sobre todo porque
todos los países latinoamericanos volvieron al sistema
democrático.
En el campo macroeconómico se han dado avances importantes. Se
logró contener o reducir la inflación. Varios países tienen
tasas sostenidas de crecimiento. Sin embargo, sería un error
fijarnos únicamente en los indicadores macroeconómicos
positivos. En realidad los problemas de fondo de América
Latina aún no están resueltos: la mala distribución del
ingreso y de la riqueza, así como el desempleo y el subempleo.
¿Cuál es su visión sobre el futuro de América Latina?
Siempre soy optimista. Tenemos el potencial necesario para
avanzar en la ruta hacia el desarrollo.
Desafortunadamente, el modelo de desarrollo que adoptamos no
es el correcto. Se limita a fomentar las exportaciones
tradicionales, es decir retornamos al modelo primario
exportador de acumulación que es concentrador en lo económico
y en lo político.
El modelo que aspiramos es un modelo autodependiente que
diversifique la exportaciones y produzca para la mayoría de la
población del mercado interno, concentrado en el agro y la
agroindustria.
En general, nos debemos concentrar en una transformación de
las materias primas para el consumo final y para la
exportación. No limitarnos a la pura exportación que nos hace
tan dependientes de los mercados internacionales.
¿Y la situación económica peruana?
Perú, en este momento, está pasando por una fase crítica,
sobre todo porque tenemos un elevado déficit en la cuenta
corriente de la balanza de pagos, que transitoriamente se está
cubriendo con capital proveniente de fuera.
Pero esa balanza de pagos no es sostenible a mediano plazo, a
no ser que se incentiven las exportaciones no tradicionales.
Por lo demás, los indicadores macroeconómicos son buenos
porque este año terminaremos con una inflación de un solo
dígito, en torno al ocho por ciento; luego, habrá crecimiento
económico del Producto Interno Bruto (PIB) del seis al siete
por ciento.
¿Causas de un modelo agotado?
Esas cifras responden a algunos problemas estructurales
importantes, como la alta tasa de desempleo y subempleo. En el
Perú solo un 20 por ciento de la Población Económicamente
Activa (PEA) tiene un empleo adecuado. Más grave aún es el
problema de la mala distribución de la riqueza y la desigual
distribución del ingreso. Eso hace que solo una pequeña
proporción de la población se beneficie de este modelo
económico de "desarrollo".
Es un modelo que se basa en exportaciones primarias. El
problema social se agudiza por esa razón. El Gobierno solo se
ha preocupado de los indicadores macros, olvidándose de los
problemas regionales, sectoriales y microeconómicos, que son
la base para resolver las causas estructurales de nuestro
subdesarrollo. (Texto tomado de El Comercio)
oportunidades, la movilización de recursos, los programas
sociales, la fijación de políticas multisectoriales, el
fortalecimiento de la educación y salud, son algunas de la
propuestas del Banco Mundial, el Gobierno y la Fundación
Esquel, para reducción la pobreza. Estos temas se tratarán hoy
en el foro "Cómo crecer y superar la pobreza".
Según estudios del Banco Mundial, el 52 por ciento de la
población ecuatoriana vive en condiciones de pobreza. En el
sector rural y el indigenado, los que menos tienen llegan al
67 y 80 por ciento. Un porcentaje similar carece de todo
beneficio de la seguridad social. Mujeres, jóvenes y niños son
los más afectados.
De ahí que, como solución, se plantea el crecimiento económico
intenso que dé oportunidades de trabajo y más altos salarios y
que proporcione recursos.
La movilización de recursos como componente esencial de
cualquier estrategia de la reducción de la pobreza.
Financiamiento de programas sociales e intervenciones
dirigidas y reasignaciones de subsidios. Estos podrían ser
financiados con ingresos tributarios.
La Fundación Esquel muestra que el Ecuador es uno de los
países de América Latina que tiene el mayor grado de inequidad
en la distribución del ingreso. En efecto, el 10 por ciento
más rico de la población recibe cerca del 55 por ciento,
mientras el 20 apenas alcanza al cinco por ciento. Como una
solución propone la reactivación económica, política sociales
en favor de los más desprotegidos.
La aplicación de política redistributiva, la participación
popular en las decisiones, mantenimiento y extensión de los
servicios básicos, redistribución de la tierra, políticas
agrarias, el establecimiento de precios para que sostengan la
rentabilidad de la producción agrícola.
En cambio, el Gobierno plantea la aplicación de políticas
multisectoriales, la modernización del sector social,
desconcentración y la descentralización.
En lo que se relaciona al empleo, la población económicamente
activa superó los 3 millones 800 mil para fines de 1996. En el
período 1990-1996, la tasa promedio de desempleo fue del ocho
por ciento, llegando a 1996 al 10.4 por ciento.
Para el BM, la salida sería dictar medidas para incrementar
los activos de los pobres: obra, la tierra y la vivienda. Así
como invertir en infraestructura, saneamiento básico y
vivienda. Para el Esquel, la racionalización del capital
humano, la modernización tecnológica y su aplicación en al
aparato productivo. Para el Gobierno, la generación,
transferencia de tecnologías, inversión en infraestructura
rural, conservación de los suelos y del medio ambiente.
Los estudios revelan que la fuerza laboral apenas cursó un
promedio de 5.3 años de educación formal. Al iniciar el siglo
XXI, el 10 por ciento es analfabeto. En el sector rural, llega
a un 18 por ciento; entre los indígenas a un 36 y en el caso
de sus mujeres llega al 44 por ciento.
Las estadísticas en el área de salud tampoco son alentadoras:
cerca de un millón 300 mil no tienen accesos a los servicios
de salud; un 80 por ciento no tiene seguro; un 60 por ciento
de las mujeres embarazadas sufre de anemia y un 45 por ciento
de los niños tiene desnutrición crónica.
LOS PANELISTAS
El evento: con el apoyo de la Asociación de Editores de
Periódicos (Aedep), EL COMERCIO y las fundaciones Esquel y
Eugenio Espejo. El tema: "Cómo crecer y superar la pobreza".
El lugar: Corporación Financiera Nacional (CFN), Juan León
Mera y Avda. Patria, a las 18h00. Entrada libre.
Los panelistas : Roberto Pizarro, ministro de Planificación de
Chile, el peruano Jurgen Schuldz, el ex presidente Osvaldo
Hurtado, monseñor Alberto Luna Tobar y Jorge Baquerizo.
Entrevista
Jurgen Schuldz , vicerrector de la Universidad del Pacífico de
Perú, sostiene que América Latina aún no resuelve los
problemas de fondo.
El siglo XXI comienza con un elevado índice de pobreza
¿Cuánto tiempo vivió en el Ecuador?
Bueno, más de cuatro años en Quito, desde septiembre de 1989 a
marzo de 1994. Organicé la maestría en economía de la Flacso.
Fui también director de Investigaciones Económicas y Sociales
del Centro Andino de Acción Popular y trabajé para la Agencia
de Desarrollo del Gobierno de Alemania.
Creo que fueron años maravillosos y cuando me jubile volveré a
Quito, una de las pocas ciudades humanas.
¿Hoy se dedica a la cátedra...?
Con dedicación exclusiva, es decir a tiempo completo. Soy
vicerrector y profesor en la Universidad del Pacífico. Mis
cátedras son Macroeconomía y Política Económica.
Viene a un foro sobre pobreza. ¿Qué piensa al respecto?
Es el problema número uno que enfrentan prácticamente todos
los países de América Latina. Para los científicos sociales es
la preocupación más importante de la actualidad.
En realidad soy economista. Pretendo ser un científico social.
El problema no es solo económico sino multidisciplinario. No
se lo puede entender desde la sola perspectiva del economista.
Es más amplio y requiere de la participación de antropólogos,
sociólogos, politólogos para tener una visión global del
problema. Sobre todo para avizorar las soluciones a ese
problema.
¿Cómo mira América Latina desde sus perspectivas?
Felizmente, ya nos hemos sobrepuesto a la década perdida. Hoy
se observa que hay avances importantes en los aspectos
económico y político. En el campo político sobre todo porque
todos los países latinoamericanos volvieron al sistema
democrático.
En el campo macroeconómico se han dado avances importantes. Se
logró contener o reducir la inflación. Varios países tienen
tasas sostenidas de crecimiento. Sin embargo, sería un error
fijarnos únicamente en los indicadores macroeconómicos
positivos. En realidad los problemas de fondo de América
Latina aún no están resueltos: la mala distribución del
ingreso y de la riqueza, así como el desempleo y el subempleo.
¿Cuál es su visión sobre el futuro de América Latina?
Siempre soy optimista. Tenemos el potencial necesario para
avanzar en la ruta hacia el desarrollo.
Desafortunadamente, el modelo de desarrollo que adoptamos no
es el correcto. Se limita a fomentar las exportaciones
tradicionales, es decir retornamos al modelo primario
exportador de acumulación que es concentrador en lo económico
y en lo político.
El modelo que aspiramos es un modelo autodependiente que
diversifique la exportaciones y produzca para la mayoría de la
población del mercado interno, concentrado en el agro y la
agroindustria.
En general, nos debemos concentrar en una transformación de
las materias primas para el consumo final y para la
exportación. No limitarnos a la pura exportación que nos hace
tan dependientes de los mercados internacionales.
¿Y la situación económica peruana?
Perú, en este momento, está pasando por una fase crítica,
sobre todo porque tenemos un elevado déficit en la cuenta
corriente de la balanza de pagos, que transitoriamente se está
cubriendo con capital proveniente de fuera.
Pero esa balanza de pagos no es sostenible a mediano plazo, a
no ser que se incentiven las exportaciones no tradicionales.
Por lo demás, los indicadores macroeconómicos son buenos
porque este año terminaremos con una inflación de un solo
dígito, en torno al ocho por ciento; luego, habrá crecimiento
económico del Producto Interno Bruto (PIB) del seis al siete
por ciento.
¿Causas de un modelo agotado?
Esas cifras responden a algunos problemas estructurales
importantes, como la alta tasa de desempleo y subempleo. En el
Perú solo un 20 por ciento de la Población Económicamente
Activa (PEA) tiene un empleo adecuado. Más grave aún es el
problema de la mala distribución de la riqueza y la desigual
distribución del ingreso. Eso hace que solo una pequeña
proporción de la población se beneficie de este modelo
económico de "desarrollo".
Es un modelo que se basa en exportaciones primarias. El
problema social se agudiza por esa razón. El Gobierno solo se
ha preocupado de los indicadores macros, olvidándose de los
problemas regionales, sectoriales y microeconómicos, que son
la base para resolver las causas estructurales de nuestro
subdesarrollo. (Texto tomado de El Comercio)
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