Madrid. 14.04.94. "¿Y ahora qué?" es la pregunta más repetida en
Europa tras los bombardeos de la OTAN el domingo y el lunes
contra posiciones serbias del cerco de Gorazde.

Los dieciséis países que forman la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN), reunidos hoy en Bruselas, han reiterado
su resolución a intervenir de nuevo en Bosnia si la situación lo
requiere.

Pero la situación ha quedado indecisa: ni los serbios de Bosnia
han levantado el asedio a la ciudad musulmana ni la ofensiva
occidental continúa ya que, de momento, en la OTAN no hay
propuestas de nuevas intervenciones.

¿Debe la OTAN proseguir indefinidamente con sus ataques si las
milicias serbias persisten en su actitud de dar el asalto a la
ciudad a pesar de la presencia de los "cascos azules" de la ONU?

Este es un interrogante sin contestación hoy por hoy, según
expertos y comentaristas de toda Europa, que tienen más preguntas
que respuestas sobre la guerra de Bosnia.

¿Van a ser apoyadas estas primeras incursiones aéreas de toda la
historia de la organización de defensa con operaciones militares
en tierra?, se plantean por ejemplo los que temen la creación de
un Vietnam europeo en la antigua Yugoslavia.

De momento, la mayor víctima de los ataques aéreos fue la frágil
confianza existente entre Rusia y Occidente, que quedó malparada
al no haberse avisado previamente a Moscú antes de llevarlos a
cabo.

El presidente ruso, Borís Yeltsin, comentó ácidamente esta
omisión al fin de su visita oficial a Madrid y advirtió: "Tratar
de resolver el conflicto de Bosnia por la fuerza llevaría a una
guerra permanente".

Hay que recordar no obstante que Rusia votó en su día a favor de
la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que aprobó el
uso de la fuerza en casos como el de Gorazde.

Esta ciudad y otros seis lugares fueron puestos por la ONU bajo
su protección hace nueve meses, anuncio solemne del que las
milicias serbias de Bosnia hicieron caso omiso y prosiguieron con
su avance militar.

El general Michael Rose, comandante jefe de las fuerzas de la ONU
en Bosnia, requirió la intervención de la aviación de la OTAN
para proteger a los cascos azules y a los observadores que
realizan acciones humanitarias en torno a Gorazde.

Pero en realidad las incursiones aéreas de aviones F-16 y F-18 de
la base de Aviano en Italia detuvieron el avance de los serbios
hacia la ciudad al destruir uno de sus puestos de mando y
vehículos blindados a pocos kilómetros de Gorazde.

Ciento ochenta y dos muertos y setecientos cincuenta heridos ha
producido ya esta ofensiva serbia de quince días contra la ciudad
de Gorazde, paso clave para comunicar el norte de Bosnia con el
sur.

Los bombardeos para cortar la acción serbia, llevados a cabo por
aviones norteamericanos de la OTAN, suponen un giro radical en la
actitud de los Estados Unidos, hasta el momento muy cauta en lo
tocante a la guerra de Bosnia.

No obstante, según la mayoría de los analistas, las cancillerías
occidentales no saben aún verdaderamente a que atenerse en lo que
concierne a tal actitud, que ha cambiado varias veces de
dirección en los últimos meses.

Y, por lo tanto, "¿cuál es el próximo paso de Occidente en la
guerra de Bosnia?" es el interrogante que se plantean más a
menudo estos días los editoriales y comentarios publicados en la
prensa europea.

EEUU amenaza de nuevo

Estados Unidos examinaba este miércoles la posibilidad de
intensificar la acción militar de la OTAN en Bosnia para obligar
a los serbios a reanudar las negociaciones, pero el margen de
maniobra del gobierno estaba limitado por la posición de los
rusos y las reticencias del Congreso, además de por sus propios
temores.

Bosnia protagonizó este miércoles por la mañana una reunión del
presidente norteamericano, Bill Clinton, con cuatro de sus
consejeros políticos: el vicepresidente Al Gore, el secretario de
Estado Warren Christopher, el secretario de Defensa, William
Perry, y el consejero para los asuntos de seguridad nacional,
Anthony Lake.

Clinton abogó el martes por la "firmeza" frente a los serbios, en
una clara referencia a nuevos ataques aéreos, y aseguró que no
había descartado ninguna opción.

Una de las opciones mencionadas con más frecuencia desde el
éxito, el pasado mes de febrero, del ultimátum lanzado por la
OTAN a los serbios de Bosnia (que retiraron su armamento pesado a
20 km alrededor de Sarajevo) consistiría en repetir esta
operación en otras ciudades de Bosnia, empezando por Gorazde.

El portavoz de la Casa Blanca, Dee Myers, indicó este miércoles
que no se excluía esta posibilidad y que el martes se mantuvieron
"conversaciones informales" en la ONU.

Pero se mostró tan prudente como Clinton el día del vencimiento
del ultimátum de la OTAN en Sarajevo, insistiendo en las
condiciones necesarias: la decisión tendría que ser aprobada por
el Consejo del Atlántico Norte, servir para promover la paz y ser
"realizable".

La Casa Blanca es consciente de que algunos miembros de la OTAN
se opondrían a una acción de este tipo, principalmente Grecia,
cuyo jefe de Gobierno, Andreas Papandreu, será recibido por
Clinton el próximo 22 de abril.

La firme oposición de Moscú a los bombardeos contra los serbios
constituye un obstáculo todavía más serio para la repetición de
la operación de Sarajevo.

El contexto es delicado para Clinton, incluso en el interior. EL
presidente recibió el martes el apoyo unánime de los dirigentes
demócratas y republicanos del Congreso, después de los dos
bombardeos del domingo y el lunes contra las fuerzas serbias que
asedian Gorazde.

En una entrevista televisada, el líder de la minoría republicana
del Senado, Robert Dole (Kansas), pidió este miércoles a la OTAN
que no se limite a Gorazde. "No hay razón para que los blancos
estén simplemente alrededor de Gorazde. Hay otros objetivos
serbios", indicó.

Sin embargo, "hay una reticencia considerable a que (estos
ataques aéreos) se transformen en un compromiso norteamericano
más profundo", aseguró a la AFP una fuente del Senado. El
sentimiento de numerosos senadores es que estos ataques aéreos
"no tendrían que ser exclusivamente norteamericanos", añadió.

Scott Celley, asistente del senador republicano de Arizona John
McCain, recuerda que numerosos senadores siguen opuestos al
principio mismo de los ataques aéreos contra los serbios, declaró
a la AFP, afirmando que ésta también era la opinión del
Pentágono.

En el fondo, no todo el mundo está convencido del firme tono de
Clinton de estos últimos días. El riesgo para Estados Unidos en
Bosnia es que "no llegue a cumplir sus promesas, llega a
compromisos y no los cumple", estimó Celly recordando el ejemplo
de Haití.

Pero Dole, que a menudo criticó la inconsistencia de la política
exterior de Clinton, parece que esta vez cree en su
determinación. "En base a mis conversaciones con el Presidente,
no creo que ahora se produzca un retroceso", estimó.

Rusia advierte a OTAN

Rusia advirtió el miércoles que se opondrá a todo ultimátum de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a las fuerzas
serbias de Bosnia si no es consultada previamente y exigió
esfuerzos urgentes para hacer bajar la tensión militar en Bosnia.

"Insistimos en un respeto incondicional del procedimiento para
utilizar la aviación en Bosnia aprobado por el Consejo de
Seguridad de la ONU, que exige consultas entre el secretario
general de la ONU y los miembros del Consejo de Seguridad",
indicó el ministerio ruso de Relaciones Exteriores en un
comunicado.

Un vocero de la ONU precisó el lunes pasado que de acuerdo con
los procedimientos instaurados, la decisión de pedir eventuales
nuevas operaciones de apoyo aéreo de los aviones de la OTAN
corresponde de ahora en adelante al comandante de la Fuerza de
Protección de las Naciones Unidas (FUPRONU) para la ex
Yugoslavia, el general Bertrand de Lapresle, y que no serán
necesarias nuevas autorizaciones de otras instancias de la ONU.

Según el comunicado de la cancillería rusa, cuyo texto fue
difundido por la agencia ITAR-TASS, Moscú sigue "con inquietud y
gran seriedad" los acontecimientos "dentro y alrededor de la ex
Yugoslavia" y estima que los ataques aéreos de la OTAN de los
últimos días contra las posiciones serbias cerca del enclave
musulmán de Gorazde (este de Bosnia) "empeoraron
considerablemente la situación político-militar" en la región.

"Nosotros tememos que las declaraciones de apoyo de numerosos
dirigentes occidentales sobre ese uso de la fuerza en Gorazde
podrían llevar a intensificar el uso de la fuerza en los asuntos
bosnios, así como en los asuntos internacionales en general",
continúa dicho comunicado.

Por otra parte, la cancillería rusa afirma que en el cuartel
general de la OTAN en Bruselas se están discutiendo proyectos
sobre un nuevo ultimátum a los serbios, sin consultar con las
Naciones Unidas.

"Nosotros no aceptamos esta forma de actuar y nos oponemos a
ella, apoyamos el objetivo de una verdadera asociación y de una
verdadera interacción, no sólo en las palabras sino también en
los hechos, en nombre de la estabilidad y la seguridad", agrega
dicho texto.

El ministerio afirma también que los combates en Gorazde
comenzaron después de las provocaciones musulmanas y que eso fue
confirmado por los comandantes de la FUPRONU. La FUPRONU confirmó
que los musulmanes atacaron el lunes la aldea de Lapshita (al
norte de Pale), en poder de los serbios, y que dispararon
proyectiles de mortero cerca de Gorazde el martes, afirma el
ministerio ruso.

"Actualmente, las provocaciones musulmanas continúan", señala
dicho comunicado.

La comunidad internacional debe presionar a los beligerantes para
que vuelvan a la mesa de negociaciones y Rusia está haciendo todo
lo que está a su alcance para lograr que el conflicto sea
solucionado lo antes posible, dice el texto.

Situación

Mientras que los incidentes entre serbios y soldados de la ONU se
multiplicaron desde los ataques aéreos de la OTAN, domingo y
lunes, contra posiciones serbo-bosnias en Gorazde (este), los
mediadores ruso, norteamericano, europeo y de la ONU se
encontraron el miércoles en Sarajevo para reactivar las
negociaciones de paz en Bosnia.

Numerosos incidentes se produjeron entre Cascos Azules y
serbo-bosnios, quienes limitan la libertad de movimiento de 58
observadores militares en total.

Tres de los centros de reagrupamiento del armamento pesado
serbios que amenazaba Sarajevo, y los Cascos Azules que los
vigilan, se encontraban bloqueados por minas colocadas por los
serbios, así como un convoy de Cascos Azules en Kobiljaca, a unos
30 km de Sarajevo.

La capital bosnia fue sacudida por una serie de fuertes
detonaciones el miércoles poco después de las 18h00 (16h00 GMT).

Disparos de metralleta fueron escuchados entre las detonaciones,
así como disparos aislados. Se trata de la primera seria
violación del alto el fuego firmado el pasado 9 de febrero.

Los observadores de esta fuerza no disponían de informaciones
sobre el origen de las explosiones.

Un responsable de Gorazde, Esad Ohranovic, afirmó por su parte en
una comunicación por radio que la ciudad continuó siendo
bombardeada esporádicamente el miércoles mientras que los
francotiradores de élite estaban en plena actividad.

Por otra parte, Vitali Churkin, emisario especial del presidente
ruso Boris Yeltsin para la ex Yugoslavia, anunció en Pale
(bastión serbio al sureste de Sarajevo), la consecución de un
acuerdo de principio sobre el cese de las hostilidades en el
enclave musulmán de Gorazde (Bosnia oriental), según la agencia
serbia de Bosnia Srna.

La decisión sobre el cese de las hostilidades "parece ser ahora
una realidad", declaró Churkin al término de una reunión con el
líder de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic, y agregó que
"el acuerdo debería contribuir a la conclusión de un alto el
fuego general entre musulmanes y serbios", según Srna.

"Obtuve garantías de la parte serbia y musulmana de que no habían
tenido la intención de entablar acciones ofensivas en la región
de Gorazde, donde la situación es tranquila actualmente", declaró
Churkin.

En Barcelona (España), donde acompaña a Yeltsin, el ministro ruso
de Relaciones Exteriores, Andrei Kozyrev, hizo hincapié en "las
provocaciones musulmanas" susceptibles de "arruinar los esfuerzos
rusos" y especialmente los de Churkin, quien consigue "al precio
de grandes esfuerzos retener a los serbios".

A Churkin se le unieron en Pale los mediadores Thorvald
Stoltenberg (ONU) y David Owen (UE), quienes se habían
entrevistado anteriormente en Sarajevo con el presidente bosnio
Alija Izetbegovic.

Los mediadores de la ONU, Thorvald Stoltenberg, de la Unión
Europea, David Owen, de Rusia, Vitali Churkin, y de Estados
Unidos, Charles Redman, se habían reunido por la mañana en
Sarajevo en la residencia del comandante en jefe de la Fuerza de
Protección de Naciones Unidas (FUPRONU), general Michael Rose.

Rusia advirtió el miércoles que se opondrá a todo ultimátum de la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a las fuerzas
serbias de Bosnia si no es consultada previamente y exigió
esfuerzos urgentes para hacer bajar la tensión militar en Bosnia.

Igualmente reclamó consultaciones previas del Consejo de
Seguridad antes de cualquier acción aérea de la OTAN en Bosnia.

Los diputados de la Duma, cámara baja del Parlamento ruso,
condenaron el miércoles por una aplastante mayoría las "acciones
de violencia unilaterales de la OTAN en Bosnia Herzegovina". (AFP
EFE) (10A)
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en Ciudad N/D

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