Quito. 01.06.95. De acuerdo a estimaciones de la Cámara de
Comercio de Quito, la corrupción le causa al Estado
ecuatoriano pérdidas por alrededor del 7 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB). Eso quiere decir 1.135 millones
de dólares cada año.

La corrupción -según muchos- es el mayor mal de este fin de
siglo, no sólo en Ecuador sino en todo el planeta. Las
denuncias sobre este tema llenan cada día los espacios de los
medios de información, pero el problema subsiste. Por ello es
necesario crear conciencia sobre los males que ocasionan este
tipo de conductas incorrectas.

Pero, ¿qué es exactamente la corrupción? Hay algunas
definiciones. Los tratadistas italianos Bobbio y Mateucci
designan así al fenómeno por medio del cual un funcionario
público es forzado a actuar en modo distinto de las normas del
sistema, para favorecer intereses particulares por una
recompensa.

Corrupción es, por tanto, el comportamiento ilegal de quien
ocupa un papel en la estructura estatal. Sin descartar, por
supuesto, que también hay corrupción en la empresa privada, un
fenómeno que trataremos en próximas ediciones.

Según el sociólogo Wellington Paredes, hay que des-subjetivizar la visión
que se tiene de la corrupción. "Hay que verla como el resultado de una
transacción entre dos sujetos. Esta relación tiene indudablemente una
estructura jurídica-política, que en el caso de Ecuador es sumamente
frágil, lo cual permite que se de con mayor facilidad".

Paredes está en lo cierto, puesto que al tratarse de una
relación entre dos personas, el problema radica en que la
sociedad tiende a mirar solamente un polo: el de corrupto.

Para todos los gustos

En Ecuador hay muchos casos famosos de corrupción: las muñecas
de trapo para la policía del ministro Carlos Feraud, en el
gobierno de Jaime Roldós; el del arroz con gorgojo y el de la
compañía petrolera mexicana Permargo para la exploración de
gas en el golfo de Guayaquil, en el mandato de Hurtado; el del
caso Ecuahospital en la administración Febres Cordero; y el
aún fresco caso de la empresa Flores y Miel, muy sonado en el
actual período de Sixto Durán Ballén.

Durante las alcaldías del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE)
en Guayaquil, se recuerdan los casos del cascajo de Abdalá
Bucaram y el de la chatarra de su hermana Elsa, actualmente
"autoexiliada" en Panamá. Cabe mencionar el proceso de
contratación y construcción de la vía Perimetral, en
Guayaquil, que provocó más de un debate sobre el regionalismo.
No se olvida tampoco el caso de la procesadora de basura, que
ocasionó que el exalcalde y hombre de televisión, Antonio
Hanna vaya a la cárcel.

Asimismo, en diferentes gobiernos han aparecido
los llamados "hombres del maletín", que -según varias
versiones- buscan comprar los votos de los diputados en las
resoluciones del Congreso. El caso más reciente es el del
diputado socialcristiano Johnny Terán, quien acusó al gobierno
de Sixto Durán Ballén de pretender sobornarlo con cien
millones de sucres, que el legislador entregó a la corte
Suprema de Justicia como prueba.

Terán acusó directamente a Juan Aguirre y Santiago Aguilar,
funcionarios cercanos al presidente. El asunto no pasó, al
parecer, de ser un "show" con billetes y un maletín, que
supuestamente contenía cien millones. Ciertas versiones dicen,
que el pago fue de 500 millones de sucres.

Ecuador entre los países más corruptos

El Contralor General de la Nación, Juan Carlos Faidutti,
explica que en Ecuador existe un alto nivel de corrupción, y
se necesita una campaña moral para enfrentar y vencer a este
azote. "Es un problema de carácter ético", enfatiza.

Para Faidutti, "es mejor vivir en una sociedad de derecho. Lo
peligroso es que la gente se acostumbre a vivir en corrupción,
que es la manera en que mejor se acomodan ciertas personas".

No sólo está la voluntad política del Estado, sino que se
comprenda lo dañina que puede ser en el futuro una sociedad
corrupta.

El contralor dice que hará falta una gran energía para
combatir este mal en el futuro y que la batalla no es fácil.
Es necesario que el ciudadano se indigne cuando hay un
peculado, robo o estafa de fondos públicos, igual que lo hace
cuando se roban sus pertenencias.

El mayor argumento es que la corrupción administrativa impide
al Estado atender los graves problemas sociales. Por ello, el
trabajo que se está haciendo no va a tener resultados de
carácter mediato sino a largo plazo, asegura Faidutti.

El contralor anuncia el envío de la nueva ley Anticorrupción
al Congreso. Afirma que es un buen proyecto y que, al fin,
pondrá castigos ejemplarizadores a quienes hagan negocios
ilícitos con el dinero del Estado.

Cabe recordar las palabras del expresidente de Costa Rica y
premio Nobel de la Paz de 1990, Oscar Arias, cuando durante un
seminario realizado en Quito el año pasado, dijo que los
países "no podemos darnos el lujo de entregar en manos de
líderes corruptos el destino de nuestras sociedades".

Para él, el gran dilema de la corrupción es a quién culpar: al
corruptor o al corrupto, al que paga, o al que acepta la
propina o soborno porque su salario no le permite vivir con
dignidad?.

Tres tipos de corrupción

Según el politólogo italiano Nicola Bobbio, se puede
individualizar tres tipos de corrupción:

1 ) La práctica del cohecho, es decir el uso de una recompensa
para cambiar a su propio favor el juicio de un funcionario
público;

2) El nepotismo, es decir la concesión de empleos o contratos
públicos sobre la base de relaciones de parentesco en lugar de
mérito;

3) Y el peculado por distracción, es decir la asignación de
fondos públicos para uso privado.

El tratadista dice que la corrupción es vista en términos de
legalidad e ilegalidad y no de moralidad e inmoralidad, y se
debe tomar en cuenta la diferencia entre prácticas sociales y
normas legales y la diferencia de evaluación de
comportamientos entre los sectores privado y público.

La corrupción es entendida como una transacción entre quien es
sujeto activo de este acto y quien se deja. Normalmente se
trata de dar recompensas a cambio de un comportamiento que
favorezca a quien trata de obtener ventajas.

En Ecuador la corrupción se ha vuelto el pan de todos los
días. El funcionario que exige pagos a cambio de trámites, el
policía que recibe sobornos para no sancionar las
contravenciones de tránsito o los contratos firmados al
apuro son solo una estrella en el cielo, pues hay actos de
corrupción a todo nivel en los ámbitos sociales, políticos y
económicos.

Sin embargo, si la corrupción sirve sólo para mantener el
poder y si, además, los corruptores son elementos ajenos a la
realidad nacional, como son las intromisiones de
transnacionales en la toma de decisiones, es probable que su
empleo a gran escala cree -por un lado- tensiones entre
quienes detentan el poder y -por otro- reacciones entre los
habitantes, que pueden ser activas como demostraciones de
rechazo o pasivas como la apatía o desinterés.

En conclusión, la corrupción es un modo de influir en las
decisiones públicas que golpean en el corazón del propio
sistema. En efecto, este tipo privilegiado de influencia,
reservado a quienes poseen los medios -a menudo económicos-
para ejercerla, conduce al desgaste del recurso más importante
del sistema: su Iegitimidad.

CONSEJOS PARA SER CORRUPTOS

La Contraloría identifica algunos procedimientos y
comportamientos corruptos:

- Contratos que se realizan en una región que ha sido
declarada en estado de emergencia, pero que no responden a las
causas que motivaron esa declaratoria, y que tampoco
cumplieron los requisitos establecidos por la ley.

- Disminución de los volúmenes de obras que constan en las
especificaciones técnicas, para que no superen el 35 % del
valor del contrato principal. Así se evita otro proceso de
contratación pública.

- Autorización y ejecución de proyectos sin financiamiento.
Esto provoca el rápido deterioro de las obras e impide prestar
un servicio eficiente a la comunidad. En este caso lo único
que interesa es suscribir el contrato para cobrar comisiones y
pagar anticipos a los contratistas.

- Realizar obras que benefician a particulares y no a la
sociedad. Se construyen carreteras, que son desviadas de sus
rutas hacia propiedades privadas.

- Pese a la creación de unidades ejecutoras, encargadas de
administrar proyectos, se incurre en la lentitud burocrática
que obliga al pago de comisiones de compromiso.

- En el caso de los contratistas, se demoran en presentar
planillas para beneficio de las compañías, pues los reajustes
se hacen en las fechas de pago.

- En la fiscalización se destacan el trato generoso a
funcionarios y fiscalizadores para doblegar sus voluntades,
coimas para aprobar el pago de planillas, pagos de obras no
ejecutadas, notificar que la obra está concluida sin estarlo
para evitar multas por retrasos, recepción de obras con
deficiencias, etc.

- Confabulación entre oferentes, para distribuirse las
adjudicaciones. El contratista ganador se compromete al pago
del llamado "derecho de corcho" a las otras compañías, o a
prestar su nombre para otras licitaciones.

- Adjudicación de contratos a empresas fantasmas, o la oferta
de productos obsoletos o descontinuados, que se pagan como
nuevos.

- Algunos servidores públicos adjudican contratos por amistad
y orientan las bases de las licitaciones hacia esos mismos
oferentes; promueven a contratistas poniendo plazos irreales;
no devuelven de las garantías cuando sí se cumplen los
contratos; se sustraen piezas o herramientas declarándolas
robadas; uso de maquinaria y obreros de las instituciones en
trabajos particulares; reducción de presupuestos para no
requerir informes de ley.

- En los famosos proyectos "llave en mano" se instalan equipos
de menor calidad que los ofertados y las obras se construyen
sin cumplir las especificaciones.

LA MAYOR CORRUPCION ESTA EN ESMERALDAS

El contralor Juan Carlos Faidutti gesticula con vehemencia con
sus manos para dar a conocer sus opiniones sobre la
corrupción. Al inquirirle sobre el tema, responde:

- Existen miles de definiciones de corrupción, y así se lo
pudo constatar en la última reunión internacional sobre
el tema. De mi experiencia, la podría definir como "todo
acto ilícito que afecta a los intereses del Estado".

- ¿Qué se hace para combatirla?

- En los últimos tiempos se han realizado muchas conferencias
internacionales y se tienen programadas muchas más. La próxima
se hará en Pekín este mes. Los tratadistas sostienen que es
difícil erradicarla, pues desde que comenzó la humanidad hubo
actos de corrupción, en cuestiones de manejo de las
ciudades-estado. Pero lo importante es que se tenga conciencia
de su existencia para empezar a tomar medidas y evitarla.

Esto es lo primero que ha hecho en el Ecuador la Contraloría.
En el país existe un alto nivel de corrupción, y esto ha
permitido que los medios de comunicación, las autoridades y el
Congreso discutan el tema y busquen medidas para frenarla.

- ¿Cuáles son los casos más flagrantes de corrupción?

- En la contratación pública sobreprecios, adquisición de
bienes que a veces son comprados sólo para suscribir un
contrato, obtener la comisión y permanecen encajonados, como
el caso de tantos equipos médicos. Los sobreprecios en
las carreteras, prestaciones de servicios. Yo creo que allí
está el mayor índice de la corrupción.

- ¿En qué lugar del país hay más corrupción?

- Una de las provincias donde hay mayor corrupción es
Esmeraldas, en el municipio y los organismos más importantes
de la provincia. Yo haría un llamamiento al ciudadano
esmeraldeño para que piense muchas veces al ejercer el derecho
del sufragio, elegir a los mejores hombres y evitar que a la
administración pública vayan personas interesadas en
apropiarse de los dineros del Estado y no hacer nada en
beneficio de una provincia pobre como Esmeraldas.

- ¿Qué piensa de la corrupción sumada a la democracia, que se
la podría bautizar como "corruptocracia"?

- Antes se pensaba que la corrupción era distintivo de
los gobiernos autocráticos, y hoy nos damos cuenta de
que en nuestros sistemas democráticos se ha enquistado la
corrupción. Pero al contrario, existe una prensa libre, el
Congreso, la infraestructura para luchar contra ella, se puede
hacer algo con mayor facilidad que en un sistema dictatorial.
Pero es indiscutible que las democracias del mundo entero
están afectadas por este tipo de actos.

- ¿Qué hay sobre la ley anticorrupción?

- Le hemos dado un último estudio, tomando en cuenta
las observaciones de distinguidos juristas. Además, yo
como presidente del Instituto Latinoamericano contra la
Corrupción, en la reunión que tuvimos en Buenos Aires,
cruzamos ideas y tenemos un buen proyecto que lo entregué
a la comisión Anticorrupción del Congreso, presidida por el
diputado Baca, para que la estudie y la tramite.

Pero, la ley Anticorrupción no es una fórmula para
frenar el problema, sino que es una arma más que tiene el
Estado para combatirla. No es cuestión de decir que el día
que entre en vigencia la ley se acaba la corrupción. El
problema de fondo es de carácter ético y moral. La Contraloría
está realizando una serie de labores para que se vea de otra
manera la administración pública, y sobre la responsabilidad
en el manejo del Estado. Yo creo que este trabajo no va a
tener resultados de carácter mediato, sino a largo plazo.

- ¿Los argumentos para la batalla son sólidos?

- Hay argumentos, pero se necesitará una enorme energía para
lograr este objetivo.

¿EL COSTEÑO ES MAS CORRUPTO?

Según el sociólogo Wellington Paredes, es difícil determinar
quién es el más corrupto en Ecuador: el serrano o el costeño.

"El regionalismo poco tiene que ver en este tema". Para él no
se puede decir que el costeño es más corrupto que el serrano o
viceversa, y tampoco tiene que ver dónde se centraliza la
riqueza.

"La corrupción es un fenómeno universal que es parte de todos
los estratos sociales y culturales, tiene que ver con todos
los factores étnicos y climáticos".

Paredes afirma que la corrupción es un fenómeno que bien puede
darse en las altas esferas gubernamentales como en pequeñas
empresas o grupos sociales marginales.

Sobre los mecanismos conductuales del corrupto, Paredes apunta
que el costeño es más espontáneo, es más cínico a nivel de
corrupción. Y es este hecho lo que puede hacerle aparecer
equívocamente como más corrupto. "El serrano, en cambio, es
más solapado, más sofisticado, puede tener una habilidad tal
para crear una serie de mecanismos que hagan de su acto
corruptivo más discreto", asegura.

* TEXTO TOMADO DE REVISTA 15 DIAS N§ 130 (PP. 12-16)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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