Quito. 12 sep 99. Las vendedoras que se ubican al frente de San
Francisco se convirtieron, hace quince dÃas, en los miembros del
personal de seguridad que el convento no tiene. Varias personas,
a plena luz del dÃa, sacaron del templo mayor la imagen de una
virgen de la época colonial, cubierta por una manta. Las
vendedoras de velas sospecharon del bulto y armaron tal escándalo
que alertaron a los franciscanos y al guardia, evitando asà el
robo.
Este hecho evidencia la inseguridad en el mayor y más antiguo
templo del Ecuador. El conjunto, iglesia, capillas y museo, tiene
una colección de tres mil obras de arte de los siglos coloniales.
En mayo de 1997, desapareció de la colección la escultura en
marfil de un Cristo Crucificado, del siglo XVI.
A pesar de esto, según Geovana Campo, guÃa de planta del
convento, para resguardar las tres hectáreas y media que ocupa
San Francisco solo hay un guardia de seguridad, que no trabaja
por la noche.
El sistema fÃsico de seguridad se considera en dos partes: en el
museo, administrado por la comunidad franciscana, los resguardos
se reducen a alarmas con sensores de movimiento; doble cerradura
en puertas y 12 guÃas practicantes.
El templo principal y las capillas, además del guardia, carecen
de seguridades. Algunas puertas se cierran con candado, pero
otras ni siquiera eso: la reja del altar del Jesús del Gran
Poder no tiene cerradura, y la mayorÃa de imágenes, todas de la
época colonial, están simplemente desprotegidas.
QUE SE DECLARE ESTADO DE EMERGENCIA: ORTIZ
"La falta de un inventario de obras patrimoniales, de
capacitación humana, de recursos y la ausencia de una polÃtica
de Estado, contribuyen para un verdadero saqueo de bienes
culturales".
Lo afirma Lenin Ortiz, arqueólogo, quien señala que el Estado no
valoriza la identidad cultural y, por tanto, el patrimonio
cultural no tiene prioridad.
"No existe una verdadera ley que defienda el patrimonio y
castigue a todos quienes atenten contra él", recalca.
La conciencia por preservar un bien cultural debe acompañarse de
acciones de defensa y rescate de los mismos, anota Ortiz, quien
además insiste en la falta de recursos de parte del Instituto
Nacional de Patrimonio Cultural para contratar personal
profesional y capacitado.
"Tiene que haber acción ciudadana para evitar el saqueo y
destrucción de nuestro patrimonio, cuyo inventario se desconoce,
puesto que solo se cuenta con un simple listado de objetos, obras
e inmuebles", declara.
Ortiz coincide con Alexandra Kennedy, historiadora de arte, en
cerrar los museos y que se los declare en emergencia, para luego
dotarlos de equipos y tecnologÃa en seguridad, asà como personal
calificado para su control permanente. Sin embargo, insiste:
"todos somos responsables de la custodia de los bienes
culturales, en museos, conventos e iglesias", concluye.
ES PREFERIBLE CERRAR LOS MUSEOS: ALEXANDRA KENNEDY
Según la crÃtica del arte, se necesita un inventario de las
obras, además de una caución para acceder a las reservas
Ante la inseguridad de los museos y conventos dueños de valiosos
bienes patrimoniales, la historiadora de arte Alexandra Kennedy
opina que es preferible cerrarlos hasta que estén en mejores
condiciones. Según sus apreciaciones, un 50% de los museos podrÃa
estar en la categorÃa de los peores, en cuanto a seguridad, y
deberÃa cerrar.
Alexandra Kennedy, quien actualmente dicta cursos para la
Interpol, interesada por la protección y recuperación de obras
de arte, subrayó que la seguridad "no solo tiene que ser hacia
el público sino también puertas adentro". Indicó que
extraoficialmente conoce de robos de gente que entra a museos y
conventos como investigadores o restauradores.
Según indicó, las religiosas tienen recelo de hacer denuncias,
debido al elevado nivel social de las personas sospechosas y
porque desconocen a veces, concretamente, quién es el
responsable.
"El robo en el Monasterio de las Conceptas en Loja es de alguien
que lo conocÃa perfectamente", dijo.
Por ello, cerrar los museos inseguros no es suficiente, según
Kennedy. "Primero, todos los museos deben ser inventariados y
catalogados. Después, todos los que tengan acceso a reservas
tienen que pagar una caución".
Reiteró que copias de las listas de los inventarios deben ser
enviadas al Instituto de Patrimonio Cultural, para que la
información esté concentrada en un sitio, pero advirtió que "la
negligencia del Instituto ha sido cosa seria" durante los últimos
veinte años.
Kennedy insiste: "de momento yo cerrarÃa los museos que tienen
problemas de personal, caucionarÃa a la gente que entre, harÃa
inventarios y catálogos, buenas reservas y después, una vez que
tengan todo en orden, solamente allà empezarÃa a abrir. Y si eso
significa abrir sala por sala, bueno pues, que se abra sala por
sala".
Exigió una ley de seguridad, que deberÃa obligar, además, a
alarmar cada sala y circuitos cerrados de televisión, que sean
observados constantemente. "Porque el Museo de Arte Colonial
tiene algo asà como un circuito cerrado, pero nadie lo estaba
observando", como cuando se robaron hace poco el Cristo
Resucitado de Caspicara
Además, deben tener todo tipo de seguridades, tanto en bóvedas,
en reservas, como gente que cuide en cada sala, dijo la
investigadora, quien relató que un dÃa estuvo absolutamente sola
durante media hora en la misma sala en que estaba ese Cristo.
"Tenemos que estar conscientes de que también las piezas
precolombinas desaparecen sin que nadie les ponga atención,
porque se le ha dado mayor importancia al arte colonial quiteño,
pero existe un mercado internacional amplÃsimo para piezas
precolombinas", dijo.
Hablando por experiencia agregó que hay que tomar en cuenta todas
las posibilidades: "La Universidad de Cuenca tuvo dos obras de
JoaquÃn Pinto. Yo vi esos cuadros en las oficinas administrativas
hace unos 12 años, pero cuando dirigà una tesis sobre el
inventario de las obras de la Universidad, constaban solo en
listas y años después se habÃan borrado". (DIARIO HOY) (P. 5-B)