Puerto Príncipe. 01.04.95. La misión de las Naciones Unidas en
Haití (MINUHA) tomó el relevo el viernes de las fuerza
multinacional dirigida por Estados Unidos, que había posibilitado
el regreso al poder del presidente haitiano Jean-Bertrand
Aristide el 15 de octubre de 1994.

"En el momento en que la ONU toma el relevo de la fuerza
multinacional, hago votos para nuestro común éxito", declaró el
Secretario General de la ONU Butros Butros-Ghali, durante la
ceremonia de transmisión de poderes, en presencia de Aristide y
del Presidente norteamericano Bill Clinton.

Este último se felicitó por la "misión cumplida con éxito" por la
fuerza multinacional, que desembarcó en Hatí el pasado septiembre
para derrocar a los militares en el poder.

Según Butros Gali, el relevo de la fuerza multinacional por la
Misión de las Naciones Unidas en Haití (MINUHA) "es un nuevo paso
en adelante sobre el camino emprendido desde las elecciones de
1990" en las que Aristide fue elegido presidente.

"Un camino al final del cual se encuentra la verdadera
estabilidad, la que permitirá el desarrollo económico y el
progreso social de todo el país", agregó.

La MINUHA, que comprende 6.000 Cascos azules y 900 policías
procedentes de 37 países, está bajo las órdenes del general
norteamericano Joseph Kinzer. Estados Unidos aporta a la Misión
de la ONU el mayor contingente (2.400 hombres), participantes en
la fuerza multinacional.

Los cascos azules estarán encargados de mantener un ambiente
"seguro y estable" en Haití, en particular durante el período de
las elecciones legislativas y locales del próximo junio, así como
de ayudar a la creación de una nueva fuerza policial y a la
profesionalización de las fuerzas armadas haitianas.

"La comunidad internacional ayudará al gobierno de Haití a
garantizar la seguridad de las elecciones", declaró Butros Gali,
agregando que la ONU "estará presente con la Organización de los
Estados Americanos (OEA) para su observación".

No obstante, agregó el secretario general de la ONU, "es el
pueblo haitiano el que debe consagrarse a la tarea de reconstruir
su país sobre nuevos cimientos. Es a él al que le corresponde
hacerse cargo de su destino".

En su discurso, pronunciado en inglés y en francés, Butros Gali
dio las gracias a Estados Unidos y rindió homenaje al "liderazgo"
del presidente Clinton.

"Hoy es un gran día para Haití (...) y es igualmente un gran día
para las Naciones Unidas", dijo Butros-Ghali. "Marca una cima en
la cooperación exitosa entre la ONU y una coalición de Estados
miembros, dirigidos por Estados Unidos".

El regreso del presidente Aristide en octubre pasado fue posible
gracias a la partida forzada del general Raoul Cedras, que le
había derrocado en setiembre de 1991.

Al pasar la posta a Butros-Ghali, Clinton afirmó que "corresponde
a la misión de las Naciones Unidas dar seguridad y estabilizar la
situación en Haití, y ayudar al gobierno a preparar elecciones
libres y justas".

La MINUHA "tiene los medios necesarios para tener éxito: una
fuerza de 6.000 hombres (...) y una fuerza de policía de 900
hombres (...) así como decenas de consejeros económicos", recordó
el presidente norteamericano.

"Lo más importante es que el pueblo de Haití mostró un poderoso
compromiso en favor de la paz y de la reconciliación. Trabajando
con ellos, ustedes pueden transformar en realidad la promesa
resucitada de democracia para Haití", declaró el Presidente
Clinton.

"HAITI NO SERA SOMALIA"

Cuando los soldados estadounidenses intervinieron en Haití, en
septiembre del año pasado, con el objetivo de restaurar la
democracia, muchos agoreros anunciaron un escenario
catastrófista: "será una segunda Somalia".

Cinco meses después, la realidad parece dar la razón a la Casa
Blanca y a los militares del Pentágono que prometieron una acción
con éxito y rápida, capaz de pasar a los libros de historia como
un ejemplo de lo que pueden ser las nuevas operaciones de paz.

El balance militar en Haití es muy positivo: sólo un muerto por
acciones violentas, más de 30.000 armas confiscadas,
desmantelamiento del Ejército golpista y regreso al poder del
presidente democrático, Jean Bertrand Aristide.

La misión en Somalia, sin embargo, se cerró el mes pasado como
uno de los capítulos más sangrientos y negros de las Fuerzas de
Paz de la ONU: más de un centenar de "cascos azules" muertos y
centenares de heridos. "Haití no será nunca una segunda Somalia
por muchas razones. Son países diferentes y hemos aprendido
muchas lecciones. La transición será mucho más meticulosa",
declaró un funcionario del Pentágono.

El objetivo es que una vez concluida la transferencia de control
de la Fuerza Multinacional liderada por EEUU a la ONU el viernes
los "cascos azules" mantengan la credibilidad suficiente para
continuar la reconstrucción política y económica de Haití.

La diferencia principal entre Somalia y Haití, según el
Pentágono, es que el país africano no existían las estructuras
institucionales suficientes para, en base a ellas, reconstruir el
país: el gobierno, el poder judicial y la policía civil. "La
amenaza ha disminuido mucho. Siempre son posibles actos de
violencia aislados pero hemos retirado la mayoría de las armas de
las calles", agregó el funcionario estadounidense.

La operación en Haití ha tenido tres fases bien definidas: la
primera, entre el 19 de septiembre y 25 de octubre, cuando los
21.000 soldados preparados para invadir por la fuerza
desembarcaron pacíficamente; la segunda, la del control del país,
entre 25 de octubre y el 31 de marzo, en la que los soldados de
la división número 10 de montaña sustituyeron a las otras
fuerzas; y la tercera, a partir del 31 de marzo cuando la misión
pase a ser de la ONU. Al contrario que en Somalia, UNMIH no
tendrá una fuerza de reacción rápida propiamente dicha para
responder en caso de crisis, pero si contará con dos compañías de
infantería ligera capaces de ser transportadas en helicópeteros
en cualquier momento, y otras dos mecanizadas que operarán
principalmente desde Puerto Príncipe.

La ONU y el Pentágono quieren evitar lo que ocurrió en Somalia en
el sentido de que los "cascos azules" se vieron obligados a
patrullar las calles de Mogadiscio para mantener el orden, lo que
les convirtió en presa fácil de los grupos incontrolados.

La UNMIH debe finalizar su misión en febrero de 1996, una vez
asuma el poder el sustituto del actual presidente haitiano y se
hayan celebrado el próximo 4 de junio elecciones legislativas y
municipales libres, las primeras en la historia del país.

IMPLICADO EN ASESINATO

El ministro haitiano del Interior fue acusado por una de las
personas arrestadas en la investigación sobre el asesinato de una
opositora al presidente Jean Bertrand Aristide, pero la
investigación sobre dichas afirmaciones continúa, dijo el jueves
un funcionario del gobierno norteamericano.

La administración "no sabe nada más" por el momento, indicó ese
responsable, que solicitó el anonimato.

Poco antes, el vocero de la Casa Blanca, Michael McCurry, declaró
en Tallahassee (Florida), donde el presidente Bill Clinton se
encontraba de visita, que las "afirmaciones" según las cuales
personas vinculadas al gobierno haitiano estarían involucradas en
el asesinato de la abogada Mireille Durocher-Bertin, el martes
pasado, eran "sometidas a estudio".

Ese portavoz confirmó que, en los días anteriores a dicho
asesinato, "las fuerzas norteamericanas (en Haití) reunieron
informaciones" sobre un proyecto de asesinato "que desembocó en
el arresto de varios individuos".

El nombre del ministro del Interior, Mondésir Beaubrun, fue
citado el jueves por el diario Washington Post, y la emisora de
televisión CNN se refirió esa noche a una carta del comandante de
las fuerzas norteamericanas en Haití, el general George Fisher, a
Aristide, del 22 de marzo pasado, indicando que uno de los
sospechosos había citado el nombre de Beaubrun como implicado en
el asesinato de Durocher-Bertin.

El sospechoso "dijo que recientemente había recibido un arma (un
Uzi) de Patrick Moise. También nos indicó que Moise le dijo que
había sido contratado por el ministro del Interior Beaubrun para
asesinar a Mireille Durocher-Bertin", según extractos de la carta
difundidos por CNN.

La emisora de televisión reveló una respuesta de Aristide al
general Fisher, indicando que "los primeros elementos de la
investigación sobre este caso no suministraron elementos que
apoyen las alegaciones según las cuales el ministro del Interior
tendría alguna implicación en este incidente".

Al ser interrogado por la AFP durante una cena ofrecida al
secretario general de la ONU, Butros Butros-Ghali, el jueves en
Puerto Príncipe, sobre una eventual implicación de Beaubrun en el
asesinato, Aristide se limitó a responder: "Que yo sepa, no".

Clinton, que viajará el viernes a Haití para asistir al relevo de
las fuerzas norteamericanas por una misión de la ONU, renovó el
jueves su confianza a Aristide después del asesinato de
Durocher-Bertin, subrayando que éste último había dado "una
prueba significativa" de su voluntad de elucidar el asesinato de
la opositora, y que mantenía su promesa de "no apoyar la
violencia política".

Aristide "inmediatamente pidió ayuda para investigar" ese
asesinato, que también costó la vida a un cliente de
Durocher-Bertin, dijo Clinton a los periodistas, recordando que
Washington envió a Haití a un equipo del FBI (policía federal
norteamericana). (EFE) (9A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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