Liubania. 01.05.95. Milan Kucan medita cada pregunta que se le
expone y responde con gravedad. De pelo cano e intensos ojos
azules, este hombre de 54 años es el presidente de la República
de Eslovenia, un Estado recién nacido, cuya independencia,
aprobada en referéndum por el 88 por ciento de los votantes
eslovenos el 23 de diciembre de 1990, marcó el inicio de la
desmembración de la antigua Yugoslavia. Kucan, que fue presidente
del comité Central de la Unión de Comunistas Eslovenos, ha
encabezado la transición de Eslovenia a la democracia. Hoy está
empeñado en incorporar a su paÃs a la Unión Europea (UE),
ambición que tropieza con reticencias italianas por la región
eslovena de Istria sobre la que el paÃs comunitario,
especialmente los sectores ultranacionalistas, aún tiene
ambiciones de recuperar. Amigo personal del presidente checo,
Václav Havel, Kucan tiene entre sus objetivos atraer inversiones
extranjeras a su paÃs, entre ellas de España. Por ello, las
lÃneas aéreas eslovenas Adria acaban de inaugurar vuelos
regulares que conectan Barcelona con la capital, Liubliana.
Dentro de esta estrategia se incluye la visita a España del jefe
de Gobierno, Janez Drnovsek, del pasado 20 de marzo.
P. Cómo se evoluciona de jefe comunista a presidente de una
democracia?
R. Las razones de esta evolución tienen que ver con la vida de
los eslovenos y con la paz y la tranquilidad en este paÃs. En un
determinado momento tuve el poder absoluto. Fue el periodo más
desgraciado de mi vida. El poder tiene tendencia a cometer
errores y se encuentra en seguida del lado contrario al que
empezó. Yo estuve ahÃ. Mis experiencias me convencieron de lo que
era bueno o malo.
P. Por qué se deshizo la ex Yugoslavia?
R. Por razones internas. Era un paÃs multinacional, lo que se
reflejaba con su sistema federativo. Este paÃs existió mientras
fue válido para su cuestión nacional. En el momento en que
prevalecieron los intereses serbios perdió su razón de ser. Todo
esto coincidÃa con el final del socialismo real, pero la caÃda
del Muro de BerlÃn no fue la causa. Yugoslavia se hubiera
desmembrado aunque no hubiera caÃdo el Muro. Fue un proceso muy
diferente al de Checoslovaquia y la URSS.
P. Cuando Eslovenia decidió su independencia tuvo apenas unos
dÃas de conflicto armado con el Ejército federal de la ex
Yugoslavia. ¿ cómovivieron usted y su familia aquellos momentos?
R. La respuesta incluye dos dimensiones. Por un lado, la decisión
misma de entrar en guerra, a pesar de que la responsabilidad de
esos momentos era colectiva, de los órganos más elevados de la
República. Pero en definitiva, responder con las armas a la
agresión fue también mi decisión personal. Después tuve que
informar a mi pueblo. Ese fue uno de los momentos más difÃciles
de mi vida: decirles que estábamos en guerra. La otra dimensión
tiene que ver con mis seres queridos. Mi familia pasó toda la
guerra en Liubliana, en nuestro apartamento. No nos separamos en
ningún momento. Estaba convencido de que en caso de que a mà me
ocurriera algo, mi familia podrÃa contar con el apoyo de otras
personas.
P. ¿Cuál ha sido la evolución del paÃs desde su independencia?
R. Eslovenia ha alcanzado sus derechos naturales. Eslovenia
propuso un proceso pacÃfico, fue vÃctima de una agresión armada y
no es responsable de la trágica desmembración de la ex
Yugoslavia.
P. Ahora Eslovenia vive en paz, pero la guerra de Bosnia está a
pocos kilómetros. ¿Siente algún tipo de amenaza por parte de
Croacia o de Serbia?
R. El hecho de tener una guerra tan cerca no es algo agradable.
La sensación es de una cierta culpabilidad porque uno no es capaz
de detener este tipo de agresión contra el ser humano. Es una
sensación dolorosa y amarga. No sentimos amenazas por el hecho de
que haya una guerra cerca. Lo que sà hay son sus huellas. Lo
primero son los refugiados. Lo segundo es que muchos de nuestros
conocidos y colaboradores viven en zonas donde todavÃa hay
guerra. Además, la cercanÃa del conflicto afecta al desarrollo
de actividades empresariales, económicas, etc.
P. Estados Unidos y Rusia mantienen serios roces por el deseo
norteamericano de incluir a los paÃses del Este dentro de su
órbita de influencia.
R. Los paÃses del antiguo bloque socialista no tienen garantÃas
en materia de defensa. Por eso estos paÃses ven la única
posibilidad para su defensa efectiva en la OTAN. Es comprensible
que estos paÃses deseen conversar directamente con la OTAN sobre
su ingreso en la Alianza y no les guste que Rusia adopte un papel
de intermediario o de nación protectora. Por supuesto, tampoco
quieren que su deseo de acercarse a la OTAN sea percibido como
una amenaza a Rusia.
P. ¿No tiene la sensación de que se trata de una pelea entre
Washington y Moscú y que la decisión que sea se adoptará al
margen de los deseos de los paÃses afectados?
R. Esto es una consecuencia lógica de la bipolaridad que existió
durante tanto tiempo de la que no han desaparecido todas sus
consecuencias. Esta nueva situación exige que la defensa mundial
se analice de manera diferente. Las estructuras supranacionales,
como la ONU, tendrán que asumir responsabilidades
para la defensa y la paz mundial. Y será necesario también
liberar a Estados Unidos de muchos factores que le atribuyen el
papel de garante de la paz y la seguridad mundial.
P. ¿Cuál es su valoración sobre la intervención militar de Rusia
en Chechenia?
R. El derecho a la autodeterminación de los pueblos y el derecho
a la integridad del Estado son cuestiones que deben resolverse
por vÃa polÃtica y no por las armas. La guerra no resuelve estos
problemas. Esa es la experiencia eslovena.
P. Cuál es su opinión sobre Slobodan Milosevic, presidente de
Serbia?
R. No tengo buenas experiencias con él. No es hombre de diálogo.
P. Y sobre Franjo Tudjman, el mandatario croata?
R. Con Franjo Tudjman, Eslovenia transitó un camino de intereses
comunes hasta el momento de la independencia. Nuestra cooperación
era realmente ejemplar. Pero, la evaluación de su papel como
presidente croata debe dejarse a la opinión del pueblo croata.
P. Qué le parece Radovan Karadzic, el lÃder de los serbios de
Bosnia?
R. Por suerte, nunca he tenido la ocasión de encontrarlo.
P. Cree que para Europa es una amenaza el auge del
ultranacionalismo? En Eslovenia el ultranacionalista Partido
Nacional Esloveno tiene un apoyo entre la población que se
traduce en cuatro diputados en la Asamblea Nacional.
R. Las posiciones nacionalistas extremas son posibles en
cualquier pueblo. El problema es cómo responde un determinado
paÃs ante este tipo de excesos. Es necesario una gran
sensibilidad y una reacción muy rápida ante este tipo de sÃntomas
para conservar valores como nuestro patrimonio democrático.
P. El jefe del Gobierno esloveno, Janez Drnovsek, dice que el
problema de Istria depende mucho de la polÃtica interna de
Italia. Cree que sigue siendo un escollo serio para entrar en la
UE o está prácticamente superado?
R. La cuestión está resuelta en virtud de un convenio
internacional. El problema es que Italia no está conforme con la
manera en que se resolvió. Eslovenia sigue a la espera de que
Italia diga exactamente en qué puede mejorarse esta situación.
Por supuesto es posible que la solución cambie, pero sólo según
un acuerdo de las dos partes. Y esto no depende sólo de la
opinión pública de Italia, sino también de la opinión pública
eslovena. Por otra parte, el pueblo esloveno conserva valores del
espacio cultural centroeuropeo y desde esta posición nos
enfrentamos a la meta de integrarnos en la UE, una meta vital
para Eslovenia.
P. ¿Qué significado tiene para los eslovenos la conmemoración del
50 aniversario del final de la II Guerra Mundial del próximo 8 de
mayo
R. Los eslovenos fuimos ocupados por Italia, Alemania y HungrÃa,
que dividieron nuestro territorio en tres zonas ocupadas. Existen
documentos sobre planes exactos para la liquidación de nuestra
nación. Para nosotros este aniversario no sólo significa la
victoria sobre el fascismo y el nazismo, sino también la
posibilidad de llegar a ser una nación independiente.
P. ¿Se siente cansado de la polÃtica?
R. Hay razones para que pudiera estar cansado. Cada presidente
tiene algo de Don Quijote, que nunca se cansó de luchar por sus
ideales, y yo tampoco.
* TEXTO TOMADO DE REVISTA CAMBIO 16 N§ 1223 (PP. 56-57)
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Publicado el 05/Enero/1995 | 00:00