MERCOSUR I:

O JOGO BRASILEIRO. Por James Bruce

Sao Paulo. Agosto. 91. En vez de olvidarlo en favor de la
iniciativa estadounidense, el Presidente Fernando Collor fue
rápido en establecer que Brasil prefiere aspirar a las metas
de la Iniciativa de las Américas dentro del marco del
Mercosur, Los otros tres miembros del acuerdo subregional -
Argentina, Uruguay, y Paraguay- concordaron.

Nadie lo dice claramente, pero el Mercosur está emergiendo
para Brasil como un trampolín hacia otros objetivos de
comercio exterior. Por de pronto, es muy complemento a la
estrategia de Collor de abrir la economía brasileña y exponer
las industrias del país a más competencia. Y con la Iniciativa
de las Américas, Bush simplemente ha abierto los horizontes
del Mercosur.

Michael Abdo Alabi, consultor de comercio exterior en Sao
Paulo, es uno que ve el Mercosur como un escalón hacia metas
más amplias dentro de la Iniciativa Bush, una forma de decir
que Brasil siempre tiene asuntos propios y serios con Estados
Unidos, su principal socio comercial. Las promesas de la
Iniciativa son especialmente importantes para Brasil, que
podría perder algunos mercados en Estados Unidos para el
acero, autopartes, textiles, zapatos y jugo de naranja una vez
que México se una al Acuerdo de Libre Comercio de
Norteamérica.

"Es muy importante para Brasil tener en mente las
implicaciones comerciales de un mercado norteamericano unido",
dice Alabi.

¿Demasiado rápido?

En el pasado mes de junio los cuatro países del Mercosur
firmaron con Estados Unidos un acuerdo "cuatro más uno" para
establecer el marco para continuar un diálogo dentro de la
Iniciativa de las Américas entre Estados Unidos y el Mercosur.

Pero el desarrollo vertiginoso del Mercosur y la fácil
aceptación de la relación "cuatro más uno" fomentan todo tipo
de preguntas y dudas. "Juzgando por la velocidad con que
Mercosur y el "Cuatro más uno" fueron aprobados, es obvio que
no tienen ningún valor. Los verdaderos acuerdos de libre
comercio son horriblemente complicados. Mire cuánto tiempo
Europa ha estado trabajando para ello. dice un analista
cáustico.

En estos momentos el Mercosur tiene más dudas que certezas por
mostrar. Los cuatro países tienen diferentes sistemas
cambiarios y de estímulos a la inversión extranjera. Y en casi
todos los casos Brasil, a pesar de las recientes reformas,
resulta ser el país más cerrado. Argentina ha encaminado un
plan de estabilizar su economía, basado en la libre
convertibilidad de australes y dólares, mientras que Brasil
parece querer hacer lo mismo a través de una combinación de
austeridad monetaria y acuerdo social. Las contradicciones
entre los dos programas deben ser resueltas para que el
Mercosur avance. "Si los países del Mercosur no se integran
rápidamente, enfrentan la posibilidad de negociar
individualmente (Con Estados Unidos) y con una desventaja más
grande, señala Alabi.

Temor y Esperanza.

A pesar de esos problemas, el entusiasmo para la integración
regional se refleja en el creciente número de consultas por
parte de empresas que quieren saber más sobre el Mercosur y
sobre cómo adaptar sus estrategias comparativas con vistas al
nuevo mercado. Incluso algunas empresas están haciendo lobby
en Brasilia para acelerar el ritmo de integración del
Mercosur.

El favor por cualquier nuevo mercado que brinde la ola
integracionista -regional o hemisférica- se hace más fuerte
por la actual recesión. José Cándido Sena, director de
Contrader, una empresa brasileña de consultoría en comercio
exterior, señala que muchos bancos de Argentina y Brasil
buscan asociarse para facilitar las crecientes operaciones de
comercio bilateral.

"Encontramos las perspectivas muy positivas para join-ventures
entre empresas brasileñas y argentinas, sobre todo en el
sector de alimentos. Pensamos que el entusiasmo no es solo una
moda política pasajera. Es de verdad. El comercio entre estos
países está en aumento y creo que las posibilidades de llegar
a fines de 1994 con un arancel común son muy buenas: dice
Sena.

todavía, por cierto, las cifras del comercio exterior Brasil-
Argentina un poco más de US$ 1.800 millones en 1990, están
lejos del total del comercio brasileño con Estados Unidos, que
el año pasado marcó US$ 11.500 millones, con fuerte superávit
-US$ 3.500 millones- para el lado de Brasil.

Se entiende entonces que el entusiasmo por el Mercosur esté
lejos de ser uniforme en todos los sectores de Brasil. Y
algunas ramas industriales temerosos ya por el ritmo de la
apertura económica quieren que Brasilia les dé más tiempo y
mejores condiciones para enfrentar la competencia importada.

En una encuesta de la Confederacao Nacional de Industria, CNI,
a 699 ejecutivos, casi el 55% dijo que el ritmo es demasiado
acelerado. Más de la mitad declaró que están mal preparados
para enfrentar más competencia, pero solo un tercio mencionó
estar tomando medidas para prepararse.

Seguramente hacen bien estos hombres de negocios en ganar
tiempo frente a una posible explosión del comercio
intrarregional, porque "la existencia del Mercosur es uno de
los mejores indicadores del compromiso brasileño para un mayor
comercio regional en América Latina", según las palabras de
Celso Amorin, jefe del sector económico en la Cancillería
brasileña. Aunque sea par contrarrestar y sacar más jugo para
Brasil de la Iniciativa de las Américas.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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