ACTIVIDAD INTELECTUAL CONTRA DEMENCIA SENIL, Por Clasina Kraan

QUITO. 28.08.91. El estímulo intelectual: el mejor aliadoLos
seres humanospueden evitar ser una carga en la vejez, y, al
contrario, disfrutar la etapa.

Millones de personas mayores de 65 años padecen demencia
senil. Alrededor del 60 por ciento de los casos corresponden a
la enfermedad de Alzherimer, el mal que padeció la bella Rita
Hayworth, y por cuya causa falleció. Estas cifras tan
alarmantes son en parte consecuencia del incremento de las
expectativas de vida, cuya duración media ha pasado sólo en
este siglo de 47 a 75 años. Las causas de la atrofia de la
corteza cerebral que produce la demencia senil son aún una
materia desconocida. Como en las plazas seniles -la zona que
suele lesionarse en este proceso- se han encontrado altas
concentraciones de aluminio, algunos estudiosos postulan la
posibilidad de que exista una intoxicación por esta sustancia.
Un aspecto que llama la atención es la frecuente ausencia de
alteraciones de tipo arterioesclerótico.

Otra parcela más estudiada son las consecuencias que se
manifiestan sobre el funcionamiento cerebral. En todos los
casos estudiados se ha encontrado una disminución de las tasas
de naradrenalina y serotonina, sustancias pertenecientes al
grupo de los neorotransmisores, cuya función consiste en
transmitir los impulsos nerviosos a través de las células
cerebrales.

Los síntomas

El curso de la demencia senil es progresivo y conduce de modo
implacable al deterioro físico y mental.

Poco a poco, los enfermos pierden la memoria, se vuelven
incapaces de efectuar cualquier tipo de razonamiento y las
perturbaciones en el empleo del lenguaje no se hacen esperar.
Alrededor de un 50 por ciento de los enfermos muestran claros
síntomas depresivos. Además, no son raros los cuadros de
agitación psicomotriz, acompañados en algunas ocasiones de
movimientos musculares anormales. Por fortuna, gracias a los
psicofármacos es posible combatir algunas de las
manifestaciones que torturan tanto al enfermo como a su
familia. Aunque estos medicamentos carecen de efectos
curativos, tiene la virtud de aminorar los sentimientos de
celos, las ideas obsesivas, el delirio de persecusión, la
agitación y el vagabundeo doméstico.

Un lugar privilegiado

Una vez más, la prevención vuelve a ocupar un lugar de
privilegio: los científicos reunidos en el mencionado simposio
sobre la enfermedad de Alzheimer, manifestaron que "si la
persona mantiene a lo largo de su vida una actividad
intelectual importante, el riesgo de padecer la enfermedad de
Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia senil es
ostensiblemente menor".

Por eso, el doctor Manuel Martínez Lage, director del
departamento de Neurología de la Clínica Universitaria de
Navarra (España), insiste en la necesidad de que las personas
mayores mantengan activo su intelecto. El ejemplo que aportan
los artistas e intelectuales de todos los tiempos constituye
una clara demostración de estas afirmaciones científicas.
Cuando se produjo la independencia de Argelia, Charles de
Gaulle contaba ya 88 años. Su edad no fue obstáculo para que
una vez más fuese elegido para regir los destinos de Francia,
y para evitar la guerra civil en aquella colonia. Arthur
Rubinstein tenía un año más que el estadista francés cuando,
debido a una ceguera casi total, dio un concierto magnífico
utilizando únicamente su memoria.

Sin embargo, también personas más humildes han llegado a la
vejez haciendo gala de una envidiable capacidad intelectual.
Fred Streeter, el jardinero más nombrado de Inglaterra,
ofreció su primera charla sobre las plantas a los 58 años. Muy
pronto, su reputación llegó hasta los lugares más recónditos y
llegó a ser un invitado permanente de la B.B.C. de Londres.
Pocas horas antes de fallecer, y cuando tenía 98 años,
millones de oyentes todavía pudieron escuchar su voz y sus
consejos.

El mejor aliado

El estímulo intelectual no es sólo el mejor aliado para
prevenir la demencia senil, sino que también puede detener el
deterioro y el agravamiento que estos enfermos sufren cuando
se les ingresa en centros inapropiados y caen víctimas de la
soledad y el aislamiento.

Como se transforman en una pesada carga familiar, estos
ancianos suelen verse recluidos en asilos o residencias donde
se olvida que son personas y sólo se les atiende desde el
punto de vista de la necesidad corporal. La falta de estímulo
les lleva a un empeoramiento dramático e irreversible.

Soluciones a la carta

Para mantener activo el cerebro no es necesario plantearse
ninguna proeza imposible. Basta con mantener viva la llama de
los intereses e inquietudes de siempre. La vejez es una época
ideal para desempolvar viejos "hobbys", el gusto por los
idiomas o la lectura. Los naipes, el ajedrez o cualquier otro
juego de mesa favorecen la concentración y estimulan la
picardía. Igual que en el resto de los órganos, el
funcionamiento continuo forma y configura al cerebro. Nada
peor para las neuronas que la pereza. La engañosa compañía de
la televisión lleva al anciano a un peligroso estado de
pasividad que apenas beneficia a su salud intelectual.


Concluyendo, todo lo que despierte el interés y mantenga
activo el cerebro del anciano le ayudará a evitar enfermedades
como el mal de Alzheimer que impiden que disfruten de una
existencia digna y feliz hasta el final de sus días.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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